PLEASE READ THIS!

Antes de que comiencen a Leer el fic:

Como saben, Vocaloid le pertenece a Yamaha y a otro grupo de japoneses súper suertudos.

En este fic Len NO morirá

Si, en este fic habrá MeikoxKaito

No habrá LenxRin porque esa pareja de plano no me sale

Si, este fic esta oficialmente inspirado en la Saga Evil

Si, tratare de que esto sea una comedia

Y por ultimo: Si, este fic tiene MUCHOS personajes agregados.

________________________________Its War, My Friends!

Capitulo Uno:

Un Ejercito Acercándose

Un tipo de pelo morado corría por los pasillos del gigantesco castillo, lleno de pánico (el tipo, no el castillo, los castillos, que yo sepa, no se llenan de pánico… bueno, además de tal vez el de Howl, o algo así, pero no vale, porque es un castillo manejado por un demonio, o un demonio castillo o algo así, el punto es que ni idea de si ese castillo del que hablo podía sentir pánico o…ehm… mejor sigo con el fic) a ver, como decía, un tipo vestido como un mayordomo (Porque eso era, un mayordomo), de pelo morado y largo (su pelo, no él) corría por todo el castillo, lleno de pánico (el tipo, no el castillo), dirigiéndose a una habitación en específico. En su mano izquierda llevaba una carta.

Al llegar a la habitación, ni siquiera se dignó en tocar a la puerta, solo entró bien psicótico, pero descubrió más apanicado aun que la persona a la que buscaba NO se encontraba ahí.

Justo cuando iba a lanzar un grito de histeria para hacer que vinieran los guardias, alcanzó a ver que la persona en cuestión se encontraba, con toda la tranquilidad del mundo, sentada en una sillita isabelina y tomando té mientras contemplaba su reino, todo esto en su enorme balcón.

-¡Señorita Rin! ¡Señorita Rin! ¡Señorita Rin!- gritó el peli morado, muerto de pánico, temblando de pies a cabeza.

Esta se volteó levemente hacia él, dándose aires de grandeza, no por nada era una princesa, le indicó con un ademán de su mano que esperara un poco por favor, acomodó un poco su peinado, dejó aristocráticamente su té sobre la preciosa mesita de esas que aunque ahorres toda tu vida no te podrás comprar (triste, ¿verdad?), puso cara de "Ay como molestan los servidores hoy en día…" y dijo, con voz molesta y refinada:

-Gakupo, ¿Qué Demonios te pasa? Ah: Pero primero: ¿Cómo que "señorita"? ¿Qué te dije la ultima vez?-

-Pero Señorita Rin…. Debo decirle algo muy imp…-

-¡Gakupo!-

-Esta bien, esta bien…- tomó aire –Sublime soberana del reino de amarillo, o debería decir dorado ya que incluso el sol no supera su reinado, divina princesa Rin Kagamine, cuya grandeza y cuyo refinamiento nunca han sido igualados o superados, tengo malas noticias para usted.-

Rin sonrió complacida, volvió a tomar su té (en una hermosa taza de porcelana china que jamás me podré comprar), volvió a arreglarse el pelo.- ¿Cuales son esas noticias?-

-Unas muy graves- dijo Gakupo, señalando la carta que llevaba en su mano –Mire, esta carta llegó hace unos minutos, y en ella el príncipe de azul y la plebeya de rojo… no, espere- releyó cuidadosamente la carta –quería decir, el príncipe de azul y la mujer de armadura roja mandan decir que su en…-

-¡Gakupo!- exclamó Rin, levantándose de su silla, furiosa -¿LEÍSTE LA CARTA ANTES DE ENTREGARMELA?-

-Ehm… si, es que… dijeron que era algo muy importante, princesa.-

-¡Pero nada!- se cruzó de brazos como niña haciendo un berrinche –Como castigo tendrás que… ehm….- y se quedó callada. Ya no se le ocurrían castigos. La semana pasada, lo había dejado sin comer una semana, la anterior de esa le había ordenado alimentar a los cocodrilos de las mazmorras del palacio, otra vez lo había encerrado por una semana en un calabozo, o le había ordenado saltar desde la torre mas alta del castillo…. Mmh… ya no se le ocurría nada más. – ¡Ya se me ocurrirá luego! Por el momento, léeme esa estúpida carta, ¿si?-

