Nota de la traductora: Traducción de http(:)(/)(/)(w)ww.(fanfiction).(n)et(/)s/8816471/ 1/Creep-A-Love-Story-in-Five-Acts-and-an-Epilogue

Gracias a Lilinas por dejarme traducir esta historia.


Acto I: Enemigos

"En realidad estoy pensando en esmeraldas. O zafiros. Supere mi obsesión con los diamantes en la escuela secundaria, de verdad. Una chica necesita color, ¿no lo crees?"

Kurt suspiró y se alejó de donde Rachel seguía dándole vueltas a un pendiente con el Señor Dixon de 'Las finas joyas de Dixon'. Había estado en la tienda por media hora merodeando entre cajas mientras Rachel intentaba encontrar la gema perfecta que combinara con el vestido que había elegido para su primera aparición en los Tony Awards. El entendía que todo necesitaba ser perfecto, pero honestamente, una joyería genética como esta no tenía mucho que ofrecerle a él. Ya había examinado las únicas cajas que poseían algo interesante - un par de broches vintage y un realmente precioso reloj colgante - y ahora estaba entre ver los aburridos y normales anillos para hombre y los requeridos relojes de pulsera.

"Bueno, mi vestido es blanco, así que realmente quiero algo que muestre color, el ámbar parece ser tan aburrido..."

Se dirigió en dirección a los anillos. Anillos de matrimonio en su mayoría, y algunos otros, esa clase de anillos llamativos que usan los hombres cuando quieren mostrar su éxito financiero. Totalmente de mal gusto. Nada que consideraría en un millón de años.

Y entonces lo vió. En la parte de atrás del mostrador, enclavado sobre un cojín negro, el anillo que jamás había visto antes. Era de plata, pensó, un brillante casi blanco plata que estaba salpicado con pequeños puntos de algo mucho más oscuro en un patrón que le recordaba a Kurt la imagen negativa a un cielo oscuro estrellado. Era un anillo hermoso. Perfecto, realmente. Sería perfecto para... pero no. Jamás sucederá.

Volvió a los broches vintage. Era más seguro ahí. Y realmente debería darle una segunda mirada al reloj colgante. Podría tener el color justo para su nueva chaqueta cachemira color púrpura.


La primera impresión de Sebastian Smythe había estado en el límite de la aversión y el odio. Bueno, quizás no la primera.

Se conocieron durante el tercer año de Kurt en NYU, cuando estaba de novio con John Petrofsky, un estudiante de historia con beca en tenis quien tenía la clase de pectorales que sólo podías encontrar en jugadores de tenis y quien según todos los amigos de Kurt estaba totalmente fuera de su liga. Incluso Kurt sabía que era verdad. Pero John parecía completamente enamorado y se lo mostraba a Kurt con flores, románticas noches en el teatro, y el sexo más caliente al cual Kurt hubiera soñado jamás. Habían sido seis semanas de idílica pasión... antes de Sebastian.

El compañero de cuarto de John, Trevor, conocía a Sebastian porque ambos estudiaban arquitectura y lo había invitado a una reunión con ellos un sábado por la noche en The Rocking Horse, un bar al cuál Trevor se refiere como "flexible", lo cual aparentemente significaba que cualquiera se podía sentir cómodo ahí, gay, hetero, o como a Trevor le gusta llamarlo, omni-sexual. Rachel estaba con ellos esa noche, con su novio Alexander (prácticamente su prometido, como a Rachel le gustaba presentarlo) y cinco de ellos, junto con otros amigos de Trevor, una chica pelirroja de la cual Kurt no podía recordar el nombre pero que su pareja era difícil de olvidar, incluso con los dedos de John jugando con su pelo en la nuca de su cuello, todos ellos se habían tomado una esquina del club, felices burlándose de la gente en la pista de baile y disfrutando de sus tragos con un gusto que solo se ve en los que recién pueden beber legalmente.

