Hola, de nuevo yo ahora llego con mi segundo fic de yugioh, bueno solo puedo decir que para aquellos que ya han leído "EN MI HOGAR" esta historia les respondera algunas dudas, pues es el mismo fic, pero desde el punto de vista de Atem, lo que sintió, lo que vio, lo que deseo…antes de que acabara la historia n n..bueno espero les guste. YU-GI-OH no me pertenece….es de la mente brillande del gran Kazuki Takahashi
Lo que más deseo.
Hace no mucho tiempo que pasó, pero me sigue afectando como en aquel día; el ver su rostro y no poder decirle lo que realmente siento por ella.
Mi nombre es Atem, y mi historia no es nada común, tal vez si la escuchan podrían llamarme loco o incluso podrían reírse de mí, pero eso a mi no me molesta por que solo se que fue real y con eso me basta.
Yo, Atem viví en el antiguo Egipto y no como cualquier persona, de hecho yo fui un poderoso faraón que salvó al mundo de fuerzas oscuras y peligrosas en distintas ocasiones gracias al poder de los artículos del milenio; pero un día un poder mucho mayor al mió apareció y de alguna manera hice que mi alma mortal se encerrará en lo que mi difunto padre llamaba: "El rompecabezas del milenio". Durante largo tiempo estuve dormido, pero un día una extraña fuerza me hizo despertar, mis recuerdos no estaban, todos habían sido borrados y fue así como los conocí: Yugi, Anzu, Katsuya y Hiroto eran sus nombres, y ellos fueron quienes me permitieron disfrutar nuevamente de la vida.
Yugi era un chico de un corazón noble y tranquilo, el fue quien me permitió ver al mundo a través de sus ojos, para mi el siempre será mi mejor amigo, mi hermano.
Katsuya y Hiroto me apoyaron siempre sin dudar y me mostraron a su manera tan especial que tan unidos eran y que tan buenos amigos podíamos ser, también estaba…
Anzu, ella era…era la persona más maravillosa que pude conocer, me enseño que la vida esta repleta de cosas de mucho más valor que el mismo oro, cosas como: la amistad, la confianza y… el amor; sentimiento que pude gozar gracias a ella.
Pero no logré estar al lado de mis amigos por que después de todas nuestras aventuras, todo llegó a su fin aquel día…
Recuperé mis recuerdos después de que los muchachos y yo vinimos a Egipto. Yugi y yo habíamos llevado acabo el duelo que me permitiría descansar, y mi pequeño amigo fue el vencedor pero ambos sabíamos mejor que nadie que ese era nuestro último duelo, nuestro último momento juntos.
Yugi tenía lagrimas en sus ojos y lo único que pude hacer fue sonreírle con gratitud y mirar a todos mis amigos, quienes intentaban esconder al igual que yo su sufrimiento, uno a uno me despedí pero entonces me di cuenta que esa era la ultima vez que vería a Anzu y eso me causo mucho pesar, al acercarme a ella no pude contener mis deseos de tomar su mano solo una vez más
Anzu ¡Gracias! Anzu tu siempre me diste fuerzas suficientes para continuar, te agradezco tanto lentamente acaricie su mano y la mire a los ojos.
Ella me mostraba que en su interior había dolor y eso era algo que ambos compartíamos y que yo no podía soportar, no en ella ya que siempre me gusto verla alegre, mi corazón sintió una carga mayor, una carga que representaba el verla sufrir en ese momento, deseaba decirle algo lo que fuera pero no lo lograba, algo en mi me detenía la mire fijamente pero me dio a entender que todo iba estar bien al mostrarme una vez más su calida sonrisa.
¡No tienes por que agradecerme nada, solamente quiero que recuerdes que siempre serás parte de nuestro equipo y que todos tenemos un lazo de amistad que nos une! Explico tranquila como siempre mientras señalaba aquel pequeño cartucho que colgaba de mi cuello.
¡No importa en donde estés tu siempre tendrás nuestra amistad! En mi boca se dibujo una sonrisa, era cierto no importaba que tan lejos estuviera de ellos, siempre estaríamos juntos.
Poco tiempo después me encontraba frente al portal que me llevaría a mi época pero aun sentía miedo de alejarme de ellos, un miedo muy grande pero camine hacía la entrada con determinación, sin embargo, deseé con toda mi alma poder decirle algo más a la chica que tanto me apoyo y mi deseo se cumplió
Muchísimas gracias Anzu, cuídate, te estaré protegiendo siempre por que tu…tu… tu me ayudaste en muchas cosas, jamás cambies que cumplas tu sueño Anzu dije en voz baja y esto llegó hasta los oídos de mí querida amiga
¡No nos olvides! fue lo que recibí como respuesta de Anzu, volví la mirada y sonreí, después todo se oscureció.
Esa fue la última vez que los vi, a pasado un par de semana desde entonces y aunque no es mucho tiempo, me ha parecido una eternidad…
