Disclaimer: Que más quisiera yo que Amano fuera mi mamá. Estamos en proceso de que me adopte, pero por ahora, no, no he heredado los derechos sobre esta historia y por ende, no es mía. –sufre-

Resumen: La familia, a pesar de todo lo que sucediese, sería la familia y Tsuna lo sabía bien. Todos lo sabían bien. Aun cuando muchas veces quisiera marcarse un Yolo o cortar yugulares. Conjunto de oneshots y pequeñas historias sobre la Décima Generación y sus descendientes.

Autora: Sylene

N/A:¡Halo! Primera vez que escribo algo de este fandom, uh. Me siento noob. Lo siento si meto la pata con reacciones, lo hago lo más apegada a sus personalidades xd Yyyy… –se retuerce, apenada- nos vemos en las notas finales owó7 (?)

Advertencias: Intento de humor. Lenguaje algo vulgar. Reborn cual manzana de la discordia (?) Posible OOC. OC. Este sería una especie de 'presentación'. Los guardianes tienen veinticinco años (Hibari y Ryohei tienen veintiséis) y casi todos los niños tienen cinco años. Para no hacer spoiler, luego digo cuales son (?)


Piloto

Bonito y retorcido

«Cuando tío Hibari llegaba, no era bonito gritar»


::

Tsunayoshi masajeo sus sienes con ambas manos, mientras escuchaba el alboroto en la sala de conferencias. No entendía como, ensegundos, todo el lugar estaba hecho un caos. No por sus guardianes, oh dios, no por ellos. Con los años habían aprendido a comportarse y, aunque aún tenían sus pequeños momentos de rabietas infantiles, siempre lograban reponerse y tratar las cuestiones como debería ser: con madurez y evitan llegar a las explosiones.

Entonces, ¿qué sucedía allí?

Con sus veinticinco años Tsunayoshi, en serio, no sabía bien como describir la situación.

En un principio estaban reunidos los guardianes y él, tratando temas dela mafia, obviamente. Haber aceptado el puesto como el Décimo Vongola significaba mucho trabajo, poco descanso y aun así –con la pereza que siempre caracterizo a su persona- era manejable. Por ello, la discusión sobre algunas alianzas, papeleo de siempre y traiciones de algunos capos menores, era algo que no le molestaba o al menos había aprendido a manejarlo con tranquilidad.

Por ello no vio venir la estampida que vendría un par de segundos después. Bueno no, mentira, su intuición le alerto que se moviera unos cinco centímetros a la derecha y abriera los abrazos. Eso y nada más. Le pareció extraño, pero lo hizo y cuando se dio cuenta, la puerta era abierta con fuerza y un cuerpo se vio impulsado hasta donde el exactamente estaba. Obviamente lo recibió de pleno y observo el cuerpo pequeño de un niño castaño y de ojos verdes que le devolvió la mirada llena de excitación.

– ¡Papa, he logrado usar mis llamas para volar, igual que tú!–

Y se desato el caos.

Un pequeño peliblanco de ojos marrones entro corriendo y se subió a la mesa, mientras gritaba que el Undécimo podía volar. Gokudera Hayato en ese momento escupió el agua que había quedado en su boca por la insolencia de su hijo. ¿En dónde demonios estaba Haru para que controlase al niño? Era la única pregunta que pasaba por la cabeza del peliblanco, mientras veía a su hijo hacer lo que sele daba la gana.

Oh… y junto al niño sonrisas, fanático del béisbol, al igual que su padre.

–Ma ma~Ryoma, ha salido fantástico. Venga ya, relájate ~ A Touya no le ha sucedido nada– declaro un pequeño moreno de ojos negros que se subía rápidamente a la mesa al igual que su compañero. Ryoma le miro feo y este solo sonrió.

Por su parte, Yamamoto estaba igual de relajado que su hij-No, no, al parecer eran apariencias. Sí, si alguien miraba bien su semblante, estaba un poco molesto. Solo un poquito, pues sabía que su pequeño no había hecho nada malo. No, solo estaba preocupado pues sabía que su hijo era un poco –culpa de Reborn- malicioso a veces y quizás, solo quizás, él hubiese incitado a esa pequeña 'aventura'.

– ¡Maldito Takuma-baka! ¡Tú retaste al Undécimo a hacerlo!–

Oh, oh, al parecer si lo había hecho.

En ese punto, Gokudera estaba que echaba humo por la boca sucia de su hijo.

