Los personajes pertenecen a Stephanie Meyer, la historia es de mi propiedad.


Capítulo 1 Pesadillas

Me encontraba en una sala de color azul con algún ribeteado en verde, lleno de plantas que al parecer tenían la función de hacer más acogedora la estancia, al fondo del pasillo se encontraba la recepcionista, parecía de otro planeta con esas gafas retro, ese moño tan bien puesto, esa ropa de mujer mayor...me reí para mis adentros, se parecía a la Srta. Rottenmeyer. Deje de mirarla y me centre en la puerta situada a mi derecha, en la placa enmarcada donde se veía claramente a quien correspondía, el Dr. Cullen. Mis manos empezaron a transpirar y empecé a mover la pierna derecha sin control...venir aquí había sido una mala idea, no quería hablar con un extraño de lo que paso, es más, solo quería olvidarlo...; ni siquiera sabía porque me encontraba sentada en esta incomoda silla, mis amigos se habían empeñado en que tenía que ir a un psicólogo, cuando los que tendrían que ir verdaderamente eran ellos por traerme aquí. Maldita Alice, esta me la pagaría, me había traído engañada, pero vistos mis antecedentes era normal, ya que me había escapado en más de 3 consultas.

Consulte mi reloj, marcaban las 12:00 en punto, aún tenía tiempo de escaparme, sin que ella se enterara, solo tendría que fingir haber ido a esa maldita consulta; inevitablemente recordé como Alice me había convencido de estar sentada aquí, esperando como pasaba cada segundo.

El sonido del maldito despertador estaba rompiendo mis tímpanos. Odiaba madrugar por las mañanas, con lo bien que me encontraba en la cama, volví a cerrar los ojos por un segundo perdiéndome en mis sueños de nuevo, pero parecía que hoy no iba ser mi día. Como si de un huracán se tratase apareció Alice, en mi cuarto, arrasando con la colcha y tirando de mi como una loca...

¡Alice! –ni siquiera me tomo en cuenta – ¡ya para! –le grite para que me dejara tranquila, pero ella no parecía escucharme y seguía arrastrándome hacia el baño...

Bella no puedes seguir durmiendo hoy, sabes que tenemos que ir a la peluquería, tienes que lucir muy linda ya que esta noche saldremos con Rose al nuevo pub que inauguraron, y olvídate de decir que no porque no tienes escapatoria.

Pero...yo no…

Pero nada, no hay peros que valgan vendrás y punto.

¿Acaso tengo alguna otra opción? – le respondí resignada, sabía que cuando Alice se le metía una cosa en la cabeza, no había quien la hiciera cambiar de opinión.

Entre cabizbaja a mi habitación, por experiencia sabía que lo que no le sobraba a Alice era paciencia y que si no me duchaba y me vestía rápido lo haría ella misma.

Me dirigí a mi armario, cogí lo primero que vi, unos pantalones blancos que se ajustaban a mi cuerpo, una camiseta holgada y mis inseparables bailarinas, también cogí la primera ropa interior que encontré en el cajón, – nadie me la vería–, que más daba que tuviera dibujitos o que fuera sexy...lo importante para mí era la comodidad.

Me metí en el baño, me di una ducha rápida y después decidí secarme el cabello, –con el frio que hacia fuera, si me lo dejaba mojado seguro sufriría una pulmonía, lo deje caer en ondas sobre mi espalda, creo que Alice tenía razón quizás ya era hora de un corte de cabello.

Me vestí y tal como pensaba abajo ya estaba Alice, moviendo su pie sin parar como si de una madre se tratase.

Bella, llegaremos tarde –me dijo mirando su reloj para después volver a mirarme ansiosa.

Ya estoy Alice, voy lo más rápido que mis pies me permiten.

Salimos del departamento y nos dirigimos al porche amarillo de Alice, odiaba montar en ese coche, llamábamos demasiado la atención y si hay algo que yo odiaba era precisamente eso, llamar la atención, cuanto más desapercibida mejor.