Cuando el alto, bombón de rasgos afilados y sonrisa confidente camino hacia la mesa, el primer pensamiento de Kurt fue como se sentiría ese torso presionado con el suyo. Su segundo pensamiento fue que quizás este chico era la manera de Trevor de salir del closet como omni-sexual, dado que el bombón había estado mirando a más chicos en la fiesta que chicas. Su tercer pensamiento fue si es que Trevor tiene amigos que no sean tan atractivos.

Así que realmente, el candente odio fue el cuarto.

Trevor saltó inmediatamente y se envolvió en torno al recién llegado con un "¡Sebastian! ¡Hombre! ¡Me alegra que vinieras!" eso no hizo nada para disipar la sospecha de su omnisexualidad. Sebastian, por su parte, asintió en las introducciones, sin decir nada hasta que llegó a John, cuando el te-lo-juro ronroneó (¿quién hace eso?), "Bueno, hola tu," y le tendió la mano. John tuvo que sacar su mano del cuello de Kurt para alcanzar la de Sebastian, por lo cuál Kurt le dio una mirada que decía '¿Que mierda?' antes de sacar su mano para cuando Trevor lo presentó.

Sebastian apenas lo miró mientras sus se juntaban y se separaban otra vez. Toda su atención estaba centrada en John, sus ojos recorrían todo su cuerpo de una manera tan posesiva que para cuando Sebastian acercó una silla directamente frente a su novio ni siquiera los dedos largos de John en la parte de atrás de su cuello otra vez podían controlar las plumas erizadas de Kurt.

Desde ahí todo se vino cuesta abajo. Cada vez que John hablaba Sebastian volvía todo su cuerpo hacía el, orientándose su alrededor como el norte a una brújula. Eventualmente, las dos parejas se levantaron para bailar, y Trevor divisó a una chica que conocía y se levantó a hablar con ella así que los tres quedaron solos, John y Sebastian entraron en una acalorada discusión sobre la intersección de la historia y la arquitectura y como se informaban la una a la otra mientras Kurt sonreía y echaba humo de furia. La mano de John hacía tiempo había abandonado el cuello de Kurt en favor a gesticular para marcar puntos a Sebastian.

"¡Tienes toda la razón!" John estaba diciendo con una mirada ávida en su cara que Kurt realmente quería golpear. "Mira Praga. No puedes decirme que estar rodeada por esas construcciones - es como si su cultura independiente les estuviera mirando el rostro."

"Exactamente," Sebastian dijo. "El comunismo iba y venía, pero esas construcciones seguían ahí. La arquitectura es parte de lo que significa ser Checo. No puedes olvidar tu historia cuando esta escrita en cada piedra a tu alrededor." Tomó un gran sorbo de su botella de Corona y inesperadamente volvió su atención a Kurt. "Debe esto ser muy aburrido -

"Kurt," Kurt solo le dio una mirada.

Sebastian inclinó su cabeza solo un poco. "Kurt. No eres estudiante de historia, ¿cierto?"

Kurt estaba contemplando si responder o no cuando los dedos de John volvieron a su cuello y lo acarició gentilmente. "Kurt está en el teatro. Acaba de ser elegido como uno de los principales en el musical de invierno." El obvio orgullo en la voz de John no apaciguó a Kurt como debió haberlo hecho.

Sebastian pretendió estar interesado. "Dejame adivinar ¿Cabaret?"

"Next To Normal," Kurt le informó.

Sebastian levantó una ceja desdeñosa incluso mientras decía, "Impresionante."

La mano de Kurt fue de golpe al muslo de John y cuando sus miradas se encontraron inclinó su cabeza haciéndole un giro de ojos a la pista de baile. Y John le dio una mirada como una madre le da a un niño de cinco años que esta causando problemas. Kurt entendió el mensaje fuerte y claro. Hubiera sido rudo dejar a Sebastian solo en la mesa. Así que ahora era un niñero, aparentemente.

Los ojos agudos de Sebastian obviamente no se perdieron nada de esto. "Deberías darme tu numero John," dijo casualmente. "Tengo que entregar un trabajo en un par de semanas y me haría bien un poco de perspectiva histórica."

