Saludos a todos, en esta oportunidad les vengo a mostrar un pequeño Drabble de 523 palabras que escribí en clases. Fue un ataque de inspiración demasiada grande como para ignorar.
Disclaimer: Ninguno de los personajes de la Saga de Harry Potter me pertenece, este fic ha sido escrito nada más con el objetivo de entretener a unas cuantas personas.
Advertencias: Fic Slash, es decir, relación Chico x Chico. No leer si no te gusta. Este fic fue hecho sin beta, corregí yo misma todo lo que pude. Y aprovecho para decirles que, si les gusta mi manera de escribir, puedo servirles de Beta Reader si así desean.
No dudes
No sabía cuando los reproches de sus amigos dejaron de importarle, ni cuando su distracción y momentos de cavilaciones se habían vuelto tan repetitivos y comunes, que cuando se daba cuenta de que su mirada se había posado fijamente en él, ya Snape le soltaba un interrogatorio completo sobre su clase. Perdía horas y horas charlando con él, siendo sólo interrumpidas por las advertencias de sus amigos por el toque de queda que se avecinaba.
Su insistente ex-novia, Ginny, le abrumaba con el tema todos los días, y Harry, a pesar de sus intentos de cambiar o extinguir el ritmo de la conversación, se veía afectado por los comentarios de ella:
—Entiendo que me hayas dejado por un hombre —exclamo, mientras miraba la expresión de fastidio de su interlocutor—, ¿Pero un Mortífago? Por Merlín, Harry…
Intentaba calmar la insipiente rabia que se formaba en su interior, no por las molestas conversaciones, sino porque la menor de los Weasley tenía razón. Harry se había enamorado del enemigo, a pesar de sus intentos de autoengaño, en su mente aún vagaba la idea de que, en un futuro, Malfoy sería uno de los primeros en lanzar una maldición a un inocente Muggle. Lo recordaba y se torturaba cada vez que veía accidentalmente la marca en el brazo de su amante, en su mente comenzaban a emanar los mismos sentimientos de culpa, y preocupación.
—Potter, ¿Aún estás ahí? —Se sobresalto ligeramente por la voz, y por la mano pálida que se movía frente a su vista—. Te noto preocupado, un poco más que de costumbre.
—Estoy bien, es sólo que… estaba pensando—calló, dudando si continuar.
—Eso es nuevo, felicidades— sonrió, pero aún con un gesto preocupado en el rostro.
—Sabes exactamente a lo que me refiero—hizo una mueca, mientras golpeaba el brazo de Malfoy en forma de reproche—, ¿Nunca has pensado que esto que seguimos haciendo cada día, cada hora, está sumamente mal?
—Otra vez con eso… —suspiro, mientras ponía los ojos en blanco— ¿Sabes, Harry? Lo pienso todo los días, lo suficiente como para amargarme, pero sólo hace falta una mirada tuya, hasta la más ligera sonrisa, como para olvidar todo, y mandar todo a la mierda.
Harry simplemente se sonrojo, tal vez por las lindas palabras, disfrazadas por la brusca manera en que Draco se expresaba, o simplemente porque se había dirigido a él por su primer nombre. Simplemente se quedo plasmado, viéndolo fijamente, meditando, a él le pasaba exactamente lo mismo, él también se dejaba invadir por las mismas dudas, por los mismos temores, pero sólo debía reparar en la presencia de Draco para que estos pensamientos se esfumaran rápidamente. Siempre ha sido el héroe, desde bebé su existencia había sido marcada como el chico que siempre debía dar todo, sacrificar todo; pero Harry decidió que, por primera vez, mantendría junto a él un tesoro invaluable, a pesar de que pusiera en posible riesgo a la Orden, a sus amigos, incluso al mundo entero.
—Draco…
Y no dijo más, sus palabras fueron interrumpidas por los labios suaves de su acompañante. Ciertamente, Harry seguiría amando a Draco a pesar de todo…