Paramos en un semáforo en rojo cuando me percaté de que esta no era la dirección de la peluquería y eso solo podía significar que no íbamos hacia allí.

Alice, dime a donde nos dirigimos porque está claro que no vamos por el camino correcto.

Cierto Bella, sabía que tarde o temprano lo descrubirias, vamos al sitio donde nunca has querido ir, pera esta vez yo te acompañare para que no te sientas tan incómoda —empecé a perder la paciencia así que le volví a repetir la pregunta, esperaba que mis temores no fueran ciertos y no nos dirigiéramos a ese lugar, cualquier cosa menos ese lugar.

Si Bella, es el lugar que estás pensando, vamos a la consulta del psicólogo, está visto que no puedes ir sola así que te acompañare para asegurarme de que esta vez cumplas con la cita ¡Ah! Y no intentes escapar por que te estaré esperando abajo.

Maldita sea Alice, sabes que no quiero ir a ese sitio, no quiero contarle a un extraño lo que paso, no quiero hablarlo con nadie – ¿es que no lo entiendes? Solo quiero olvidar que sucedió.

Pero así jamás lo superaras, Bella eres mi mejor amiga, casi como mi hermana, ¿cómo quieres que me sienta cuando te oigo llorar por las noches y gritas por esas horribles pesadillas?

Es problema mío Alice, os lo he pedido cien veces, dejarme tranquila, no quiero hablar de ello, solo dejarlo estar y ya.

En todos los años que llevábamos de amistad jamás vi Alice tan cabreada hasta me asuste.

Alice bajo del coche dando un portazo, y en menos de un segundo estaba en mi puerta arrastrándome hacia la entrada.

Ah no señorita, vas a ir te pongas como te pongas como que me llamo Alice.

Dicho esto me arrastro hasta la consulta del psicólogo y no paro hasta que me vi sentada en esta silla.

Así que así era como había llegado aquí, la odiaba, odiaba que me hiciera pasar por esto, cuando ni yo misma lograba entenderlo, ¿por qué a mí? ¿Por qué me tuvo que pasar todo esto a mí?

Me encontraba tan metida en mis pensamientos que ni siquiera me di cuenta de que alguien se había sentado a mi lado.

Muy despacio gire mi cabeza hacia la izquierda, y casi muero de un paro cardiaco, ante mí se encontraba un auténtico adonis, con su piel blanquecina y su pelo negro y… ¡Oh, Dios! su sonrisa era adorable, tenía unos ojos azul cielo que te acariciaban con la mirada, pero eso no era lo mejor parecía un ángel caído del cielo con su angelical voz.

– ¡Hola! Soy Elidan encantado de conocerte, me dijo extendiendo su mano hacia mí. Sentí como me ruborizaba de los pies a la cabeza y agache la cabeza para intentar esconder mi sonrojo. Intente buscar mi voz para no parecer idiota ante él, carraspee un poco y estire mi mano hacia la suya.

–Soy Isabella, pero prefiero que me llamen Bella levante mi vista y nos quedamos mirando por unos minutos que a mí me parecieron eternos

–Srta. Swan por favor pase, el doctor Cullen le está esperando como si de un sueño se tratase pestañee por un par de segundos y me levante de mi silla.

–Espero verte pronto por aquí Bella, fue un gusto conocerte me dijo diciéndome adiós con la mano. Sentí como me volvía a ruborizar.

–Igualmentedije antes de entrar en la puerta que más temí durante todo este tiempo.

Al entrar a la oficina, me fije en el hombre que me esperaba, no era para nada como me lo imaginaba, su cabellera rubia le llegaba justo por debajo del cuello y tenía una sonrisa amable y unos ojos muy nobles, incluso parecía más joven.

–Buenos días, tú debes de ser Isabella ¿cierto? Por favor toma asientome senté en ese sofá que parecía tan cómodo y decidí comportarme como siempre lo hacía, metiéndome en mis pensamientos y no contestar a nada de lo que me preguntara, había servido para los tres anteriores ¿por qué con este no serviría?