-Si, princesa- asintió el mayordomo, y comenzó a leer la carta – Ejem, ejem…- sacó sus anteojos mientras Rin lo miraba con cara de "¿Desde Cuando Usas Anteojos para leer?" –Malévola, malosa, asesina, cruel, despiadada Princesa Del Reino de Amarillo:

Sabemos que usted fue la causante de la triste, desastrosa, espantosa, dolorosa muerte de la pobre, pequeña, hermosa, linda, adorable, inocente, inocentuna princesa de Verde, y también sabemos que usted ha estado gobernando con tiranía, maldad y crueldad ese pobre, inocente, inocentuno, inocentito, inocentuch….-

Gakupo detuvo su lectura- Y ahí, parece que cambiaron de persona que escribió la carta, porque el estilo de letra cambió- dijo, y siguió con la lectura – En pocas palabras: como sabemos que usted es una… - Gakupo abrió los ojos como platos –uy, que grosero … asesina de los mil demonios, ojalá y se pudra antes de que nosotros nos ocupemos de usted y su estúpida tiranía de los re mil… -volvió a interrumpirse, al ver OTRA MUY mala palabra- Wow, eso SÍ es grosero… pero estamos yendo hacia su reino con un enorme ejercito, y pronto gran parte de su pueblo la abandonara, ¡Y USTED PAGARÁ CON TODO, IREMOS A ENCARGARNOS DE USTED, Y SE PUDRIRÁ EN EL INFIERNO, Y LE ARRANCAREMOS LAS ENTRAÑAS, Y VA A PAGAR! ¡NUESTRO EJERCITO YA VA PARA ALLÁ! ¡NADA NOS DETENDRÁ! ¡¡¡MWJAJAJA!!!

Atte.: Meiko, la mujer de la armadura roja, y Kaito, el príncipe del reino de azul.

Pd: ¡Viva la revolución! Y ahí volvió a cambiar la letra ¡Y los helados!-

-¿Ah?- dijo Rin.- ¿Esa era la Gran noticia?-

-Si, su alteza.-

Rin suspiró con fastidio- Bah. Ya lo sabía.-

-¿¿QUE??- gritó Gakupo.

-Si, ya lo sabia, ¿Que crees que no veo los ejércitos desde acá?-

Gakupo la observó impresionado. – ¿Tan buena vista tiene, mi Lady?-

Rin no contestó, solo señaló fastidiada un enorme telescopio junto a ella. –Los vi instalarse con sus ejércitos, bah. Contra mí no pueden. De cualquier forma… Gakupo, ¿no ves los noticieros?-

Gakupo optó por quedarse callado. Era un buen punto.

-Debería pensar en huir, princesa.- dijo un chico rubio, llegando al balcón con una bandeja cargando más té.

-¡Ah! ¡Len!- exclamó, feliz de la vida, ante la llegada del sirviente.- Te estaba esperando, se me acabó el té.-

Len sonrió y le sirvió un poco más. –Como decía, debería pensar en huir por si sucede algo malo.-

-No te preocupes, Len- respondió ella, con una sonrisa.-No tengo por qué huir ni nada.-

-Bueno, si usted lo dice…-

-¡Mi ejercito es mucho mas grande!- exclamó Rin con alegría. Luego reparó en Gakupo, que seguía ahí de menso, solo observando todo y esperando a que lo pelaran. Pobre Gakupo, a mí me ha pasado muchas veces que me quedo como idiota esperando que me hablen porque de pronto comienzan a hablar con todos menos conmigo. – Ehm… ¿Aun tienes algo mas que decirme, Gakupo?-

-¿Yo? No.- respondió este, muy tontamente.

-¡¡¡ENTONCES LARGO!!!- explotó Rin, cambiando drásticamente de carácter.

