Hola de nuevo!

Espero que estés teniendo un buen día hoy, y si no, pues veré que puedo hacer ^^

Esta es una nueva historia que he tenido en la cabeza todo el día desde que la soñé esta mañana, será un poco distinta en ciertos factores...si, los de aquí abajito:

1-La guerra nunca pasó, por lo tanto esta será una historia completamente diferente.

2-Aang aún es menor que Katara.(seh...)

3-Katara y Aang viven en la misma línea de tiempo (es decir: Aang no estuvo encerrado en el bloque de hielo por cien años).

4-Aang aún es el Avatar.

5-Cambiaré de puntos de vista en esta historia, por lo que el nombre de la persona que estará contando la historia aparecerá en cursiva al inicio de su "punto de vista".(Si el texto no comienza con ningún nombre, quiere decir que es narrado neutral.)

Y yo creo que con eso es sufi...aaaaa

6-Avatar:el último maestro del aire no me pertenece...

Ahora sí. Espero que la disfrutes :3

-o-o

=El Sello del Mañana=

Capítulo 1- Extraños.

Gyatso, uno de los miembros oficiales más valorados de la Tribu Agua del Sur, y amigo personal del Jefe de la Tribu: Hakoda; ha sido invitado a una reunión muy importante, el monje es acompañado de su joven pupilo de apenas 8 años, Aang.

Ambos bajaron del bisonte de Gyatso para luego ser recibidos por nada menos que por Hakoda, con quien Gyatso compartió un amistoso abrazo.

El par finalmente entra al gran palacio de hielo, conocido también como el hogar de Hakoda y sus dos hijos: Su hijo mayor: El Príncipe Sokka; y su hija: La Princesa Katara...ella odiaba ese título. Y en un victorioso escapé que puso en acción mientras su padre recibía a los numerosos invitados, la niña salió del palacio.

Mientras caminaba por la nieve, Katara alcanzó a ver una figura a lo lejos, era un niño junto con un enorme monstruo peludo, a la niña casi le da un ataque luego de ver como aquel monstruo sacó su enorme lengua y lamió al niño.

-¡Detente!- Gritó, mientras luchaba por caminar sobre la densa nieve.

El niño volteó a verla, sus ojos eran de un profundo gris ceniza. La niña se detuvo en seco, justo frente a él.

-¡¿Estás bien?!-Preguntó colocando sus manos sobre los hombros del chico.

El niño la miró confundido.

-Supongo...- Dijo bajando la mirada hacia su camisa cubierta de saliva.- Solo es baba de bisonte...

-¡¿De que hablas?! ¡HAY QUE SALIR DE AQUÍ -Gritó Katara tirando de su camisa.

-¡Oye tranquila!- Dijo el niño tomándole de las manos. -Está bien...es el bisonte de mi mentor.- Dijo con una sonrisa.

Katara soltó su camisa y de repente sus manos sobre las de ella se volvieron más interesantes que su temor por el bisonte. Aang se quedó viendo sus manos por unos segundos antes de esbozar una sonrisa.

-Ven.-Dijo tomándole de la mano y caminando hacia el bisonte.

El cuerpo de Katara se tensó al verse tan cerca de aquel animal. Entonces Aang acercó su mano a la cabeza del bisonte, la niña cerró los ojos con fuerza pero luego de sentir la suavidad de su pelaje sus temores se desvanecieron.

El bisonte se acostó sobre su espalda, rogando por que los niños le mimaran.

-¡Aang!

Ambos niños se detuvieron en seco y voltearon a ver al dueño de la voz que les había llamado. En eso Gyatso se acercó a ambos y se arrodilló frente a Aang.

-Aang, te he dicho que no...-Dijo antes de notar la presencia de la chica que le acompañaba.-...hola, ¿y tu quien eres? -Preguntó el monje con una sonrisa y una ceja arqueada.

-Me llamo Katara.- Respondió, dando un paso al frente.

-Pues es un placer Katara...-Dijo dándole la mano.-..mi nombre es Gyatso.

Aang volteó a ver a Katara con sorpresa.

-¿Tu eres la hija del Jefe Hakoda?-Preguntó.

Katara asintió y Aang le obsequió una sonrisa antes de devolver su atención hacia el monje frente a él

-¿Ibas a decirme algo Gyatso?

-Si.-Respondió con una sonrisa.- Te iba a sugerir que tu y Katara llevaran a Muggi al establo.

Aang asintió y ágilmente saltó sobre el bisonte y tomó las riendas.

-Ven, Katara.- Dijo extendiendo su mano, entonces la movió en un modo extraño.

En eso Katara sintió una ráfaga de aire bajo sus pies y rápidamente se elevó hacia el bisonte, bajó justo al lado de Aang.

-¡Eres un maestro-aire!- Exclamó. Aang solo le sonrió ampliamente.

A causa de la densa nieve y el cansancio del bisonte, Aang no pudo llevar a Katara al establo como él hubiera querido, volando. Aun así el entusiasmo de Katara por estar montada en un bisonte no descendió ni un poco, y eso a él le bastaba.

Los años pasaban y las visitas al Polo Sur se hacían cada vez más frecuentes, no era algo que le molestara mucho a los dos ahora jóvenes; Aang ya contaba con 14 años cuando Katara recién cumplía los 16. Las aventuras que vivían se hacían cada vez más increíbles para ambos y al igual que ellos, su lazo fue creciendo más y más...hasta que un día simplemente...se desvaneció.

Las invitaciones a la Tribu del Sur dejaron de llegar de un día para otro, las reuniones se acabaron, e incluso esas visitas sorpresa simplemente...terminaron...

Y lo peor es que ninguno de los dos sabía porque...

-o-o

Espero que este te haya gustado, no, no se quedará así, no te preocupes por eso, esto continuará o si no dejo de llamarme Sofía Guadalupe Catrina María Zulema Macías del sagrado corazón de Jesús...nah es broma, pero no pienso dejarlo, así que prepárate porque esto recién comienza...

Gracias por leer.