El Dr. Cullen se sentó enfrente de mí y por lo que parecía empezó a sicoanalizarme con la mirada, lo que él no sabía es que no conseguiría nada de mí.

–Y bien Isabella, sé que no has venido por voluntad propia lo cual lamento, pero por lo que me comento tu amiga…te han pasado cosas desde que eras solo una niña ¿no quieres hablar de eso? No pude evitar maldecir a Alice en mi mente, tan entrometida que a veces me cansaba

–Mmmm –balbucee sin sentido.

–No tienes por qué temerme, solo hablaremos de lo que sucedió, estoy para ayudarte Isabella.

–Aja con suerte se cansaría y me dejaría irme.

–Isabella, tu amiga ya me confirmo que no sería nada fácil, pero te advierto que yo no me rendiré tan fácilmente.

–Eso ya lo veremos le respondí desafiante. Si algo había aprendido desde que era una niña, era a esconder todo lo que no quería que los demás supieran.

–Bien Isabella, si insistes en esa actitud, tendrá que ser por las malasme dijo.

Me quede mirándole anonadada, ¿a qué se refería por las malas? ¡Oh Dios! no podía ser ¿cierto? Otra vez sedantes, ¡No!Grito mi cabeza empecé a sentirme mal, todo daba vueltas a mi alrededor, traté de levantarme del sofá, pero de un momento a otro todo se volvió oscuridad.

Cuando me desperté el Dr. Cullen estaba arrodillado a mi lado, con un algodón empapado en alcohol. Mierda me había desmayado otra vez; empecé a parpadear hasta que logre enfocar mi vista y tal y como sospechaba Alice también se encontraba en aquella sala. El Dr. Se acercó y con voz paternal me dijo muy suavemente.

–Creo que es todo por hoy, será mejor que vayas a casa y descanses, mañana volveremos a intentarlo.

–Mañana dije muy despacio, esto era una tortura, ¿tendría que volver a pasar por esto mañana? – ¡No!–dije en altono volveré jamásles dije mirándoles. Alice se adelantó al doctor y me cogió antes que me fuera de bruces al suelo.

–Bella inténtalo, por favor hazlo por mí no puedes seguir así me dijo con su cara de perrito abandonado. La mire a los ojos y vi tal tristeza en ellos que no pude negarme.

–Está bien Alice, tu ganas mañana volveré, pero lo hare sola no necesito a perritos guardianes ni a madres a estas alturas de mi vida, tengo 25 años por amor de Diosdije seria. El Dr. Cullen se acercó a mí.

–Mañana a la misma hora la espero Srta. Swan.

–Aquí estaré le conteste.

Cuando estábamos por salir de la consulta apareció un chico joven, con unas gafas de sol negras, su ropa desaliñada, su andar felino… no pude evitar fijarme en él más de la cuenta, cuando llego hasta donde nos encontrábamos, nos empujó sin siquiera mirarnos y entro en la consulta dando un gran portazo, sin disculparse siquiera.

–¡Es un maleducado! –le comente a mi amiga, si había algo que no soportara era la mala educación.

Lo siguiente que oímos fueron los gritos del interior, parecía que tenía grandes problemas de conducta.

–¡Maldita sea Carlisle, me lo prometiste, necesito esas pastillas, sabes que sin ellas no me puedo controlar! –dijo una voz de lo más arrogante, parecía fuera de control.

Cuando me disponía a acercarme para escuchar la respuesta del Doctor Cullen, Alice me arrastro fuera del edificio a pasos apresurados. Una vez afueranos dirigimos de nuevo hacia el porche amarillo de Alice y justo cuando iba ingresar en el coche oí de nuevo esa maravillosa voz.

–Bella, Bella, espera -me dijo Elidan. Me gire lo más despacio que pude para que no notara mi nerviosismo a su cercanía. Alice estaba con su sonrisa de duende, tal y como me imaginaba ya estaba haciéndole una buena observación. Elidan se acercó hasta donde estábamos Alice y yo y me miro sonriendo de forma perfecta, después miro a Alice. Ella me miro esperando que se lo presentara y eso hice.

