Esta es una adaptación por lo tanto ni la historia ni los personajes me pertenecen, por lo tanto el continuar esta historia esta en sus manos, si quieren que siga adaptándola dejen sus comentarios.

Por otro lado si ya han reconocido de que adaptación se trata pido no dar spoilers para quienes aún no lo saben


SENSACIONES

1. Descubrimientos

Universidad de Washington

Eran las siete de la noche la gala estaba a punto de empezar los últimos autos estaban llegando y la gente entraba a la universidad se realizaría un gran homenaje aquella noche, más que un homenaje un reconocimiento a su carrera Quinn Fabray era una reconocida ginecóloga del país sus avances habían contribuido al mundo de la medicina como nadie lo había hecho antes y aquella noche toda la comunidad científica se había reunido para reconocer sus logros, su incesante trabajo y avances médicos que habían hecho de ella una de las doctoras más reconocidas en los Estados Unidos

-Marco un nuevo estándar en el Medio Oeste, un alto estándar, tan alto que inclusive nuestros amigos de las costas ahora están prestando atención – anunciaba el orador de la ceremonia – la mujer que estamos honrando hoy es una visionaria en cada sentido de la palabra. La conozco desde que era una residente aquí en Washington, era una mujer con opiniones y cabeza dura desde ese entonces – decía provocando la risa de los presentes – sus constantes innovaciones en la cirugía obstétrica le han valido su dominio en este campo. Si hay una cosa que escucho durante mi día es: "gracias a ella tenemos una familia" damas y caballeros la doctora Quinn Fabray.

Siendo sinceros Quinn no presto atención a lo que decían estaba pensando, solo miraba su copa de vino y pasaba su dedo por el borde, no le gustaban ese tipo de eventos pero siendo ella la figura principal del mismo debía ir, estaba preciosa con un traje negro ajustado a su figura más aun resaltando su mejor atributo que eran sus ojos color avellana que resaltaban entre todo además de su tonificado cuerpo, obviamente no venía sola así que su pareja así que se levantó de la mesa y le dio un beso en la mejilla…camino en medio de los aplausos del público hacia el micrófono.

-Yo…yo soy una mujer de ciencia – dijo al termino de los aplausos – es por eso que dejare que mi amigo el jefe de ciencia Blaine Anderson aporte palabras esta noche – dijo para sorpresa de muchos – yo bueno…lamentablemente debo irme…resulta que tengo que trabajar esta noche.

-Quinn Fabray – intervino Blaine – aún tiene que planear un bebe con garantía de llegada en horas laborales – dijo haciendo que la gente comenzara a reír – pero recuerden lo hará

-Pero les agradezco – tomo el micrófono – sinceramente les agradezco por honrarme esta noche.

Realmente no tenía nada que decir su mente estaba ocupada en cosas más importantes así que solo recibió el aplauso del público que asistió al evento con una sonrisa en el rostro y volvió a su mesa para despedirse de su pareja.

-Sofía – se acercó – tengo que irme ya sabes que el trabajo siempre me ata, pero prometo llegar más temprano, no te preocupes por mí.

-Está bien Quinn – susurro – no me preocupo solo cuídate mucho.

Bien la realidad es que si tengo cosas mucho más importantes que hacer de hecho voy tarde…estas ceremonias solo me aburren obvio si agradezco el detalle pero mi labor científica va primero, estoy trabajando en algo y será grande, revolucionario y muy satisfactorio.

Camine hasta llegar a mi auto un Mercedes clásico descapotable, amaba los autos clásicos eran como mi debilidad, así que arranque el auto hacia mi destino, bueno probablemente no es un lugar que visitaría una respetable doctora, pero en el nombre de la ciencia lo hago cada noche.

Casi media hora después me encuentro en un armario, es demasiado pequeño aquí adentro y lo que sucede fuera del podría escandalizar a cualquiera pero es mi trabajo observar.

