Diez años. Creía que era el tiempo suficiente para dejar atrás todo y rehacer su vida lejos de lo que consideraba, un camino que no le correspondía. Se convirtió en un connotado detective y formó una pequeña familia, sin embargo, luego de regresar a su ciudad natal, un escabroso caso lo hace dudar de sus decisiones pasadas.


Disclaimer : Los personajes no me pertenecen, la hisotira es original.

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...

|1| Hallazgo

...

Konoha.

Diciembre 24, 4:55 AM.

—Eso significa que…

—Si, debo irme—la cortó. Tomó su café velozmente, posteriormente se levantó de su asiento y buscó su chaqueta oscura en el perchero.

—¿Volverás temprano, o al menos, antes de la diez de la noche?

—No lo sé, tengo pocos antecedentes.—respondió escueto al mismo tiempo que daba la espalda a su esposa y caminaba hacia el umbral de la puerta.

—Nos vemos, Sasuke.

—Adiós—dijo, junto con un corto beso de despedida, como solía hacerlo antes de partir.

Al cerrar la puerta se enfrentó a la oscura y gélida madrugada; tres grados centígrados bajo cero, lo esperaba un doble homicidio y un herido en extrañas circunstancias cerca del bosque, a las afueras de la ciudad.

Condujo rápido, daba gracias al cielo que las calles aún se encontraran despejadas—aunque era evidente que lo estarían pues las manecillas de su reloj apuntaban recién a las cinco con un minuto— ya que debía presentarse en el lugar de los hechos lo más rápido posible.

Al llegar aparcó detrás de otros dos vehículos policiales y se dirigió raudo hacia el sitio en donde se concentraba el mayor número de policías.

—El perímetro ya está cercado—le informó uno de los hombres al ver su reluciente placa.—Hemos tomado un par huellas y han sido enviados dos equipos de rastreo.

—Un doble homicidio—susurró el moreno, a lo que asintió el joven—¿se han comunicado con el equipo forense?

—Sí, además el herido ya ha sido trasladado a un centro médico.

—Bien.

Se internó en el espeso y lúgubre bosque, siguiendo un improvisado sendero creado por la unidad policial presente en la zona e iluminado únicamente por su linterna y la del policía que seguía atentamente cada uno de sus pasos.

—Detective...—se volteó al ver a otro de los jóvenes, el cual le señalaba una pequeña bolsa de plástico transparente la cual contenía una de las escasas evidencias que habían logrado conseguir aún con la eficiente ayuda de sabuesos.

Luego de que fueran tomadas la fotografías necesarias para registrar la escena del crimen Sasuke inspeccionó ambos cadáveres; los dos destrozados por la fuerza de letales golpes que intuía, habían sido provocados por barras, probablemente metálicas o macizos de madera.

—¿Tienen pistas de la identidad de estas personas?—consultó al chico que le acompañaba.

—No, no hemos encontrado documentos en sus ropas y las características no coinciden con los registros de denuncias de desapariciones.

—Entiendo…

—Creo que será primordial la interrogación de la sobreviviente, por las heridas y su cercanía con la zona, no cabe la menor duda de que fue atacada por las mismas personas, sólo que corrió mejor suerte… si es que podemos llamarlo así.

—¿La sobreviviente?

—Así es. Una joven de aproximadamente veinticinco años. No tenemos mayores antecedentes al respecto, por ese motivo el detective Uzumaki está a cargo de la chica.

—Hm…

Sus fanales oscuros recorrieron y grabaron en su mente cada centímetro de la sórdida escena descubierta por casualidad por una patrulla nocturna. Ambas víctimas de sexo masculino se encontraban boca abajo, utilizaban ropas casuales, a simple vista normales para personas de su rango etario—entre veinticinco y treinta años—, no fueron encontrados documentos o indicios de sus identidades y, a juzgar por sus horrendas heridas, tenía en mente dos escenarios—por cierto, ninguno menos terrible que el otro—; fueron atacados por un maníaco o bien, se trataba de un ajuste de cuentas.

Y la chica… si los tres estaban relacionados entonces, en algún momento ella hablaría, de lo contrario, se trataba de un caso mucho más complicado de lo que parecía a simple vista.

—Uchiha, despierta—una voz grave y un tanto rasposa lo sacó de sus cavilaciones. Sabía de quién se trataba.

—Inuzuka, ¿has olfateado algo?—masculló, medio en broma.

