¡Les traigo azúcar! Bueno, un DaiSuga, pero es casi lo mismo XD
La lluvia de primavera siempre parece una tragedia, cuando las flores de los cerezos son barridas y desparramadas por las calles de Tokio.
Sin embargo, Suga por primera vez pensó que se veían como algo mágico. Desde la ventana de su departamento podía ver cómo los retoños caían al no soportar el peso de las gotas; y en el asfalto creaban una alfombra rosada. Era precioso después de todo.
La tormenta opacaba un poco la canción que Daichi había puesto mientras cocinaba aquella mañana. Esa misma tormenta había arruinado sus planes de salir.
Escuchó la voz de su novio imitar a Lois Amstrong. Con un tono más grave a su voz habitual y un notable acento nipón recitaba "hold me close and hold me fast". Suga adornó su canto con su angelical risa. Daichi al saberse observado usualmente pararía de cantar, pero ésta vez continuó "The magic spell you cast, this is La Vie En Rose", y indicó que se acercara.
Suga lo abrazó por la espalda. Puso su mentón sobre el hombro de Suwamura, quien cocinaba panqués para los dos. "When you kiss me heaven sighs, and though I close my eyes, I see La Vie En Rose" siguió cantando mientras Suga tarareaba a la par.
Kōshi dejó un beso en su mejilla y se separó para poder poner la mesa para el desayuno. Se acercó a la alacena a tomar los platos y pudo ver a través de la ventana que daba al patio que aunque lloviera, aquella mañana de sábado era rosada. La ventana también le permitió ver el reflejo de Daichi, quien se acercaba por detrás. Lo abrazó "When you press me to your heart, I'm in a world apart, a world where roses bloom". Dejó un beso en su mejilla, cerca de su lunar. "And when you speak...angels sing from above, everyday words seem...to turn into love songs".
Suga se giró hasta estar cara a cara con el cantarín Suwamura. Él tomó a Sugawara de la cintura y los meció suavemente en un baile improvisado en la cocina, "Give your heart and soul to me, and life will always be, La Vie En Rose".
Suga lo besó, no resistiendo más la ternura que le provocaba verlo cantarle. Y pensar que minutos antes estaba desanimado porque sus planes de salir a un picnic bajo los cerezos con su novio por su aniversario se habían arruinado; y ahora, él venía, le cantaba la canción más melosa del mundo y le hacía el desayuno.
Supo que no podía pedirle más a la vida.
"Se dice la vie en rose" le corrigió con un francés bastante decente.
Daichi sólo dijo "sí, sí" y lo besó de nuevo.
Ahora que lo pensaba, aunque aquella fuera una mañana soleada, no pudo terminar de mejor manera. De hecho, un picnic frente a la ventana no parecía ser mala idea. Podría estar en cualquier parte del mundo, pero mientras fuera a su lado la vida sería de color de rosa.
¿Qué tal? Si te sacó por lo menos una sonrisa este one-shot cumplió su objetivo ^_^ te invito a dejar un comentario o pasarte a decir hola :3 de verdad me anima un montón.
Bye, bye~
