CAPÍTULO 1
CONFESIONES
Habían pasado ya lo que me parecían varios meses, puesto que aún nadie había sabido decirme a cuánto equivalía el tiempo de Eldarya en mi mundo o si había alguna diferencia.
Aunque echaba de menos a mi familia y amigos, cada vez eran menos los ratos que me acordaba de ellos, siempre ocupada con tareas o misiones para mantenerme distraída, hasta el punto de disfrutar de todas ellas como parte de mi nueva vida.
Nevra: Como siempre tan absorta en tus pensamientos que no verías venir a un Bériflore delante de tus narices.
Mystika: ¡Mierda Nevra! ¡Qué susto me has dado!
Nevra: Siempre es un placer.
Mystika: Seguramente no habría podido notar tu acercamiento aunque hubiera querido.
Nevra: Así que te gustaría notarme más cerca...
Acercó su cara a la mía a la vez que retiraba un mechón de pelo de mi cara con delicadeza. El tacto de su fría piel me dio un escalofrío.
En respuesta a sus palabras le di un codazo en el estómago en broma.
Mystika: ¡Eh! Yo no dije eso.
Nevra: ¡Ouch! ¡Vale, vale, no es necesario que me agredas!
Mystika: Bueno, ¿qué haces aquí? ¿Disfrutando de la naturaleza o sólo venías a asustarme?
Nevra: Lo cierto es que te estaba buscando. Venía a preguntarte si querías venir a la cantina esta noche conmigo y los chicos a tomar algo. ¡Ah! No acepto un "no" como respuesta.
Mystika: Vaya, en ese caso, no tengo elección... Allí estaré.
Nevra se despidió con una amplia sonrisa en sus labios, lanzándome un beso al aire, y tan rápido desapareció como había aparecido.
Como ya había paseado lo suficiente como para llenarme de energía, decidí ir a entrenar un rato. Cada día que pasaba se me daba mejor tanto el manejo de las armas como el combate cuerpo a cuerpo. Aunque en esto último ya tenía algo de experiencia, ya que hacía un par de años que practicaba Krav Maga.
Por suerte aún no había tenido que usarlo y sólo Jamón había visto un poco de mis cualidades. Los entrenos con la guardia habían sido, hasta ahora, manejando armas pesadas, lo que había fortalecido mis extremidades y todo mi cuerpo en general.
Llegué al cerezo, donde solía entrenar, y para mi sorpresa allí estaba Valkyon dándole golpes a una especie de muñeco de madera y trapo. Estaba tan concentrado que no se percató de mi llegada.
Mystika: ¿Qué te ha hecho el pobre para que le trates así?
Valkyon: Oh... pues intento sacarle información, pero ya ves... no suelta prenda.
Me recibió con una gran sonrisa mientras peinaba su pelo hacia atrás y retiraba algunas gotas de sudor de su frente con su antebrazo.
Mystika: ¿Crees que esa técnica funcionaría contigo?
(¡Mierda! ¿Por qué he dicho eso?)
Valkyon: ... ¿Quieres probarlo?
(Esto va a ser divertido... Aunque espero que no me machaque)
Me puse en guardia aceptando su proposición y le hice un gesto con la mano para que se acercara a mí.
Valkyon: Si te hago daño, dímelo.
Le respondí con una sonrisa segura y se aproximó aún sin ponerse en guardia, confiado de sus propias habilidades e ignorando por completo las mías.
Lancé un puño que a duras penas pudo esquivar y al fin levantó la guardia. Conseguí darle varios golpes, bloquear otros tantos y encajar algunos mientras él parecía estar igual que cuando empezó, así que me esforcé al máximo para presentarle batalla.
(¡Este hombre tiene una fuerza y un ímpetu desbordantes!)
Al poco rato estábamos ya empapados en sudor y casi extenuados. Se notaba la diversión en su rostro. Estaba claro que prefería la acción a las palabras y sentía como de esta forma podía conectar con él fácilmente, sin silencios incómodos.
Entonces, en un arranque de valentía, intenté derribarle... craso error con un hombre de su envergadura y corpulencia. En unas centésimas de segundo le dio la vuelta a la tortilla e intentó la misma maniobra contra mí. Sentí perder el equilibrio y me agarré a su chaqueta, provocando que ambos acabáramos en el suelo, él sobre mí para ser más exactos, aunque a tiempo frenó la caída con sus manos contra el suelo.
