CANCIONES PARA EL CORAZÓN
-¡Hola queridos IchiRukistas! Traigo ahora una serie de drabbles, inspirados en las canciones que me recuerdan a esta hermosa parejita que espero que el maldito de Kubo una de una buena vez ¬¬
Hikari: Ten fe, nee-san…Ten fe…
-¬¬u Bueno, espero que les gusten, me temo que son muy poquitos porque, desgraciadamente, mi USB murió hace un mes, y no he podido reponerla u.u Así que con lo único que tengo para inspirarme es en los discos viejos…Pero espero que les gusten ^-^
Disclaimer: Ni Bleach ni sus personajes me pertenecen, son propiedad de Tite Kubo. Asi mismo, las canciones son de quienes las componen e interpretan.
Canción: I Miss You(Te Extraño) de Blink 182
Categoría: Romance/Angst
Palabras: 639
TE EXTRAÑO, RUKIA
Nunca pensó encariñarse tanto con una desconocida, menos con esa enana que decía ser un Shinigami, aquella chica que a simple vista era una niña, aquella muchacha que había visto antes partir una cosa llamada Hollow. Todo porque se lo explicó con esos horribles dibujos de conejo.
Apareció como sombra dentro su cuarto, atravesando la pared luego de ver una mariposa negra, era como un precioso ángel vestido de negro. La vio ser herida y se le hirvió la sangre, le pareció tan frágil y delicada, que un enorme sentimiento de protección brotó de su corazón. Convirtiéndose a sí mismo en su Sustituto de Shinigami.
Pasó casi dos maravillosos meses con ella, aunque claro, no lo diría. Le ayudó a darse cuenta de que podía hacer más por los suyos, a quitarse la culpa de la muerte de su madre, la mujer que había sido especial para él y su familia, dándose cuenta que había sido un Hollow y no él. Pero más importante, paró la lluvia dentro. Descubrió su forma de ser, sabía que no era tan dura como parecía, pues notó como se preocupaba por él infinidad de veces, cómo le defendía si era necesario. Tuvo su ayuda incondicional todo el tiempo.
Y finalmente llegó el día, en que no pudo salvarla, no pudo proteger a su ángel, siendo derrotado por su supuesto hermano y su mejor amigo. La vio llorar por primera vez, las lagrimas corriendo por sus mejillas mientras ella pateaba su mano que sostenía la pierna de su Nii-sama. Le había dicho que no le buscara, que se quedara ahí sin hacer esfuerzos sino moriría más rápido. Le dijo que si le seguía, nunca se lo perdonaría. Comenzó a llover, y nunca se imaginó que fuera así de débil, deseó con todas sus fuerzas levantarse, matarlos a todos y quedarse con ella siempre.
Demasiado tarde, fue en entonces cuando ella desapareció por la puerta, sabía que la juzgarían y que quizá, pronto moriría. Entrenó, peleó con los enemigos más poderosos, la rescató al fin. Se dio la vuelta al ver que iba a llorar una vez más, no quería verla así. Luego de todo, una sonrisa, una dulce y cálida sonrisa fue lo que necesitó para quedar en paz consigo mismo, se dio cuenta de que era mas importante de lo que pensaba, que había secado por completo la lluvia de su corazón, y supo en ese entonces el porqué de quererla salvar con tanto afán.
Ahora la vuelve a perder, incluida las habilidades de Shinigami y de poder ver espíritus, se da cuenta, estando en su cuarto, escuchando música, toda la falta que le hace. Le hacen falta sus gritos, sus golpes, verla debajo de su cama o en el armario leyendo mangas o haciendo dibujos horribles del conejo Chappy. Maldice todas las noches que no pude verla, que no puede decir su nombre porque sino la llamaría, le molesta que ella no se digne a verlo ¡¿Por qué no consigue un Gigai? Pero sabe que no puede, volvería a romper las reglas y no quiere meterla en líos de nuevo.
Sabe que ya pronto será un año de no verla, le entristece el alma, y lo peor, no sabe si la lluvia regresó, pero se siente vació y solo sin ella, sin esa pequeña enana de pelo negro y ojos amatistas a la que tanto quiere tener cerca. Una parte de él quiere que regrese a parar la lluvia y a que acabe con el dolor, solo un día, solo una noche. Pero la otra le dice que no, que la deje libre, que no la haga malgastar su tiempo, pues ya no la podrá borrar nunca de su mente ni de su corazón. Ella ya es la voz dentro de él. Pero aun así, la extraña, a ella. A Kuchiki Rukia.