Kurt vació su vaso en un solo sorbo y se la entregó a su novio. "Parece que necesito que lo llenen. Y es tu turno."

John sonrió de buena gana (su inocencia sería realmente tierna en otras circunstancias) y tomó el vaso de Kurt. "¿Necesitas algo Sebastian?" preguntó cortésmente.

"Estoy bien, gracias," Sebastian dijo, sin sacar los ojos de Kurt. Era como si estuviera anticipando esto tanto como Kurt.

Kurt le sonrió a John hasta que estaba lo suficientemente lejos para el alcance de su oído y se giró hacía Sebastian con una cara de perra firme en su lugar. "¿De verdad acabas de pedirle el numero de teléfono a mi novio frente a mi?"

"Lo voy a obtener, también," Sebastian sonrió.

Kurt se inclinó sobre la mesa. "Déjame aclararte esto. Necesitas apuntar tu pene en otra dirección. El es mio y seguira siendo mio."

"Oh, ambos sabemos que eso no es verdad."

"¿Que mierda se supone que significa eso?"

Sebastian tomó un largo sorbo de su cerveza. "Por favor. Tu sabes igual que yo que tu eres solo una... transición para él."

"¿Transición?"

"O solo acaba de salir del closet y tu estás a medio camino entre chico y chica, o decidió que la vida es más fácil si tu eres hetero y tu eres su manera de volver al closet."

Sebastian se inclinó también entonces, así que sus rostros estaban a solo centímetros de distancia. "La cosa es, cariño, que a los hombres gay le gustan los hombres. No los flacos chicos andróginos que aún los confunden en el teléfono con su mamá. Quizás no logre llevarlo a la cama, pero creo que ambos sabemos que no lo tendrás por mucho tiempo más."

Kurt arrugó la nariz mientras se alejaba de Sebastian. "Lo siento, ¿estabas hablando? Estaba tan abrumado con el olor que no pude prestar atención. ¿Que és? Pensaba que era sordidez, pero ahora estoy empezando a sentirlo como desesperación."

Sebastian abrió su boca para contestar pero Rachel, la otra chica (¿Velma? ¿Veronica?) y sus respectivas citas volvían a la mesa justo en ese momento. En cambio, levantó su botella como saludo y volvió sus encantos a los chicos heteros. Hasta que John volvió con el trago de Kurt.

Si John parecía ajeno al escandaloso coqueteo de Sebastian (que solo se volvio peor con el paso de las horas y los tragos), al menos las dos chicas pudieron ver que estaba sucediendo. Rachel seguía dándole simpáticas sonrisas a Kurt y eventualmente la chica de pelo rojo (¡Vicky!) se inclinó sobre su cita para susurrarle al oído a John. Sus cejas se levantaron, pero se puso de pie, levantando a Kurt con él, y arrastrándolo a la pista de baile sin decirle nada a nadie.

Era una canción lenta y estaban en un bar no homofobico, pero Kurt seguía unos centímetros de distancia de él, mientras se balanceaban. Podía sentir los ojos de Sebastian clavados en su espalda y no había manera de que ese estúpido creyera que era inseguro o empalagoso. Aunque a John parecía no preocuparle. Pasó un brazo alrededor de la cintura de Kurt y presionó sus cuerpos.

"¿Que pasa contigo esta noche?" preguntó mientras giraban y Sebastian se movió de la visión de Kurt.

Kurt miró a su novio. "Estás bromeando, ¿cierto?" Cuando la respuesta de John solo fue una sacudida de cabeza, Kurt se acercó a él para murmurar, "Ese idiota. Sebastian" Entonó en un remilgado tono porque, ¿Qué clase de nombre pretencioso es Sebastian? "Ha estado sobre ti desde que llegó."

John lucía realmente perplejo. "No me tocado desde que le estreché la mano."

"¡Oh Dios Mio. No puedes ser tan ingenuo!" La voz de Kurt subió a pesar de sus esfuerzos por mantenerse tranquilo. "Te pidió tu número de teléfono estando yo ahí mismo."

