-Autora:
¡Bienvenids a mi nuevo fic!
Es una especie de cross-over (o como se diga) entre One Piece, (mi preferido) y la saga vocaloid de "evil". Seguro que alguno de vosotros habrá visto "la hija del mal" (daughter of evil) o su segunda parte "el sirviente del mal" ( servant of evil)
Los que no, los podéis encontrar en youtube, junto con sus otras versiones. (si no os gusta uno da lo mismo ¡Ved el segundo!) Y si ya sois fans de esos videos, sabed que esto no es una burla, ni un plagio, ni mucho menos: ¡Solo soy una fan aficionada a la que no le gustó el final!
A los que no os interese vocaloid, saved que tampoco es importante para leer esto.
En fin. Pasemos de todo esto y vallamos al fic:
I Una peregrina fuera de lo común¡Luffy! -gritó Ussop- ¡Deja mi comida en paaaaz!
Pero el capitán no soltó el muslo de pollo con el que ya se estaba atragantando. Rovin sonrió, sin un solo signo de sorpresa en su rostro. Las comidas, cenas y demás en la tripulación del sombrero de paja siempre eran muy entretenidas y ella, particularmente, se lo pasaba bien.
Nami- ¡Hombres! Si bien no acostumbran a ser civilizados me fui a vivir con la "chusma de oro". ¡¿No tendremos nunca una comida tranquila!
Robin- déjales que se diviertan. A mí me parece un "espectáculo" entretenido.
No se musitó si quiera al ver como Luffy extraía un buen puñado de arroz con salsa de su plato, con el ansia de un avaricioso frente a una montaña de oro. Al fin y al cabo, toda la comida era repuesta al instante por Sanji. El atento cocinero no iba a dejar a la tripulación con hambre siendo el prestigioso cheff que era, y mucho menos no iba a descuidar los platos de las "damiselas" siendo el mujeriego que era.
La tripulación comía despreocupada y escandalosamente sin escuchar los golpes en la puerta…
Esperad, ¡Silencio! Solo un momento…-dijo Zoro, el espadachín peliverde (que tan bueno está) y que tan buen oído tenía; Parecía haber sido el único en oír los golpes y cuando al fin consiguió algo de tranquilidad, se levantó para ir hacia la puerta.
Todos los demás guardaron silencio, un tanto intrigados por quien llamaba a la puerta de semejante barco pirata, (el Sunny Go, no el Alma de Merry) pues al otro lado se oía aún una voz cansada llamando.
Cuando Zoro abrió su rostro se tornó ligeramente sorprendido, no obstante, seguía siendo un semblante tan amenazador y temible como casi siempre.
Ante él se encontraba ni más ni menos que una anciana. Una ancianita baja, arrugada y encorbada sobre un grueso y enorme bastón, con el canoso, largo y un poco greñoso pelo suelto y una capa cubriéndola del frío.
Zoro- Señora, ¿Quién es usted?
Anciana- Solo soy una vieja peregrina sorprendida por la noche y quisiera pasarla aquí. No hay casas, ni hostales cerca.-se quedó en silencio un momento y luego miró al joven a los ojos.- Es éste el nuevo barco de los sombrero de paja, ¿Verdad?-sus ojos, llenos de astucia habían adquirido un extraño brillo de interés. Zoro lo captó. Entrenado como un samurai desde la infancia, no se le escapaba una. No dijo una palabra y la dejó pasar.
Zoro-Dice que es una peregrina. Y quiere pasar aquí la noche.-informó a los demás mientras se dirigía a la mesa.- Y me parece un poco raro que una mujer tan mayor pasee sola con una excusa tan rara en una isla tan pequeña del mismísimo Grand Line.-añadió mientras se acomodaba de nuevo en su sitio.
Sanji no atendió al suceso. Había estado escuchando de espaldas, sin ser visto y salió un momento a la despensa sin llamar la atención. Mientras tanto, la anciana tomó asiento, haciendo caso omiso a las palabras de Zoro.
Bueno parece que si. Éste es.-dijo la vieja.-vosotros sois los sombrero de paja.
Ussop-¿Y usted quien es, abuela?
Anciana-podeis llamarme abuela Felín. Y ya os lo he dicho: soy solo una peregrina.
Nami-Eso es difícil creerlo, abuela.
Robin-¿A que ha venido usted?, Si puede saberse. La he notado muy interesada en el barco y la tripulación.
Robin era muy callada y atenta. Ni siquiera había girado la cabeza, todos seguían mirando a la anciana, más que descubierta.
La vieja miró a unos y a otros y luego habló mientras rebuscaba entre los bolsillos de su ropa.
Anciana-Bueno la verdad es que sí vengo buscando a alguien.-encontró lo que buscaba y empezó a desdoblar un papelito un tanto amarillento y arrugado.-¿Habeis visto a este chico por casualidad? Forma parte de la banda, ¿No?
Todos alargaron el cuello y se llevaron una buena sorpresa al descubrir que,…¡Era el cartel de Sanji!
Toda la tripulación tenía precio por su cabeza, y los carteles de se busca estaban esparcidos por todo el mundo con sumas de hasta 300 millones. Todos eran carteles con fotos por los que eran fácilmente reconocibles; excepto el de Sanji.
Al parecer, quien quiera que fuera el encargado, al no encontrar fotos del pobre rubio había contratado al peor dibujante con diferencia de todo Grand Line.
El retrato era exagerado, grotesco, feo y… bueno pos eso. Incluso una vez, un pobre desgraciado (mas feo que yo que se) que casualmente se parecía mucho al retrato había sido perseguido injustamente acumulando un profundo odio hacia Sanji y el resto de la tripulación. Ese cartel, desde el principio había sido causa de depresión para el cocinero, y de mofa para los demás. De hecho, en el camarote de los chicos estaban, colgados con cierto orgullo, todos los carteles de se busca…¡Excepto ese!
Franky-(conteniendo cierta risotada, al igual que los demás) Y…¿Por que busca usted a Sanji?
Anciana-Pues…es que hace mucho que no le veo… varios años. No sé si será el mismo chico, pero es una gran casualidad que se llame igual y sea rubio, ¿No? No se, me parece raro pero si se ha vuelto…menos, "agraciado" por el paso de los años no quita que sea el mismo, ¿No?
El peliverde, que casi siempre estaba discutiendo con Sanji y había encontrado en el dichoso cartelito una debilidad, no pudo contener una carcajada.
Justo entonces, entró Sanji por la puerta.
Llevaba algunos frascos en brazos, que dejó sobre la mesa, traídos de la despensa. Le echó una ojeada al panorama y preguntó:
Sanji-¿A que viene tanta guasa? Seguro que la señora tiene hambre…
Se giró para rellenar un plato mientras Nami le comentaba:
Nami-Ha venido hasta aquí,…con eso
Sanji se dio la vuelta y dejó el plato en la mesa; solo entonces pareció darse cuenta de lo que la viejecita sostenía…
Sus facciones se tornaron en una especie de combinación odio-vergüenza-rabia asesina que se le fue pasando cuando, por suerte, la ancianita dejó el papel.
Anciana-Valla… eso está mejor…
/Igualito que sus padres\
Fin del Capítulo
-Autora:
¡por favor dejad comentarios! Es el primer fic que hago yo sola. Ya me contareis que os ha parecido: si es muy aburrido me avisáis.
Un saludo: Luffy-sister
Xau!
Ejem…¬¬ XD!