—Pues ya deberías saberlo, después de todo, se trata de mí y Akamaru por supuesto.—mostró su característica sonrisa confiada y lanzó a Sasuke una pequeña bolsa transparente que contenía una pista sumamente valiosa: un guante de látex.

—Vaya, una faena productiva por lo que veo.—habló, inspeccionando dicha prenda que, aunque maltratada y sucia, era fundamental para comenzar con una investigación formidable.

El castaño asintió y guardó ambas manos en sus bolsillos mientras observaba el pálido reflejo de la luna tras las espesas nubes grises que delataban la proximidad de un día invernal aquel veinticuatro de diciembre para nada feliz.

—Ha sido una noche ajetreada, ¿no crees?—comentó luego de un prolongado mutismo.

Suspiró de forma casi imperceptible y le miró, concediendo con un gesto afirmativo la razón a Kiba.

El celular del pelinegro sonó de pronto y este atinó a voltearse y contestar al segundo tono—el ya clásico ringtone predeterminado para todo teléfono, pero sumamente impersonal— mientras daba vueltas repetitivas y un tanto erráticas al esperar respuesta del otro lado.

—Sasuke...—oyó la voz de Naruto un tanto temblorosa, hecho que lo inquietó.

—Naruto, ¿por qué no has llamado desde tu móvil?—preguntó, al mismo tiempo que pensaba en el número desconocido que vió antes de atender.

—Ah, eso. Es que olvidé la cuenta del teléfono y bueno, ya sabes.

—Idiota—gruñó.

—El asunto no es ese, escucha—llamó su atención, aclarando su garganta antes de continuar—necesito que vengas ahora. Me encuentro en el Hospital General de Konoha, habitación 324.

—Estaré ahí en veinte minutos, más o menos.

—¿Te marchas?

—Naruto está junto a la mujer hallada aquí, cuando la patrulla encontró los cadáveres. Tal vez despertó.

Su compañero asintió, más o emitió comentario alguno con respecto a su apresurada partida.

—Uchiha-sama, los cadáveres serán transportados al laboratorio para ser periciados—un asistente forense llamó su atención informándole del destino que tendrían ambas víctimas momentáneamente.

—De acuerdo. Esperaré los resultados.

Condujo un tanto apresurado. Había dicho veinte minutos, pero tardaría no más de quince en llegar al Hospital General de Konoha. La actitud del rubio lo puso en alerta, ¿por qué no informarle de qué se trataba y ya? Su mente, ya acostumbrada a tétricos casos comenzó a trabajar y a elaborar distintas teorías; tal vez—muy probablemente— había sido violada, hecho que aunque trágico no dejaba de ser relevante pues si contaban con fortuna, lograrían obtener muestras biológicas. O, si se trató de un maníaco, la chica a parte de haber sido golpeada y violada pudo haber formado parte de un brutal ritual satánico, o simplemente estuvo en el lugar y hora equivocados.

Su cabeza estaba a una teoría más de estallar.

«Maldita incertidumbre...»

Prácticamente corrió por el estacionamiento y al entrar por las mamparas directo a la sala de espera se estrelló fuertemente con alguien. Se preparaba para lanzar un par de epítetos cuando notó de quién se trataba: Yamanaka Ino.

—¡¿Sasuke?!—sus profundas orbes celestes le enfocaron confundidas mientras él no lograba darse a entender, tallando sus ojos una y otra vez.

—Lo siento Yamanaka, estoy algo apresurado así que…

—Más te vale. No pensé que tú y… olvídalo—hizo un pequeño gesto con su mano, restándole importancia a lo que pretendía decir, sin embargo, el pelinegro notó que la chica lloraba, aún cuando habían cruzado un par de palabras.

—¿Estás…?

—¿Y cómo crees que me siento? Es obvio.—sollozó, le dió la espalda y fue directo al servicio de damas, a un costado de la recepción.

Cuando se preparaba para solicitar autorización para subir a la habitación 324 divisó a Sai caminando velozmente en su dirección.

—¿Sasuke? Hola, lo siento por Ino, ella está un poco alterada, ya sabes, los embarazos las vuelven más sensibles y esta situación no ayuda en lo absoluto…

—Ya lo creo.

—Te veo en la sala, hasta pronto—dijo, pero Sasuke no logró a comprender a qué se refería el pálido chico, al que por cierto, no veía desde los dieciocho años.

«Extraño»

—Disculpe, necesito subir a la habitación 324.—la mujer de la recepción parecía sumamente desconfiada y cuando se disponía a responder a su petición, Sasuke se le adelantó y enseñó su placa—Uchiha Sasuke, detective.

