Bueno pues, he regresado esta vez, con un FF de rank M... si, por mi edad y mi open mind, utilizo palabras que a pesar de ser fuertes (para algunos) es como se les debe decir, o mejor dicho xD le llamo a muchas cosas por su nombre, espero les agrade y bueeno, es algo que muchos fans de HxA también esperabamos jajaja, sin más invito a que lean esta historia y que me dejen sus opiniones.
Los años pasaron, Arnold y Helga habían vivido muchas cosas, después de aquella declaración de amor en la azotea de Industrias Futuro, las cosas cambiaron con el paso del tiempo.
Ambos maduraron, pasaron por cosas complicadas y otras cuantas, eran fáciles o eso parecían, ya sabían lo que era vivir el día a día.
El amor se hizo presente en sus vidas, tenían una relación de años, con sus altas y sus bajas ellos eran felices juntos.
Uno de tantos días especiales en sus vidas, al fin había llegado, el día en el que ellos unirían sus vidas en sagrado matrimonio, ante el altar se jurarían amor eterno.
Helga lucía hermosa, brillaba con luz propia, era toda una dama, y claro, Arnold lucía como todo un caballero, galante y guapo.
Quien lo iba a decir, ese "Adivinador de Bodas de Origami" de Rhonda, termino teniendo razón.
Las chicas se encontraban en la habitación de Helga, primero hablaron de el vestido, después del lugar al que irían ella y Arnold de luna de miel, y para terminar, tocaron un tema importante para todos los recién casados...
Rhonda: cielos Helga, te ves muy linda –dice entregándole el ramo en las manos-
Helga: gracias –apenada-
Phoebe: al fin amiga, uno de tus sueños se ha hecho realidad
Nadine: hoy es el día Helga
Sheena: y claro, también la noche -dice en todo de complicidad-
Helga: ¿disculpa?
Rhonda: vamos Helga, no te hagas la inocente… sabes a lo que se refiere
Phoebe: la consumación de su amor, Helga
Nadine: ya chicas, tranquilas… Todo a su tiempo, aun no es la ceremonia y ustedes hablando de eso –ríe-
Helga: si, mejor apurémonos –apenada y sonrojada pues ya sabía a que se referían las chicas-
Rhonda: -ríe- esta bien –termina de arreglar el tocado del cabello- lista, nos iremos adelantando para llegar antes y tomar nuestros lugares
Las chicas, una a una fueron saliendo, tomaron a sus respectivas parejas y se marcharon a la iglesia
A los cuantos minutos, Bob llego a la habitación donde su hija se arreglaba
Bob: hija, ¿estas lista?
Helga: -lo mira- claro que si papá –camina sonriente hacia el-
Bob: vámonos entonces –le da el brazo-
Helga: vamos –suspira y toma del brazo a su padre-
Ambos bajaron las escaleras de la casa, Miriam ya los esperaba en ese hermoso auto color azul, delicadamente adornado para dicha ocasión
Miriam: ¿Cómo te sientes pequeña dama?
Helga: nerviosa mamá y ya no soy pequeña dama -la mira y sonrie-
Miriam: entiendo tus nervios y tienes razon, ahora eres todo una dama –sonríe y mira a su esposo- ¿recuerdas aquel día, Bob?
Bob: claro que si Miriam, uno muy inolvidable
La radiante novia miraba con cariño la escena y al mismo tiempo, se imaginaba a la edad de sus padres, tomada de la mano del cual sería ese día el único hombre, aquel que la acompañaría hasta el ultimo día se su vida.
Todos esperaban a la novia en la iglesia, Arnold era el más impaciente, pues quien diría que terminaría en el altar con Helga, la que por muchos años fue su dulce tormento
Arnold: -diciendo para si mismo- ¿dónde estará Helga? y si ya no se quiere casar… no, eso no, seremos felices hasta la muerte y más allá –suspira y dirige la vista al altar-
El Gran Bob, Miriam y Helga había llegado a la iglesia, Miriam entro primero y tomo su respectivo asiento, la marcha nupcial resonaba en las paredes del recinto, Arnold volvió su vista a la entrada, vio que la mujer que había robado su corazón venía del brazo de su padre, luciendo hermosa y radiante con ese vestido blanco, ese tocado con un pequeño moño rosa a un lado, era ella la mujer que quería a su lado todos los días.
Bob: -toma la mano de Helga y la de Arnold para unirlas- cuida bien a Helga, sean felices –le da un abrazo a Helga y se la entrega al fin a Arnold-
Ambos se miran felices, los presentes se sientan y comienza la ceremonia, minutos después, los votos llegaron
Sacerdote: Arnold Shortman, ¿aceptas a Helga Pataki como tu esposa, para amarla y respetarla hasta que la muerte los separe?
Arnold: -la mira y entrelaza sus manos con las de ella- acepto, aun juntos después de la muerte –le sonríe-
Sacerdote: y tu, Helga Pataki ¿aceptar a Arnold Shortman como tu esposo, para amarlo y respetarlo hasta que la muerte los separe?
