Prov Gumball

Nuevamente estoy aquí, parado sobre el escenario rodeado de una infinidad de espectadores; alzo mi brazo izquierdo y al alzar la mirada le veo a él.

- ¿Marshall? - De pronto todo se oscurece encontrándonos solo los dos, mientras se va acercando. Lo recuerdo perfectamente, vestía sus típicos jeans y su camisa de cuadros; le observe fijamente, algo no estaba bien, ¿¡Estaba llorando!?

-¿¡Qué pasa Marshall, por qué lloras!? – le grite mientras le observaba justo enfrente de mí, el solo me abrazo por arriba de los hombros, yo, yo, no sabía que hacer, estaba en shock.

- Te amo Gumball –

Su voz estaba quebrada por el llanto, lo que decía era sincero, no se trataba de otra de sus bromitas, y eso solo lo hacía más doloroso; le abrace, y mis ojos se comenzaron a cristalizar, apenas iba a decir un 'Yo también' cuando un grito interrumpe de repente, era Fionna, y la verdad se miraba muy molesta. Saco su espada, yo solo apreté fuertemente mis ojos aferrándome más a Marsall, y cuando los logre abrir, el sueño había terminado.

-Estaba soñando…- susurre mientras me estiraba. Hice lo común de todas mis mañanas, me vestí, desayune y me dirigí al laboratorio, hoy por fin lo iba a terminar, al fin y al cabo no tenía otra opción, ya que la audición es este mismo día.

Tal vez no lo sepan pero desde hace algún tiempo, tres meses para ser exactos, me ha interesado demasiado la música, mas no la clásica, si no otro tipo, desearía poder crear mi propio estilo, y eso es lo que me probaré a mí mismo hoy, con mi invento y la audición que hare; el Príncipe Llama me dijo de un nuevo lugar donde se va a bailar, estaban necesitando a alguien de "atracción" por lo cual decidí que asistiré a probarme, a ver si esto es totalmente de mi agrado…

Prov Marshall

-Otra vez… ese sueño- Desde hacía ya un tiempo no he podido descansar en paz, vuelvo a tener el sueño donde me confieso a Gumball y lo peor es que su linda "noviecita" aparece para intervenir… Me acosté boca arriba, colocando mis manos en la nuca, ¿Cuándo comencé a amar a Gumball?, acaso fue… ¿Cuándo empezó a salir con Fionna?, eso fue creo hace unos seis meses, desde entonces no le hablo ni a Fiona ni a Cake, no es que no me caiga bien, de hecho adoro jugarles bromas, pero… quiero que el principillo sea solo mío.

-¡A! cierto, se me olvidaba- me dije a mi mismo, he inmediatamente saque mi celular; se me había olvidado marcarle a Llamitas, desde hacía un tiempo me había contado de un nuevo lugar y dijo que era interesante, así que, ¿Por qué no?, nada mejor para sacarse de la mente a Gumball.

- ¡Ey, Llamitas!, ¿Iremos o no? – Dije con toda la calma del mundo.

-¡Te he dicho que NO ME LLAMES ASI!- Replico fuertemente.

- De acuerdo, está bien, no te exaltes, ¨Príncipe Lama¨- Hice unas comillas al aire - entonces ¿Qué haremos?-

-Escuche que el entretenimiento es escaso pero que vale la pena, así que iré hoy-

-Entonces te veo allá Llamitas jeje- colgué antes de que pudiese oír sus quejas y decidí a tratar de dormir hasta que saliera el hermoso crepúsculo.

Prov Gumball

-¡Al fin te he terminado!- Me dije a mi mismo, después de andar todo el día mecaneando, le he terminado, a decir verdad había estado ensayando mi voz en la ducha, y algunas veces en privado, aunque sabía que la mi maquina haría casi todo el trabajo, pero yo la cree, eso ya es un mérito. Toque una de sus teclas y salió un sonido, toque otra, para asegurarme de que estaba calibrada a la perfección y un arcoíris de colores empezó a emanar de esta, delineándola delicadamente, se podía apreciar en los vértices, - sabía que sería un lindo detalle hacerla transparente, me tomo días, pero valió demasiado la pena, se mira hermoso- me dije a mi mismo en esa habitación vacía.

