Echar anclas

Una luz tenue se asomo por la ventana del coche, mi nena había sido testigo de la noche más caliente que había protagonizado con mi hermano, hice un gran esfuerzo por zafarme de Sam, quien aun estaba sobre mi pecho, lo estrecho del asiento trasero, se juntaba con el dolor de mis piernas y mis caderas, tener un tío de casi 2 metros encima, no es nada cómodo.

No sé cómo, pero al fin, pude salir del coche, subí la cremallera de mis vaqueros, y abotone un poco mi camisa, camine hasta orillas del Rio me lave el rostro, incluso moje mi cabello, sentía un fuerte dolor de cabeza, ¿Qué me había sucedido?, mi mente se había bloqueado, aunque yo sabía que había hecho algo malo, algo horrible, imperdonable, algo verdaderamente sucio, algo que no estaba acorde con la moral. Yo trataba de ignorar la situación

Camino un poco con las manos dentro de mis vaqueros, para engañar un poco el frio, el ambiente está nublado, veo un pequeño puerto de madera, me siento allí, dejando mis pies que rocen con el agua que se siente helada, en ese instante escucho que unos pasos fuertes se acercan hacia donde yo me encuentro, la voz de Sam rompe el silencio

Buenos Días Deán

Sin levantar el rostro le respondo entre dientes, mi cuerpo se queda de piedra, no articulo ninguna palabra, y no hago tampoco ningún movimiento, es entonces cuando siento que Sammie se sienta a mi lado y recuesta su cabeza a mi hombro.

Deán…. Oh Deán te quiero mucho!!!!!

Su exclamación me asusta, pero no me doy por aludido

Yo también te quiero hermano.

Los ojos de Sam se abren como platos, - Dean, no me vas a decir que olvidaste, todo lo sucedido anoche en el Impala.

Solo dormimos incómodos, porque no pudimos llegar a casa de Bobby.

No Deán,… nos dormimos…..

hizo una pausa larga, trago un poco de saliva y su voz sonó bastante entrecortada, le mire fríamente, tratando de retarlo, obligándolo a callar, presionándole para que no dijese nada que mis oídos no estaban preparados a escuchar.

Subí al coche, y desprendía un olor a semen de la noche anterior, a sudor y a saliva, se habían concentrado todos en mi nena, cogí una toalla y comencé a limpiar el asiento trasero, me percate que habían gotas de sangre, enseguida mis manos comenzaron a temblar, levante la cabeza para observar a Sam, que aún se encontraba sentado en el puerto, con los pies recogidos pegados a su pecho los brazos cruzados sobre las rodillas y la cabeza hundida entre ellos.

¡¡¡¡Dios Mío!!!! Sin duda alguna, le hice daño a Sammie.

Trague varias veces saliva, antes de acercarme a conversar con mi pequeño hermano, no sabía que decirle, no tenía idea de cómo iba a justificar lo sucedido, pero yo como hermano mayor tenía el deber de protegerlo, había fallado, eso lo tenía claro, pero que iba a hacer, eso no lo sabía.

Salí del coche lentamente, comencé a silbar Escaleras al Cielo de Led Zeppellin…

En ese momento Sam se volvió hacia mí diciéndome

Vamos Deán, tu sabes…. Tú… tú…. Tú… tú sabes, que… Tú y yo….

TÚ Y YO NADA SAM, NADA. Grite para opacar lo que él me quería decir, que yo sabía de sobra, y pensaba que con mis gritos iba a ocultar, pensaba que con solo ignorarlo no había sucedido nada, pero que equivocado estaba.

En ese momento sus lágrimas copiosas comenzaron a correr por sus mejillas, que se le notaban bastante coloradas por el frio, mi corazón se encogía poco a poco, poco a poco. En mi mente solo se paseaba la palabra incesto, y eso me resultaba escabroso, asqueroso. ¿Cómo iba a actuar de ahora en adelante, si a Sammie se le ocurría decirme lo que yo no quería escuchar?

Deán, yo puedo callarlo para siempre, pero no lo niegues, anoche viví momentos inolvidables, si es cierto, aunque espera otra reacción tuya, esperaba amor, pero no amor de hermanos, esperaba amor de pareja, espera la respuesta de un verdadero hombre, no esperaba esta actitud tuya tan cobarde.

Cállate Sam, lo de anoche fue una equivocación, efectos del alcohol, tu eres mi hermano, y siempre serás mi hermano, no podemos confundir…..

Antes de que terminara de hablar, Sam se volvió al Coche tomo su mochila, y camino hacia la derecha rumbo a la carretera. Yo me quede allí con los brazos cruzados, no sabía si salir corriendo detrás de él, o sencillamente dejarlo huir, finalmente pensé que lo mejor era dejarlo que tomara su camino y yo tomaría el mío

Subí al coche, encendí la radio, escuche el pronóstico del Clima, según el tío de la radio iba a venir un chubasco, me arregle en el asiento eche la cabeza hacia atrás, y cerré los ojos, enseguida mi mente se inmundo de imágenes de Sam, besándome, acariciando mi pecho, yo vuelto loco alborotando su cabello, y la última, la más terrible, yo dentro de Sammie, podía escuchar sus gemidos, pidiéndome que no parara, podía escuchar sus sollozos, ¿Pero? …. ¿Pero qué coñas estaba haciendo yo allí?, ¿Por qué no le iba a buscar?

Encendí el coche, conduje hacia fuera del bosque, no fueron muchos kilómetros cuando vi la silueta de Sammie con su mochila colgando al hombro, bordear la carretera. Me detuve frente a él, y con un gesto de cabeza le invite a subir, este se resistió, y continuo su camino.

Baje del coche, y le tome por el cuello de la camisa, Sam frunció el ceño, con cara de asombro,

Dije que subas al coche

No lo voy a hacer, no lo voy a hacer

Le empuje hasta meterlo casi obligado, en el forcejeo perdí el equilibrio y caí sobre mi hermano, él en su afán de apartarse de mi efectuó un movimiento de caderas, que me hizo recordar la noche anterior, en ese momento la mente se me nublo y con mucha torpeza lo comencé a besar al mismo tiempo que le fui despojando de su ropa, cuando sentí la piel suave de Sam rozar la mía, ardíamos de pasión, no dude un momento en alzar sus piernas y apoyarlas sobre mi pecho y sin contemplación, embestí su entrada, Sam gimió como un animalito herido, yo no entendía que me decía, solo lo tomaba, una y otra vez, hasta que nuestros cuerpos se rindieron ante el cansancio, y la llegada de la noche.