Saludos!

Cómo han estado? Espero que muy bien, me atrasé un poco por motivos laborales pero como había dicho en un fic anterior, me animé a hacer uno de Fairy Tail y aquí está =) espero y haya quedado bien…. Advierto que puede estar un poco soso/aburrido/tedioso o algo por el estilo… esto debido a que se desarrolla en un día común y corriente…. Gomen, soy mala para eso de batallas emocionantes û/û

Bueno… sin más que decir, empezamos con esta breve historia de una de mis parejas favoritas Gray y Juvia!

P.D.: Los personajes no son míos, tienen a su creador original =D

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Chocolates y Flores

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Una agradable tarde en la ciudad de Magnolia.

Aún cuando los juegos seguían su curso, este día se les había dado como descanso general y por ende, decidieron regresar al gremio y descansar allí, se sentían más seguros.

En parte, a los integrantes del gremio Fairy Tail, les preocupaba un poco dicho descanso puesto que recientemente los días se habían puesto difíciles pero, como había dicho el maestro Makarov: pocas oportunidades así se presentan, por lo tanto, hay que aprovecharlas cuando llegan.

Y eso hicieron los habitantes del gremio: divertirse a más no poder, como sólo ellos saben hacerlo.

Como tal, la fiesta inundaba el interior del hogar; en la barra, Cana bebía y platicaba con Mirajeane y Erza animadamente; Laxus observaba a sus seguidores beber y reía por lo bajo al ver como Evergreen veía furtivamente a Elfman quien platicaba con Lisanna.

En el centro del lugar estaba Natsu y Gray en una disputa usual, como siempre, Gray ya no traía su camisa y Natsu sacaba fuego de su boca, literalmente, acción que mostraba su enojo total.

Un poco retirado de con ellos estaban Levy, Gajeel y Lucy, ésta última tenía sobre la mesa varios papeles y una pluma para escribir.

- Esos dos no tienen remedio – murmuró la rubia para después continuar escribiendo en el papel.

- Gajeel-kun ¿hoy por qué no estás con Natsu? – pregunto la chica de cabellos azules, a lo que el cuestionando respondió muy tranquilo pero sin verla

- Hoy no tengo ganas –

Ambos evitaban verse directamente pero Lucy los observaba interesada.

- Creo que de aquí puedo sacar ideas, je – y sonrió complacida.

Momentos después llegó la maga del agua al lugar y, una vez adentro se acercó a Lucy.

- Lucy-san, hola ¿qué haces? –

- Juvia, hola ¿ya terminaste tus labores? -

- Sí, esta mañana, ya tengo todo acomodado. Y dime, ¿qué escribes? –

- Ah, bueno… - la rubia dudaba en responder, hacía lo posible por evadir el tema pero las ideas se le iban terminando, por lo que Levy decidió intervenir.

- Juvia…. ¿ya saludaste a Gray? – preguntó sonriente.

- ¿A Gray-sama? No, Juvia aún no lo ha visto – respondió con un dejo de tristeza.

- Pues mira, estás de suerte: ahí lo tienes – señaló la chica a donde estaba el susodicho, en un juego de vencidas con Natsu.

- Esta vez si te gano, cabeza de cerillo – decía seguro el de peli negro.

- Eso quiero verlo, pedazo de hielo – respondía confiado el peli rosa.

Gruñían y forcejeaban ambos pero ninguno daba a su brazo a torcer, literal. Y habiendo visto esto, Juvia caminó en dirección a los chicos que se enfrentaban, logrando mezclarse con el resto de los espectadores.

- ¡Tú puedes, Gray-sama! – animó con todo su ser.

Lucy observó la situación y agradeció la ayuda recibida.

- Me salvaste, Levy, gracias – suspiró aliviada.

- Por nada, además quedamos en que yo seré la primera en leer tu novela una vez que la termines – sonrió triunfante.

- Ah, jaja… si, verdad – apenas y dijo la joven maga y escritora.