Como había terminado mucho antes de la audición decidí hacerme algo de comer, así que tome rumbo a la cocina real. Desde un tiempo ya el castillo se encontraba vacío, Fionna había despedido a todos mis sirvientes amenazándolos si regresaban, así que me quede solo, odio sus celos, desde hace siete meses... bueno, seis ante el público, somos novios, mas sin embargo ya me canse de su actitud, ha cambiado tanto, tanto que ya no la soporto; suspiro siempre al tocar ese agrio tema, además, si descubre lo que voy a hacer, ¡seguro me mata!, ya que ni siquiera aprueba que salga del castillo, o más bien dicho cárcel.

Terminando de comer observe fijamente la hora, faltaba demasiado para la audición, fácil unas cinco horas, saque el celular y cambie la hora, por fortuna ya se encontraba el dueño en el local y accedió a verme, así que tome mi hermosa creación y salí corriendo del castillo.

Prov Marshall

No podía dormir, ya había tratado por horas, así que, desesperado tome mi capucha, y ya que me aseguré de que no me llegaría la luz del sol por algún de mi piel, emprendí marcha al Dulce Reino.

Al llegar me escabullí al castillo sin que alguien se diese cuenta de mi presencia; y al entrar, todo estaba muy oscuro, además de sucio, y…. solo. Me adentre en el dulce palacio, trataba de localizar a Gumball y hablar un rato con él, ¿Qué irónico no? Saldré en la noche para dejar de pensar en él y ahora heme aquí, buscándole en su hogar, si así se le puede llamar ahora.

Di más de cien vueltas al castillo, y por más que busque no lo encontré, que decepción, acaso, ¿Estaría en una cita con Fionna? Me da rabia de pensar en esa posibilidad, - creo que después de un largo tiempo, le hare una visita a Cake y ….. Fiona. – me dije en voz baja, y enseguida tome rumbo a su casita del árbol.

Prov Gumball

Llegue sin aliento al inmenso local, "Blue Fire" decía el inmenso título del lugar, tenía unas hermosas llamas azules con el fondo negro y al entrar era mucho más inmenso de lo que aparentaba – Woo – dije con admiración, la verdad sí que le habían puesto empeño en hacerlo, con una gran entrada, pista de baile amplia con lo que parecía ser una pequeña pasarela-escenario con luces de neón que cambiaban de color, de ahí, la barra en el fondo de la pista de baile, era muy larga hecha de cristal dejando ver las piernas del barman con luz azul en la base de esta, a su izquierda unas hermosas escaleras cristalinas que llevaban a un segundo piso también con luces de ambiente, y debajo de estas se lograba observar una habitación casi igual de amplia que la pista, donde se encontraban varias mesas de pool, hockey y futbolitos. Del lado derecho de la hermosa barra se encontraba otra habitación igual de amplia, solo que esta más oscura, y siendo iluminada por lámparas de lava gigantes, las cuales eran las que dividían los juegos de salitas lunch azules. Mientras más caminaba más me asombraba, decidí ir arriba y en un momento preguntar por el dueño, mas sin embargo el me gano.

-¿Tu eres Gumball? – me pregunto una voz masculina pero joven.

-Si- Respondí mientras volteaba divisando a la persona que me hablaba; y era un joven que aparentaba 18 años, de la misma especie que el Príncipe Llama, solo que él era de un fuego azul y más chaparro que yo – Ya entiendo el porqué de Blue Fire – Dije en tono bajo.

