Hola, bueno… este es mi primer fic, es un one-shot, pero choto, pero bueno, espero que les guste n.n

DaNu: si, sabemos que a veces es muuy cursi, pero asi la queremos, tenganle piedad n.n y diculpen que esto sea tan corto…

Hoy será el día

Se lo diré… hoy es el día

-Ne, Rin…. Te amo- sonreí al decirlo mientras ella lucia una cara de asombro, ya sabia el resultado de esto, pero eso no me importó, solo quería que lo supiera de una vez, luego de tantos años.

- Len…. – sus ojos estaban brillosos, se que piensa que me perderá, pero no será así.- Yo….

- No quiero una respuesta- La interrumpí cerrando mis ojos mientras sonreía- Solo quería que lo supieras- abrí mis ojos y dirigí mi mirada a sus ojos.

- Está bien…- se veía confundida. Apretó con más fuerza la lata que sujetaba entre sus manos – no cambiara nada, ¿no?- yo negué con mi cabeza y ella con algo de desconfianza siguió con lo que hacia.

Luego de eso todo continuo igual, no quería que nada cambiase entre nosotros.

Ella como siempre contemplaba el cielo de camino a casa y con mirada perdida suspiraba. La duda me carcomía por dentro, ¿que estaría pensando?

- Len – repentinamente me llamo, simplemente me voltee a verla – ayer, Kishoteru se me declaro.- lo dijo con una sonrisa pacifica y con sus ojos cerrados. En ese momento pensé que ya nunca mas nada seria como siempre, que al fin tendría la respuesta que jamás quise.

Mientras el sol se escondía yo solo la miraba junto con ese tono anaranjado que hacia resaltar mas su figura.

- Lo rechace…- me quede perplejo. Desde que tenia memoria ella había estado enamorada de ese chico, quien siempre sonreía serenamente y se alejaba de la gente – porque… no quería perderte – dijo dedicándome una sonrisa mientras lagrimas caían de sus ojos.

Lentamente me acerque a ella y la abrace, en ese mismo instante había decidido no soltarla mas.

- Tonta ¿como hiciste algo así, si tu deseo siempre había sido…- pero no pude continuar, ya que ella tapo mis labios con sus dedo índice.

- Len, hoy fue el día, en que decidí no perderte… y quedarme siempre a tu lado- y cuando la noche estaba a solo un paso de llegar, bajo los últimos rallos de esa luz anaranjada, nos besamos.