Ellas conversaban cuando escucharon gritos de asombro por parte de la multitud que rodeaba a los chicos.

- ¡Bien hecho, Gray! ¡Ésta fue la tuya! – animaban algunos.

Espero y hayas aprendido, Natsu, no siempre se gana, ja! – sonreía altanero el mago de hielo, irritando al peli rosa.

- No cantes victoria tan pronto… ¡Dos de tres! – exclamó y volvió a sentarse el chico en el lugar donde antes había estado.

- Eres un mal perdedor –

Fue lo único que dijo el mago de hielo para después sentarse en su lugar y volver a enfrentar a Natsu.

Durante algunos minutos todos los animaban pero, cuando vieron que esas "dos de tres" fueron aumentando a 3 de 5 y después a 7 de 10… los espectadores perdieron el interés. Juvia era la única que quedaba viendo la competencia y animaba a Gray.

Debido al hecho de que no había más gente, Gray escuchaba claramente a la voz de Juvia; poco a poco fue perdiendo la concentración, los nervios se apoderaron de él… y Natsu ganó la partida decisiva.

- ¡Jajajajaja! ¡Te gané, Gray! – se jactaba el mago de fuego, al tiempo que se subía la mesa y vociferaba su victoria.

Gray sólo murmuraba entre dientes, volteó y vió de reojo a Juvia, quien estaba en el mismo lugar, desde que se había acercado al grupo de gente, pero con una expresión triste. Entonces, el chico se levantó, tomó su camisa y se dirigió a la puerta del gremio, Juvia intentó darle alcance.

- Gray-sama, espera… -

Pero no lo logró, el chico salió y cerró la puerta tras de sí, por lo que, la chica quedó de pie junto a ésta.

Pocos habían notado este suceso pues veían a Natsu festejar, quien tampoco se percató de lo que había hecho Gray.

Juvia, algo afligida, se sentó junto a la barra, Mirajeane le sirvió un poco de agua.

- ¿Ya estás mejor? – preguntó momentos después.

- Sí… gracias, Mira-san – apenas y respondió la chica del agua.

- Gray puede ser un tonto a veces – intervino Cana.

- ¡Gray-sama no es tonto! – Defendió Juvia – es sólo… que estaba molesto por haber perdido contra Natsu-san… - dijo al final muy quedamente.

- Puede ser, pero creo que no debió haber actuado de esa forma contigo –

- Cana-san… -

La maga del agua se quedó en silencio, las dos chicas mayores la vieron algo preocupadas. Minutos después Erza se acercó y se sentó al lado de Juvia.

- No lo quiero justificar, pero Gray es muy malo para expresarse con las mujeres cuando se cosas sentimentales se trata –

Al oírla, Juvia levantó el rostro y vió a la chica de la armadura.

- Erza-san… -

- Creo que necesita más tiempo – dijo sonriendo de forma sincera y amable.

Poco después, la pelirroja se retiró de la barra y salió del gremio; una vez fuera, divisó el panorama y vió a Gray recostado en el césped colina abajo. Entonces, pensó para sí la chica

- En verdad que a veces puede ser muy tonto –

Y caminó en dirección contraria a donde estaba él.

Dentro del gremio, las cosas no habían cambiado mucho, la fiesta continuaba; en un momento dado, Lucy se sentó al lado de Juvia y le mostró un libro.

- ¿Quieres leerlo? – cuestionó

- ¿Un libro? ¿Por qué? – la maga de agua no entendía las intenciones de la rubia.

- Creí que podría interesarte – dijo segura de sí.

- ¿De qué trata? – preguntó algo curiosa la chica de ropas azules.

- Oh, nada en especial… Sólo de cómo en otras ciudades las parejas se demuestran su afecto.

- No entiendo, Lucy-san –

- Verás, por ejemplo, viene un relato donde dice que, en cierta fecha en particular, las personas se dan regalos, está pensado para las parejas, pero también puede aplicarse a los amigos e inclusive a las familias; y así como las mujeres dan regalos, los hombres también lo hacen -.