Gakupo salió huyendo del cuarto, pero justo cuando iba a cruzar la puerta, la voz de "su alteza" lo detuvo.- Un momento, Gakupo. Ya se me ocurrió un buen castigo-

Gakupo tragó saliva mientras maldecía en silencio su mala suerte. –Ehm… ¿si?-

-Mi castigo es el siguiente: tendrás que ir hasta el campamento enemigo, solo a espiar, y luego regresas para decirme todo, ¿si?-

-Ehm…-

-Nada de "Ehm…"s, vas y regresas, ah, y deberás llevar un uniforme que diga claramente que eres MI mayordomo. –

Gakupo trago saliva. Iups…- Y… ¿Cuando debo hacerlo?-

-Mmmh… ¡Dentro de dos días!-

Gakupo asintió lentamente con la cabeza y ahora sí salió de la habitación, dirigiéndose a la cocina, para ver a una persona en especial.

En el camino, iba pensando en si la misión=castigo era peligrosa o no, chance y efectivamente no le pasaría nada si solo iba y punto, quien sabe, pero lo único predecible en la vida es que nada es predecible y…

Uy, que complicado. Ojalá no le pasara nada, ese era el punto.

-¡Buenos días a todas!- exclamó al entrar a la amplia y lujosa cocina.

Las tres chicas ahí presentes lo miraron sin dar muestras de estar ni siquiera un poco impresionadas (excepto una, les dejo adivinar cual).

-Hola, idiota- saludó una de ellas, de pelo largo, suelto y rosa, muy concentrada en ponerle sal a un guisado. Luka. Una chica que ponía alma y cuerpo en su cocina, ya que si no era un "Mucha sal" era un "Muy desabrido" de parte de la princesa Rin. Luka tenía un gran complejo con eso. Aunque su comida era deliciosa, Rin siempre terminaba rechazándola (Gakupo y Len sabían perfectamente que lo hacia a propósito), y esto la tenia desesperada.

Luka ODIABA a Rin.

-¡Buenhmos dihfas GahfKupHfo!- (Traducción: ¡Buenos Días Gakupo!) saludó otra de pelo rosa oscuro, peinado en dos "taladros", mientras engullía una baguette. Teto. Como siempre, comiendo. Ella probaba los alimentos antes de que se los mandaran a Rin, por precaución. Pero… en ocasiones, por "probar" se terminaba todo un platillo y Luka tenia que volver a cocinar.

Teto QUERIA CANONIZAR a Rin, ya que gracias a ella se la vivía comiendo delicias que ni yo, ni ustedes ni ella jamás podrán pagarse.

Teto tenia un hermano que era príncipe en un reino bastante lejano, pero a ella le gustaba quedarse ahí, en esa cocina a comer toooooooodo el día.

-H… h… hola... Ga… Gakupo- dijo la tercera, de inmediato volteando hacia otra parte, y dejando caer los platos que estaba cargando. Haku. Con su habitual mala suerte que a Gakupo le parecía encantadora (No por nada, él tenia la misma mala suerte). Tímida hasta la medula, siempre con ganas de que la tierra se la tragase.

Esta chica era nueva, así que su opinión sobre la princesa aun no estaba del todo formada. LO único de lo que estaba segura respecto a quienes habitaban el castillo es que estaba locamente (y secretamente) enamorada de Gakupo.

Al darse cuenta de que había dejado caer los platos, de inmediato comenzó a musitar un sinfín de Discúlpenme, Excusez Moi, Gomenasai, Pardon, Sorry… y etc etc etc, agachándose para recoger los pedazos de los platos rotos.

Gakupo de inmediato fue a ayudarla, pero esta, al ver que el se acercaba, ella lo recogió todo a la velocidad de la luz y salió corriendo de la cocina (musitando un enorme y gigantesco SUMIMASEEEEEEN).

(Ya me recordó a Cierto tipo de Fruits Baskert cuyo nombre inicia con un Ri y termina con tsu.)

Gakupo se quedo de una pieza, pero supo ocultarlo bastante bien.

-La pones muy nerviosa.- musitó Luka, concentrada en su sopa.

-¿Quefh Notichfias mhnos tfaes?- (Traduccion: ¿Qué Noticias Nos Traes?)Preguntó Teto, aun con la boca llena.

-El ejército de verde, rojo y azul viene hacia acá.-

-¿No entiendo, son TRES ejércitos o es un tres en uno? ¿De donde salieron?- preguntó Luka, con malhumor.

