La cara oscura de la luna

La luna llena estaba aquí, había estado pensando en ella hace un tiempo, sabiendo que el día llegaría, cada vez que escucho que esta fase de la luna llegará, pienso en él. Se que esta mal, no debería de pensar en el. Hace siglos que huyo de él, por lo que le hizo a mi familia…por lo que me podría haber hecho a mí. Ya era de noche y pasearse por los bosques no era algo seguro, pero no me preocupaba, hace bastante tiempo ya que no debía de preocuparme por esas cosas, gracias a él. Cierro los ojos por un momento, talvez, para recordar una noche parecida esta, donde mi vida cambió para siempre…corría el año 1623 y yo era una joven de 16 años viviendo la plena vida.

Una brisa jugaba con mi cabello, corría por los jardines de su casa, haberlo conocido fue mi primer error en ese momento, mi segundo y talvez más grande error, fue enamorarme de él. Ilusa como siempre fui, su encanto y deleitadoras palabras me habían conquistado. Era todo lo que un caballero debería ser, educado, buen apuesto, de buen hablar . Pero él era siempre más distante, a veces misterioso, por miedo me negaba a preguntarle, temiendo que mis preguntas de niña entrometida le molestaran y decidiera irse con alguna otra joven.

Correr de noche era imprudente, especialmente en la casa ajena, mis padres, por cuestiones que a esta altura no me acuerdo, me habían dejado en la casa de él, siendo uno de los pocos amigos que tenía. Me detube en medio del jardín, al contemplar la luna, curiosa la obserbo por unos momentos, siempre cambiante, dejé escapar un suspiro de mis labios.

-Fascinante,¿no lo crees, milady?- una voz en la noche llama mi atención, bastante asustada giro sobre mis talones, dejando alborotar aún más mi cabello, si aquello era posible. Esta reacción parecía divertirle, ya no era la primera vez que hace esto-¿Te asuste, mi pequeña?-levemente ruborizada al ser llamada su pequeña, le dedico una leve sonrisa y una reverencia, digna de la época

-Debo admitir que su aparición me ha distorcionado un poco, mi Lord- mi voz siempre añiñada, mis ojos estaban en los suyos. Su mirada intrigante, parecía querer intimidarme siempre, como si estar en control fuera algo que le gustaba y vaya que lo lograba, de tantas maneras…mis rodillas luchaban por no flexionarse al observarlo a la luz de la luna. Su cabello rubio caía en forma perfecta sobre sus orejas, sus ojos, tan misteriosos y penetrantes, un azul eléctrico que dejaba todo tu ser a sus pies

-¿Debería dejaros sola, Señorita Vesslov?-abrí la boca en forma de protesta y por un destello de segundo, había jurado ver en su esculpido rostro una señal de sonrisa, pero rapidamente esa sensación desapareció

-Para nada, my lord y por favor, ya os he pedido que me llame Tatiana- le ofrezco una cálida sonrisa, él camina lentamente hacia mí y señala unos bancos para poder sentarnos, como caballero que es(o al menos eso era lo que pensaba), me deja sentarme primero-¿Puede decirlo?- me arrepiento de preguntar, parecía una joven desesperada, después de todo, era bastante sencillo darse cuenta que él era más adulto que yo

-Tatiana…-un susurro, casi inexistente pero logró movilizar todo mi piel se erizó y sentí como la sangre fluía por mi cuerpo hasta formar un ardiente rubor en mis mejillas. Nuevamente esto parece darle satisfacción y en su cara aparece una nueva expresión; anticipación, habia algo que no sabía y en ese momento, a mis inocentes ojos, parecía deseo(que tonta fuí)- Yo os llamaré así, si esta es su voluntad, pero prometedme pues, que recibiré el mismo trato

Sabía de que me hablaba, no pude evitar sonreír coqueta, sintiendo como el sujeta con sus ásperas y fuertes manos las mías, que parecen de porcelana enredadas sobre las suyas-Os prometo, no quiero decepcionaros…Klaus-digo también un susurro y parece complacerle, ya pues, lleva una de mis manos a sus labios y la besa. El simple contacto hace activar todo nervio de mi cuerpo y estar alerta; nunca había estado así con nadie

-¡Que dicha la mía!, escucharla decir mi nombre de tan delicada manera me llena de vida- sonrisa seductora y encantadora. Por unos momentos me quedo callada, observando tal bella sonrisa, sin embargo, siempre tenía la sensación de que algo me ocultaba…pero mi amor hacia él no me dejaba verlo- Me pregunto, que tan delicados serán los labios que lo nombran-su mano acaricia con fervor mi mejilla, hasta llegar a la comisura de mis labios, ese fue el momento de perdición, dejé que sus labioss besaran los mios y tanto literalmente como metaforicamente, se robó la pureza de ellos..