Juvia tomó el libro que le ofrecía la rubia y leyó las letras de la portada "Formas de festejar el día del amor y la amistad". Empezó a hojearlo un poco y a leer las primeras líneas.

- ¿Para qué quieres que lo lea, Lucy-chan? – preguntó la chica del vestido naranja, que se había acercado a ellas con curiosidad.

- Pues… ya ves que ella sólo tienes ojos para Gray –

- Pero él no le hace caso –

- Si pero, se dice que a los hombres se les llega por el estómago, si eso es cierto… -

Pero antes de terminar su frase, escuchó que le llamaban.

- Lucy-san, ¿me puedes prestar tu libro? –

- Claro – respondió sin dudar.

- Gracias. Te lo devolveré pronto – y la maga del agua salió del gremio con el libro en brazos.

Al tiempo que ella salía del gremio, se topó con Gray quedando frente a frente.

- Gray-sama… -

Acto seguido, la chica ocultó el libro, pero el chico se dio cuenta de ello.

- ¿Qué escondes? –

- Ah, nada… no es nada, Gray-sama –

Y, como no queriendo, la chica huyó del lugar, Gray sólo la observó.

- Que rara – dijo para sí.

Poco después, su semblante se puso serio, viendo en dirección por donde se había ido Juvia; recordaba las palabras que Erza le dijo aquella noche, referente a los sentimientos que la maga del agua le profesaba y de que él tenía que ser claro tanto consigo mismo como con Juvia.

Y como tenía esos pensamientos, prefirió irse a su casa, no se sentía de humor para lidiar con Natsu otra vez.

Durante la tarde, Juvia estuvo haciendo mil y un cosas en su casa, más específicamente, en la cocina; no había señales de explosiones o hechizos fallidos, sólo trastes un tanto sucios y vacíos por doquier.

- No es el día que dice el libro pero… Juvia no necesita un día en especial para demostrarle a Gray-sama cuanto lo quiere – decía muy segura de sí misma, para convencerse de su idea.

Y continuó moviéndose por aquí y por allá; haciendo con esmero lo que fuera que estuviese haciendo.

Mientras tanto, Gray estaba recostado en su cama boca abajo, pero su rostro estaba en dirección a la ventana de su habitación, viendo a través de ella con desinterés.

- ¿Por qué yo? – dijo de pronto con un poco de pesar – Es buena persona… Tal vez un poco extraña, pero aún así tiene sus puntos fuertes… - cerró sus ojos unos momentos y sonrío, hasta quedarse dormido con esa sonrisa en los labios.

Para cuando despertó, el atardecer había hecho acto de presencia, de momento esto lo desconcertó un poco pues sintió que había dormido demasiado.

- Debí estar exhausto – murmuró al tiempo que se levantaba de la cama y estiraba sus brazos.

Buscó comida en su cocina y con lo que encontró se preparó algo para comer. Cuando terminó salió de la casa y, habiendo dado unos cuantos pasos lejos de ésta vió un papel en el suelo sobre un charco de agua.

- ¿Y esto? –

Levantó la hoja y la leyó "sígueme", era lo que decía, volteó a todos lados pero no vio a nadie

- ¿A quién? – se preguntaba el chico.

En eso, sintió que la nota se le caía de las manos, volvió a caer en el agua y, cuando estuvo a punto de levantar la hoja se percató de que frente a él había varios charcos de agua, los cuales indicaban un camino…a seguir.

Dio otra mirada a su alrededor y no vio ni sintió peligro alguno, por tanto, empezó a caminar por el sendero que le indicaba el agua.

No fue mucha la distancia caminada pero cuando divisó el gremio, se detuvo unos instantes contemplando el lugar.

- ¿Al gremio? – seguía sin entender el mago de hielo.