-A ver… creo que…- Gakupo lo repasó en su mente- Creo que el de rojo son los ciudadanos de este reino que quieren revelarse y que escaparon de aquí, el de azul es el del reino de azul, el de verde el del reino de verde y… creo que tienen refuerzos, pero no se. Y creo que entre los tres forman un 3X1, como dijiste. Y esas son las noticias.-

-¡Nhfo, yhfo dighfo alghfo nuevhfo, ehfo lo fhaben afta lafh piedhfas!- (Traduccion: ¡No, yo digo algo nuevo, eso lo saben hasta las piedras!) exclamó Teto.

-¡Si, Gakupo, TODO el reino ya lo sabe!- protestó Luka, lanzando con brusquedad un puñado de especias dentro del caldero lleno de sopa, y gruñendo al ver como el color de esta cambiaba levemente de un rojo claro a un rojo oscuro.

-¡Yo… apenas me enteré esta mañana!- exclamó incrédulo él.

-¡Pues muy tu problema!- respondió Luka.

-¿De que hablan?- preguntó Len, entrando a la cocina, cargando la bandeja vacía.

Luka observó esto enojada. – ¡Peeero! ¡Len! ¿Donde están las tazas?-

-A la princesa se le cayeron accidentalmente por el balcón.-

Todos suspiraron al unísono. Sí, cómo no. Uno de los pasatiempos favoritos de la princesa era tirarles cosas a los plebeyos desde el balcón. "A otro con ese cuento" pensaban todos.

-¿Qué? ¿Que quien invade a quien?- preguntó Haku, asomándose por la puerta. Pero al darse cuenta de que Gakupo seguía allí, se sonrojó y decidió volver a irse.

____________________________Mientras tanto, en el campamento enemigo…

-BUAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA!! MIKUUUUUUUUUUU!!!- lloriqueaba el peli azul, dando vueltas por la fastuosa tienda de campaña, mientras la chica de pelo café y (no traía armadura) ropas color de la sangre lo observaba con una expresión de fastidio desde un sillón desde el que hacia un rato había estado planeando estrategias para vencer a Rin.

*Flashback=Cinco minutos antes*

-Mmmh… veamos…- decía pensativamente Meiko mientras observaba el mapa del campo de batalla trazando complicadas estrategias en su mente.- Si atacamos por aquí… o mandamos ciento cincuenta hombres solamente… mmh….-

Entonces entró el majestuoso y sabio (Omg, estoy mintiendo) príncipe de azul, disfrutando de un enorme helado. Observó con curiosidad lo que hacia la chica. No tardó mucho para que ella se diera cuenta.

Y si algo fastidia en este mundo es que te observen como imbéciles mientras haces algo.

Kaito se quedó un laaaaaargo rato mirándola tan pensativa, con una expresión de mucha curiosidad, hasta que Meiko se hartó de pensar mientras la observaban.

-Deja de mirarme.- dijo, profundamente enojada.

-¿Por qué? Sólo estoy viendo que te ves bastante linda cuando estás tan pensativa.- respondió Kaito.

-…- Meiko se retuvo de golpearlo. Mira lo que son las cosas.

El otro babas ese debería estar haciendo el dichoso plan de batalla junto con ella, pero resulta que no solo no sabe NADA de estrategias militares si no que aprovecha la ocasión para ir a fijarse que "se ve linda cuando esta tan pensativa" mientras come un helado, totalmente despreocupado de la situación. –Kaito, el ejercito de amarillo podría vencernos, ¿sabes? DEJA DE PENSAR EN ESTUPIDECES AHORA MISMO-

-¡Pero es un hecho! ¡Te ves muy bonita cuando estas tan pensativa!- Kaito insistía con eso porque hasta ese momento en que la vio tan desconectada del exterior, tan clavada en ese mapa, nunca se le había ocurrido fijarse a ver si era bonita o no.

Meiko suspiró, mientras en su mente pasaba este pensamiento exactamente: "¿Qué % le hice al % mundo para que para vengarme deba estar en % alianza con este %?". Optó por no responderle, a ver si entendía por las indirectas que necesitaba silencio para pensar.

