Card Captor Sakura no me pertenece, tampoco ninguno de sus personajes todos ellos pertenecen a CLAMP.

Summary: Si esa persona desaparece y promete volver, aun cuando no luce como quien solía ser ¿lo esperarías eternamente o decidirás continuar sin él? Cuando todo se encierra en una caja de música.

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Melodía Capturada

Por: Kuroi Chou

Cuando el tiempo pase

Y el polvo cubra mis heridas

Búscame en aquella caja de música

Tal vez reviva con tu melodía

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Capítulo Uno.

Un nuevo lugar, nuevo comienzo

Obscuridad.

Es todo lo que logro encontrar. Es todo lo que queda.

La Luz.

¿Qué era aquello? Apenas y puedo recordar.

Ni siquiera el tiempo queda ya.

Ahora…

…solo puedo soñar.

ºoOoºoOoº ºoOoºoOoº

La luz entraba por el ventanal. Luz pantanosa. Que se colaba entre las cortinas. El cuarto, antes en penumbra, ahora se aclaraba. Y la claridad que avanzaba cayó sobre el rostro de un muchacho.

El súbito destello le hizo revolverse en sueños. Y con pereza y desagrado poco a poco fue despertando. Luz clara, nuevo día.

― Nuevo día, Nueva vida― murmuro el muchacho al levantarse. Tenía el cabello castaño oscuro en mechones largos y revueltos. Sus ojos ámbares se posaron en el reloj sobre la mesita de dormir, y se estiro con somnolencia.

"¿Por qué siempre me despierto tan temprano?" se pregunto mentalmente. El día anterior había sido muy cansado después del viaje y la pesada mudanza, y aun así se había levantado penas y habían dado las siete.



Miro la luz que se escapaba por las cortinas y suspiro resignado. "De todos modos tengo mucho que hacer" pensó y se levanto sin entusiasmo.

Ese día era el primero de su nueva vida y le gustará o no tenía que comenzar con ella. No se sentía del todo cómodo en esa casa pues aun echaba de menos la suya en Hong Kong. Pero esta tenía un aura que le agradaba y lo impulsaba a investigar. Aun así tendría que pasar tiempo para que se acostumbrara a ese lugar.

No le gustaban los cambios.

Se había mudado a esa casa junto con su familia. Habían llegado ahí porque había pertenecido a un antepasado suyo hacía mucho tiempo. Ahora pertenecía a su familia. Y era el único lugar en el que podían quedarse para vivir.

La verdad era que él hubiera preferido vivir solo porque estaba hastiado del comportamiento que su familia tenía para con él. Detestaba que los negocios y el honor del Clan estuvieran primero que todo.

La casa era espaciosa y de dimensiones muy grandes. Tenía cierta alusión al estilo japonés tradicional pero no predominaba en su arquitectura completamente.

El día anterior al dar un breve recorrido por el lugar había divisado un enorme ático al igual que una grande extensión de jardines. Se había propuesto visitar ambos lugares al día siguiente. Y ese día se proponía a hacerlo.

Después de asearse, alistarse para el día e intentar peinar su cabello sin dar resultados, decidió salir de su habitación para aventurarse y enfrentarse a lo que esperaba afuera.

Camino por los pasillos y pronto escucho un leve rumor que provenía de la planta baja de la casa. Al parecer su familia ya estaba levantada aunque aun fuera temprano. Suspiro cansinamente y se decidió a bajar costase lo que costase, aun tenía mucho que acomodar.

― ¡Syaoraaaaaaaaaaaaaaaan!―chillo una vos femenina desde el extremo opuesto de la escalera que el bajaba. ―Pequeño hermano, ya iba a subir dispuesta a interrumpir tus dulces sueños. Dijo la chica que había propinado tal chillido, Shiefa, de largos cabellos castaños, que se movía alegre y escandalosa mientras le hablaba a su hermano.

El solo la miro hastiado.

―"Si, recuerda que tenemos que acomodar todo antes de que este día acabe" ―pronuncio otra chica que pareció salir de la nada.

―No lo olvide Fanren―contesto sin poner mucha atención.

―Y ni creas que puedes escabullirte y salvarte e esto ¿eh? ―Añadió una tercera que, como la segunda, parecía haberse aparecido detrás de la que salió antes que ella.

El muchacho la miro con molestia descartando al instante sus planes de fuga al contestar―No había considerado esa idea Fuutie pero gracias, la tomare en cuenta.

Y se alejo hacía donde ellas no estuvieran. No quería tener que lidiar con ellas desde temprano. Y solo eran tres más le valía ocultarse antes de que la cuarta se revelara tras la tercera como la pieza final del abanico. Entonces estarían completas.

― ¿A dónde vas Syaoran-chan? Adorable cachorro, no debes alejarte demasiado ya que está listo el desayuno y pronto madre llegará―dijo Feimei para finalizar el abanico.

Demasiado tarde. El abanico se había abierto mostrando todas sus piezas.

―No tengo mucha hambre ahora, prefiero desayunar más tarde ya que…

―Xiao Lang― la potente exclamación le impidió terminar su último intento de escapar y provoco que se volviera rígidamente para así poder dar la cara a su madre.

―Buenos días Madre―dijo respetuosamente, mirando al suelo.



―Buenos días― después de mirarlo unos segundos añadió―Sabes bien que solo hay una hora para tomar los alimentos y no debes faltar a ella. Por favor no insistas en irte y quedarte si comer hasta el almuerzo. Acompáñanos―Ordeno, antes de retirarse.