Llevan media hora teniendo sexo el tipo está en la cama de rodillas mientras la penetra por la parte de atrás a la chica, el sexo sin sentimientos y meramente sexual solo se busca la satisfacción de una persona y en este caso es ese tipo ni siquiera se ha quitado la camisa cosa que agradezco ya que no parece alguien con un cuerpo de envidia, las embestidas vienen y van más aun los sonidos y gemidos que el tipo produce, no logro ver bien debido a que el agujero por el que espió es demasiado pequeño además la iluminación no me ayuda, las cortinas cerradas y la luz del burdel no son de gran ayuda para mí solo el ruido incesante de la cama en movimiento me mantiene alerta. Reviso mi cronometro una vez más para recolectar los datos necesarios pero cuando estoy a punto de anotarlo en mi libreta la pequeña linterna que tenía en mi boca se cae provocando un ruido que puede acabar con todo mi trabajo en un segundo

Veo por el pequeño orificio de la pared y Santana, si así se llama la chica que me ayuda con esta locura, me advierte que guarde silencio sino el tipo podría darse cuenta de mi presencia, así que le hago caso y vuelvo a lo mío a anotar lo que va sucediendo, no niego que esta situación es incomoda pero todo sea por la ciencia, todo sea por descubrir todo lo que desconozco, me vuelvo a concentrar en lo que sucede en la habitación así que ella hace lo suyo, empieza a gemir y gritar.

-Oh…oh mi dios – dice sin cambiar su expresión – dios mío…que bueno

Puedo intuir que empieza a disfrutar un poco aunque su cara no lo demuestre pero sus gemidos parecen convencer al tipo de que así es, de que está sintiendo placer, o al menos que la sensación es agradable, pero su no me convence mucho que digamos

-James eres un maldito animal oh….si dios

Al parecer las palabras que utiliza llevan al tipo a continuar, como siempre cuando ella empieza a gemir sus clientes se excitan aún más ya sus embestidas son aún más fuertes y sus gritos empiezan a retumbar la habitación.

-Oh mi dios que bueno – continuaba diciendo – oh dios mío si, voy a acabar – su voz continua igual y su expresión no ha cambiado mucho.

-Ayyy – gemía el tipo – ayayay Ahh sí.

Estaba más que claro había alcanzado el orgasmo y vaya convulsiones que le había provocado no dejaba de gemir y de aferrarse al cuerpo de Santana que solo traía su ropa interior puesta algo desaliñada por el continuo movimiento, registre el tiempo exacto de la duración del orgasmo con mi cronometro y lo anote

-Oh bien por ti – dijo con la misma cara sin cambiar de expresión.


Después de que el tipo salió de la habitación al fin pude salir de mi pequeño escondite, no era lo mejor del mundo está más que claro pero ese pequeño armario con un agujero para registrar lo que sucedía me había permitido realizar muchos avances en mi investigación

-Los estados de excitación para los clientes uno y seis – decía – fueron instantáneos, el número cuatro se tomó diez minutos, lo cual le hace el más lento, siete no tuvo excitación para nada…el ultimo cliente ¿Cuánto tiempo estuvo intentándolo?

-Toda la maldita noche – me decía Santana mientras disfrutaba de su hamburguesa, habíamos terminado por ese día así que como siempre nos fuimos a revisar los resultados en el bar más cercano del burdel.

-Tengo anotados once minutos – dije con seguridad.

-Bueno tú eres la experta – dijo limpiándose la boca con una servilleta toda arrugada y manchada, luego me miro y tomo un sorbo de su bebida.

-La servilleta va en tu falda – dije al ver que la colocaba en la mesa nuevamente.

-Me lo dice la chica que se pasó metida en un armario, viendo gente montarse en mí toda la noche.

-Es trabajo – le asegure y tome un sorbo de mi café.

-¿De verdad?