-Jejeje si lo sé, es por lo que soy, mas sin embargo no te preocupes, mi fuego no quema – me contesto amablemente con una amplia y hermosa sonrisa. Su cabello tan largo como el de Marshall, ondulando, sus ojos tan azules, grandes y profundos como el mismo mar y un perfil de joven fino, vestía unos jeans tuvo color negro, una camisa de cuadros morados con líneas negras, sus mangas largas dejando ver sus delicadas muñecas, desabrochada con una playera negra por debajo, llevaba puestos unos zapatos para vestir formales color negro y un collar de tira negro pegado totalmente a su cuello, la verdad es difícil creer que es el dueño.

Después de observarle ampliamente reaccioné – Me siento honrado de poder hacer una audición para tan esplendido lugar, pero más honrado de que usted conozca mi nombre – hice una reverencia.

-A, por favor, no hagas eso que me ruborizo – respondió llevando sus manos a la boca mostrando pena y dejando ver un ligero tono violeta en sus delicados pómulos.

-He-e de acuerdo – Dije llevando mi mano derecha a mi nuca.

-Me llamo Paradise Dans le Ciel y soy el dueño de este humilde lugar- pronunciándolo con un exacto acento francés.

-Supongo que es francés-

- Jeje si, significa paraíso en el cielo, que locura de mis padres, ¡A!, pero tú no te aflijas, todos aquí me dicen Ciel, así que, llámame así de ahora en adelante por favor- menciono con un sonrisa de niño adorable.

- Bueno joven Ciel, ¿Desea mi demostración aquí o allá en el escenario?- Dije con una gran sonrisa.

-Jeje claro los negocios, lo lamento, es que la verdad me emociona el conocer gente nueva, pienso que mientras más amigos mejor – menciono llevándose su mano izquierda a la cabeza jugando con su cabello- Y referente a la demostración, preferiría verte desde el escenario, claro, si no es mucha molestia – soltó una risita.

- ¡Claro que no es una molestia! – Dije mientras subía al escenario todo entusiasmado.

Me pare frente a él, mi dulce corazón iba a mil por hora, sentía una dosis grande de adrenalina circulando a través de mi sistema sanguíneo, respiré profundamente y al exhalar estiré fuertemente mi brazo izquierdo notando de la nada luces de colores que circulaban rápidamente dando forma a un teclado con pantalla flotante; comencé a presionar las teclas y exquisitos sonidos comenzaban a aparecer, cada tecla era un sonido totalmente diferente y al presionar dos teclas cambiaba por otro totalmente diferente. Sin darme cuenta comenzaba a mover mis caderas de un lado al otro y entonces…

I need some music
(I got the music)
I need a melody
(So here's a melody)

Can you feel the music and the melody?
I can feel it moving
Through my whole body

(feel the melody)
Sound, it takes me higher to another place
Lose control of myself when I hear the bass

(So let the bass kick)

No podía dejar de tocar el teclado, me encantaba el ritmo que estaba llevando, ese impulse de mover mi cuerpo, nada me desconcentraba de lo que estaba hacienda, sentí tanta libertad, tanta emoción por algo, ¡sentía que podía volar! Y hacer cualquier cosa realidad.

Inhale profundamente para continuar cantando cuando mi celular suena e instantáneamente dejo de tocar, mas sin embargo se escucha aplaudir en el fondo, sin darme cuenta las personas que cuidaban el lugar y las que mantenían su cuidado estaban frente del escenario junto con el dueño.

-Por favor contesta- menciono el dueño mostrando una sonrisa de oreja a oreja sin dejar de aplaudir.

-¿Hola?-

-¡¿Por qué tardaste tanto en contestar?! – Era Fionna, y la verdad sonaba muy molesta.

-Lo lamento, estaba tomando un siesta-

-¿Una siesta a esta hora?, no importa, estoy aburrida y quiero que pasemos tiempo juntos, así que hazme el favor de venir rápido –

No me dejo ni siquiera de decir que iba para alla cuando me cuelga el teléfono, suspire y observe tristemente al dueño.

