El guerrero Z
Sus ojos azules se posaban sobre la luna llena casi hipnotizándolo. Siempre se había sentido conectado de alguna forma a la luna llena, era como si la luna llena le recordara quien era y a que raza pertenecía. Una raza completamente exterminada, o al menos lo estaba en aquel mundo conocido como "el futuro".
Él, el ultimo guerrero del espacio, podía llegar a sentirse realmente solo en aquel mundo, donde todos sus iguales, incluso guerreros de menor rango, habían muerto a manos de los androides que él mismo consiguió destruir hacia ya más de un año.
El mundo ahora vivía en paz y los supervivientes se esforzaban por volver a reconstruirlo. Tal vez se sintiera de aquella manera por aquel motivo. Tal vez un guerrero del espacio no podía vivir en paz. La lucha formaba parte de sus vidas, corría por su sangre. Pero que podía hacer un guerrero del espacio cuando no tenía a nadie contra quien lucha o entrenar?
Aquello lo hizo pensar en su padre. Se moría de ganas de entrenar nuevamente con él. Pero él estaba demasiado lejos, en otra realidad. Se preguntaba que habría sido de todos los amigos que allí había echo y a los que tanto añoraba.
Pero debía comprender que aquella vida no le pertenecía a él, le pertenecía a un pequeño niño que crecería en un mundo feliz, rodeado de amigos y sobretodo, junto a su padre.
Aunque allí tenía a su madre, una mujer simplemente maravillosa. Y la quería, la adoraba, porque a pesar de toda la vida que habían llevado, ella se lo había dado todo. Pero aun así ël se sentía, a veces, incompleto, solo.
Aun seguía con la mirada sobre la luna llena cuando la sintió aproximarse.
Una muchacha de su misma edad, de cabellos y ojos negros. Con una sonrisa capaz de iluminar todo aquel oscuro mundo a la que se sentía fuertemente atado.
Amy. La había conocido un año atrás, en la reconstrucción de la cuidad de Oeste. Ella era una muchacha valerosa y a la vez cariñosa. Ha veces le recordaba mucho a su madre.
Pero a pesar de la estrecha amistad que les unía y de la extraña atracción que sentía por la joven y bella muchacha, sentía que había algo que la separaba de ella. Seguramente fuesen todos sus secretos. Pues para ella y para el resto de la humanidad, Trunks no era más que un muchacho corriente. Nada sabían de sus verdaderos poderes, ni que él hubiese sido el salvador de la tierra. Para Amy y el resto del mundo, los androides habían sido destruidos por un guerrero desconocido al cual se referían por el nombre de "Guerrero Z".
- Al fin te encontré.- Le dijo ella al verle.
Trunks, que había esperado a que ella hablara, se dio la vuelta al escucharla.
- Que haces aquí a estas horas?
Amy, vestida con unos pantalones oscuros y una camiseta de color azul ciñéndose a cada parte de su delgado cuerpo salto una roca sin mayor dificultad y se acerco más a él.
- Fui a tu casa y tu madre me dijo que habías salido. Así que imagine que estarías aquí.
Trunks sonrió. En lo alto de aquella montaña, donde la ruinosa cuidad quedaba a sus pies, Trunks encontraba a veces un momento de paz mirando la luna y ella lo sabía.
- Espero que no te moleste que haya venido.- Dijo sentándose en el suelo para recuperar un poco el aire después de haber escalado toda aquella montaña.
- Claro que no.- Él se acerco hasta ella y se sentó a su lado.
Amy y él se comprendían muy bien y los dos eran siempre voluntarios en cualquier trabajo que se presentar apara mejorar la cuidad.
Ella había perdido a sus padre cuando los androides destruyeron la cuidad y ahora vivía junto a su abuela en una pequeña casita no demasiado lejos de la nueva Corporación Cápsula. Aunque esta no era ni minimamente lo que antaño había sido.
Pero los inventos de su madre ayudaban mucho y esta estaba floreciendo nuevamente en la cuidad.
- Las vistas desde este lugar son increíbles. No te parece Trunks?
Pero ella no recibió respuesta.
- Trunks?
- Que?- Pregunto él saliendo nuevamente de sus pensamientos.
- Que te ocurre? Es hoy uno de esos días?
- De que días?- Le dijo él algo incomodo.
- Uno de esos días en los que parece que no te conozco.- Le dijo ella entristecida.
- No se a que te refieres.- Mintió él.
- Ha veces te pierdes en ti mismo. Lo se porque la luz de tus ojos parece apagarse y parece que olvides completamente lo que hay a tu alrededor.
- Solo estaba pensativo, eso es todo.
Amy agacho la cabeza ante aquella respuesta. Ella lo quería, lo amaba. Pero cuando él tenía uno de esos días se sentía tan lejana a él que sentía que se le partía el corazón.