Agotados y jadeantes por el esfuerzo nos quedamos unos segundos en esa posición, mirándonos a los ojos. Entonces noté un calor que me subía a las mejillas y vi como la cara de Valkyon también tomaba un suave color rojizo, seguramente debido a la proximidad repentina de nuestros cuerpos.
Valkyon: Disculpa...
Éste se incorporó rápidamente y me tendió la mano para ayudarme a levantar del suelo, gesto al que correspondí en seguida. Con facilidad fui elevada del suelo, como si mi peso fuera el de una pluma.
Mystika: N-no hay problema. Creo que voy a ir a ducharme mejor...
Valkyon: Sí, claro. Yo recojo esto y voy. Así te dará tiempo.
Entendí que se refería a darme el tiempo suficiente para acabar de ducharme, ya que las duchas eran mixtas.
Mystika: Sí, hasta ahora.
(Bueno, ¿¡qué diablos ha sido eso!?)
De camino a las duchas me convencí firmemente de la idea de que lo que acaba de ocurrir sólo había sido un momento extraño debido a su falta de proximidad con otras personas, unida a toda esa descarga de energía del combate.
(Y él... bueno, en teoría no está acostumbrado a estar tan "cerca" de una mujer, al menos eso me han dado a entender los demás. Sólo ha sido un momento confuso. ¡Exacto!)
Intenté despejar mi cabeza con una ducha fría y bastante rápida, sabiendo que en cualquier momento podía entrar un miembro del Cuartel.
Así que sin más demora salí envuelta en una toalla y ahí estaba Valkyon, quitándose sus prendas.
Mystika: ¡L-lo siento! Yo... Mejor me visto en mi habitación...
Valkyon: ¿Por qué? Ya sabes que no tengo problema.
Mystika: Uhm... vale...
Me giré hacia mi taquilla para evitar verle desnudo, sobre todo, evitar que él notara que le miraba. Pero cuando pasó por mi lado para dirigirse a la ducha, mi vista se desvió sin remedio mirándole de reojo.
(¿Qué pasa? El chico está tremendo y los ojos están para mirar, ¿no?)
Únicamente llevaba una toalla y ésta estaba posada en su hombro.
No podía hacer más que admirar su cuerpo, esculpido por los mismísimos dioses...
(¡Basta o tendrás que volver a darte una ducha!)
Cepillé mi pelo y me vestí lo más rápido posible y cuando fui a ponerme las botas, Valkyon salió de la ducha con la toalla alrededor de la cadera. Sus oblicuos se marcaban graciosamente guiando el camino hacia la pelvis.
Se sentó en frente de su taquilla con el cabello goteándole por la espalda y el torso. Luego se giró hacia mí al tiempo que desvié la mirada para no ser sorprendida admirándole.
Valkyon: Ha estado genial.
Mystika: ¿Eh?
Valkyon: El entreno. Tienes mucha habilidad.
Mystika: Oh... gracias, en mi mundo practicaba defensa personal y algo de deportes de contacto.
Valkyon: ¿Tenéis varias disciplinas?
Mystika: Sí, hay muchas y diferentes. Lo pasarías en grande allí jeje
Valkyon: Quizás algún día se pueda... ¿Quién sabe?
Mystika: Sí, quizás...
No pude evitar ponerme algo melancólica. Valkyon lo notó y cuando parecía que iba a decir algo...
Ykhar: Ejem... Espero no interrumpir nada... Mystika, Miiko te busca.
Mystika: Claro, ya estoy. Hasta luego Valkyon.
Me sonrió a modo de despedida e
Ykhar y yo nos dirigimos a la sala de cristal en silencio. Me daba la sensación de que estaba algo molesta.
Mystika: Ykhar, ¿estás bien?
Ykhar: Eh... sí claro. Es sólo que ha habido un pequeño incidente en la cocina con Karuto. Ahora Miiko te explicará.
Llegamos a la sala de cristal y Miiko estaba atendiendo a Karuto, examinando su brazo con preocupación.
Miiko: Ve ahora mismo a la enfermería a que Eweleïn te eche algo en esa quemadura.
Karuto: Pero casi es la hora de comer y van a empezar a llegar los...
Miiko: AHORA.
Karuto desapareció por la puerta refunfuñando, en dirección a lo que supuse sería la enfermería, por su bien.
Miiko: Ah Mystika, aquí estás, te necesito.
Mystika: ¿En qué puedo ayudar?