Pero entonces, se dio cuenta de que por una de las laderas del camino salía Juvia a su encuentro, a un paso lento y hasta un poco tímido y dudoso.

- Gray-sama – apenas y dijo la chica.

- Juvia… ¿Qué pasó? – fue lo único que pudo decir el chico.

- Bueno, yo… - la joven estaba nerviosa – verás… - no lograba decir una frase completa.

- ¿Qué tanto murmuras? – pregunto un tanto divertido; tenía que admitir que le agradaba ver como reaccionaba la chica cada vez que estaban sólo ellos dos.

Juvia se trababa en sus palabras porque era tímida, es cierto que fantaseaba constantemente con el chico Fullbuster, pero ¿quién no se haría ilusiones con el hombre que considera el amor de su vida? Claro que, aunque ella es una chica muy soñadora, estaba consciente de la situación que hay entre ellos, poco favorable para ella, se decía.

Por su parte, a Gray le agradaba la reacción que ocasionaba en la chica, no por ego, bueno, en un principio sí era por orgullo propio, pero ahora, al verla reaccionar así, y sólo por él, no podía evitar pensar que Juvia era una chica tierna. La cuestión era que, su cabeza no se ponía de acuerdo con su corazón.

Y debido a eso, el chico se entorpecía y no podía evitar ser tosco con ella, resultando irónico pues él lo que menos quería era tratarla mal.

Salió de sus pensamientos cuando escuchó a la chica dar pequeños pasos y acercarse a él, quedando a sólo dos pasos de distancia entre ellos.

- Gray-sama… - habló la chica en tono suave pero firme.

- Dime – fue la única respuesta del joven, quien después se regaño mentalmente por dar semejante contestación, pero su mente se había quedado en blanco.

- Yo… respiró hondo la maga del agua, logrando tranquilizarse – tengo esto para ti, Gray-sama – dijo al tiempo que extendía sus brazos hacia Gray y le mostraba una pequeña caja circular envuelta en papel azul celeste y con un pequeño y fino moño blanco adornando el paquete.

Gray observó la caja frente a él y también a la chica, quien había cerrado sus ojos y se había ruborizado un poco delatando su nerviosismo.

Y como vio que no le retiraba la caja de él, optó por tomarla; al sentir esto, la chica abrió sus ojos y no evitó que éstos se iluminaran; Gray notó ese brillo y se sorprendió… o ¿lo habían deslumbrado?

Juvia, simplemente sonrió feliz.

- Este es un presente para ti, Gray-sama –

- ¿Para mí? ¿Por qué? – preguntaba el chico mientras veía la caja, envuelta con mucho cuidado y pensando en que sería una pena romper la envoltura.

- Bueno… a decir verdad – habló la chica – leí que esto debería habértelo dado hace un par de meses… pero como no sabía de ello hasta hoy, pues quise dártelo aunque fuese algo atrasado –

- Ya veo… ¿pero con qué motivo? – quiso saber.

- … Por San Valentín – respondió ella sin dudar.

- ¿San Valentín? – no entendió el mago de hielo.

- Sí, feliz día de San Valentín, Gray-sama… aunque con unos meses de atraso – la sonrisa continuaba en el rostro de la chica.

- Yo… ¿gracias? –

- Descuida, Gray-sama, yo tampoco sabía de esta fecha, por eso, entiendo que estés algo desconcertado –

- Ah, bueno… ¿Y tú como supiste de esto? – indagó.

- Lo leí en un libro que Lucy-san me prestó – respondió ella muy tranquila.

- Ya veo… ¿vas al gremio? –

- Ah, no… por el momento no, vengo de allí precisamente. Sólo quería darte esto hoy, si me disculpas, debo retirarme -.

La chica se alejó un poco y camino rumbo a su casa, Gray la vio partir sin mover su mirada hasta perder a la chica de su ángulo de visión.

Después de ello, suspiró pesadamente y contempló la caja recién obtenida, buscando la forma de no arruinar el papel envoltorio.

