I
PESADILLAS.
Despertó en su cama, empapada en transpiración y el corazón latiendo como si quisiese escapar del pecho.
- Ay…Dios mío. ¡Haditas!- decía, mientras se agarraba intentando apaciguar la respiración.
Saltó de la cama y abrió la puerta de golpe para salir corriendo y llegar al dormitorio de Federico. El se encontraba durmiendo tan pacíficamente como sólo lo hacia en los últimos dos meses.
Se acercó un poco más a donde dormía y vislumbró una leve sonrisa en su rostro. No pudo evitar enternecerse ante ese espectáculo.
- Ay…Don Freezer. No sabe el susto que me pegue. Pensé que se me había ido para siempre- dijo con congoja-. Que tristeza tengo en el corazón. Aunque no haya sido en serio. No se imagina lo que haría si a usted le pasara algo…
Le acarició la mejilla para sentir su calor y comprobar que todavía estaba en este mundo. El Freezer abrió los ojos y sonrió ante la caricia de su flor.
- Pero que linda sorpresa…- le dijo él, sonriendo con ternura.
Pero como todo ser amado notó que algo no estaba bien en Flor. Se incorporó con la velocidad que le respondía su cuerpo medio dormido y miró a Flor preocupado.
- ¿Qué pasó?- susurró.
- Nada, nada…- intentó decir despreocupada.
Evidentemente, el no le creyó.
- Mi amor…- insistió él.
Los ojos de Flor se aguaron en menos de un segundo y con la voz quebrada, le explicó.
- Soñé que usted tenía un accidente y…y…moría.
El Freezer revoleo los ojos al escuchar como Flor todavía lo trataba de usted.
Salió debajo de las cobijas y sujeto a Flor de las manos incitándola a que se sentara a su lado.
- Mi amor…es solo una pesadilla.
- Ya se…pero a veces mi sueños pueden ser ciertos- dijo, sollozando-. Yo no se que haría si lo pierdo…
- Si te pierdo- la corrigió, un poco fastidiado-. Deja de tratarme de usted…
El Freezer la acercó a él para abrazarla y sintió las lagrimas caer en su pecho desnudo.
- Flor..- la llamó luego de unos minutos.
Ella levantó su rostro y lo miró con sus grandes ojos.
- Yo estoy bien- le dijo sonriendo-. ¡Más que bien! Estoy súper feliz como no lo he estado en 25 años de mi vida. Y todo gracias a vos.
La sacudió con energía y alegría, sonriéndole con toda su honestidad.
- Ay, don Freezer, se sintió tan real…
Él se acostó en silencio en la cama y colocó a Flor en su pecho para dejarla desahogarse. Flor podía ser tan fuerte y testaruda como sensible y sentimental. Era tan versátil que nunca se sabía bien que esperar. Y eso la hacia tan autentica que le hacia imposible no amarla.
- No recuerdo exactamente todo, pero si el sentimiento de perdida que me partió el pecho como una patada de caballo de esos que están reee locos.
- Shhh…no me va a pasar nada.
- ¿Y usted que sabe? – le dijo un tanto fastidiada ante la testarudez de él, alejando la cabeza de su pecho para observar su rostro.
- Siempre lo mismo. ¿Acaso usted sabe el futuro? Compártalo entonces. Capaz que me pasa una cosa a mí y la que me muero…
Él se pasó su mano por el cabello exasperado, aguantando las ganas de comenzar a chocar y observando como Flor seguía regañando.
- Flor…- le dijo, acariciando su rostro-. Florcita…- ya acariciando su rostro con el dedo y sonriendo ante la locura de Florencia.
Tal como un gato ante una caricia, Florencia se silenció. Él tenía el efecto justo para tranquilizarla y hacerla sonreír.
- Sabe, don Freezer…
- Federico. O amor. O gordo. Pero no freezer.
- Bueno, don freezer.
- ¡Don tampoco!- estalló, casi explotando.
- ¡Pero que hombre, por Dios!- explotó Florencia-. ¿Cuando va a entender que se lo digo cariñosamente? Aunque le digo una cosa: a veces se pone tan cubito de hielo que tengo que recordárselo. Porque sino se me entra a congelar y se corro peligro que se me quede así para siempre!
- Pero acaso no he demostrado que estoy descongelado?- dijo Fede arrugando el ceño y cerrando los ojos.
- Seee…pero se lo vive olvidando!- dijo elevando la voz.
Federico no quiso seguir peleando y dijo exactamente lo que sabia que haría callar (bueno…tranquilizar) a la bestia.
- Y estoy echo un agua gracias a vos- le dijo, sonriéndole de forma burlona y dulce a la vez.
- Ay…don Freezer- le dijo ella sonriendo e ignorando como Fede refunfuñaba y ponía los ojos en blanco-. ¿Usted sabe lo mucho que lo adoro?
- No- le dijo él, juguetón.-. No tengo ni idea…
Y se acercó a su rostro para besarle su frente, sus parpados cerrados y luego depositarse en sus labios.
- Pero de seguro estás loca por mí- y dio otro beso.
- Mire…no se la crea tampoco…- comenzó a decir, antes que Fede le diera otro beso que la callase.