No podía evitar repasar mis labios con uno de mis dedos, como si aquel beso hubiese sido ayer. Lo que vino después fue un cortejo, pero cada vez él se volvía mas violento mientras que mi curiosidad incrementaba. No me dejaba visitarlo por las noches cuando más eran mis ansias por una conversación. Pero un buen día(o mejor dicho, un mal día), decidí darle una sorpresa en su cuarto, nuevamente de noche, pensando que mi presencia le alegraría, que equivocada estaba…

Con una vela en mano y una sonrisa en mi rostro, iba lenta por los pasillos de su casa, ese iba a ser el día, el día en que le daría una sorpresa, talvez, dejaría porfin entregarme a él completamente, como los anteriores encuentros lo habían marcado, era algo que los dos queríamos(lo que no sabía era que me entregaría a el de una maner completamente diferente). Lo escuchaba adentro de su habitación y aguantando la risa, abrí la puerta ansiosa por darle un susto, uno por los tantos que el me había provocado.

-Perdonarme Klaus, ¿lo he asustado…?- pero dejo caer la vela al suelo, apagándose la debil llama que en ella había. Klaus levanta la cabeza rapidamente, debajo de él había una chica. Al principio pensando que era una amante, decidida a olvidar esto, me daría la vuelta y a la mañana se hablaría de esto. Pero en ese momento fue que vi la sangre…tanta sangre, en la ropa de ella, de él…en su boca, no parecía él, fuera de sí. Mire el cuello de la joven y de mi boca se habría escapado un grito de no ser por el terror que sentí…había escuchado historias sobre aquello…vampiros. Mi primer instinto fue correr…

Dos fuertes brazos me atrapan rapidamente,escucho la cerradura de la puerta cerrarse y mi espalda golpear la pared. Mis ojos estaban muy abiertos, su cara, aunque la reconocía parecía diferente a la hermosa estructura ósea que tanto admiraba y soñaba por las noches. Sus ojos de negro carbón inyectados de sangre.

-Te había dicho que no entraras de noche a mi cuarto, mi pequeña-su tono era enojado, sin embargo lo decía de una manera calmada, mientras su rostro volvía a un estado normal, la sangre todabía estaba en su boca y pudo notar como lo observaba-Te acostumbrarás, amor, después de todo, ¿piensas que te dejaré escapar?- escucho su risa, pero es tan diferente a la risa que escuchaba en mis sueños o en nuestras charlas. Se limpia el líquido con la manga de su ya manchada camisa y se vuelve hacia mí, me analiza con la mirada

-Por favor, no le diré a nadie Klaus, solo déjame ir-cierro los ojos al sentir una lágrima correr mi mejilla, una lágrima de frustración, ¿porqué no me di cuenta antes?, pero él era diferente a los vampiros que había escuchado, el caminaba a la luz del sol- Déjame ir…-no me gustaba suplicar, pero en ese momento era en lo único que pensaba. Su risa retumba en mis oídos otra vez, mientras que su boca recorre mi mejilla, secando la lágrima, el contorno de mi boca y finalmente el cuello, ahí fue cuendo deje escapar un grito

-Shh…no grites todabía amor, esto hubiese pasado mucho más tarde si hubieses hecho caso a mis advertencias- se aleja por unos momentos en los cuales tomo aire, siento mi pecho levantárse agitado por tanta cercanía y revelaciones-Sabes que cuando quiero algo, no lo dejaré nunca…siempre mía-su voz en mi oido y su aliento calienta mi cuello que es para donde baja nuevamente, lloro de frustración

