Primera vez que escribo un fic con mi pareja favorita de Naruto: ShikaTema. No creo que sea un secreto que adoro esta pareja para quienes leen mis otros fics por lo que apreciaría les gustara este ya que es mi segunda comedia y la primera vez que me animo a centrarme en ellos ¡saludos!
¡Estúpidos Shojos!
Una persona corre por los pasillos de una preparatoria, va a paso apresurado, gira en una de las esquinas y a lo lejos percibe a una rubia con su uniforme escolar. Un conjunto marinero, maga larga y calcetas hasta la rodilla.
— ¡Sabaku no Temari! Todo el consejo estudiantil está buscándote
La mencionada se gira mostrando unos enormes y brillosos ojos llenos de vitalidad, jovialidad y esperanza por un mundo mejor. Pestañea con particular gracias y sonríe con un sonrojo en las mejillas.
— ¡Pero qué asco de presentación es esa! Así he conocido a un 90% de las protagonistas de los shojos. ¿No hay manera más original de introducir un personaje? ¿Y qué son esos ojos que ocupan todo su rostro?
CLICHÉ #1 LA PRESENTACIÓN
A nuestra protagonista no le gustan las presentaciones cotidianas ¿entonces cómo podríamos introducirla? Ella ha golpeado con el tomo la mesa, había gastado parte de su sueldo en una de sus aficiones más ocultas desde los 12 años ¡comprar manga! Era una otaku. Cosas inevitables de la vida pero que era posible esconder de sus demás compañeros. No era como si la situación le avergonzara pero realmente tampoco tenía con quién discutir temas de esa índole más que por internet.
Deja el tomo en su escritorio y se apresura a tomar su celular y encaminarse a la universidad. Tiene que admitirlo, cuando comenzó con su vicio de anime y manga creyó que lo dejaría cuando creciera, pero ahora a sus 22 años se ha dado cuenta que es muy poco probable que eso pase. Ha disminuido la cantidad que consumía no por su falta de interés sino porque la universidad requería mucho mayor concentración que la secundaria.
Así pues Temari tenía aun un mayor defecto: Estaba harta de los mangas shojo. Tal vez era por la edad, tal vez porque nunca había vivido un romance como los que describían esas autoras o peor aún tal vez era por los asquerosos clichés que ya le revolvían el estómago. ¡Pero seguía comprándolos!
Era como un ciclo. Ella llegaba a la tienda, elegía uno de portada mimosa y linda, lo pagaba ilusionada, lo leía por la tarde, se reía o se enfadaba conforme el capítulo y terminaba por arrojarlo a su escritorio para olvidarlo ahí, se reprendía por gastar parte de su sueldo en tonterías y se repetía que sería la última vez. Pero en un par de días ella estaría repitiendo el ciclo.
— ¡No me arrepiento de gastar mi dinero en eso! El problema es que las situaciones no son nada realistas. La gente no se enamora de esa forma.
— ¿Sigues con eso mujer problemática?
Temari está refunfuñando en su asiento, a su lado un pelinegro le mira con cierto reproche, deja sobre el largo escritorio que comparten 10 alumnos en el salón tipo auditorio de la universidad sus libros y se recarga en su brazo para observarla con una sonrisa traviesa.
— Tal vez solo tú no te has enamorado y culpas al shojo por recrear las escenas que te gustaría vivir.
— Repite eso y estás muerto. En primera no me considero para nada una protagonista de Shojo barato, y en segunda esas situaciones no generan amor. Son estupideces.
Nara Shikamaru es compañero de la rubia desde hace varios años. Cursaron la preparatoria juntos y más tarde se reencontraron en la universidad. Desde hace un par de años él se dedica a dibujar manga, más que nada del género seinnen y con esos ingresos va pagando paulatinamente sus estudios y ha logrado independizarse. Su editor acaba de pedirle que introduzca un poco de romance entre los protagonistas de su última creación. Lamentablemente Shikamaru de amor sabe casi nada ¿quién mejor que la mujer que ama para explicarle eso?
— ¿Y si te demuestro que esas situaciones sí logran que una persona se enamore? —Temari alzó una ceja en señal permisiva para que ese sujeto continuara con sus ideas locas. — Eres una mujer que no es posible encontrar dando la vuelta a la esquina, es normal que no creas en romances clichés. Pero ¿Qué tal si yo te prometiera que con mis métodos tú conocerás el amor?
— Diría que estás completamente loco, solo eso.
— ¿No será que tienes miedo?