"Veamos… podríamos mandar un ataque al castillo por la izquierda, al mismo tiempo que lo atacamos por la derecha… o también podríamos…"

-Parece que se nos acabó el helado- meditó en voz alta Kaito.

"…O podríamos dejar de pensar en helados no eso no… ¡un momento! ¿Helados? ¡Yo no estoy pensando en helados! Estoy pensando en vengar la muerte de mi esposo. A ver… con cien hombres podríamos hacer un ataque de distracción mientras otros mas se dirigen a…"

-Últimamente ha hecho calor ¿no crees?-

"¿Cómo no va a tener calor, si se la vive embutido en ese % abrigo? Debería al menos quitarse la estúpida bufanda. ¿Y ese tío es un princ…? No, no, no… Meiko, guerra: piensa en eso: GUERRA. Ok, ok… ¿Cómo seguiría la estrategia entonces? Podría s…"

-¿No me vas a contestar?-

"¿Por qué ese tipo esta tan babas? Seguro de chico se cayó de la cun… no, no… Estrategia, estrategia: podríamos asesinarlos a botellazos, y luego enterrar sus cadáveres en fosas sépticas… Meiko, ¿Qué % fue esa % estrategia de %? Oh rayos, ese tipo del abrigo raro cada vez hace que piense cosas más raras. Ok, la estrategia: La % ESTRATEGIA: Veamos… un buen plan tal vez sería…"

-Ah, estas pensando, disculpa.-

"… Y luego los noqueamos con teletubbies, y… no, no, con un Barnie gigante, o mandamos a Godzilla a que pisotee a la % de Rin una y otra vez, y así nos libramos del problema, seeee… y mientras tanto escuchamos la canción de Poker Face. Un momento, ¿Qué estoy diciendo? ¡Eso no serviría!... no, un mejor plan es…"

-Así que para pensar necesitas silencio…- dedujo en (por desgracia) voz alta Kaito.

"Y un peluche de Lugia a tamaño real, y lo tiramos sobre el banco, no, castillo, y matamos a… ¿A quien debíamos matar?"

-Yo para pensar necesito…-

"¡Debíamos matar a Edward Cullen! ¡Eso es! Y luego…"

-Un buen par de…-

"¿Sangre?"

-¡Helados!- exclamó Kaito, feliz de la vida, triunfante, dándole una gran lamida a su helado, que aun no se acababa.

-¡CIERRA LA % BOCA DE UNA BUENA VEZ O TE HARE LLORAR, % MALDITA SEA!- gritó Meiko, tirando el mapa y cualquier cosa que estuviera sobre la mesa, con una vena palpitándole en la frente (a Meiko, no a la mesa, las mesas no tienen venas. Sé de un abrigo que parece que tiene venas, el de Ryu, de Shaman King, pero este es un fic de Vocaloid, no de Shaman King. De cualquier forma, Ryu me da miedo.)

Kaito casi se cae de la impresión, lo que sí se cayó fue su helado, que terminó estampado en el piso. Meiko estaba FURIOSA.

Wow, eso si era temible. Una furia tipo anime, con los ojos completamente rojos, un fondo lleno de fuego, los dientes convertidos en colmillos…. Lo que ustedes ya saben.

-¡No me grites! ¡Te recuerdo que soy un príncipe! ¡No tienes derecho!- protestó Kaito, cediendo a su lado aristocrático. Aunque casi de inmediato se arrepintió de decir eso, porque quedó como un reverendo imbécil.

-¡Ja!- exclamó Ella, muy enojada, pero recuperando la compostura, mientras volvía a sentarse en el sofá del que había casi saltado hacia apenas unos minutos – ¿Y se supone que me debo inclinar ante ti, que eres tan tonto que ni siquiera tomas en mano la venganza de tu prometida? Ppppf… ni idea de que te vio, definitivamente, nunca has merecido que ella accediera a casarse contigo…. Eres tan… patético.-

Meiko se arrepintió de decir eso a los cinco segundos.

Usted creerá que es porque se dio cuenta de que eso era herir los sentimientos de Kaito hasta lo más profundo. Nada más alejado de la realidad, amigos lectores:

Y ahí fue cuando Kaito rompió a llorar histéricamente y a correr por toda la habitación. Es decir, este flasback puede terminar.