"Eso fue solo..."

"Y te esta mirando en este preciso momento."

Debió haberlo dicho más fuerte de lo que pensó, porque Sebastian levantó la vista del trasero de John a los ojos de Kurt, y guiñó un ojo.

El maldito guiño un ojo.

John, ajeno a la conversación silenciosa que estaba teniendo Kurt y Sebastian, siguió hablando. "¿Con quién estoy bailando ahora?"

Kurt alejó sus ojos de Sebastian. "Ese no es el punto," dijo con severidad.

"Es el punto," John insistió. "No me ves volviendo loco cuando los chicos te miran."

Kurt lo miró con la boca abierta. "¡Porque nadie me mira!"

"¿Hablas en serio?" Cuando Kurt solo lo siguió mirando y John escaneó la habitación. "Camiseta verde al final del bar. No ha quitado los ojos de tu trasero desde que empezamos a bailar."

Kurt estaba escéptico como para preocuparse por la discreción. Giró su cuello hasta que encontró al chico con la camiseta verde. El chico era joven y guapo y definitivamente lo estaba mirando. Para sorpresa de Kurt, él chico sonrió y levantó su copa cuando sus ojos se encontraron.

John lo tiró de nuevo en una posición más cerca, y colocó sus labios en el oído de Kurt. "Además del chico de camiseta verde," dijo, "El portero te vio dos veces cuando pasaste a su lado y cuando fui por tu trago un tipo bastante aterrador en chaqueta de cuero preguntó si te compartía."

Kurt se burló de eso, pero se estaba empezando a sentir un poco mejor. "Sé que eso último te lo inventaste. Nadie así vendría a un sitio como este."

John colocó los brazos de Kurt sobre alrededor de su cuello y junto sus caderas en una versión más acalorada del baile que estaban haciendo. "Ya no eres la paria de Lima, Ohio Kurt. Debes dejar de pensar de esa manera."

"Eso es fácil para ti. Eres el sueño húmedo de todos los gays."

Ante eso John dejó de bailar, colocó en cuerpo de Kurt presionado fuerte contra el suyo, y lo besó hasta que el aliento se perdió en su garganta y el calor de sus labios se dispersó hasta en la punta de sus dedos. Cuando John finalmente se separó de él, sus ojos seguían fijos en Kurt con mucha intensidad. "Tu eres mi sueño húmedo," dijo suavemente, "sin mencionar el del chico en camiseta verde y el del portero y el del tipo en chaqueta de cuero, aunque no creo que te gustaría ser el sueño húmedo de él."

Kurt se rió a pesar de sí mismo y agarró a John para seguir besándolo. Podía besar a John todo el día, realmente. Pero John se alejó un poco. "Deja de pensar como esos idiotas con los que fuiste en la secundaria. O como Sebastian. Tu eres muy guapo, Kurt. Tu, desnudo es en todo lo que pienso. Así que ¿A quién le importa lo que Sebastian piense? Es lo que yo piense lo que cuenta, ¿cierto?" Sonrió y apretó sus caderas contra las de Kurt, dejando su pene medio erecto presionado contra la pierna de Kurt.

Terminaron de bailar y con el eco de la erección de su novio presionada contra su pierna. Kurt se las arregló para producir una sonrisa suficiente mientras pasaban cerca de Sebastian hacía el bar. Apenas se estremeció cuando largos dedos alrededor de su brazo lo rodearon y unos labios susurraron en su oído solo como un murmullo. "Disfrutalo mientras puedas."

Para el siguiente mes Sebastian parecía estar en cada lugar donde iban, lanzando insinuantes miradas a John y insultando con bromas femeninas a Kurt. Así que cuando John terminó con él a fin de mes no importaba que el nombre de Sebastian no apareciera, o por lo que Kurt sabía John nunca habló con Sebastian después. El estaba más que seguro que el gran roedor era alguien a quien culpar por todo.