—Señor… un segundo por favor—

La mujer, bastante impresionada, hizo un par de llamadas, buscó un registro y le solicitó amablemente su firma para posteriormente autorizar su presencia en dicha habitación.

«324»

Utilizó el ascensor, marcó en el pequeño panel digital el número "3", pues era el piso en que se encontraba su destino mientras que observaba su reflejo trasnochado en el frío metal de aquel cubículo.

Al salir miró uno de los letreros que indicaba cada una de las zonas del hospital, poniendo atención especial en el que indicaba la dirección de "Cuidados Intensivos 315-330"

Si bien tenía claro que correr por los pasillos no era permitido, lo hizo aprovechando la soledad de éste. Notó que estaba cerca al percatarse de la presencia de Hinata, la esposa de Naruto.

Ahora la pregunta era ¿Qué rayos hacía ella en el hospital?¿Ese idiota necesitaba la supervisión de su mujer para hacer una simple escolta de un herido?

—Hinata…¿Y Naruto? —preguntó, sin siquiera saludar a la joven de ojos perlados.

—Adentro. Ha sido autorizado por el médico hace un momento.

—¿Por qué estás aquí?—exigió saber, sin embargo, cuando la chica se preparaba para responder a su interrogante la puerta de la habitación se abrió, dejando ver a un descompuesto Naruto, con sus ropas desordenadas, utilizando una mascarilla y los ojos llenos de lágrimas.

—Sasuke ve...—habló finalmente la joven, tocando su hombro y empujándolo suavemente para que avanzara hacia Naruto.

—¡¿Eh?!

—Detective, antes que todo debe desinfectar sus manos, por favor pase a la derecha.

Aunque renuente al principio, Sasuke obedeció y siguió las órdenes al pie de la letra, caminando hacia un pequeño lavamanos que suponía, estaba ahí con el propósito de evitar en parte la infección de los pacientes por las bacterias y microbios externos a la habitación. Finalmente se colocó una mascarilla igual a la de Naruto y salió de la sala, fue ahí donde logró divisar la presencia de una persona en la cama.

—Bien, me presento. Soy Yoshida Takeo, médico general a cargo.

El hombre, de aspecto pulcro y que, según Sasuke dedujo, no superaba los treinta y cinco años ofreció amablemente su mano en señal de saludo.

—Uchiha Sasuke, detective. Estamos llevando a cabo una serie de peritajes por lo tanto necesitamos…

—Los antecedentes, lo sé. Como médico esta no es la primera vez que me hago cargo de un caso que involucra policías, así que conozco el proceder perfectamente.

El hombre tomó su registro y miró atentamente al pelinegro, motivo por el cual el Uchiha no lo interrumpió.

—Paciente no identificado, sexo femenino, entre veinticinco y veintiséis años. Actualmente el único informe de su estado de salud con el que contamos es el físico, el que arrojó tres costillas rotas, un brazo roto, cortes en ambas extremidades y en cuanto a los resultados del exámen de sangre, estarán listos dentro de dos horas. —le informó, casi sin gesticular, su rostro no expresaba emoción alguna—Luego del primer chequeo me pareció más que evidente la presencia de estupefacientes en su cuerpo, pero, para mi sorpresa, no hay indicios de abuso sexual.

Sasuke lo escuchó atentamente, sin embargo, no entendía aún el estado descompensado de Naruto, que parecía mirar desconsolado el magullado cuerpo de una joven completamente desconocida.

—Les dejaré un momento, entiendo que deban analizar a la persona incluso en estas situaciones, con su permiso—el servicial hombre se dispuso a salir de la habitación, cerrando despacio para evitar hacer ruido en exceso.

—Hey, Naruto. Sé que parece horrible pero de esto se trata, creí que ya estabas preparado.

No obstante, al acercarse al borde de la blanquecina cama de hospital, supo que él tampoco estaba listo para ello.

«¡¿Sakura?!»

...

Hola! He vuelto por estos lados con una nueva historia, esa vez de tinte Policial. Espero que la lectura haya sido de su agrado :)

En cuanto a la historia en si, planeo llevar una narración en tercera persona con el objetivo de lograr abordar varios puntos de vista sin caer en la monotonía de los POV'S, que si bien son muy útiles y simplifican mucho las cosas para quien escribe (según mi parecer), no me acomodan para expresar las situaciones que se presentarán de aquí en adelante.

Hay muchas interrogantes, creo que es algo que me permite emocionarme incluso a mi al momento de escribir, por lo tanto, esperen más :)

Hasta la próxima!