Él estaba hecho de azúcar, dulzura y suavidad.
Cada vez que se tocaban, podía sentir al otro temblar.
Tenían una conexión única, aunque Craig no parecía ayudar.
Eran una pareja extraña, amargo y dulce al azar.
Él era oscuro y honesto, un frío y aburrido té.
El otro era dulce y sensible, tibio y agradable de oler.
Ambos convivían como un par de panqueques, creando armonía y sabor sin parar.
Nadie podía separarlos, se pegaban como goma de mascar.
Dulce manjar, postre de dioses, él era Tweek y él era Craig. Dos caramelos distintos. Tanto que no os lo creéis.
Son chocolate con vainilla.
A veces azúcar con vinagre.
Pero siempre Café con miel.
