Hola a todos acá una nueva loquera mía, es un fic muy especial para mi… espero y les guste…

Gracias por leer lo que escribo: P

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Una noche como tantas, dentro de la guarida una discusión de las que muy a menudo se escuchan entre Leonardo y Raphael, ¿la cuestión en si de aquella disputa? La misma de siempre… protección al hermano que cree no necesitarla.

-Ya te lo dije Leonardo, voy a ir y no a paso atrás –

-Es muy peligroso ¿Qué no puedes comprender lo que te digo? –

-El que no comprende eres tú Leonardo, me tienes hasta la coronilla que te metas en lo que no te importa –

-Lo que tenga que ver contigo y a los que quiero me importa –

Los ánimos estaban subiendo a tono por parte de Raphael, ya que Leonardo mostraba la serenidad y calma que lo caracterizaba en esas disputas.

-Raphael – respiro tranquilo.

-Leonardo… si el problema es la motocicleta, sabes de sobra que la puedo manejar mejor que nadie – le apunto con el dedo – incluso mejor que tu –

-Lo sé Raphael… se perfectamente que eres muy hábil… mejor que nosotros en eso – puso una mano en su cabeza controlando su temperamento – las personas que están en esos arrancones son las que no me dan buena espina –

-A ti nada te da buena espina –

-Sabemos que eres el mejor ¿Qué necesidad hay de competir en eso? –

-El dinero Leo, Casey y nosotros necesitamos dinero –

-Hay Raphael… pero no así, no de esta manera –

Donatello salía de su laboratorio y llego hasta al lado de Mikey y se sentó junto a él.

-¿Ahora por qué? – tomo palomitas del tazón de Mikey.

-Rafa quiere ir a unos arrancones de moto clandestinos y… -

-Leo no quiere – suspiro – Raphael no entiende que ese tipo de gente son muy peligrosas… quizás hasta mafiosas –

-Creo que Leo quiere llegar a ese punto – apaga el televisor – pero Raphael no lo deja… ¿intervenimos?-

-No creo que sea conveniente… les doy dos minutos mas antes de que Raphael salga a su habitación y azote la puerta –

En la cocina las cosas subían de tono.

-Raphael por favor, solo te estoy pidiendo que no te arriesgues –

-Yo solo te pido que no te metas… además como no te gustan las motos ni emociones fuertes no me entiendes –

-Raphael… te pido que por una vez en tu vida me obedezcas, no sabes las consecuencias que podría traer esto –

-Mira Leonardo, lo único que sé es que ya estoy harto de que te metas en mi vida como toda una madre preocupada –

-Lo hago porque eres mi hermano, lo mismo haría por Donatello o Mikey – lo miro serio – y lo sabes –

-Pues conmigo no lo hagas –

-Lo hare siempre, mientras tenga un solo respiro de vida siempre lo hare – lo punto con el dedo – te guste o no – frunció el ceño – y me obedecerás por que soy tu hermano mayor –

Raphael al escuchar las determinantes palabras de su hermano, sintió que la ira salía y le dijo algo que quizás nunca pensó decirle a su hermano mayor.

-¡Pues con un demonio deja de respirar!- su respiración se ajito - ¡deberías dejar de existir así todos estaríamos mejo sin ti! –

A Leonardo aquellas palabras fueron como un balde de agua helada, solo cerró los ojos analizando que su hermano se dejo llevar por el enojo, Donatello y Mikey se pusieron de pie desconcertados.

-Ve a tu habitación Raphael – el maestro Splinter se escucho a las espaldas de su hijo.

Raphael sostenía la mirada a Leonardo furioso.

-Si sensei – dijo con los dientes apretados.

Salió de la cocina dejando aun Leonardo desubicado y contrariado.

-Hijo ¿te encuentras bien? – se acerco a él para poner una mano en su hombro pero…

-Si sensei – dio unos pasos hacia atrás para evitar la mano de su maestro – el solo está molesto con migo – desvió la mirada – ya estoy acostumbrado –

El maestro suspiro.

-Hijos vayan a sus habitaciones y duerman – miro a sus otros hijos – mañana hablaremos del asunto –

-Si sensei – contestaron los tres, Leonardo salió de la cocina y paso junto a sus hermanos.

-Leo… -

-Si Donatello – sonrió – estoy bien – vayan a dormir ya escucharon a sensei – subió las escaleras y se cerró la puerta de su habitación tras de él.

Dónatelo y Mikey se miraron.

-Uno que habla de más con esa bocota, y el otro que calla lo que siente –

-Que profundidad hermano – Mikey le dio una palmada a Donatello.

Al cabo de unos minutos cada uno estaba en su respectiva habitación.

Leonardo camino hacia una pequeña cajonera y la abrió con sumo cuidado de ella saco un marco de madera con una foto muy bien cuidada en ella, la tomo entre sus manos y se dirigió a su cama, quito las sabanas y se recostó para por fin conciliar el tan ansiado sueño, tomo el marco y lo puso a su lado.

-T e extraño tanto Angela – paso sus dedos sobre el rostro de aquella chica en la foto – quisiera estar a tu lado y dejar de molestar y estorbar a los que quiero – un suspiro salió de el acompañado de una lagrima cristalina que cayó justo en la foto – solo quisiera estar contigo siempre –

Y así quedo dormido, recordando el rostro de aquella chica a la que nunca pudo decir lo que sentía, a la que nunca pudo decir Te Amo……

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