Los personajes presentados en esta historia le pertenecen a Stephenie Meyer.

Pequeña Esperanza

Era una tarde como cualquier otra en Forks, con el cielo estampado de nubes que escurrían unas cuantas gotas de lluvia, y con un frío que los vampiros no podían sentir. Edward, Carlisle, Alice y Jasper se habían ido de caza, quedando en la mansión Cullen Esme, Rosalie y Emmett.

De pronto, un curioso sonido llamó la atención de Esme. Era un sonido bastante conocido, un corazón latir, y por la rapidez con que ocurrían los latidos, pensó en un bebé.

Siguiendo el sonido, caminó hasta la puerta. Con mucha curiosidad la abrió, y encontró a un pequeño bebé que descansaba en una caja de cartón llena de frazadas y almohadas. El bebé tenía una tez blanca, casi como un vampiro, unos diminutos cabellos marrones podían divisarse en su insignificante cabecita, y tenía unos ojos de color miel enormes que miraban a Esme con mucha atención.

Enternecida por la imagen de el pequeño y frágil ser, lo tomó en sus brazos con la delicadeza que solo una madre podría tener, y lo llevó dentro. Notó que alrededor de su cuello traía un descuidado papel atado con un trozo de lana gris. Se lo quitó con mucho cuidado y lo leyó.

"Hola, me llamo Katie Hope. Mis padres me aman demasiado, pero no pueden mantenerme, así que me han dejado a su cuidado, sabiendo que voy a estar mucho mejor. Nací el día 15 de julio, se que necesitas saberlo. Mis padres te estarán eternamente agradecidos."

Luego de leer el mensaje, sintió una tristeza muy grande, por el bebé y por sus padres. Después de reflexionar un poco, sintió que su deber era cuidar a ese bebé como si fuese suyo.

Rosalie, percatándose del mismo sonido que Esme, se acercó al salón para ver que ocurría.

-¿Es... un bebé? -Rosalie parecía muy soprendida, ya que era imposible que alguien en la casa hubiera dado a luz a un bebé. Se sentó en el sofá, mientras sentía la ilusión de que sus piernas flaqueaban.

-Una bebé. Se llama Katie Hope, la dejaron en nuestra puerta. Sus padres no podían cuidarla -A pesar del tono meláncolico con el que pronunció aquellas palabras, no dejó de sonreír mientras veía como Katie jugueteaba y apretaba sus dedos.

Cuando Rosalie pudo estabilizarse, saltó emocionada del sofá y se puso de pie junto a Esme.

-¿Puedo cargarla? -se sentía como una niña que acababa de recibir el regalo perfecto en navidad. Esme dejó a la bebé en sus brazos con mucho cuidado, mientras Rosalie la observaba admirada.

Instantes después, la bebé comenzó a llorar. El ruido atrajo la atención de Emmett, que llegó al salón en solo dos segundos.

-Oh, preciosa, no llores -Rosalie intentó calmar a la bebé, pero era inútil. Revisó su pañal, pero estaba en perfectas condiciones. Con esto dedució que tenía hambre.

-¿Una bebé? -preguntó Emmett confundido.

-Así es genio -dijo Rosalie sarcásticamente. Luego cambió el tema- Emmett, la bebé debe tener hambre ¿Por qué no traes un poco de leche?

-¿Y de donde quieres que saque leche?

-Yo voy a buscarla. Creo que compré hace unos días -Esme corrió apresurada a la cocina.

Volvió unos minutos despues con un un biberón lleno de leche tibia y se lo dió a Rosalie sin mucho ánimo, ya que ella quería cargar a Katie y alimentarla. Rosalie le dio el biberón y bebió muy rápido, como si no hubiese comido en días. Terminó en poco tiempo, y ahí fue cuando Esme le pidió a Rosalie cargarla.

Cuando la bebé se hubo dormido, llegó el resto de la familia a la gran mansión. Jasper se alejó apenas logró divisar a la bebé, Alice se acercó a hacerle muecas graciosas, y Edward con Carlisle mantuvieron un poco de distancia. Ambos se sentían preocupados por como podría afectar a la familia el tener una bebé.

Edward miró a Carlisle señalandole que debía hablar con ella, y Carlisle asintió levemente. Realmente no quería hacerlo, su amada esposa se veía mas feliz que nunca, y él haría todo por mantenerla feliz . Pero debía hacerlo, aquel ser tan pequeño podía ser un verdadero riesgo en una familia de vampiros, y mucho mas con Jasper, que aún tenía problemas para controlarse.

Suspiró resignado y caminó hacia ella, interrumpiendo a Alice y a Emmett que competían para hacerle muecas a la bebé.

-Esme, necesito hablar contigo -la sonrisa de Esme desapareció, y se sintió muy temerosa, ya que la expresión que llevaba Carlisle no anunciaba muy buenas noticias.

Esme le pasó a la bebé a Alice y subió junto a Carlisle al segundo piso.

-Sabes que esa bebé... -Carlisle comenzó con un tono aparentemente seguro, pero se derrumbo pronunciadas las dos primeras palabras- Corre un gran peligro aquí.