– ¡Eso ha sido extremo Touya!– otra presencia se dio a conocer y esta vez Ryohei, sudo frio. A Hana no le gustaría esto, ni un poco– ¡Ahora intentemos hacerlo sobre la mansión!– grito un moreno, quién era la réplica exacta de su padre (Porque el 'extremo' no fue suficiente evidencia) con cabello negro y ojos brillosos, esperando que la compañía comenzara a prepararse.

Porque todos de niños, deseamos volar sobre una mansión. Oh sí.

–Umm… No creo que pueda volar tan alto Gou-nii…– declaro el aludido, subiendo a la mesa, olvidando el shock de su padre al escuchar la noticia de que su hijo volaba –Puedo intentar volar hasta las terrazas del segundo, como mucho– dijo como si volar para un niño de cinco años fuera cosa de todos los días.

En este punto, ya los guardianes se esperaban cualquier cosa de sus hijos. Bueno, de casi todos.

Tsuna agradeció en ese momento que Hibari no estuviera o ya hubiese comenzado a morder hasta la muerte a todos ellos.

Y que no tuviera hijos.

–Touya…– solo eso fue suficiente para que el menor saltara en su sitio y mirara a su padre de refilón, con cara de borrego herido. Tsuna sabía de quien había aprendido esa técnica. Él mismo estaba 'kukufeando' en su esquina, por toda la escena, sin ayudar– ¿Qué te he dicho de usar tus llamas sin supervisión?– un tono algo severo y todo se arreglaría, claro que sí…

– ¡Pero Takuma me reto!–

Ahora el tono regañón fue pasado a Yamamoto, junto a una sonrisa tétrica.

Ya sabía bien él que no debía haber dejado a su esposa la decisión de dejar a Takuma por un mes con Reborn mientras se iban de luna de miel. Ya sabía bien que eso acabaría mal.

–Takuma, ¿a qué se refiere Touya con eso?– pregunto su padre con tranquilidad fingida. El menor solo sonrió, sin despeinarse siquiera ante la sonrisa de su padre. Había estado por un mes con Reborn, su padre no le daba tanto miedo.

–Pues… Reborn dijo que sería divertido, así que…–

He allí la manzana de la discordia descubierta.

–Kufufu~ Debo decir que sus pequeños brillan por la ausencia de educación– La piña andante, quién reía desde hace rato, dejo claro eso, así, con mucho descaro. Fue fulminado por la tormenta y la lluvia, mientras el sol y el cielo, solo suspiraban cansados– Al menos mi pequeña Hitomi no haría nada de eso–

–Bueno, Hitomi fue la que le explico a Touya-sama como usar sus llamas para volar– Acoto Ryoma con resolución, mientras se cruzaba de brazos y asentía. Los menores que estaban allí asintieron, dándole la razón.

Tsuna tuve que hacer uso de todo su autocontrol para no reírse en la cara de la piña. Los otros, solo disimularon un poco, sobre todo al ver la expresión de desconcierto total de Mukuro. Pues Mukuro había tenido una mano estricta a la hora de criar a su pequeña Hitomi… Con ayuda de su querida Nagi, por supuesto. Y su pequeña era su viva imagen, ¡hasta una peculiar risa tenia! Pero no esperaba que ella hubiese heredado la malicia de él. Quería creer que su pequeña adoracióntenía la tranquilidad de su Nagi.

Bueno, siempre podía remediar el asunto con Nagato. Aun no nacía y él se encargaría –oh sí que lo haría- de que las cosas fueran diferentes.

Y la nombrada llego, fufufeando y llenando todo el lugar de neblina. Como toda una hija de Mukuro Rokudo, sí señor.

–Como se esperaba del hijo de boss, aunque eres un lento aun Touya. Mira que te dije que potencia debías usar para volar correctamente y derecho– dejo caer con burla una pequeña morena de ojos azules, chispeantes y llenos de malicia– Eres un nene, Vongola–

Segundos después Ryoma derribaba a la pequeña, exigiéndole que se retractara. Takuma reía sin control y le decía que se relajara, Gou gritaba '¡Extremo! ¡Busquemos un rin!' y Touya corría hasta la pelea para detener a su futura mano derecha de que hiriera a la niebla menor.

¿Y los guardianes? Bueno, ellos estaban tratando de procesar que demonios sucedía aun allí.