-Jeje no te preocupes, sé que fue poco pero la verdad es que ¡Me encanto!, ¿Podrías comenzar hoy mismo? Claro sería más tarde, tu función seria… - saco una pequeña agenda- ¿Llegarías a abarcar una hora de música? Claro si no es mucha molestia – me dijo mostrando su tierna sonrisa.

-¿¡Una hora?, eso sería estupendo!, pensé que comenzaría con una canción je- conteste mientras bajaba del escenario.

-Los shows aquí son de una hora y si les gusta tu acto te podría dar otra, claro que tu paga aumentaría considerablemente, jejeje, entonces, tu función seria de doce am a una am, ¿Si? –

-¡Es perfecto!- mencione mientras ambos nos dirigíamos a la entrada.

- ¡A! Gumball una cosa más – menciono el joven dueño mientras me tomaba de la mano.

-¿Si? – Mencione un poco sonrojado.

- Espero no sea mucha molestia pero… – comenzó a dejar salir ese tono purpura en sus mejillas mientras desviaba la mirada tímidamente – Seria mejor si también bailaras en el escenario, te mire con ganas de hacerlo mas no tomaste el valor, se mira que lo haces muy bien y la verdad para serte franco, los que presentan los shows hacen más de una cosa a la vez, espero no sea una molestia pero soy muy exigente referente al entretenimiento del lugar, me habías dicho que aparecerías con un invento, que por cierto es excelente, jamás había escuchado esa música, pero…-

- No se preocupe- le interrumpí – Tiene razón, bailare, gracias por darme la confianza, vera que no lo decepcionaré, y le seré sincero yo también, no creí… no creí que fuera amar ese pequeño instante por lo que no confeccioné un disfraz-

-¿Un disfraz?, pero si eres muy atractivo así como estas – Menciono un poco apenado.

- Lo que sucede es que…. Nadie se debe de enterar que yo estoy ahí arriba.. y menos haciendo eso… - desvié la mirada un poco triste.

- Entiendo – menciono el joven dueño llevándose la mano al mentón – no te preocupes, este será nuestro secreto, mis empleados si algo saben hacer mejor es guardar un secreto, tu consíguete un buen disfraz y cuando te presente te cambiare el nombre, algo de me ocurrirá, amm ¿Cómo se llama tu invento?-

-Nunca pensé en un nombre, ¿Le podría encargar ambos nombres? –

-Jeje ¡Claro!, a y Gumball... Ve con cuidado – dijo con una tierna sonrisa a la cual yo nada más asentí y tome camino veloz a la casa de Fionna.

Prov Marshall

Al llegar decidí no tocar e infiltrarme como buen vampiro que soy, nada más para observar si estaba allí Gumball si no, pues mejor me iría a casa. Mire a Fionna acostada de cabeza en el sofá gritando por teléfono, creo que hablaba con Gumball, pero, la manera en que le hablo, me produjo ira. Quería golpearla tan duro, solo para que cerrara su sucia boca, pero Cake me gano.

-Ey Fionna, no deberías de tratar así al Príncipe Gumball- dijo mientras se sentaba a un lado de ella.

- Hazme el favor de callarte Cake, e mi novio y yo hago con él lo que yo quiera, además, lo tengo en la palma de mi mano es como un perrito, y no se le debe dejar de entrenar-

Gumball no es un perrito, el siente, y solo es amable contigo niña tonta, ¿Por qué no has terminado con ella Gumball?, ¿Por qué no la dejas y…. bienes con migo?, yo, yo te amo de verdad.

No podía dejar de pensar mientras flotaba al techo de la casa para esperar que Gumball hiciera su aparición, ya que no lo iba a dejar a solas con esa escuincla, tenía que hablar con él acerca de eso y… de los sueños que he tenido para al fin poder descansar en paz y que toda la verdad salga a la luz, claro, se lo diré en el palacio ya que estemos a solas.

