HOLAAA, creo que necesitaba hacer esto antes de intentar cambiar mis parejas favoritas. Este es un Drastoria y no un Dramione, aunque comience como uno. Confieso que ya estoy más vieja por lo que la idea de un Dramione se vuelve imposible de concebir para mí, creo que no podían ser capaces de convivir juntos aunque lo intentaran. Ya saben lo que dicen, de amor no se vive, menos cuando el pasado es la causa de lo que eres ahora –ya sea porque aprendiste de ello y no deseas ser igual, o porque es así como siempre te dijeron que debía ser-. Estamos en el 2000 con la guerra mágica ya terminada.

Los personajes son de JK como es obvio, quizás aparezcan alguna que otra creación mía pero en papeles secundarios. Esto es ficción, es la explicación o algo así de porqué es Astoria la mujer de Draco Malfoy y no Hermione Granger

Capítulo 1: El pasado pasa la cuenta.

Cerró los ojos con fuerza, dejándose caer en aquella cama blanda y amplia de sábanas blancas…cómo a ella le gustaban. Hace tiempo que las cosas no marchaban bien y hoy para rematar todo había empeorado con la visita de Potter y su Pandilla. La castaña que estaba dormida o fingiendo que lo estaba, a su lado, se removió un poco y él apagó la luz para no incomodarla más y evitar una nueva pelea. No importaba cuanto se esforzara siempre había algo que afectaba, o eran los comentarios irónicos del Weasley en referencia a su época donde fue novio de su ahora casi esposa o era ella misma recalcando sus ideales feministas puritanos y gryffindorienses que tanto le molestaban ¿se preguntarán qué hay entre Draco Malfoy y Hermione Granger? Solo basta decir que dos más dos son cuatro para saberlo, son la pareja de moda en el mundo mágico: con 20 años acaparan la prensa cada vez que se dejan ver en público y son el mayor signo de que la pureza de la sangre ya no es importante. Mas todo esto, no fue un camino fácil a recorrer, las diferencias entre ambos son fuertes y es más que evidente. Puede que Draco Malfoy saliera como uno de los villanos redimidos por el gran Harry Potter pero la gente lo seguía odiando y con justa razón, pero redimido o no, una crianza Malfoy no se olvida de un día para otro.

Es cierto que la sangre ya no le importa…al menos no tanto, pero si lo suficiente para negarse a la posibilidad de tener hijos con Hermione, no estaba preparado para eso, su padre no le hablaba y su madre solo sonreía con cortesía, como solo ella sabía hacerlo. ¿Un hijo mestizo? Quería a Hermione, la adoraba pero no quería matar a sus padres de un ataque cuando eso pasara. Por otro lado, ¿debía tratar a los elfos como magos? Imposible ¡él acostumbraba a patearlos de pequeño! Jamás en su vida había sonreído a una de esas criaturas y ahora ella le exigía que dijera gracias ¿realmente tenía que hacerlo? De sus labios habían salido un par de esa palabra pero cuando ella no lo veía, era algo natural gritonearle a esos bichos, eran servidumbre y tenía que seguir así. Y bueno, por si fuera poco ahora estaba de amigo de toda su pandilla de queridos, a lo que si se había negado rotundamente era a visitar la pocilga que tenían por casa la pandilla de comadrej…Weasley, porque ahí no tenía ni pito que tocar, suficiente había sido con ser la burla de sus padres porque no conocía los tragos muggles en ese restaurant en el que los había visto por primera vez. No, él no estaba listo para un paso más serio. Hermione era la bruja y solo por ello es que había aceptado esta oportunidad, pero no tenía nada que andar metiéndose en el mundo de los muggles ¡Era asqueroso! ¿Cómo soportar eso de un día para otro? ¿Realmente se estaba comportando como un idiota purista? ¿Realmente era ilógico su comportamiento? ¿Era mucho pedir que no le recriminara cada vez que usara magia en lugar del modo muggle? ¿Era demasiado esperar que ella también pusiera de su parte? Porque la quería y siempre intentaba todo por mantener la sonrisa de su rostro pero era cada vez más difícil.

