Detrás de las apariencias

Capitulo 1

El muchacho moreno caminaba por la orilla de la playa, como cualquier otra persona normal, mientras observaba como los colores del atardecer iban tiñendo todo el cielo con el transcurso de los minutos. Vestía una camiseta negra de manga corta, con unos pantalones anchos con bolsillos en los costados del mismo color, sujetados por un cinturón con tachas, unos championes algo gastados y unas muñequeras negras con una estrella roja en cada una. Se sentó en la arena con las piernas cruzadas, sosteniéndose con los brazos a sus espaldas, observando al cielo con sus ojos color chocolate mientras la brisa movía su despeinado cabello castaño.

Disfrutaba mucho el estar así, solo, contemplando el cielo y el mar. Muchos pensaban que el era más raro que los demás, tal vez por que no le gustaban las fiestas, o por que no tenia muchos amigos, o tal vez por que siempre vestía de negro. Pero eso tenía una explicación, todo eso formaba parte de su forma de ser, incluso el hecho de ser gótico.

Lo importante es que Taichi no era igual a ninguno de los demás muchachos de diecisiete años que conocía, ni siquiera se parecía a los demás góticos. El era un muchacho tranquilo y no se tomaba las cosas muy a pecho, la mayoría de los que se hacían llamar sus "hermanos" le recriminaban que el no era un verdadero gótico al negarse a sacrificar pequeños animales y al no participar en las reuniones que ellos organizaban. Pero nada de eso le importaba.

En el fondo, Taichi era un joven amable y pacifista, incluso era vegetariano para asombro de muchos, contrarrestando su imagen de gótico rebelde.

- ¿No crees que se esta haciendo tarde? – le susurro una voz cerca de su oído

Taichi se volvió tranquilamente hacia la derecha y le sonrió al aire, frente a su rostro tomo forma la imagen de un muchacho rubio, de tez blanca y hermosos ojos celestes, que lo miraban expectantes.

- ¿A caso tienes apuro por algo? – sonrió el castaño arqueando una ceja

- Sabes que lo que más me sobra es el tiempo, yo lo digo por ti – aclaro su compañero

- Esta bien, nos iremos en un minuto

El rubio asintió con una sonrisa y se acomodo a su lado, mirando también hacia el cielo.

- Recuerda que mañana tienes examen de filosofía, y debes entregar un proyecto sobre las antiguas civilizaciones de América

- Ya lo se, pero no me preocupare

- ¿Esperas que te crea que estudiaste filosofía y terminaste el proyecto, si lo único que has hecho es estar en esta playa tirado por horas? No se como te puede ir bien si solo duermes

- Sabes que soy un gran filósofo – rió Taichi

- Si, tienes de filósofo lo que yo tengo de futbolista

Ante este comentario, ambos jóvenes no pudieron reprimir una risa, que se termino cuando ambos escucharon voces que se acercaban a ellos y guardaron silencio. Taichi se incorporo en sus codos para ver de quien se trataba y se tranquilizo al saber que solo era una pareja que paseaba por la orilla. El castaño los miro mientras paseaban, analizándolos cuidadosamente y atendiendo a cada comentario, a cada gesto, a cada risa. Cuando se apartaron de ellos, Taichi no pudo reprimir un pequeño suspiro.

- ¿Qué te pasa? - pregunto su compañero

- No es nada, solo pensaba… ¿Por qué todos encuentran a alguien que los quiera y yo no?

- Oh, vamos Taichi…

- Lo digo enserio, Yamato

Volvió a mirar al rubio con ojos cerios, haciendo que este guardara silencio

- Ya veras que tú también encontraras a alguien – lo calmo su amigo incorporándose y colocando su mano en su hombro

- Lo dudo… ¿Quién podría querer a un gótico solitario? Ni siquiera tengo algo que me haga especial para los demás

- ¿Nada especial dices? Déjame recordarte que eres el único chico que conozco que tiene un don especial, y sabes a lo que me refiero

- Si, lo se. Pero a nadie le interesa, al contrario, saldrían corriendo lo más lejos posible pechándose unos a otros si se llegan a enterar

- Supongo… eso es lo que me desconcierta de las personas, no saben aceptar algo que es ajeno a ellos

- No puedes culparlos, no están acostumbrados

- Si, si, lo se

Taichi se puso de pie y se desperezó, coloco sus manos dentro de los bolsillos de su chaqueta y comenzó a caminar rumbo a la calle. Yamato también se paro y miro mientras que su amigo caminaba, sentía algo de pena por el, cosa que no pensaba revelarle a menos que quisiera que este se enfureciera con el, repitiendo lo mismo de siempre, que el no necesita la lastima de los demás. Pero aunque quisiera, le entristecía ver a su amigo tan solo, suspirando cada vez que veía a una pareja riendo o abrazados, pero en algo Taichi tenía razón y era que los demás chicos nunca lo aceptarían si supieran toda la verdad.

- ¿Vas a venir o te quedaras a vivir allí? – le llego la vos de Taichi ya bastante alejado de el

Yamato comenzó a caminar tranquilamente hacia el, mientras el castaño lo miraba con una sonrisa. Cuando este se acercó a él, Taichi abrió la boca para hablar

- Tendré que tomar un autobús para llegar al departamento, así que…

- Lo se, nada de conversar, sino la gente pensara que estas más loco de lo que aparentas – repitió con un tono monótono y de aburrimiento

- Exacto

Comenzó a caminar por la vereda, a paso constante y sin apuro, mientras Yamato iba tras de él manteniendo el paso, la calle estaba bastante mal alumbrada y muy pocas personas deambulaban por ella en ese momento. Se sentó en el banquillo de la parada del autobús con la mirada perdida en el suelo, al levantar la mirada tenia a una mujer bastante mayor parada frente a él con la mirada muy seria. Taichi ni se inmuto, permaneció tranquilo y le dirigió una clara sonrisa, en señal de que había notado su presencia, ya estaba más que acostumbrado a este tipo de cosas.

- Buenas noches, jóvenes – dijo la mujer, dirigiéndose también a Yamato

Luego la mujer siguió su camino en dirección opuesta a donde provenían los autos de la calle y se perdió en las sombras de la calle

- ¿Qué crees que le paso? – dijo Yamato volviéndose a su amigo

- No lo se, pero se ve que solo quería cerciorarse de que seguía aquí

- Eso parece…

Taichi suspiro, esa era una de las razones a las cuales se debía su soledad, no le gustaba hablar mucho con las personas que lo rodeaban pero por algún motivo, ese otro tipo de personas eran con las que convivía más a diario.

Una mujer se sentó a su lado en el banquillo, el joven miro disimuladamente de reojo a Yamato, este entendió que debía permanecer callado. Después de varios intentos había logrado comprender que no debía hablarle a Taichi frente a otras personas, sino solo lograría meterlo en problemas. Eso a causa de que solo Taichi era capaz de ver y escuchar a Yamato, al igual que lo había hecho con la mujer que los saludo minutos antes. En varias oportunidades, cuando estaba en la universidad, Taichi había quedado hablando solo frente a los ojos de sus compañeros y comenzaron a catalogarlo como "el chico raro", apodo que hasta ese momento continuaba teniendo.

Pero para Yamato, todo los demás eran crueles, el veía a Taichi como un joven muy especial con un don fuera de lo común, por eso se habían hecho tan buenos amigos. El era el único que apreciaba el don de Taichi Yagami de poder ver y hablar con los muertos.

Este es el primer capítulo que escribi, si les gusta lo puedo seguir. Acepto críticas mientras uque sean amables y constuctivas. Muchas gracias por leer.