Miiko: Como ves, Karuto está algo indisponible para el turno de comidas. ¿Podrías hacerte cargo tú? Ykhar te dará la lista con los menús de hoy y demás.
Mystika: ¡Por supuesto, será un placer!
Sin perder más tiempo Ykhar me acompañó hasta la cocina mientras me daba instrucciones y me advertía sobre los guardianes que tenían algún tipo de restricción de alimentos, así como la necesidad de dejarlo todo tal y como estaba si no quería tener problemas con Karuto.
Ykhar: ¿Lo has entendido todo?
Mystika: Perfectamente.
Ykhar: Bien... Kero se pasará un rato antes de abrir el comedor para comprobar que todo vaya bien o por si necesitas cualquier cosa.
Mystika: Vale, gracias Ykhar. Verás como todo sale según lo previsto.
La brownie forzó una sonrisa y salió de la cocina. Siempre se estresaba ante los contratiempos, así que seguramente su comportamiento de antes se debía a dicha situación.
Rápidamente preparé en la encimera todos los ingredientes que podía utilizar. La receta, no obstante, no había por dónde cogerla... Tengo cebollas, tomates, carne picada y pasta, además de otras verduras. Estaba claro, iba a preparar una pasta boloñesa sencilla pero rica, así que comencé a hacer los preparativos necesarios.
Cuando ya tenía la pasta cocida y la salsa acabada, Kero se asomó por la cocina con cara de circunstancias.
Kero: H-hola... creí que Ykhar te había dejado todas las indicaciones necesarias para la comida.
Mystika: Así es, pero la receta, sin ofender, no tenía ni pies ni cabeza.
Kero: ¿Cómo?
Mystika: Pues eso, que no tenía sentido usar y cocinar los ingredientes del modo que indicaba.
Kero: Ah... ¿tú sabes cocinar?
Mystika: Creo que se me da bastante bien, sí. ¿Quieres probar?
Coloqué la pasta recién escurrida en la olla donde se había cocinado la salsa y lo mezclé todo bien.
Kero: Bueno... Huele bien...
Sonriendo cogí un tenedor para enrollar algo de pasta en él, soplé un poco y se lo ofrecí al medio unicornio. Éste agarró el cubierto llevándose la comida a la boca.
Kero: ¡Por el oráculo que esto está delicioso!
Mystika: Jajaja pues es una receta de lo más común y sencilla.
Kero: Y ¿sabes hacer cosas más elaboradas?
Mystika: Sí, sé bastantes recetas.
Kero: Mmh mmh...
Con un gesto pensativo y sin decir nada más abandonó la cocina después de hacerme una señal con la mano. Yo me volví hacia la encimera para continuar con mi trabajo.
Mystika: Bueno, ¡manos a la obra!
Preparé todas las raciones y rallé queso y lo distribuí en varios cuencos. Luego hice algunos platos con las modificaciones necesarias para los vegetarianos como Jamón.
Escuché como la gente iba entrando a la cantina y el camarero de turno vino a por los platos. A los 5 minutos se escuchaba un bullicio muy animado y ya estaba todo servido, así que me dispuse a limpiar la cocina y dejarla tal y como la había encontrado para no tener problemas con su dueño.
Ezarel: No te creí cuando me dijiste que la pasta podía estar más buena que sin cocer, pero eso ha sido... ¡Mhhh!
No pude más que sonreír ampliamente ante la cara de satisfacción del elfo.
Mystika: En mi mundo dicen que se puede conquistar a un hombre por el estómago.
Ezarel: No te negaré que con esto ganas unos puntos. Ahora sólo te odio un poquito.
Mystika: Cuidado no te me ablandes, Ez, tienes una reputación que mantener.
Ezarel: Jeje Te veo luego.
Mystika: ¡Hasta luego!
(Sólo por esto ha valido la pena el esfuerzo).
El camarero vino a felicitarme varias veces de parte de los comensales, lo que me hacía sentir realmente bien, pero era lógico teniendo en cuenta lo que habíamos comido hasta ahora...
Cuando acabé fui a descansar a mi habitación y a leer un poco antes de quedar con los chicos en la cantina.
Al anochecer me dirigí al armario a ponerme algo más acorde, escogiendo un conjunto de corsé con pedrería y acto seguido me dirigí a la cantina. Desde fuera se oía música de flautas o algo similar y otro tipo de instrumentos que aún me eran desconocidos.
Al entrar me sorprendió ver a todo el Cuartel ahí metido. Incluso Leiftan, que hacía días que no le veía, estaba presente.