Draco miró por la ventana desde su cama, donde debería estar dormido, el rayo que se filtraba entre las cortinas de la luz de la luna mientras continuaba pensativo. Todo había comenzado con el querer complacerla porque se lo debía. Casi siete años de gritarle sangre sucia cada vez que la veía por los pasillos y casi diecisiete años de pensarlo no se borraban con un simple perdón, Draco Malfoy lo sabía bien, por ello es que aguantó todo lo que a ella se le ocurría, todo. Desde vestir decentemente a los elfos hasta asistir a restaurantes muggles con los padres de ella. Pero tras dos años de hacerle caso a sus tonterías, hoy ella estaba mal acostumbrada y exigía más. Llevarla a Malfoy Manor había sido el peor error que había cometido, tuvo pesadillas y lloró varías veces…ahí, en el salón donde su madre la había recibido ella fue torturada por su tía ¿Qué si lo iba a repetir? No, Narcissa evitaba mirarla y Hermione fruncía el ceño todo el tiempo y cuando habían llegado a ese departamento donde ahora vivían, en el centro de Londres, ella había comenzado con el llanto, las escenas incómodas y el arrepentimiento posterior -Lo siento, solo pasa que ese sitio me causa calosfríos- había dicho y Draco simplemente la abrazó sin ser capaz de decir nada porque definitivamente ella tenía razón. Su madre y él habían estado bajo el mismo techo, escuchándola gritar cuando los crucio de su tía se clavaban en su cuerpo. Luego había estado la invitación a la fiesta de cumpleaños de Pansy, de donde la morena los había corrido enseguida. Draco se excusó con lo que creyó era mejor para ella: -Ya sabes que siempre estuvo enamorada de mí, solo está celosa-, cuando sabía bien que no era cierto, al menos no en estos tiempos. Él único que la aguantaba de su círculo era Zabini, pero aun así no faltaban los chistes de impuros y de elfos o duendes para burlarse, así como también del semigigante que guardaba el colegio.

Todo lo había soportado, así como ella también. Hasta hoy, cuando Pipote –a quien ya no odiaba del todo- se había puesto en plan recuerditos acerca de la vida amorosa entre Hermione y la comadreja, Draco no dijo nada y solo se rio negando porque no era tan celoso, ellos al ver que no se enfadaba contaron la anécdota de unos pájaros y de la bocota del rubio había salido algo que a ellos no les agradó -oh si la recuerdo, la rubia tonta que fue tu novia. Esa que Zabini desfloró para que pudieras regodearte con ella- si, muy poco sutil el hurón –como le decían para picarlo- pero el comentario que desató la polémica fue del pelirrojo que tras enfadarse por ello decidió decir otra cosa que ni a sus propios amigos les gustó -Bueno, le he devuelto la mano a tu amigo Zabini contigo…ya sabes, Herm…deberías agradecer que tengo buena mano- Todos se habían quedado en silencioso y la castaña se había sonrojado de furia, pero ya ninguno era muy consciente de lo que decía por lo que las palabras del rubio no se hicieron esperar –que mal educado eres, comadreja. Lárgate de mi casa- a lo que Ronald respondió, enojado pero fingiendo tranquilidad –oh, pero si el huroncito se ha enojado…cuidado que llama a la pandilla de mortifagos a defenderle- Harry se paró y detuvo a su amigo de decir otra cosa, pero Draco ya había empezado y no tenía intenciones de parar –bien que temías, siempre ocultándote en la faldita de San Potter. Él era el héroe, Granger el cerebro y ¿tú? Nada, tu eres el que lamía el suelo que pisaba Potter que intentaba meter mano a la chica- Hermione se le quedó mirando con el ceño fruncido ¿Granger había dicho? -¿intentaba dices? ¿Intentaba? No sé qué es lo que vio en ti, pero te aseguro que no fueron tus manos las primeras en tocarla. Mira éstas de aquí, ríndeles pleitesía porque son las afortunadas- soltó exasperado, con el rostro rojo intentando zafarse de Harry, enseñándole las palmas a Malfoy - ¿se quedó contigo, pobretón? Ni tu gorda madre pudo convencerla de que se quedara contigo ¿has probado con la poción de amor? Apuesto que ni eso podrías, eres tan idiota que no lograrías prepararla y para comprarla ni hablar porque con suerte te alcanza para comer junto con la manada de comadrejas y….- intentó decir pero un –¡YA BASTA!- De su pareja le detuvo y él se detuvo a mirarla con el semblante serio y enojado ¿Quién se pensaba que era para callarle? ¿No iba a defenderlo? Draco no esperó algo más y tomando su capa abandonó el departamento para ir hasta donde su madre a desahogarse.