Resignado se encamino hacía el comedor. ¿Por qué no había ido a vivir solo ahí? Si lo hubiera hecho podría haber sido libre y tal vez volver a soportar a su familia. No es que no los quisiera pero simplemente no se llevaban bien.

El recuerdo de la mirada de su madre lo hizo temblar levemente y apresuro el paso para no hacerla enfadar al llegar tarde a desayunar.

Su madre era una mujer muy fuerte y distinguida. Su larga cabellera recogida y que colgaba casi hasta el suelo era negra como el carbón, vestía siempre de la manera tradicional china y su tez blanca cual porcelana, esto la hacía parecer una muñeca hecha del mismo material. Sus ojos grises miraban distantes y la mayoría del tiempo parecía ser severos.

Sabía ocultar su sentir y llevar todo en silencio. Al igual que el. Esto hacía que chocaran a menudo. Pero no le gustaba pensar en eso.

El desayuno paso silenciosamente y cuando todos terminaron se retiraron para colocar todo lo que hacía falta colocar.

El trabajo no fue muy largo porque la familia Li no tuvo que hacer el trabajo por sí sola, numerosos mozos y ayudantes colaboraron para hacer el trabajo menos pesado. Pasaron toda la mañana repartiendo muebles, cajas y adornos y vigilando que todo se hiciera propiamente.

Después de ir de un lado para otro Syaoran se arrepentía de haber comido poco en el desayuno. Para el medio día a la hora del almuerzo casi se olvida de sus modales por el hambre que lo punzaba pero logro contenerse.

Después de tanta comida decidió salir a explorar los jardines para así sentirse más tranquilo y menos lleno para cuando la hora de volver a casa llegara. Paso largo rato viendo por todos lados y guardando en su mente sus lugares favoritos por si los necesitaba después.

Cuando se sintió lo suficientemente tranquilo termino de acomodar todo en su habitación y preparar todo para su entrada al curso a la mañana siguiente. Al terminar ya era de noche y la luna vanidosa se lucía a trabes del ventanal de la habitación. La observo un momento antes de bajar a cenar.

Su madre había salido a asuntos de arreglos y acuerdos en la ciudad y sus hermanas estaban dispersas en sus cosas por lo que la cena fue más amena que las comidas previas ese mismo día. Cuando acabo recordó que aun le faltaba inspeccionar el ático antes de que acabara el día y se dirigió para allá dispuesto a acabar rápido.

Mientras subía pensaba en donde podrían haber colocado los somníferos porque quería uno que lo ayudara a recuperar el sueño perdido esa mañana. No era muy perezoso pero ese viaje le había causado más sueño del que deseaba.

Al entrar se encontró con que este lugar también tenía ventanales anchos como su habitación. Había desperdigados montones de cosas que los antiguos dueños de esa casa habían olvidado en su camino. Sofás, roperos, un gran candelabro de cristal que no iba bien con el estilo de la casa, mesas, cajas llenas de cosas. El sitio era enorme y estaba repleto.

Empezó a rebuscar entre las cosas intentando encontrar algo interesante. Probó los almohadones y descubrió algunos adornos cubiertos por sabanas. Encontró un sitio cómodo con libros de matemática que le interesaron. Tomo nota mentalmente.

Al remover se encontró con una caja pequeña y algo oculta con cosas que parecían haber pertenecido a una chica. Nada en ese cuarto se parecía a l que había en esa caja. Zapatillas, vestidos, flores marchitas, vestidos, espejos, cuadernillos y cantidad de cosas. Pero lo que más le llamo la atención fue una caja de música.

Era pequeña y redonda. Un cerezo en flor estaba grabado y esmaltado en la cubierta. Quiso escuchar el tipo de cancioncilla que esta tendría. La abrió sin mucha dificultad y pudo escuchar.

Suave y triste pensó. Se detuvo repentinamente y deseoso de escuchar más quiso darle cuerda y al hacerlo la dejo caer. La perdió de vista y la encontró bajo un rayo de luna.

ºoOoºoOoº ºoOoºoOoº

Sintió como caía y su cuerpo se estrellaba contra algo duro.

Quejándose por el golpe abrió los ojos. Todo se veía borroso, envuelto en una nube de polvo. Sus ojos no lograban enfocarse. Poco a poco pudo divisar armarios, sabanas y cajas. Todo ahogado en polvo.

Un rayo de luz cayó sobre su cuerpo. Cegándola. Se volvió pues, asustada y se topo con ámbar líquido.

Sumergida en luz.

Se encontró con los ojos del muchacho.

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N/A: Esta listo! Uy no tienen idea de cuánto me ha costado esto. Vengo hoy a entregarles el inicio de esta sinfonía, ha solo está aquí a modo de prueba quiero checar como es recibida y como la aceptan. En verdad me esforcé y espero que tanta palabrería sea entretenida. De cualquier forma la continuación vendrá en mucho, mucho tiempo.

Para aquellas que esperan Black Wings no se asusten, no renunciare a la traducción de hecho ya pronto subiré el siguiente capítulo así que no desesperen. Y por favor no olviden los reviews. Son muy importantes, lo que calma mi hambre.

Bueno por el momento no tengo más que decir. Cuídense.

Nos leemos pronto.

Matta ne

Kuroi Chou º"º