Tras un par de minutos, logró abrir la pequeña caja; la cual tenía dentro algo que parecían ser galletas con cobertura de chocolate blanco, en forma de narcisos blancos y, sobre ellas había pequeños dulces circulares pintados en color azul claro, dando la impresión de ser blanca nieve cubriendo las flores dentro de la pequeña caja.

El mago de hielo tomó uno de los pequeños círculos, lo llevó a su boca, saboreó y comió – sabe muy bien – acto seguido hizo lo mismo con una de las blancas galletas – no recuerdo haber visto este tipo de dulces ¿los hizo ella misma? – y admiró el trabajo realizado.

Dejó de comer las galletas, cerró el paquete y decidió guardar la envoltura, doblada cuidadosamente, en la bolsa de su pantalón, poco después caminó en dirección al gremio.

Una vez hubo llegado al gremio, entró y vió que la fiesta continuaba; no hizo mucho ruido al entrar y con la mirada recorrió el lugar – no está, perfecto – dijo para sí mismo con alivio.

Se dirigió a una de las mesas y tomo asiento, colocó el regalo a un lado suyo y lo observó unos momentos, poco después escuchó la voz de una mujer que le llamaba.

- ¿Y eso? ¿Un regalo? – preguntó con algo de curiosidad la mujer pelirroja, al oírla, Gray volteó a verla y habló.

- Erza – no se sorprendió – si, es un regalo – respondió, regresando su vista al obsequio.

- Te lo dio Juvia – Si bien Erza quería saber, su pregunta sonó más como una afirmación.

- … si – por lo mismo, el chico tardó en dar la respuesta.

- Te lo dije, tienes que ser claro con lo que sientes por ella… sería triste si todos sus esfuerzos fuesen en vano; decide de una buena vez si algún día le corresponderás o, definitivamente dile que no es para ti nada más allá que una amiga -.

Habiendo dicho esto, la chica se alejó del lugar. Gray estaba sentado pensativo, su atención estaba centrada en el regalo recién recibido, por lo que no se percató de cuando Natsu y Lucy se acercaron a él.

No les hizo caso a la primera llamada... hasta que vió a Natsu tomar la caja, fue cuando reaccionó.

- ¿Qué es esto? – el peli rosa agarró la caja sin cuidado alguno; pero Gray se levantó de golpe de su asiento y le arrebató el objeto, sorprendiendo tanto al mago de fuego como a la maga celestial.

- ¡Suelta eso! – quedaron de pie los 3 chicos; como Gray había alzado la voz, los demás miembros del gremio los voltearon a ver pero como no hubo más ruido cada quien volvió a lo suyo.

Exceptuando a nuestros 3 amigos.

- ¿Qué te pasa Gray? – preguntó Natsu algo mosqueado recordando como el mago de hielo le había quitado el paquete de sus manos.

- No es asunto tuyo – fue lo único que dijo y se encaminó a la salida del lugar para marcharse de allí.

Lucy vio la escena y sonrió… y Natsu lo notó.

- ¿Por qué la sonrisa? – fue una pregunta curiosa, pero algo le molestaba al mago de fuego - ¿Es por Gray? –

- Hmm… algo así… creo que sé de donde proviene esa caja –

- Eso es obvio… lo extraño es cómo actúa él – respondió el chico tranquilo.

- ¿A qué te refieres, Natsu? – la rubia no entendió.

- El regalo tuvo que habérselo dado Juvia, digo, es la única que le daría algo a Gray sólo por gusto… lo extraño es que Gray proteja tanto el regalo -.

- Bueno, tal vez no quiere que los demás lo vean – comentó la chica.

- No… cuando se trata de vergüenza, Gray mejor se va, no quiere ser visto, lo conozco, por eso digo que esto es distinto – Natsu afiló su mirada, viendo a Gray salir del gremio.