De repente apareció Nevra a mi lado sonriendo y puso una mano sobre mi espalda baja.
Nevra: ¡Sorpresa! {Estás preciosa...}
Mystika: Pero... ¿¡Por qué!?
Nevra: Porque hace bastante que estás aquí y te has implicado mucho, a pesar de los contratiempos. Y los chicos y yo pensamos que merecías una fiesta en tu honor.
Mystika: Vaya... no era necesario, pero ¡muchísimas gracias! Me encantan las sorpresas.
Dicho esto fue inevitable no abrazarle, así que le estreché entre mis brazos en señal de agradecimiento y él me devolvió el abrazo con fuerza.
Durante la cena reinó un ambiente agradable y festivo, las bebidas se sucedían al mismo ritmo que las conversaciones. Después de tanta charla estaba sedienta, así que me senté en la barra y pedí una jarra de cerveza.
Leiftan: Los chicos saben cómo montar una fiesta, ¿eh?
Mystika: ¡Oh Leiftan, qué alegría verte aquí de nuevo! Es genial que hayas llegado justo a tiempo. ¿Quieres algo de beber?
Leiftan: Sí, tomaré un cocktail, un Blue Moon, gracias.
Mystika: Y dime, ¿estabas en una misión importante? Hace bastantes días que no te veo por el Cuartel.
Leiftan: Eh sí, fui a otra región bastante lejana, aunque por temas personales. Es complicado...
Mystika: No tienes por qué contármelo si no quieres, pero sepa usted que aquí me tiene para lo que necesite. Ahora disfruta y no pienses en ello.
Noté como se debatía internamente, parecía tener ganas de desahogarse con alguien, tal y como hacía yo con él cuando las cosas me superaban. Siempre estaba ahí cuando le necesitaba, así que esperé pacientemente.
Leiftan: Hecho... Pero antes ¿Me concedes este baile?
Leiftan dejó su bebida en la barra, se separó de ésta y me tendió la mano, la cual acepté gustosa.
Mystika: Que sepas que jamás he bailado vuestra música, ¡así que espero no pisarte demasiado!
Leiftan: Jajaja Tranquila, yo te guío. Verás como aprendes rápido.
Y así fue. Leiftan era un increíble bailarín y en sus manos parecía que hacía años que bailaba una música que jamás antes había escuchado.
Cuando empezaba a notar cierto cansancio por el ritmo de la música, cambiaron la canción por una más melancólica, lo que se podría extrapolar a una balada de mi mundo. En un rápido gesto, Leiftan me hizo girar sobre mí misma para acabar frente a él a pocos centímetros y con su mano en mi cintura, que se deslizó rápidamente hacia mi espalda para estrecharme un poco contra él mientras bailábamos. Luego colocó mis manos sobre sus hombros y descansé la cabeza en él.
Sentí sus latidos acelerados, al compás de la míos por el esfuerzo del baile anterior.
Leiftan: Estás magnífica esta noche.
Mystika: Bah, sólo un poquito más de lo habitual.
Me separé para mirarle y guiñarle un ojo, pero estábamos realmente cerca el uno del otro, así que volví a esconder mi cara en su cuello. Desprendía un olor fantástico, varonil y fresco, como si la noche le hubiera impregnado con su fragancia.
Cerré los ojos para sentir perderme en las melódicas notas que sonaban hasta que finalmente acabó la canción.
Leiftan: ¿Podemos ir a tomar el aire? Hace algo de calor aquí.
Mystika: Por supuesto, vamos.
Retiró su chaqueta dejándola sobre una silla y luego me hizo una señal para que le acompañara.
Salimos de la despensa y nos quedamos en la sala de puertas, donde corría una agradable brisa nocturna al encontrarse las puertas abiertas. Aproveché para apoyarme en una de las columna disfrutando del aire fresco.
Leiftan se puso en frente de mí, mirándome atentamente y me pareció ver un brillo diferente en sus ojos, profundos y algo intimidantes.
Leiftan: ...Es Selena.
Mystika:¿Cómo?
Leiftan: Selena... es mi-mi... no sé qué es ya...
Mystika: Oh, entiendo...
En seguida entendí que era su pareja, lo que me sorprendió, pues nunca antes la había mencionado.