-Por favor,…¿porqué? Yo te amaba…-digo desesperada, su mirada me penetra al ver que mis palabras le causan curiosidad. Y yo sabía el porque, le mentía si le decía que no le amaba, él sabe lo que sineot, incluso en un momento tan terrorífico como este, mi corazón lucha para no salirse de mi pecho al sentir su proximidad, su cuerpo pegado al mío, mis rodillas luchan para mantener todo el peso de mi cuerpo en píe y no caer, al sentir su mirada sobre mí-No te perdonaré por esto…

-Bueno amor, sabemos que tendrás todo el tiempo del mundo para hacerlo…-apoya sus labios sobre los mios y no puedo evitar sentir un sabor agridulce mezclado con la sangre. Ahogo un grito al sentir sus dientes traspasar mi piel y como el líquido sale de mi cuerpo-Siempre serás mía, aunque corras, Tatiana mía…-se separa una milésima de segunda para luego morderse su muñeca y forzarme a beber de ella y al minuto estoy muerta…

Después de eso es historia, escapé de él, como muchas lo hicieron y eh llegado a un pueblo Mystic Falls, donde él esta, corro el riesgo de que me encuentre pero…ya no tiene sentido esconderse de él, siempre te encuentra. Ahora que su otra mitad lobo desperto, no tiene sentido, si quiere matarme, lo hará…siento su presencia detrás de mí…despues de tantos años y sigue usando la misma colonia. Su aliento calienta mi nuca como tantas veces hace ya muchos años. Sus manos juegan con mis bucles castaños, oliéndolo después. Su voz, después de tantos años, sigue embriagandome y me deja en un estado inmóvil.

-Tatiana, ¿te has cansado de correr de mí?-su mano que al principio recorría delicadamente mi cuello, lo tomó por fuerza-Sabes que no me gusta para nada que lo que me pertenece se me escape-nuevamente siento como huele mi perfume y ahí me doy cuenta, siempre fui de él…nunca se puede escapar de él. Me deja libre y lo enfrento, sigue siendo el mismo a exepción del cabello, que lo hace ver aún más irresistible.

-Es Tanya ahora, Klaus…si vienes a matarme hazlo, pero por favor, deja los juegos-mi tono es cansado, casi frustrado, deseo morir, una vida de eternidad huyendo no era lo que tenía planeado. Klaus agacha su cabeza y niega levemente. Usando su velocidad me acorrala contra un árbol, siempre fue así, nuestra relación era de sumisa y dominador, y a él le gustaba así.

-Prefiero Tatiana, mi pequeña…¿para que matarte? Una vida esperando tenerte nuevamente…-su boca deja un rastro de besos en todo mi cuello, y no puedo evitar recorrar viejos tiempos en lo que hacíamos lo mismo a escondidas de mis padres, dejo escapar un suspiro que sé en mi adentro que lo complace- Dilo Tatiana…-dice presionándo su cuerpo al mio, terror y exitación me invaden, sabiendo que podría terminar mi vida en cualquier momento-Siempre fuiste mi jugete preferido, ahora nunca te perderé…dilo-su aliento esta sobre mi boca ahora y nuestras miradas cruzan. Me sorprendo a mi misma viendo que aunque su mirada azul eléctrico todabía tiene el mismo efecto sobre mí, puedo mantenerle la mirada

-Tuya Klaus, siempre fui y seré tuya-mis labios dicen esas palabras con temor y ansias, siento nuevamente sus labios sobre los míos después de tanto tiempo y me dejo llevar por el momento, porque aunque yo no quiera, él siempre será dueño de mi corazón y de mi cuerpo. Su brazo derecho rodea mi cintura con firmeza y no puedo evitar sonreirle, recordando los viejos tiempos-¿Y ahora?

-Es hora de irnos de este comflictado pueblo, pero antes…quiero que conozcas a nuestro nuevo acompañante-dice con su voz misteriosa, cuando observo una sombra a la distancia. Me detengo levemente antes de poder seguir adelante…sabiendo que ahora no podría escapar de él, suspiro observando a la luna, Klaus es la luna, parece brillante y cautivante pero…acordarse de que la luna tiene dos caras, procurar conocer bien antes de acercarse más. Se voltea a verme, su mirada fija e impaciente, sigo avanzando, con paso rendido….