Querido Zoro:
Espero que estés bien en tu nueva casa de las estrellas. Aquí estamos todos un poco tristes. Sobretodo yo, porque fui muy mala contigo…
[Ya no quiero ser tu hermana nunca más]
Te dije las palabras más feas del mundo, creo que por eso no tuve hambre en todo el día.
Las dije sin pensar y tú no te las merecías, porque tú siempre me decías cosas bonitas.
[-¡Hola, Zoro! / -¿Qué pasa, enana? A ver, ¿estás lista para ir de excursión?]
Desde el primer día en que Lory y yo llegamos al barco, me escapé, fuiste a por mí.
[La escalera está echada y Prim no está con Chopper]
Me diste la mano y me dijiste que nunca te ibas a ir de mi lado. Ahora te has ido sin que tú pudieras hacer nada. Pero estoy segura de que cuando sea viejita y me muera, volveremos a darnos las manos. Y esta vez será para siempre.
-Eh, Nami-san, ¿quieres algo para desayunar? –Dijo Sanji con su habitual tono empalagoso aunque manteniendo cuidado ante el cabreo de la navegante.
-Un whisky.
-Ah, pues yo me apunto –Comentó Zoro alzando la mano, dejando atrás su desayuno.
-Yo os quiero muchísimo Prim…sois…la única familia que he tenido.
-Visualiza algo que te haga sentir bien –Decía un Sanji que para nada iba con sus habituales intenciones, sonaba familiar, cariñoso…
Pero así hizo Lory, cerró los ojos y al abrirlos, solo vio a Zoro en frente suya, sonriendole.
-…Porque quererla ya la quiero…
-¿Y dónde está Zoro, Prim?
-…En Villa Dorita… Ha ido allí por ti, lo está haciendo todo para que algún día os podáis tocar.
-¿Y pro qué no le dices que la quieres, Sanji?
-No, no puedo… No si ella está enamorada de otro.
-Antes de conocerle no sabía lo que era querer a alguien… Lo supe en cuanto le ví y me miró... Alcé la vista y me dio un vuelco al corazón…y supe que estaría unida a él el resto de mi vida.
-¡Ey, oye! […] ¿Se puede saber porqué has salido corriendo?
-¡Pues porque me has llamado como si fuera un caballo, "eh, tú, oye" y me he asustado!
-Uy, ¿y que quería la señorita? ¿Qué le mandara una notita perfumada?
Todo esto y mucho más en… Chispitas.