- Entonces, ¿crees que él…? – Lucy no pudo terminar su pregunta.

- Está pensando… y lo está haciendo seriamente – fue la seria respuesta del peli rosa viendo fijamente a la rubia; ella también lo vio sin entender pero, como el chico mantenía la mirada en ella, esto la puso nerviosa y decidió, a toda prisa, salir del gremio también, con sus mejillas algo ruborizadas.

Al ver esto, Natsu habló para sí – Creo que yo también debo pensar seriamente – dijo sereno.

- ¡Natsu, aquí estas! ¿Y Lucy? – se acercó y preguntó el felino azul.

- ¡Happy! Ella acaba de salir, supongo que más al rato vuelve, vamos a comer algo – animo el chico y ambos se dirigieron a una de las mesas libres para sentarse a comer, intentando portarse como siempre, alegre.

Mientras que afuera del gremio, Lucy suspiraba aliviada.

- Por poco… debo ser más firme y actuar normal –

Levantó su vista y vio a Gray, decidiendo acercarse a él.

- Hola – saludó la chica.

- Lucy, ¿qué pasó? –

- Nada, creí que te habías ido ¿pasa algo? – curioseo ella.

- No, nada… bueno sí, ahora recuerdo – cayó en cuenta él.

- ¿Qué cosa? – quiso saber ella.

- Juvia me dijo que le habías prestado un libro – comentó el mago.

- Un libro… le he prestado algunos libros – contestó tranquila y así mismo preguntó - ¿por qué? – pero después vió el regalo - ¿lo dices por eso? – y señaló el objeto.

- … Si, dijo que vio la idea en un libro –

- Si, lo recuerdo, es por el día de San Valentín – afirmó la maga.

- Si, ella dijo lo mismo pero ¿qué es eso de San Valentín? – quiso saber el chico.

- Es una festividad; en algunas ciudades, el 14 de Febrero las chicas regalan chocolates al chico que les gusta; es una forma de expresar sus sentimientos por él – respondió sonriente.

Gray escuchaba atento mientras veía el regalo, Lucy continuaba hablando.

- Ya sabes que no es un secreto el hecho de que Juvia te quiere –

- Pero… -

- Es más, espérame un poco aquí, voy a traerte el libro para que lo leas… Ya que también viene escrito allí que en cierto lugar está la tradición de que, si el chico que recibe un regalo corresponde los sentimientos de la chica que se le declara… un mes después él le da un regalo, agradeciendo el recibido en San Valentín, claro, esto si él siente algo más que amistad por ella -.

Y tras decir esto, la rubia partió del lugar, estando segura de que había plantado la semilla de la curiosidad en Gray, quien la vio irse y quedó pensativo.

- ¿Una fecha en la que yo le doy algo? ¡No! Digo… - sacudió su cabeza queriendo evadir sus ideas pero no lo logró, por lo que, se limitó a ver el regalo y a sonreír, hablando para sí mismo pero con seguridad – Me rindo… Tú ganas, Juvia – fue lo único que dijo mientras se sentaba en el pasto a esperar a que llegara Lucy. Queriendo creer que lo que estaba por hacer era lo más adecuado para compensar el tiempo que había hecho esperar a la chica que últimamente, sólo le sacaba sonrisas.

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Y por el momento aquí termina esta historia… espero y les haya agradado, quiero continuarla pero… aún no se me ocurre del todo como hacer la otra parte… porque creo que va a involucrar más cosas, además de que, como se supone que esto sucede en un día de descanso y los juegos no han terminado… ya me atoré! º_º! (debí pensar en esto antes, gomen)…

Pero sigo trabajando en ello; en cuanto lo tenga todo listo pondré la continuación, bueno, eso si quieren saber lo que pasará, pues como antes dije, el fic es un tanto soso, gomen por eso û û

Sin más que decir por el momento, me paso a retirar, espero y nos podamos encontrar aquí pronto.

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Saludos y que estén bien!

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