-Lo se -dijo Esme cabizbaja.

-Bien, se que te encariñaste con ella, y Rosalie también. Pero dársela a una familia que la proteja y la ame será mucho mejor que tenerla aquí -Esme asintió mientras sollozaba sin lágrima alguna.

No dijeron nada más, y Carlisle abrazó a Esme para darle algún consuelo. Ahora había que comunicarselo a Rosalie, con la cual sería mucho mas dificil lidiar.

Cuando Esme se sintió mejor, bajaron para hablar con Rosalie.

-Rose...

-¡No! -exclamó sin dejar que Carlisle continuara, y acercó a la bebé hacia su cuerpo.

Emmett le tocó los hombros y le dió una mirada de reproche, pero no cedió, y no pretendía hacerlo. Su sueño había aparecido en una pequeña caja de cartón y no lo iba a dejar ir tan fácil.

-Nos confiaron a Katie, nos dieron una responsabilidad sabiendo que podríamos hacerlo. No podemos abandonarla en cualquier lugar así como así -miró a Esme desesperadamente en busca de apoyo, pero no lo encontró. Con cautela, Esme se acercó a Rosalie y le pidió a la bebé.

-No seas egoísta Rose -Esme regañó lo mas suave que pudo a Rosalie- Se que deseas mucho ser madre, pero no puedes quedarte con algo que puede causar estragos en la familia. Yo también quiero quedarmela, pero es imposible.

-Pero, podemos dejarla crecer y transformarla -insistió Rosalie.

-Sabes que transformarla puede acarrear muchos problemas -le reprochó Carlisle.

Rose se rindió finalmente y subió las escaleras, y Emmett la siguió para consolarla y convencerla de que era lo correcto. Alice se acercó a Esme y le tocó el hombro, sonriendole para animarla. Edward imitó el gesto de Alice, y Jasper se mantuvo alejado, ya que creía explotar en cualquier momento.

Esme admiró el precioso rostro de la bebé por última vez, y le otorgó una gran sonrisa. La bebé se rió y tomó uno de sus dedos con gran fuerza. Esme acarició sus suaves cabellos, y le besó la frente.

-Vamos a dejarla a un orfanato -sugirió Carlisle.

-Esta bien -susurró Esme.

Carlisle, Edward y Esme salieron y subieron al volvo plateado, con Edward al volante. Conducieron unas dos horas, con el cielo grisáceo y azul y la lluvia chocando contra el auto, las calles y las casas fuertemente. Esme disfrutó todo lo que pudo de Katie, que dormía placidamente. Su corazón se estremeció cuando divisaron a dos calles un orfanato. La abrazó con mucho cariño y dejo salir un par de sollozos.

Bajaron del auto -Esme bajo un paraguas, para la seguridad de la bebé- y entraron al orfanato, que por fuera lucía bastante descente. Al entrar los recibió una mujer muy amable, de cabello negro azabache y ojos color miel, con unas pequeñas arrugas que contaban su historia perfectamente.

El lugar por dentro lucía como un verdadero hogar, cálido, alegre, con unos niños correteando felices a pesar de su condición.
Esme se sintió mas animada por el ambiente que pudo sentir.

-Vamos a mi oficina, pasen -la señora les señaló una puerta de madera.

Entraron a una oficina pequeña, con dos ascientos detrás de un escritorio que apenas entraba en la habitación.

-Oh, me temo que no tengo otra silla -se lamentó la señora.

-No se preocupe, me quedare de pie -Edward calmó a la señora mientras Carlisle y Esme tomaban asiento.

-Bien, me llamo Soledad. ¿Que los trae por aquí?

-Esta tarde, dejaron una bebé en nuestra puerta -explicó Esme. Soledad miró detenidamente a Katie, y le sonrió- Y lamentablemente, no podemos conservarla.

-Es una verdadera lástima. Pero aún así será muy bien recibida, les aseguro que la bebé crecerá muy bien en nuestro orfanato. Y es probable que la adopten en poco tiempo, es toda una dulzura, ¿Cual es el nombre de esta preciosidad?

-Se llama Katie Hope -le aclaró Esme a soledad.

Luego de la pequeña charla, y algunas explicaciones innecesarias de Soledad, partieron. Y poco antes de salir por la entrada hacia el frío y la lluvia torrencial, un balón se enredó con los pies de Esme. Lo tomó y se lo devolvió a una pequeña que se había acercado tímidamente. La pequeña le dió una gran sonrisa a la que Esme correspondió.

Siguió su camino, mucho mas triste, y subió al auto. Observó a través de la ventana, y por primera vez, deseó ser humana para poder llorar, para dejar las lágrimas correr a través de sus mejillas y hacer su trabajo, sanar su dolor.

Uh, que nervios, mi primer fic. Tenía ganas de que lo primero que hiciera fuera sobre Esme, que es uno de mis personajes favoritos, e intenté profundizar más en ella.
Espero les guste :), y si les gustó no duden en dejarme un review, se los agradecería muchisimo ^-^ -Sara