- Bueno, bueno…don freezer. Me fui a mi cuarto- susurró entre beso y beso.
- No, no…quedate…- le suplicó Fede entre beso y beso.
- ¡NOOOOOOOO! ¡Don Freezer!. ¿Qué van a pensar los chicos si me ven saliendo de acá de mañana? ¿Qué impresión le vamos a dar?.
- Florcita….- suplicó.
- Florcita, nada…- dijo, librándose de los brazos de su novio.
Y se fue del cuarto tras una sonrisa dibujada en los labios de Fede.
Esa misma noche, más tarde, era Federico quién tenía pesadillas con Florencia. Se despertó todo sudado, confundido y sumamente estremecido. Miró a su alrededor y demoró unos segundos en recordar que estaba sólo en la habitación. Casi por instinto, saltó de la cama y corrió hacia la habitación de Florencia. Aliviado y calmado, observó como Flor dormía placidamente
El se arrodilló a su lado, y aprovecho para acariciarla dulcemente. Eran muy pocas las veces que podía ver a Florencia tranquila porque su carácter la hacia sumamente activa. No había forma de hacerla callar o mantenerla quieta, (algo que a Fede lo sacaba de quicio), pero igual la quería.
No se dio cuenta que Florencia se había despertado.
- Don Freezer… ¿qué hace acá?- preguntó con voz ronca.
- Ahora yo tuve una pesadilla…
- Ay, parece que los duendes malos nos siguen hasta en los sueños… ¿Y que soñó?
- Soñé con la noche del incendio y que realmente te me ibas.
- Ay…don Freezer. Otra vez ese sueño?
Y no era para menos que fuese una pesadilla. Fue de los eventos más traumáticos que le pasó a Flor y a Fede en su vida juntos. Si bien no estaban "juntos", ya estaba perdidos mutuamente el uno por el otro. Flor estuvo en coma durante unos días, luego de desmayarse en un galpón que se estaba incendiando. Fue salvada por Federico, quien no se despegó de ella durante los siguentes días. Y, para colmo, Florencia había perdido la memoria, cosa que hacía todo más difícil y complicado.
Pero ambos estaban acostumbrados a las cosas difíciles y esto no era sorpresa…Desde el comienzo de su amor, todo había sido una lucha tal como todos los amores imposibles.
Federico se subió a la cama y se acostó a su lado, abrazándola.
- Le pasó lo mismo que a mí, ¿no? Le parece increíble que estemos juntos.
El le dio un pequeño beso en señal de aprobación.
- Fíjese si esto no es una locura. Nos extrañamos que realmente las cosas funcionen. Si habremos pasado tantas cosas perras que no podemos disfrutar de que nosotros estemos juntos sin pensar que algo va a pasar y nos va a separar. ¡Es una locura!
- Nuestra vida es una locura, Flor…
- Tiene razón….si. Pero también eso la hace más linda- sonriendo ampliamente. Sino sería todo requete aburrido.
- Dudo que mi vida contigo sea aburrida…
Florencia se sentó de repente y ya comenzó a cacarear, con todos los rulos alborotados, sobre lo que había dicho Federico.
- ¡¿Qué quiere decir con eso?! ¿Qué yo causo tanto problema que no lo dejo en paz?!. Usted sabe que si no se meten conmigo, yo soy una santa!- Pero el carácter que usted tiene…
Y Fede la dejó hablando mientras suspiraba levemente y esperaba a que la fiera se calmara.
- Flor, me refiero a que tenemos tantas cosas, y buenas, como para estar aburridos.
Florencia lo miró de reojo y estableció que estaba bien.
Se recostó nuevamente en la cama, observando al Freezer que le sonreía.
- Tenemos que dejar de soñar cosas infelices. Esto nos lo merecemos. Toda esta felicidad y todo este amor es la recompensa por todo lo que sufrimos.
- Hemos sufrido tanto que tanta felicidad me da un flikiti que ni le cuento- declaró la castaña, entrelazando las manos del Freezer-. Sigo esperando que venga un terremoto y nos parta y que caiga un tsunami y nos moramos ahogados.
Fede se acercó para darle un beso y le sonrió.
- Pero no va a pasar nada, Flor. Vamos a ser felices. Juntos. Y cueste lo que cueste.
La castaña sonrió y le dio un pequeño beso que el continuó. El le puso ojos suplicantes cuando propuso:
- ¿Me dejas quedarme?
Ella sonrió, media divertida. Y fingiendo estar ofendida, dijo:
- Bueno, quédese. Pero mañana derechito para su cuarto tempranito- y se dio vuelta.
- Mañana va a ser uno de los días más felices de nuestras vidas- sentenció Federico, mientras la abrazaba.
- Y si . No es para menos si se va a comprometer con una princesa…
- Y vos con un príncipe.
- Seh…le falta para ser príncipe porque esta muy congelado…
- Que descanses, mi princesita.
- Que descanse, mi casi principe congelado.
Nota de autor:
No me pregunten a donde va esta historia. Solo se que tenia ganas de escribirla porque quiero un final feliz para estos dos.
Nos leemos pronto. Aknuk.