Leiftan: Verás, todo comenzó muy bien, era algo idílico, explosivo y excitante, como cuando comienza cualquier relación, ya sabes. No teníamos muchas responsabilidades, viajábamos, nos divertíamos... entonces me di cuenta un día, pensando en el futuro, que teníamos que madurar en nuestra vida, con nuestra relación. A ella le pareció bien, me acompañó hasta aquí, me uní la Guardia de Eel y todo parecía ir correcto.
Aunque su cara permanecía impasible podía escuchar la melancolía en su voz.
Leiftan: De un día para otro comenzó a elegir misiones que la llevaban más lejos... De hecho ahora está en una de esas misiones desde hace unos meses.
Mystika: Por eso no la conozco.
Leiftan: Exacto. Y tiene para unos tres meses más por lo menos. Así que decidí ir donde reside temporalmente para aclarar las cosas. Hace tiempo que quiero hacerlo, hace un tiempo que no echo tanto en falta su presencia... He conocido a alguien que me hace olvidar la tristeza con sólo con verla sonreír...
Aunque me daba pena por la chica, su confesión me hizo sonreír casi sin darme cuenta.
Mystika: Debe ser algo confuso para ti, ¿no? Y esa chica, ¿sabe de tus sentimientos?
Leiftan: Creo que pronto se dará cuenta...
Leiftan apoyó la mano en la columna al lado de mi cabeza y se aproximó un poco.
Sus ojos habían oscurecido ligeramente y sus labios dibujaban una sonrisa irresistible.
Entonces empecé a entender a lo que iba a desembocar esta situación. Su sonrisa, su mirada, su proximidad...
(Necesito hacer que siga hablando y distraerle)
Mystika: Selene debe estar bastante ciega para alejarse de alguien como tú.
(¡MIERDA! ¿¡Con un piropo pretendes distraerlo!? Genial Mystika, tú y tu sinceridad...)
Leiftan: Ya apenas me importa eso...
Y entonces se aproximó más, sus ojos iban de los míos a mis labios.
Su otra mano se posó sobre mi cintura en una caricia, haciendo que toda mi piel se erizara ante su contacto y un calor reconocible se apoderara de mi cuerpo, mientras se iba acercando hasta que su nariz rozó mi mejilla.
Finalmente puso su boca sobre la mía. Sus labios eran dulces, calientes, suaves y delicados. Insinuó su lengua y sin resistencia alguna me abandoné a esa sensación tan agradable y reconfortante...
[NEVRA]
Fui a buscar un poco más de vino y entonces me di cuenta de que Mystika no se encontraba ya en la cantina.
Volví con los chicos y me senté en mi sitio.
Nevra: Chicos, ¿dónde está Mystika? Estaba bailando hace un momento.
Ezarel: Ha salido hace unos minutos acompañada de Leiftan.
Nevra: ¿Se habrá ido ya al a cama?
Valkyon: No creo que se fuera sin despedirse...
Ezarel: No, no es su estilo. Habrán salido a tomar el aire sin más.
Sea como fuere, había salido con el Loraliet y todos habíamos visto como la miraba y le tocaba durante el baile.
Nevra: ¿A solas con el encantador Leiftan después del bailecito que se han marcado?
Valkyon: ...
Ezarel: Mmhh... vayamos a buscarla entonces.
Nevra: Sí, le daremos alguna excusa sobre la fiesta, que es en su honor.
Justo antes de salir de la despensa vimos unas siluetas en una de las columnas de la sala de puertas, iluminada sólo por la luz de la luna. A pesar de ello pude distinguir con facilidad a Mystika y Leiftan hablando. Ella estaba apoyada en la columna y él se aproximaba a ella como si quisiera decirle algo al oído.
Me moví un poco para tener otro ángulo de visión más claro y de repente vi como Leiftan la besó.
Nevra: Mierda...
Ezarel: ¿Están haciendo lo que creo que están haciendo?
Valkyon: ...
Obviamente no necesitaban tener buena visión nocturna para ver lo que estaba pasando, la luz de la luna que entraba por el portón era más que suficiente.
Valkyon: ... No hay nada más que ver aquí.
El gruñido con que Valkyon soltó sus palabras le hacían parecer extrañamente molesto y Ezarel seguía con la boca abierta.
Finalmente ambos volvieron al interior y en cuanto me dispuse a seguirlos, la voz de Mystika me hizo detenerme para intentar captar la conversación.
Puse mis manos sobre el pecho de Leiftan y le separé lentamente finalizando el beso.
Mystika: Leiftan...yo...no puedo.
CONTINUARÁ...