Por supuesto que había regresado, ahora estaba ahí, acostado y dándole la espalda a la castaña que ni siquiera se molestó en escribirle una lechuza. No estaba enojado por ello, pero si estaba molesto en el sentido de que la mayoría de las veces no le decía nada al pelirrojo. Draco sabía que era por su antigua relación, estaba seguro de que era por respeto y quizás hasta por vergüenza; él mismo no era capaz de irse en contra de Pansy cuando alguien más la criticaba, pero no dejaba de ser molesto y frustrante ¿era esto buena idea? ¿podrían congeniar un día? No estaba seguro, pero jamás tenía demasiada certeza en sus decisiones, siempre esperaban que él tomase las riendas del asunto y él para no decepcionar a nadie era que lo hacía; eso le gustaba de Hermione, ella no lo esperaba, ella también tomaba las iniciativas aunque a veces se sintiera pasado a llevar le gustaba ese aire igualitario entre ambos, aunque los llevara a discutir como nunca antes por el fuerte carácter de los dos.

-¿fuiste donde tu madre?- su voz femenina le interrumpió sus pensamientos de pronto y él no volteó a mirarla para responder -si- sabía que no le gustaba, Hermione Granger podía ser la mejor bruja del planeta pero era muy cuadrada y hacerla cambiar de opinión no era una hazaña en la que él fuese el mejor. Y ésta, era una de esas, se le había metido entre ceja y ceja que su madre la odiaba y que cuando se iba a meter a su casa, solo era para meterle ideas contra ella. Si supiera, Narcissa era la mujer más elegante, educada y noble que Draco conocía, y si la buscaba era precisamente por eso, porque ella no se metía en sus decisiones más que para apoyarlo. Él solo una vez la había oído hablar mal de Hermione desde que eran pareja y fue cuando dejó de hablarle por verlo empujar a un elfo, diciendo "esa niña es tonta ¿o qué? Anteponer un elfo a ti…" si, su madre era imparcial –como toda madre-, pero dentro de esa imparcialidad no tenía por práctica hablar mal contra otra persona, menos contra alguno de su círculo. -¿quieres que me odie?- preguntó la castaña otra vez –es obvio que si vas a hablarle cada vez que discutimos terminará odiándome, no digas que estoy siendo paranoica- él sonrió, porque era justamente lo que iba a decir -¿dónde iba a ir? – y es que se sentía sin amigos ya, todo el mundo en el colegio le hablaba por respeto y estar compartiendo cama con la princesa de Gryffindor no era precisamente una señal para que lo siguieran respetando, Pansy le coqueteaba algunas veces y luego le molestaba con el hecho de que se enamoró de una sangre sucia –según sus propias palabras-, Zabini intentaba relajar el ambiente con chistes malos de los que aunque quisiera reírse no debía por el contenido de éstos, Goyle se había marchado del país traumado por la muerte de su mejor amigo, Tracey y Millicent nunca fueron sus amigas, Nott se pasaba el día estudiando o con Daphne y esta última, o mismo que su novio. Ese ya no era su círculo, pasaba más tiempo en el ministerio y en el departamento que con ellos, su madre era la única que podía seguir considerando.

Hermione no respondió, pero ya era tarde así que solo pasaron unos cuantos minutos antes de que se durmieran por fin.