Fin Del FlashBack_________________________________________

-¡¡BUAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA!! ¡¡Mikuuuuuuuu!!-

-¡Ya! ¡Ya cállate, por dios!- exigió Meiko, exasperada, sobándose las sienes y lamentando haberlo puesto tan histérico.

En lo poco que llevaba siendo su aliada, había aprendido algo MUY importante: Lo que Kaito siempre necesitaba era un modelo materno, porque se comportaba casi como un niño. Un momento… ¿dije casi? Quería decir que se comportaba, definitivamente, como un niño. Por eso: Mejor no hacerlo llorar o comenzaría un berrinchote del tamaño de Rusia.

-Pero… pero… ¡¡Tienes razón BUAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA!! ¡Ella no me merecía! ¡Merecía a alguien mejor Buaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa! ¡¡Que mal prometido soy!!!- respondió, igual de histérico, Kaito, sin parar de dar vueltas por la habitación.

Meiko suspiró con resignación. Hora de reconfortar al príncipe. –No exageres, no lo dije enserio.-

-¡Pero lo que dijiste es ciertoooooo! ¡¡BUAAAAAAA!! ¡Buaaaaaaaa!-

-No, no es cierto.- respondió ella, recordando otro punto que había aprendido: Ser FIRME.

-¡Si! ¡Si es ciertooooooo! ¡¡BUAAAAJAAAAAAA NOOOO!!-

-Dame una prueba-pidió Meiko.

-Mírate a ti: ¡TÚ si eres una buena esposa! ¡Juraste vengar a tu marido y lo estas haciendo muy bien! ¡¡Yo, en cambio, no me ocupo ni siquiera de planear como vengar a Mikuuuuuuu!! ¡¡Buaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!!-

Meiko volvió a suspirar con resignación. Kaito ya se había ido a un rincón de la habitación, muy a la Tamaki, rodeado por un aura negra de deprimido.

Meiko se levantó de su asiento, y se acercó a el. Le puso una mano en el hombro y le dijo, con voz dulce – Mira: Lo que dije no es cierto, solo lo dije porque me enojó mucho que te pusieras en plan de muy refinadito. Pero tú no eres patético como dije.-

-¿Ah no?-

-Bueno… a veces puedes serlo, pero no lo eres, tú… ehm… Tú merecías casarte con Miku tanto como yo merecí casarme con mi esposo.-

-¿Segura?-

-Si, tú… tú tienes muchas cualidades- Uy, como le dificultaba convencerlo. ¿Qué podía decirle? –Creo que eres… bueno…eres… eres lindo.-

-…- No respondió.

-Si, eres lindo. Muy caprichudo y… bastante tonto, pero… eres lindo.-

-…- Kaito asimiló unos minutos lo que acababa de escuchar. Por alguna razón, eso lo puso nervioso. Curiosamente, en el momento en que ella le había dicho eso, la voz de Meiko le había parecido… parecido muy dulce. Muy dulce. Dejó de llorar, y se levantó, al igual que Meiko. Estaba muy extrañado ante el comentario de la chica. –Bueno… entonces… creo que debo… irme a… ehm… por mas helado.-

Meiko asintió con la cabeza mientras Kaito iba hacia la salida de la tienda. Y recordó lo que el le había dicho hacia apenas unos minutos. Ahí, tuvo un impulso bastante extraño.

–Ah… ¡Kaito!- le llamó.

-¿Si?-

Sus miradas se cruzaron por un instante. Durante ese instante, Meiko tuvo un sentimiento de que el corazón daba un pequeño vuelco en su pecho. Esos ojos… le recordaban tanto a…

-Solo… una cosa… Gracias por el cumplido.- Musitó Meiko, con las mejillas levemente teñidas de rosa. Sí, algo en los ojos de Kaito le recordaba a su esposo. Mucho, y esto la turbaba. Apartó la mirada discretamente.

-¿Eh? ¿Cual cumplido?- Preguntó Kaito, extrañado. ¿Cumplido? Wo, ¿Ahora hacía cumplidos sin darse cuenta?

