Título: Tú eres creyente.
Fandom: 500 days of Summer.
Pairing: Tom&Summer.
Summary: Yo no lo soy.
Nota: Para Lilian, Mel y Gabby.
Recomendación musical (casi es una orden y no una recomendación; de verdad, escúchenla): Believer – Susanna and The Magical Orchesta.
"Estos días han sido buenos para mí también, pero no puedo quedarme.
Tú sabes por qué."
I. Cuando lo conociste aquel día en la oficina, te pareció un tonto adorable.
Un tonto adorable que escuchaba The Smiths, supiste luego.
II. Podías hablar con él de cualquier cosa, aunque no siempre coincidieran en todas su opiniones. Él era ese tipo de hombres de los que ya no había, de esos que creían ciegamente en el amor y en el destino.
Pero tú eras de esas mujeres, de esas que casi no había ya, que no creían en cuentos de hadas y no veía la vida con lentes rosas de ilusiones.
Le dijiste varias veces que no querías una relación, que no querías amor, que tú no querías lo que él estaba esperando.
Pero ni él, ni su corazón, te escucharon. No importaron las veces que dijiste que no eras de esas chicas… Él era de esos chicos.
Él era un creyente. Tú no lo eras.
III. Nunca pensaste que serías capaz de amar, lo supiste desde el principio. Desde el inicio quisiste destruirlo todo, pero no pudiste.
Porque algo en él te llamaba, ¿sabes? Y puede que no fueras una creyente, pero por algunos momentos deseaste serlo.
Y en uno de esos momentos lo besaste. Y cuando el momento acabó, huiste.
IV. Sabías que no eran sólo amigos. Muy dentro de ti tenías esa certeza de que no había certeza en absoluto, pero querías ocultarlo.
Una noche decidiste que intentarías cambiarlo, que intentarías saber lo que nunca supiste antes, que tratarías con Tom.
Por unos momentos creíste que te levantarías una mañana sabiendo que lo amabas. Pero nunca ocurrió.
V. Él encontraría otra Summer. No, él encontraría otra mujer. Pero tú no podrías encontrar otro Tom.
(No es que quisieras otro Tom; por mucho que lo quisieras, no lo amabas. No necesitabas otro Tom.)
Tú necesitabas a alguien con quien vivir lo que él te había enseñado. Pero desde la primera vez que comenzaste a creer en sus lecciones, algo en ti te dijo que no sería él.
No lo fue.
VI. Tuviste que terminarlo. No era bueno para él. Tú no eras buena para él.
Él era un creyente, tú no. Él creía en el amor y tú no. No hubo ninguna repentina revelación al mirar a sus ojos, era sólo cariño. No eran buenos. Era una ilusión sin sentido.
Sabías que lo destruirías, pero debías hacerlo aunque algo dentro de ti no quisiera cumplir tu deber.
VII. Cuando levantaste la mirada, supiste que el destino era cierto.
Cuando él te pidió matrimonio y tú dijiste que sí, supiste que el amor era cierto.
Cuando dijiste Acepto y lo besaste, cuando sentiste la certeza, cuando simplemente lo supiste porque todo en tu cuerpo te lo dijo a gritos…
Fue en ese momento que supiste que Tom tenía razón (pero se había equivocado de chica. Y él no era el chico indicado.)
VIII. Al final ambos estuvieron equivocados.