Helga: -sonríe y lo mira a los ojos- por siempre y para siempre, aun después del último día de mi vida
Sacerdote: entonces, que lo que Dios unió, no lo separé el hombre, los declaro marido y mujer –sonríe frente a la feliz pareja-
El recito se lleno de aplausos, todo estaban gozosos de ver a sus amigos felices unidos en matrimonio
Arnold tomo sutilmente del rostro a Helga y con dulzura besos los labios de su ya esposa
El festejo continuó, todos disfrutaban de la fiesta, Arnold platicaba felizmente con su mejor amigo, Gerald
Arnold: no sabes lo feliz que me siento –sonriente-
Gerald: si, yo me sentía igual cuando me case con Phoebe, por cierto Arnold, ¿ya tienes todo listo?
Arnold: ¿listo? ¿Para que?
Gerald: ¿bromeas? hoy es la "noche de bodas"
Arnold: -se sonroja- hablas de…
Gerald: si, consumar tu amor con Helga o sea tener
Arnold: -le tapa la boca rápidamente- si ya se a que te refieres
Gerald: -rueda los ojos y quita la mano de su amigo para poder hablar- vamos Arnold, no seas espantado, tienes 23 y es edad suficiente para hablar de estas cosas como algo normal –rueda los ojos-
Arnold: lo se, pero yo jamás… y ella tampoco, entonces
Gerald: ¡mejor! –dice con entusiasmo-
Arnold: ¡Gerald! -dice con molestia-
Gerald: ¡Ay Arnold! eso quiere decir que de verdad, uno al otro solo se pertenecerán entre si, todo lo entiendes mal
Arnold: pues, si esta noche se da… que se de
Gerald: -toma una copa- ¡salud! y ojalá… se den –ríe y se aleja de ahí- ya vuelvo
Arnold se quedo parado y pensando en lo que su amigo le había dicho, de momento un recuerdo llego a su mente
Flashback-
Arnold: Helga –besa los labios de la chica con pasión-
Helga: Ar-Arno –no termina de decir el nombre cuando siente ese apasionado beso-
El chico toma sutilmente de la cintura a la chica, sin dejar de besarla la dirige al sofá con seguridad, el toma asiento y coloca suavemente a la chica sobre el, aun con sus ropas un ligero roce entre partes provoca que ambos se sonrojen
Arnold: -deja de besar a la chica, mira su rostro- te amo Helga –besa la boca de su amada, baja por la barbilla y en seguida, llena de besos el cuello de ella-
Helga: -suelta un ligero suspiro- Arnold –acaricia el cabello del chico, cierra los ojos y disfruta uno a uno los besos que el le regala a su cuerpo-
El calor del momento, provoco que Arnold comenzará a desabrochar la blusa rosa que la chica llevaba, comenzó con dos botones, la chica se hundía en la sensación de los labios de su amado tocando su piel.
El chico, aun besando el cuello de la chica, logró quitar completamente la blusa, primero beso el hombro derecho de la chica, quito con cariño los tirantes del sostén, sus manos acariciaban la espalda de la chica
Arnold: Helga –dice el chico en un suspiro-
Continuo con los besos por sobre el pecho de la chica, con sutileza una de sus manos acaricia por encima del sostén uno de los senos de la chica
Helga: Ar-Arnold –suspira-
El continuo con los besos, comenzó a safar los broches del sostén y antes de quitarlo, pregunta a la chica -¿puedo quitarlo?-, el dirigió la vista al rostro de la chica, la cual con un movimiento de cabeza aprobó la petición
El chico lo quito delicadamente, por un momento admiro a la chica, del rostro a su cintura, sin pensar más, acerco su boca a uno de los senos de la chica primero rozándolo, para después darle dulces besos. Helga suspiraba, esa sensación recorría todo su ser, estaba dispuesta a pertenecerle al único chico con el cual, en alguna ocasión llego a fantasear.
Ella estaba disfrutando uno a uno los besos y caricias del chico, el placer se comenzaba a hacer presente, Arnold la trataba como solo un caballero puede tratar a una dama de verdad.
De besos, paso a utilizar su lengua, temeroso claro, pues el jamás había hecho algo así. Primero dio suaves "probadas", a cada suspiro que escuchaba provenir de ella aumentaba la intensidad de las caricias.
De repente, se escucha un crujir, es la puerta… ¡LOS PAPÁS DE HELGA HABÍAN LLEGADO! Claro, con una simple ida al súper, no tenían oportunidad de mucho.
Helga se levanto enseguida, se puso su sostén y la blusa, como si nada pasará.
Arnold aun sentando, coloco un cojín encima de su entre pierna, pues lo antes sucedido había provocado una notoria hinchazón en su miembro que lo hacía ver crecido, eso no lo podían ver los señores Pataki.
Flashback-
El chico regresa de su recuerdo y vuelve a la mesa donde, hace unos minutos, el platicaba con sus padres.
¿Qué les pareció? jajaja ojalá les haya agradado, como ya dije, a las cosas se les llama por su nombre, así mismo a las acciones, ojalá no piensen que fui muy lanzada xD en algunas cosas pero bueno, espero con ansias sus opiniones, quejas, sugerencias y felicitaciones si es que las hay de nuevo :D una vez más, ¡gracias por leer!