-Lo cual me recuerda, ¿podrías considerar llevar un diario? Así podrías registrar estos tiempos tu misma sin necesidad de que yo intervenga, así tomarías el tiempo mentalmente

-¿Cuál es tu problema de verdad? – me miro confundida aun comiéndose su hamburguesa

-No puedo estar allí todas las noches – y era verdad me había perdido de muchas cosas por continuar con mi trabajo lo cual me estaba agotando.

-Nos estábamos haciendo tan amigas Q – decía con mucha ironía.

-En fin – suspire – el cliente número ocho – revise mi libreta con todas las anotaciones y me sorprendí al ver su tiempo - tengo anotado que tu clímax duro nueve segundos – suspire.

-Estaba fingiendo – dejo su hamburguesa a un lado y me miró fijamente muy seria.

-¿No tuviste un orgasmo? – la mire confundida por su declaración

-¿Estás hablando enserio ahora?

-Si estoy hablando enserio entonces tu… ¿simulaste tener un orgasmo? ¿Es una práctica normal entre las prostitutas?

-Es una práctica común entre cualquiera que tenga un agujero entre las piernas, las mujeres fingen los orgasmos…bueno la mayoría – me miraba – tu poco conocimiento me perturba.

-Pero ¿Por qué? ¿Por qué una mujer fingiría un orgasmo? – bueno tenía razón a pesar de que mi campo laboral se centraba en la sexualidad no conocía en su totalidad cada motivo cada cosa, cada practica - ¿Por qué una persona mentiría sobre eso?

-Dios mío esto es… - eructo provocando mi desconcierto, es verdad Santana no tenía modales ni nada de respeto pero cada día me dejaba más en claro su falta de tacto – de acuerdo voy a ser honesta contigo Q, pero solo porque me caes bien y realmente pareces muy dedicada a tu proyecto, con tu vestido negro escotado, tu libreta, tu cronometro y todo. Pero de verdad si realmente quieres aprender de sexo vas a tener que conseguirte una persona que te enseñe, de sexo no sirve de nada que te la pases anotando todo lo que sucede en esa libreta que tienes si es que aún no lo has sentido.

Mi cara de sorpresa y desconcierto lo dijo todo, bueno tenia a mi pareja a Sofía, estábamos casadas hace mucho tiempo y mi vida era a su lado aunque sexualmente hablando no había nada que aprender todo era muy monótono, siempre lo mismo y las cosas no daban para que una respetada doctora como yo fuera a pedirle algo distinto, ella era una mujer casi podría decirlo frágil muy dedicada al hogar, siempre fue una chica de casa casi no salía y cuando se atrevió a confesar sus preferencias afortunadamente su familia entendió y más cuando me presento como su prometida…bueno nos casamos y ahora queremos formar un hogar, algo que es más complicado de lo que pensaba.

A la mañana siguiente tenía que estar muy temprano en el hospital, como siempre tenía muchas pacientes que atender y más aún el proyecto clandestino en el que trabajaba requería mi completa entrega, aquel día como cualquier otro comenzó encontrándome con ella como siempre ahí estaba mi protegida o más bien dicho mi aprendiz, se llamaba Spencer una mujer dedicada pero bastante molesta cuando se lo proponía.

-Dios mío – se acercaba a mi mientras caminaba por el pasillo llevando unas máquinas hacia el consultorio – ¿la viste? es hermosa y la pusieron en nuestra sección esta justo saliendo del ascensor, lo cual lo vuelve muy práctico para cruzarse casualmente con ella – me sonreía, no paraba de hablar de la nueva chica era como un juguete nuevo todos estaban alborotados por su presencia – en fin como sea el rumor es que la chica nueva justo acaba de divorciarse, el ex marido lidera una banda, ella era su cantante, así que seguramente se muere por algo estable…este electroencefalógrafo no… ¿ no vas a seguir adelante con eso verdad?

Spencer conocía desde un principio sobre mi proyecto y no estaba de acuerdo ya que pensaba que estaba destinado a fracasar y no solo eso sino que esta idea que tenía acabaría con mi carrera.