No podía dejar de pensar en cómo me le iba a declarar cuando pude observar que Gumball se acercaba por los cielos junto con Lord Monochromicorn, por lo que decidí ocultarme para que fuese sorpresa. Deseaba con ganas verle y escuchar su dulce voz.

Prov Gumball

Toque la puerta esperando una respuesta y para mi sorpresa Fionna abre con cara de enojo…. Que mal.

-Tardaste- dijo fríamente sin dejar de fruncir el ceño.

-Lo lamento Fionna- pronuncie tristemente mientras agachaba la mirada.

- Anda y pasa ya de una vez – dijo haciéndose a un lado aun molesta.

- Con permiso – pase rápidamente, ya que estaba molesta no deseaba hacerla enojar.

- Dime Fionna, ¿Cómo ha estado tu día? – pregunte con una gentil sonrisa.

- Ya te había dicho que aburrido ¿No? – el tono de su voz solo indicaba que seguía molesta.

Dejando de lado el "frio" humor de mi novia, seguía pensando en el disfraz perfecto, ¿Qué podría hacer para que no me reconocieran?, recuerdo que de una medicina que salió mal hubo cambios de color en la piel, así que podría comenzar con eso, y tal vez crear un atuendo con el mismo tipo de luz que el teclado, ¡A! y podría agregarle sensores de movimiento para poder crear el sonido sin la necesidad de tocar la tecla, ¡así podría bailar libremente!, creo que también necesitare un micrófono con auriculares, ya que el volumen me imagino será extremadamente al y creo que….

-¡TIERRA A GUMBALL HE DICHO! – esas palabras rompieron fríamente mi pensamiento, volteé a ver a Fionna.

-¿Qué te pasa Gumball? No me has prestado nada de atención desde que llegaste-

-Oye Fionna… ¿Nunca te quitas el gorro? – pregunte desinteresadamente.

-¿Qué tiene que ver eso con lo que te estoy preguntando?-

- Recordé la vez que te di de mi cabello –

- ¡¿Y ESO QUE?¡ - sonaba mu, pero muy molesta.

-Fionna…- me hinque en una rodilla y tome con delicadeza su mano.

- ¿Podrías darme parte de tu cabello? –

-¿C-cómo?- dijo sorpresivamente.

(Toc – Toc – Toc )

-Amm alguien llama a la puerta, en un momento regreso-

Al llegar a la sala pude observar a Cake sentada mirándome con los ojos abiertos de par en par.

-Eres un pillo Príncipe, ahora sé porque trajiste al semental de afuera – me envió una mirada coqueta moviendo las cejas de arriba-abajo.

-¿C-C-Como? - la verdad no entendía nada.

-¡Por la propuesta chamaco! –

(-¿Fionna por qué haces eso?-)

Cuando mire a la escalera pude observar a Marshall entrar flotando y atrás de el a Fionna, sin la mitad de su cabellera larga.

-Debiste de haberla visto Bubbs, agarro la espada y Chaz, adiós a la mitad de su cabello, que lastima y eso que llegaba hasta el suelo – dijo Marshall mientras negaba con la cabeza, dejando ver su típica sonrisa traviesa.

-Príncipe Gumball, acepto tu propuesta, por favor cuida bien de mí y de mi cabello ahora en adelante- dijo tan amablemente, como si fuese la antigua Fionna.

Asentí con la cabeza y tome su cabello, ¡Era estupendo!, con él podría hacer una peluca para que ahora si nadie me reconociera, claro que sería mejor si le cambio el color, pero ya veré como y…

-¿Propuesta?- Dijo Marshall sin entender que sucedía aun, mientras que Cake solo saltaba de un lado al otro sin dejar de gritar de felicidad.

-¡Claro muchachón!- Menciono Cake muy, pero muy alegre – El príncipe le pidió parte de su cabellera, en otras palabras ¡le propuso matrimonio! Y ¡Fionna ha aceptado, que felicidad! –

-¿Qué?...- pronuncio Marshall tristemente.

Ho por todo Aaa, que he hecho.