- Que es lo que no me cuentas, Trunks?
- No se a que te refieres, lo sabes todo de mi.
- Eso me parece algunos días.- Le dijo ella levantándose.- Pero otros me pareces un total desconocido.
- A donde vas?
- Me vuelvo a casa, no debí haber venido.- Le dijo ella en un tono molesto.
- Espera Amy.
- Quédate.- Le dijo ella que empezó a alejarse.- Mañana nos veremos.
Trunks se puso en pie al verla marcharse.
- Espera Amy deja que te acompañe.
- No, no hace falta, prefiero estar sola.
Trunks suspiro cansado al verla marchar algo dolida con él. Y que debía hacer? La verdad de su vida era demasiado complicada de explicar. Y no sabía si estaba preoperado para dejar que otra persona conociera esa parte de él. La parte guerrera, la parte incompleta.
De nuevo sus ojos se posaron sobre la luna llena.
Cuando llego a su casa encontró a su madre aun trabajando en el laboratorio, algo realmente común en ella. Era como si de aquella manera su madre llenara su vida.
- No es algo tarde para seguir trabajando?- Le pregunto Trunks a su madre desde la puerta del pequeño laboratorio.
- Oh Trunks! Ya has vuelto?- Le pregunto mirándole.- Amy paso por aquí. Te encontró?
Trunks dio un largo suspiro ante aquello.
- Si.
Al escuchar aquel suspiro su madre hizo girar la silla para quedar frente a su hijo.
- Que ha pasado?
- Porque crees que ha pasado algo?
- Por tu largo suspiro.
- No ha sido nada.
Su madre hizo un gesto con la cara.
- Que sientes por ella?
- Mama!- Se quejo él sonrojándose.
- Que?- Pregunto ella.- Es una muchacha muy hermosa y es simplemente adorable. Es muy normal que te sintieras atraído por ella de alguna forma.
- No pienso hablar de eso contigo.- Se quejo él realmente avergonzado.
- Muy bien, como quieras. Pero al menos dime porque habéis discutido.
- No hemos discutido.
- Bueno, lo que fuera.- Le dijo ella ya desesperada.
- Ella cree que no soy sincero con ella.
- Y es cierto.- Dijo Bulma con normalidad.
- Madre...
- Ya se, ya se. Nosotros siempre fuimos partidarios del anonimato, pero ella es tu amiga Trunks y por como ella te mira imagino que quiere ser algo más.
- Mama!
- Como quieras. Lo que digo es que tal vez deberías ser sincero con ella y decirle quien eres en realidad.
- Y quien soy? El guerrero Z?- Le pregunto él molesto.
- No digas tonterías.- Le dijo Bulma levantándose.- Eres el príncipe de los guerreros del espacio, el ultimo de tu raza.
Al decir aquella Trunks sintió que la voz de su madre tembló brevemente por la pena.
- Un príncipe! Sabes lo absurdo que suena eso?
- Es la verdad. Porque temes que ella no te crea?
- No es eso.- Dijo sin saber como explicarse.- Es simplemente que esa parte de mi vida ha sido siempre solo mía.
Bulma sonrió y se levanto de la silla. Cuando llego frente a su hijo le acaricio la mejilla dulcemente.
- Eres un muchacho increíble, Trunks. Un formidable guerrero del espacio, tan poderoso como lo fueron Vegeta, Goku y Gohan. Eso forma parte de ti, lo llevaras siempre en tu corazón. Eso te hace diferente y a la vez especial. Acaso he de recordarte que tu salvaste este mundo?
- No.- Dijo él.- Pero no se si Amy entenderá todo lo que eso significa.
- Si no se lo cuentas nunca podrá entenderlo.
Trunks suspiro.
- Piénsalo, de acuerdo?- Le dijo su madre.- Ella es una muchacha especial. No querrás perderla, verdad?
- No, claro que no.
- Bien. Ahora vete a la cama, pareces cansado.
- Tu también lo pareces.
Ella sonrió.
- Me queda muy poco para terminar.
- Esta bien. Buenas noches madre.
- Buenas noches.
Bulma observo a su hijo marcharse. Ella no podía imaginarse como se sentía su hijo siendo el único de su raza. Sobretodo después de haber conocido a su padre y a todos los demás en el pasado. Incluso ella, después de tanto tiempo, los añoraba como el primer día. Y sabía que ahora el corazon de su hijo estaba dividido entre dos mundos.
Con un largo suspiro Bulma volvió a la mesa de trabajo. Trunks se parecía a su padre más de lo que él podía imaginarse. Sin duda tendría que ayudarle un poco.