-El de hace rato, cuando me mirabas mientras trataba de pensar.-

-Ah…- Kaito se sonrojó levemente también. –Yo… de nada.- y optó por salir de la tienda antes de que su sonrojo aumentara.

Meiko se quedó un momento mirándolo irse. Por qué… ¿Por qué algo en él le recordaba tanto a su esposo? ¿Qué era lo que tenía Kaito que…? No, no debía de pensar en eso. Sacudió la cabeza un par de veces para quitarse de la cabeza un recuerdo de un abrazo. Eso… eso ya estaba en el… pasado. Una lágrima corrió por su mejilla, y muy en el fondo de su corazón pudo sentir que quería echarse a llorar.

Obviamente, no lo hizo.

Kaito siguió huyendo hacia… En realidad, lo de los helados solo había sido una excusa (Muy fácil de creer), lo que necesitaba era alejarse de ella un momento.

¿Pero qué le pasaba? No podía estar sonrojado, ¿oh si? el nunca se sonrojaba ante ninguna chica. Bueno… sí. Miku siempre lograba ponerlo rojo como tomate. Recordó con una sonrisa lo difícil que fue vencer a los nervios para pedirle matrimonio.

FlashBack__________(We LoVe FlAsHbAcKs)________________________

La princesa de verde se encontraba a la sombra de un gran árbol en los jardines de su palacio, leyendo un libro. El día era hermoso, el cielo estaba despejado y hacia bastante calor, pero a la sombra de un árbol se podía escapar rápidamente de él.

Se oía a los pájaros cantar, a los grillos cantar, a la vecina de Dante cantar (curiosamente, no cantaba nada mal), a Lady GaGa cantar, a Shakira cantar, a los O-zone cantar, a Paquita La Del Barrio cantar… no, esperen, a Paquita la del barrio no.

El punto es que en el aire flotaba una extrañamente suave melodía, y la princesa Miku no pelaba nada de eso, tan concentrada estaba en su libro.

Kaito se acercaba lentamente al árbol, por detrás, para que ella no lo viera. Trago saliva. Estaba muy nervioso, muy nervioso, estaba hecho una mata de nervios por la decisión que había tomado esa mañana.

En uno de sus bolsillos, un pequeño bulto esperaba pacientemente a que por fin Kaito lo sacara (No, no era un animal o algo así, de hecho, no tenia porque esperar nada, pero este es mi fanfic, no el fanfic de otra persona, y yo hago lo que quiero con MI fanfic). Era una cajita, una cajita color azul oscuro que contenía un anillo.

Al llegar hasta el árbol, se quedo un par de minutos inmóvil, y luego sorprendió a Miku abrazándola por la espalda.

-¡Kaito!- exclamó ella, lanzando el libro lejos y abrazándolo a su vez. –¡No sabia que estabas en el reino!-

-En cuanto pude me di prisa en venir, princesa- respondió Kaito, con una sonrisa, ocultando sus ganas de salir huyendo.

-Te extrañé- musitó Miku, abrazándolo con un poco mas de fuerza.

-Y yo a ti mucho más.- respondió el príncipe, pasándole una mano por el cabello y pensando exactamente cómo decirle lo que había venido a decirle.

-¿Qué hizo que vinieras tan rápido?-

Kaito se separó un poco de ella, y sacó la cajita de su bolsillo. Trató de serenar su mente para no decir o hacer algo ridículo.

-Miku…- comenzó, casi tartamudeando, mientras Miku lo observaba con curiosidad. –Tú… querrías… ca… casar…- abrió la cajita y se la tendió, temblando. Bajó la cabeza, tragó saliva y tomó aire. – ¿Casarteconmigo?-

-¿Qué?- preguntó Miku, que increíblemente no había captado el mensaje. No se distinguía por ser inteligentísima. (El libro que había estado leyendo era "Meditación Para Tontos").

Kaito volvió a tragar saliva, levantó la cabeza y decidió decirlo todo de un tirón y de una buena vez – ¿Miku Hatsune quisieras casarte conmigo?-

Claro, agréguenle un sonrojo imposible.