La rubia se movió incómoda en su asiento. Usualmente las pláticas con Shikamaru eran completamente agradables porque entre ellos tenían un código que los demás no podían compartir. Sería tal vez pecado decir que su inteligencia aun no era comprendida por sus compañeros y esto creaba usualmente una burbuja en la que ambos estaban cómodos. Pero esta situación la ponía nerviosa. Él jamás la había retado a nada ¿la creería tan impulsiva como para aceptar una provocación así?
— Lo sabía. Sólo estás asustada de que algo emocional controle tu vida por sobre tu raciocinio ¿Pero no crees que esa es la esencia de amar?
— ¿Estás asumiendo que con estrategias emocionales puedes vencer mi lado racional? Eres muy osado bebé llorón. Pero está bien, aceptaré tu desafío.
— No es un desafío — corrigió inmediatamente él — Es una apuesta.
— No pensé que fueras de ese tipo, pero dime ¿Qué apostamos?
— Tú podrás pedirme lo que quieras y viceversa.
— Ese es un contrato muy arriesgado ¿Acaso quieres llevarme a la cama sin invitarme antes un café?
— Tal vez — Shikamaru la miró con una sonrisa que a Temari le bajó un escurridizo hormigueo por el pecho pero no supo identificar si era miedo o emoción — ¿Aceptas o no?
— Acepto.
La chica no sabía todo lo que ese contrato le traería. Pero esa misma tarde comprobaría de lo que era capaz su mejor amigo. Iba de salida cuando se percató que existía un extraño ambiente de paz en todo el corredor final, bajó las escaleras y le sorprendió encontrar casilleros. ¡La escuela solo los alquilaba en la planta alta! ¿Qué hacían ahí abajo? Y más aún ¿Por qué estaba Uchiha Sasuke vestido de preparatoriano guardando sus zapatos?
— ¡No puede ser! Esto es…
Efectivamente… se trata del CLICHÉ #2: EL CHICO POPULAR QUE SE ENAMORA DE LA CHICA "X" AL ENCONTRARSE EN LOS CASILLEROS A LA SALIDAD DE LA ESCUELA.
— ¿Estás diciendo que soy una mujer X, Shikamaru? ¡Eres hombre muerto!
La rubia baja delicadamente las escaleras, cuando recuerda que se le hace tarda para sus clases extra y apresura el paso que inocentemente choca con un chico, lentamente voltea el rostro mostrando sus enormes ojos verdes llenos de destellos. Un sonrojo le atraviesa el rostro al darse cuenta que está con el chico más asediado de la escuela entera. Él la sostiene por los hombros y la escena se llena mágicamente de rosas en los costados. El corazón de ella retumba y tiene miedo que él lo escuche.
— ¡Lo siento! No vi por dónde iba.
— Hpm, fíjate la próxima vez. Eres una molestia.
— ¿Quién va a enamorarse con una actitud tan detestable? — Temari rompe el esquema y se gira para darle un fuerte puntapié al descortés hombre.
— ¡Es la técnica que mejor me funciona! — grita él sosteniéndose en los casillero y sobando su espinilla.
— ¡Hey! ¿Qué tiene de malo enamorarse así? — Una chica de rosada cabellera entra corriendo al lugar y acercándose a Sasuke quien tiene lagrimitas acumuladas en sus ojos.
— ¡A pesar de que soy el hombre más popular de esta escuela! Sakura ¿Mis encantos están desmereciendo? — la dama a su lado le niega con la cabeza y un rostro maternal mientras lo abraza consolando el corazón roto del chico —
Sabaku no avanza a la salida donde se encuentra con su amigo y un chico rubio que le sigue.
— Has roto un corazón Temari, eres una mala mujer — asegura el Nara colocándose en el marco de la puerta.
— ¡Ese es el cliché que más odio!
— ¡Mentira! — Repone el pelinegro — el que más odias es el de triángulo amoroso… creo que ya sé cuál será mi próximo movimiento.
— ¡Muy ingenuo Shikamaru! — Temari se voltea despectiva y le arroja un tomo de manga shojo al rostro que el joven no puede esquivar — Ponte a leer más.
Ella corre dejando atrás al patético cuarteto.
— En vez de usar a Sasuke ¿Por qué no tratas tú de enamorarla?
El rubio a su lado lo mira con sus ojos azules brillar. Sabe que no hay mal intención en sus palabras pero odia su entusiasmo sin igual.
— Porque si yo me pongo en esa posición el único que perderá soy yo.
— ¿Tan poco confías en ti mismo?
— No se trata de eso… es porque yo ya he perdido ante ella hace mucho tiempo.
— ¡Esto se pone interesante!