A la mañana siguiente Trunks se encontró con su madre en la cocina mientras esta desayunaba.
- Ha donde vas tan temprano?- Le pregunto ella.
- Iré al orfanato, allí siempre hay cosas que hacer.
- Y seguro que Amy esta allí.- Le dijo ella con diversión.
Pero Trunks decidió ignorar aquello.
- Esta tarde me gustaría enseñarte algo. Estarás por aquí?- Le pregunto entonces Bulma.
- Si. Ahora tengo que irme, adiós mama!
Bulma estuvo apunto de contestar, pero su hijo ya había desaparecido.
De camino al orfanato, justo en el centro de lo que era ahora la nueva ciudad, se levantaba un monumento de piedra del supuesto guerrero Z. Trunks había admirado aquella estatua un millar de veces divertido ante la exajeracion de la estatua y de su diferencia ante la verdad. La gente veia al guerrero Z como un salvador de gran copulencia, sin duda demasiado alto para ser real. Según contaba la supuesta leyenda, el guerrero Z había sido un enviado de Dios para salvar al mundo y ahora este viva en las montañas del este alejado de la gente. Que gran mentira. Se preguntaba quien habría inventado todo aquello. En aquel mundo Dios estaba muerto, murio a la vez que Picolo y desde entonces el mundo estaba a su suerte, abandonado.
Como podria entonces decirle a Amy, quien creia aquella absurda historia, que era él el suepuesto guerrero Z? Un muchacho, proviniente de una raza exterminada y del cual era el Principe? Una locura!!!! Seguramente Amy lo tomara por loco o algo peor.
Cuando llego al orfanato y como bien había dicho su madre, Amy estaba allí. Delante de unos grandes fogones, ella ayudaba con la comida para los muchos niños que quedaron sin hogar y sin padres tras los androides.
Al verla no pudo evitar sonreír. Sin duda era una muchacha hermosa y no podía evitar sentirse realmente atraído por ella. Pero no sabía que hacer, ni como actuar. Al fin y al cabo, durante los largos años de guerra no hubo tiempo para nada de aquello.
- Hola Trunks.- Le saludo otra de las voluntarias con una gran sonrisa.
- Hola.- Le contesto él tímidamente.
Pero al volver la vista a Amy esta lo estaba mirando. Él sonrió y le saludo con la mano con la esperanza de que ella no siguiera molesta con él. Y por suerte ella le devolvió la sonrisa y el saludo.
El resto de la mañana la paso trabajando, arreglando cosas aquí y allá. Por suerte era tan habilidoso como lo era su madre. Aunque su madre era simplemente un genio.
Así, tumbado sobre el suelo, casi dentro del gran horno de la cocina, que había vuelto a romperse, pasaba los últimos minutos de la mañana.
Entonces la sintió a su lado y desde donde estaba pudo ver sus dos largas piernas envueltas en un pantalón oscuro.
Así que salió para mirarla desde el suelo.
Amy, al verle, no pudo evitar echarse a reír.
- Que?- Pregunto él.
- Tienes..- Dijo agachándose frente a él.- La cara manchada de algo negro.- Y con aquellas palabras sus dedos pasaron por su mejilla dulcemente en un intento de limpiarle.
Pero Trunks ya no fue conciente de ello, se había perdido en su sonrisa, en la dulce caricia que resulto ser sus dedos sobre su piel y en su proximidad.
- Que? –Le pregunto ella aun divertida al ver su mirada fija en ella.
- Nada.- Dijo saliendo del trance.- Es solo que aquí...- Trunks paso sus manos manchadas por la mejilla de ella y la ensucio.- Tienes algo...
- Basta, me estas manchando.- Le dijo ella riéndose.
- Pero si ya lo tenías.- Le dijo él divertido. – Yo solo intentaba limpiarte.
- Mírate las manos!- Le dijo entre carcajadas.
Los dos se echaron a reír entonces y de la risa a Amy le flojearon las piernas y cayo de culo al suelo junto a él.
- Ahora veras!
Amy ensucio sus manos a propósito dentro del horno y amenazo con macharle la cara a Trunks pero este detuvo sus manos mientras se reía sin parar.
- No, para!
- Te lo mereces.
Entre risas y juegos los dos forcejearon durante unos segundos, pero casi sin percibirlos Amy acabo casi encima de él y sus rostros se aproximaron en desmesura.
Conscientes de aquella proximidad los dos se detuvieron en seco y se perdieron en la mirada del otro buscando algo que les hiciera dar el gran paso que ambos deseaban. Besarse.
Sus labios se aproximaron peligrosamente pero entonces una voz aproximándose a la cocina rompió todo el encanto.
- Amy, estas aquí?
Era una de las responsables del orfanato con lo que Amy se levanto del suelo de un salto y cuando Trunks intento hacer lo mismo su frente golpe con fuera contra el borde del horno.