–Alice te presento a Elidan, Elidan esta es Alice -Elidan nos deslumbro a ambas con su maravillosa sonrisa y extendió la mano hacia Alice que parpadeo por un par de segundos.

–Encantado de conocerte Alice le respondió. Una vez que consiguió soltarse de la mano de Alice, volvió a dirigirse a mí.

–Bella, –empezó a rascarse la cabeza sé que no nos conocemos, ni sabes nada de mi pero me gustaría quedar contigo para tomar un café, si tú quieres–creo que mi cara ahora mismo debería reflejar mi sonrojo en toda su plenitud, levante la mirada hacia él para contestarle, pero no tuve tiempo para decirle nada cuando Alice ya le estaba contestando.

–Oh, claro que podéis quedar, es más, esta noche iremos al nuevo pub que han abierto esta semana, "Dark Shadow" ¿has oído hablar del? le dijo. Quería ahorcar a Alice con mis propias manos, ¿cómo se atrevía a invitarle sin mi consentimiento y si era un maniaco asesino? Definitivamente mi amiga estaba muy loca, más de lo que creía.

–Sí, de hecho ese pub lo dirige un muy buen amigo mío, así que les puedo conseguir pases vips si lo desean le contesto Elidan.

–Oh eso sería ¡súper! –Alice no paraba de saltar ¿No lo crees? –dijo mirando hacia a mí y guiñándome un ojo. Definitivamente la mataría en cuanto Elidan se fuera.

–Si… claro...—dije yo agachando la mirada.

–Perfectodijo Elidan, entonces nos encontraremos allí y sin darme tiempo a asimilarlo, se acercó a mí y me dio un beso en la mejilla y de la misma manera desapareció de mi vista…

–Vaya Bella, parece que no pierdes el tiempome dijo Alice sonriendo ¿de dónde te sacaste a ese bombonazo?Me dijo dándome un codazo. Sentí como me empezaba a hervir la sangre y la mire.

–Alice ¿cómo se te ocurre invitarle? ¿Acaso le conocemos? ¡No sabemos quién es! ¿Y si es un asesino o un terrorista? ¿Y si pertenece a una secta satánica? le dije sacando humo.

–Bella, por Dios que exagerada eres, además ese pub estará lleno de gente, nada malo nos va pasar —me dijo introduciéndose en el coche.

Cuando me disponía a meterme en el coche algo llamo mi atención, me gire hacia el edificio del Doctor Cullen, de ahí salía el maleducado de la consulta, parecía llevar prisa, alzo la mirada y por unos segundos que me parecieron eternos se quedó observándome o eso creía yo ya que con las gafas de sol que llevaba era difícil distinguir hacia donde dirigía su mirada. Baje mi mirada cohibida y me adentre en el coche sin mirar de nuevo hacia atrás.

Alice, me estaba observando con curiosidad, decidí meterme en mis pensamientos,no tenía ganas de hablar, de repente recordé a Elidan y medio sonreí, después de todo Alice tenía razón, él era un auténtico Adonis.

Alice siguió observándome, intentando descubrir que pasaba por mi mente, pero como parecía no conseguir nada, decidió no presionarme más y partimos hacia la casa de Rose, lo que me hizo recordar ¡Oh, mierda ella iba matarme! con todo lo que paso esta mañana había olvidado que quede en llamarla, para comer juntas, definitivamente este no iba ser mi día.


Y eso es todo por ahora jajajaja, espero que les haya gustado mi historia, tengo una gran beta a la que le debo muchisimo, espero que esta locura haya valido la pena, estoy muy ilusionada con este proyecto.:$

Gracias Dani, gracias por todos tus consejos, espero que el proximo capitulo sea aun mejor.

Gracias a mis niñas: Coudy, Estafany, Lethy, Joce, Cielo y Eva, sin vosotras esta historia jamas hubiera existido.

Os espero en el proximo capitulo ;)

Darkward85