-Sigo adelante y estoy por entrar a la segunda fase – respondí confiada – el apoyo a este proyecto crece cada día

-¿Apoyo de…?

-Anderson va a presentar mi propuesta al directorio, mientras tanto estoy buscando voluntarios

-Quinn te digo esto con el mayor respeto, incluso con afecto pero este estudio tuyo está condenado.

¿Quieres apostar? – le decía mientras acomodaba las maquinas.

-Anderson primero apoyaría un viaje a la Luna, de verdad primero me diría que puedo ir a la luna y me construiría un estúpido cohete para que pudiera ir.

-El proyecto se llevara a cabo en perfecto secreto

-¿En un hospital en donde no existe chismes? – sonrió - Ya ven conmigo a conocer a la chica nueva

-¿No tiene pacientes doctora Hastings? Porque con gusto puedo reasignar los suyos al doctor Evans, si es que estas muy ocupada.

-No tranquila – se disculpó – ahora vuelvo a mi oficina – y este secreto tuyo está a salvo conmigo obviamente.

-Obviamente – respondí.

Después de terminar de ordenar salí del consultorio y camine hacia recepción a dejar varios papeles, espere a que el ascensor llegara y la allí estaba ella la chica de a que Spencer tanto hablaba cabello castaño, de estatura mediana, ojos color chocolate vestía una blusa color azul y una falda negra se veía preciosa aunque no logre describirla bien, y si me quede mirándola un momento…la verdad era una mujer muy hermosa.

-Doctora Fabray – me decía mi secretaria volviéndome a la realidad.

-Las entrevistas que pidió parecen ser candidatas a secretarias – me veía confundida, habíamos llegado a mi oficina y me dispuse a ordenar un poco mis cosas – o bien estamos agregando personal a nuestras oficinas o estoy siendo reemplazada. ¿Le importaría aclarar el asunto?

-El trabajo ha cambiado señorita Horchow.

-¿Por qué no sería adecuada para este nuevo trabajo?

-Porque tengo un nuevo estudio en la puerta uno que requiere una secretaria que no sea impresionable.

-Crecí en una granja. He decapitado gallinas

-Y no lo dudo señorita…y además puedo imaginarlo – decía mientras me acomodaba mi ropa después de quitarme mi bata.

-¿Pero alguna vez vio a una de esas gallinas fingir un orgasmo? Pero aún más importante ¿sabe usted porque una mujer fingiría un orgasmo? Porque esa es una de las preguntas que espero responder. Este nuevo trabajo requiere tomar nota de historias sexuales con íntimo y explicito detalle. Y para ser honesto usted no parece el tipo de mujer que se vería acomoda con una tarea así.

-No sé qué tipo de mujer podría. No sé qué tipo de mujer podría mantener la cabeza en alto en la iglesia cada domingo sabiendo que paso toda la semana hablando ¡porquerías! - me gritaba muy incomoda.

-Ciencia – la corregí.

-Póngale el nombre fino que quiera, arreglare el primer turno de entrevistas para mañana mismo – me decía muy escandalizada.

-Gracias señorita – trate de agradecerle pero salió muy enojada de mi oficina – Horchow.

Bueno era comprensible su disgusto la señorita Horchow era como la mayoría de mujeres del país, reservada y con Dios como su mayor confidente acudía a la iglesia sin falta y con una moral intachable nunca aprobó mi vida con mi esposa, pero la respetaba, pero bueno al parecer había llegado a su límite.

Pero era mi investigación, algo que revolucionaria la medicina para siempre y es que al fin podría poner al servicio del mundo una investigación sobre un tema tan amplio, complejo y fascinante como el sexo.

Seamos sinceros quien no tiene curiosidad y yo estaba dispuesta a despejar esas dudas, a comprender como el cuerpo humano reacciona ante estímulos y sensaciones.