- Mierda!- Exclamo él llevándose las manos a la frente.
Aquello provoco que Amy volviera a reírse.
- Te has hecho daño?- Le pregunto justo cuando la mujer entraba en la cocina.
- No, que va.- Dijo él mientras se refregaba la frente intentándose hacerse el fuerte.
- Amy, te estaba buscando.- Le dijo la mujer.
- Vine a ver si Trunks necesitaba ayuda.
- Claro.- Le dijo ella amable.- Es casi la hora de la comida y...
Amy sonrió ante aquello, sabía que venia a pedirle ayuda.
- En seguida voy.
- Gracias.
Con aquellas palabras la mujer se fue justo cuando Trunks se ponía en pie.
- Te quedarás un poco más?- Le pregunto ella.
- Me iré cuando termine con esto. He quedado con mi madre. Seguramente tenga trabajo para mi en el laboratorio.
- Ah!- Dijo ella algo entristecida.
- Si quieres puedes pasarte por casa cuando termines aquí.
- Eso estaría bien.- Le dijo ella.
- Entonces nos vemos esta tarde. – Le dijo Trunks.
- Si. Hasta luego.
- Hasta luego.
Cuando Trunks llego a su casa fue directamente al laboratorio para encontrarse con su madre.
Al entrar vio algo enrome cuidadosamente tapado con una especie de tela blanca.
- Llegas justo a tiempo.- Le dijo Bulma ilusionada.
- Que es?- Le pregunto él curioso.
- Una sorpresa para ti. – Le dijo Bulma con una radiante sonrisa.- Aunque debo reconocer que empecé ha fabricarla hace ya mucho tiempo, ayer por la noche la termine. Y puedo decir que ha sido justo a tiempo.
- Es para mi?
- Si. Preparado?
- Claro.
Su madre aferró la tela plancha y de un fuerte tirón la quito y la nave que quedo frente a ambos.
- Me has hecho una nave?- Le pregunto él sorprendido.
- No es una nave.- Le dijo ella.- En una maquina del tiempo mejorada y ampliada, para que puedas llevar un acompañante.
Los ojos de Trunks se abrieron como platos.
- Y además estar preparada para que tu y Amy podías partir de inmediato.
- Yo y... Amy?
- Exacto? Que mejor forma de que entienda quien eres que llevarla al pasado?- Pregunto ella con un tono victorioso.- Soy un genio.
- Pero mama...
- Ya, ya. Aun no le has dicho nada, pero lo harás. Además se que te mueres de ganas de volver.
Trunks hizo una media sonrisa ante aquello. En realidad lo deseaba con todo su corazón, pero llevar a Amy al pasado podía ser demasiado para ella.
- Que ocurre? No estas contento?- Le pregunto ella insegura.
- Si, claro que si. Es solo que...
- Es lo mejor.- Le dijo ella.
- Vaya!
La voz de Amy hizo que los dos se giraran.
- Es su nuevo invento Señora Brief?- Le pregunto ella impresionada mirando la nave.
- Más o menos.
- Espero no interrumpir.
- Claro que no.- Le dijo Bulma.- Tu nunca interrumpes, querida.
- Pensé que estarías en el orfanato hasta tarde.- Le dijo Trunks.
- Vinieron refuerzos y pude salir antes.- Le dijo ella sonriente. – Pero si quieres puedo volver luego.
- No, no.- Dijo Trunks.
- Que es?- Pregunto ella ya frente la nave.
- Una maquina del tiempo.- Contesto Bulma tan feliz.
- Madre!- Exclamo Trunks.
- Una que?- Pregunto Amy sorprendida ante la respuesta.
- Yo iré a la cocina para haceros algo de comer. Porque no le explicas tu a Amy que es la maquina del tiempo, Trunks?
Con una radiante sonrisa cómplice Bulma salió del laboratorio mientras Trunks maldecía entre dientes.
- Que ocurre?- Pregunto Amy ante el comportamiento extraño de Trunks.
- Nada, nada.- Dijo rascándose la cabeza nervioso.
- Y bien?
- Y bien que?- Pregunto él realmente nervioso.
- Que es la maquina del tiempo?
CONTINUARA...
Bueno, al final no me tome demasiadas vacaciones. Je je je! No pude, la verdad es que simplemente disfruto escribiendo. Bueno, espero que les haya gustado el primer episodio y aunque Amy no es de la serie, ruego le deis una oportunidad.
Pronto viajaran atras en el tiempo. Os imaginais a Vegeta conociendo a su futura nuera? Je je!
Muchos besos y espero que me dejeis reviews sobre este pequeño pricipio.
Saludos;
JJ.Amy