Tsunayoshi estaba pensando demasiadas cosas en ese momento y sintiéndolas, por supuesto. Uno, felicidad porque su hijo progresaba con su entrenamiento con las llamas (su orgullo de padre subió hasta niveles insospechables) Dos, estresado pues esa reuniendo ya estaba más que pospuesta y significaba más papeleo. A Tsuna no le gustaba el papeleo. Y tres, estaba pensando como separar a sus guardianes, tal como su hijo, pues estos habían decidido pelear por quién tenía el mejor hijo, volviendo todo eso una algarabía que él estaba dispuesto a mandar a la mierda.

Pero no, es el jefe. Decimo Vongola. El Boss. Algo parecido a El Padrino, pero con menos caché, según Reborn, pero jefe, al fin y al cabo, así que debía limpiar el desastre antes de que algo sucediera. Y por el bien de su cabeza, que con tanto grito parecía querer explotar.

La sensación de que algo pasaría le hizo subir la mirada e ignorar deliberadamente como su mano derecha amenazaba con meter una dinamita en lugares impropios a todos.

Y luego Gokudera se preguntaba porque Ryoma tenía una boca tan sucia a sus escasos cinco años.

–Herbívoros si no hacen silencio, los morderé a todos hasta la muerte–

Fue una orden de Hibari. Los menores callaron ipso facto, pues tío Hibari había llegado. Cuando tío Hibari llegaba, no era bonito gritar. Ni un poco. Los adultos por otro lado, ya conocían de sobra la mala leche del guardián de la nube y no eran masoquistas (Bueno, solo Mukuro quién solo kukufeo a la llegada del ex prefecto) y en ese momento Tsuna sudo frio, pero supo que todos se relajarían y volverían a la reunión, los pequeños se irían y todo fluiría.

Luego vio la pequeña figura que estaba al lado de Hibari y su cerebro exploto.

Una pequeña de cabellos color cereza y ojo del mismo tono los miraba a todos con expresión ausente y aburrida. Esta volvió la vista hasta el hombre que la tomaba dela mano y jalo su mano, llamando su atención.

– ¿Ellos son tus amigos, papa?–

A la explosión cerebral de Tsuna se le unieron la de todos los demás guardianes.

Hibari miro a su hija con una ceja alzada. La pequeña pareció entender la respuesta muda de su padre y asintió, mirando hacia un lado, como sopesando la respuesta. La pequeña se soltó de su padre y dio un par de pasos hasta donde estaban todos.

–Un gusto conocerlos. Soy Momo Hibari– la pequeña se inclinó, delatando así su ascendencia japonesa y los miro con tranquilidad –Por favor, cuiden de mí, o mi padre les morderá hasta la muerte–

(En la mente de Hibari, un mini él explotaba de orgullo al escuchar esa frase en los labios de su hija)

Como si tío Hibari no estuviese allí, el pequeño Touya se acercó a la pequeña cereza (se le olvido el nombre, el pobre tenía memoria de pez) y se presentó, seguido de Takuma y Gou, para que finalmente Ryoma se levantara y dejara libre a Hitomi, acercándose y presentándose como la futura mano derecha del Undécimo. Hitomi miro a la aludida con los ojos entrecerrados y se autodenomino como la más fuerte de su grupo.

La cereza simplemente le miro como si le hubiese crecido una segunda cabeza y la ignoro, lo que llevo a Hitomi a meterse con ella, mientras esta salía anunciándole a su papa que iría a pasear con los herbívoros. Touya, como buen cielo que era, alentó a salir de la habitación y llevar a cabo sus planes. Funciono y unos minutos después, solo se escuchaba la voz de Gou diciendo que lamentaba que Kou (el hermano de tío Lambo) tuviese solo un año, pues seríaextremo que pudiera unirse a ellos.

Cuando los menores se retiraron todos, sin excepción, miraron a Tsuna. ¿Por qué lo miraban a él? No lo sabían, la verdad. Podríamos llamarle a que, implícitamente, le echaban la culpa de todo (aunque él no tenía culpa de nada, pero todo lo había hecho su hijo, así que…) o que simplemente sería algo muy estúpido como que le preguntaban "¿Y ahora qué?"