Los ojos de ella brillaron con más intensidad, ella lo miró fascinada. – ¡Kaito! Yo… yo… ¡claro que si acepto!... yo… ¡te amo Kaito!-

Y mientras los labios de ambos se fundían en un dulce beso (aunque eso es fisiológicamente imposible), Kaito le puso el anillo, sintiéndose el hombre mas feliz de este y otros mundos. (Si es que hay otros mundos).

Fin Del FlashBack_____________________________________________

-¿Como fue que recordé eso?- se preguntó en voz alta. Y luego recordó que había recordado eso porque desde Miku ninguna chica lo había hecho sonrojar jamás, y que hacía cinco minutos se había vuelto a sonrojar gracias a Meiko. Como pueden ver, mientras pasaba el flashback Kaito había estado pensando en helados.

Sintió nostalgia. Solo de… solo de saber que Miku estaba ya tan lejos que resultaba totalmente inalcanzable… era desesperante y desalentador.

-¡KAITO!- oyó un grito a sus espaldas.

-¿Eh?- y vio de quien se trataba.- Ah… Hola, Ted.-

Kasane Ted se acercó a Kaito luciendo una de sus características sonrisas, muy burlón ante todo, claro.- ¡Hola Kaito! Entonces, ¿Cómo evoluciona la cosa? ¿Ya planearon algo o solo estuviste babeando por ella?-

-¿Eh? No, yo no…- comenzó a negar Kaito, haciéndose el inocente pero sin poder ocultar el tono rosa de sus mejillas.

-¿Ah no? Porque entre todo el ejército se rumorea que entre ustedes dos… pues… bueno, tú sabes…- dijo Ted, dejando un silencio medio raro luego de su frase.

-¡Claro que no!- protestó Kaito, aun mas sonrojado – ¡Sólo son rumores y ya! Punto.-

-Pero debes admitir que pasas mucho tiempo con ella- replicó burlonamente Ted.

-Si, porque ambos tenemos la misma idea: vengarnos de Rin en nombre de nuestros seres queridos.-

Eso me sonó como a pretexto de saint seiya.

-Ajaaaaa- asintió Ted, con sarcasmo.- Bueno, la verdad me da igual, ¿Entonces no han planeado nada aun?-

-No, pero la estrategia esta casi lista- respondió Kaito, con una gota de sudor orbitándole la cabeza. –Aunque… bueno… no estoy seguro-

Paso un minuto de silencio.

-Bueno, supongo que debo ir a hablar con Meiko, seguro ella SÍ tiene algo en mente.- dijo Ted, dándose cuenta de que el glorioso e inteligente príncipe de azul (estoy siendo sarcástica) no tenía ni idea de cómo atacar al enemigo. Y se dirigió a la tienda de campaña donde estaba Meiko.

Mientras tanto, Kaito volvió en su búsqueda de helado. Ninguno de los dos sospechaba que estaban siendo atentamente espiados por Meiko, desde la tienda de campaña.

Fin Del Capitulo:::::::::::::::::::::::::::::::: Dejen sus rewiews ¿ZA?

Atte: Lallen

Pd: Mmmh… ¿Qué puedo decir de este capitulo?

Ah, veamos… primero. Ustedes no se imaginan como terminara este fic XD

Una cosa: Si se preguntan por que Meiko es tan mal hablada (Jeje…) es porque, contrariamente a los fufurufos del resto del fic, ella NO es ni princesa, ni duquesa, ni manager de David Bidbal, es una… bueno, de hecho (Y aunque no quiero sonar fufurufa yo también) es una plebeya.

Otra: Teto vive lejos de su hermano y en el castillo del enemigo por qué…

No quiere meterse en la vida aristocrática luego de ver como les fue los príncipes de otros reinos.

Le da MUCHA flojera gobernar.

Lo único que quiere es vivir comiendo algo rico.

Y… bueno… ¿Como acabó en el castillo de Rin? Pues porque puede servirles de espías a los enemigos, ¿no? El punto es que ahí está.

Ah, otra cosa: esta será una semicomedia, ¿si? Porque… no TODO será cómico. Pero no habrá gran cosa de SERIEDAD tampoco… o eso creo. Ah, y ENSERIO NO SE ESPERAN EL FINAL XDDDD