–Hitomi es más educada que tu hijo boca sucia, Gokudera Hayato–

Y claro que sí, de nuevo todo se desato. Gokudera imito a su hijo y se tiro encima de la niebla, en pos de defender la nobleza de su hijo. Ryohei olvido que estaban en una reunión y la posible regañina que ganaría por parte de su querida Hana, para comenzar a animar la pelea. Takeshi simplemente comenzó a reír, tratando de calmar a Gokudera –de lejos, no era tan imbécil como para interponerse en la pelea- y dejo que sus pensamientos oscuros dieran vueltas sin control, pensando como cobrarle a Reborn la malicia impuesta en su hijo. Hibari no tardo en unirse a la pelea, aludiendo a que eran muy ruidosos y necesitaban una lección. Atravesando la puerta, Lambo apareció con un pequeño bebe rubio de ojos verdes que estaba retorciéndose en sus brazos, pero al ver la pelea, simplemente regreso por donde había venido, fingiendo demencia.

Tsunayoshi sabía que ellos eran adultos y debían solucionar todo con conversaciones como los adultos que eran. Pero a veces, solo a veces, cuando sucedían cosas como estas, recordaba que aún no estaban muy lejos de aquellos chicos de quince y dieciséis años que se peleaban por todo. En cierta forma le gustaba porque, a su ver, su familia seguía unida… Aunque se buscaran de cortar la yugular, justo como ahora.

Era bonito. Retorcido sí, pero bonito al fin y al cabo.

::


¡Aclaraciones!

Touya Sawada/Vongola: Hijo de Tsunayoshi. Heredero de la mafia de Vongola con el título de Undécimo Vongola. Heredero de la llama del cielo. Sobre su madre se hablará más adelante. Tiene cinco años

Ryoma Gokudera: Hijo de Hayato Gokudera y Haru Miura. Futura mano derecha de 'Touya-sama'. Llama de la tormenta. Tiene cinco años.

Takuma Yamamoto: Hijo de Takeshi Yamamoto. Alumno de Reborn. Llama de la Lluvia. Madre desconocida, por ahora. Tiene cinco años.

Gou Sasagawa: Hijo de Ryohei Sasagawa y Hana. Llama del Sol. El mayor de todos, con seis años.

Hitomi Rokudo: Hija de Mukuro Rokudo y Chrome/Nagi Dokuro. La más aventajada en llamas de su generación. Llama de la niebla. Tiene cinco años.

Momo Hibari: Hija adoptada de Hibari Kyoya. Llama sin desarrollar. Tiene cuatro años.

Kou: Hermano de Lambo. Llama sin desarrollar. Tiene un año de edad.


::

N/A: Muchas gracias por haber llegado hasta aquí. Sé que se ve bastante –mucho- extraño que a pesar de la edad que poseen los guardianes, se dejen llevar tan fácil por una situación tan tonta y caer en los golpes, pero pienso que al menos esta mafia en particular, esta familia, no debe ser tan seria. Hey, yo traeré momentos muy serios, pero prefiero darle un comienzo ligero a todo, que embotellarme en el drama desde el principio DX es cansón, aunque no lo parezca.

Ahora mismo sé que muchos se preguntarán quién es la madre de tal o como paso el nacimiento de tal. Aunque tengo debilidad por el yaoi, escribir mpreg no era lo que quería, pues no lo sé, no sentía que era lo adecuado con esta historia. Habrá yaoi –porque necesito poner yaoi de KHR (?)- pero aquí no habrá nacimientos entre hombres, lo siento ~

Por otro lado quiero aclarar que esta historia se va a manejar por arcos. En este caso no vi necesario anunciar el nombre del arco en que comienza esta historia, pero en el siguiente capítulosí que lo haré, pero como dice el resumen son oneshots o pequeñas historias. ¿Qué quiere decir eso? Que no habrá continuidad entre ellas, al menos que yo lo indique. Son pequeños sucesos que muestran como fueron creciendo los personajes de KHR a medida de que sus descendientes/protegidos iban creciendo y madurando. Siempre he sido fiel a la frase 'De la juventud también se aprende', así que los pequeños de la undécima no serán los únicos que aprendan lecciones de vida ;)

Y ya ta'. Por ahora espero ver la aceptación que tiene esta historia para comenzar a escribir. No sé cuándo traeré la continuación, pues trabajo todo el día y no tengo internet u.ú Así que apenas vea desde mi sensual celular que esto tiene buen ritmo, comenzaré a escribir y en cuanto pueda, traeré la continuación. Así que, hey, si tu sensual persona, ¿me regalas un review ~? ;3

Bye, bye

P.D: El primer arco tratará sobre el nacimiento y parte de la infancia de los niños, así como un resumen de la juventud de sus padres en algunos casos. Si alguien quiere leer de alguien en particular, que me lo haga saber y veré si la musa está de mi lado para traerlo como continuación en la actualización \o3o/