Introducción

Sumiko:

- Físico: De ojos grises, piel blanca, cabellos ondulados y castaños.

- Personalidad: Alegre, caritativa, un poco egocéntrica, graciosa y tímida.

- Aldea: Es de la aldea oculta de la niebla

- Clan: Hyoton (kreo k ese el clan de haku no ¿?, sino porfavor corríjanme que el clan es súper importante en la historia)

Gaara: (ya se k todos saben como es, pero es el otro protagonista de la historia y no me parece bien dejarlo de lado)

- Físico: De unos impresionantes ojos verdes con ojeras muy notorias, piel pálida, cabello rojo y un tatuaje en la frente que dice amor.

- Personalidad: con el shukaku; solo pensaba en matar y que eso le traía mucha satisfacción, pero cuando conoció a naruto cambio totalmente ahora en vez de matar quería proteger a su gente y con ese pensamiento se volvió Kazekage.

- Aldea: De la aldea oculta de la arena

- Clan: desconocido.

¿Una gitana en la arena?

De la niebla a la arena

Una chica que iba vestida con una falda hasta los tobillos y de color mostaza, una blusa del mismo color y que dejaba ver parte de su abdomen, iba caminando por un desierto, con una guitarra y con dos mochilas. Se veía que la chica era una forastera por la forma de vestir y por no tener una banda que la identifica como alguien de una aldea.

Estaba llegando a la entrada de la aldea de la arena, cuando unos vigilantes la interceptaron.

- De donde viene ¿? – Dijo uno de ellos, que llevaba unas vendas que cubrían toda su cabeza.

- Vengo de la aldea oculta de la niebla – Respondió la chica, pero como vio que inmediatamente los ninjas sacaban shurikens, se rectifico – pero no vengo para una guerra.

- Entonces, para que vienes ¿? – Preguntó el otro guardando su shurikens, pero igual en alerta.

- Vengo porque soy forastera – Explico la chica con una gran sonrisa, le provocaba gracia que los guardias no se dieran cuenta de lo que ella era – no es muy notable ¿?

- Bueno si lo es – Respondió el primer guardia – pero los forasteros no pueden ingresar a nuestra aldea.

- Pero no me quiero quedar por mucho – Dijo ella con una profunda tristeza, lo que más le gusta hacer a los gitanos es ir por muchos lugares y conoces nuevos pueblos – solo quiero saber como es allí, se los aseguro en una semana me verán salir de aquí.

- Bueno, espero que cumplas con lo que has dicho – Comentó el guardia.

- Yo siempre cumplo con lo que digo – Respondió ella con una enorme sonrisa, que le ilumino toda la cara.

- Bueno, pasa – Dijo uno de los guardias haciéndose a un lado, para darle paso a la forastera.

- Muchas gracias – Contestó ella a tal gesto de confianza. Avanzo a través de las altas columnas de arena (no se como decirle) y vio la aldea; era hermosa, bueno a su manera, era muy grande y con muchas calles angostas.

Fue avanzando y mirando todo con gran asombro; las calles, los niños, los ninjas que iban saltando de tejado en tejado, todo. Mientras iba avanzando se percato de que había un parque, se sentó en posición de yoga, cerró los ojos y aspiro el aire que había; pero como había mucha arena comenzó a toser.

- Siempre pasa eso cuando eres nuevo en la aldea – Escucho una voz, volteó rápidamente y se encontró con una chico maquillado de color morado toda su cara – mi nombre es Kankuro y ¿el tuyo?

- Ah! Mi nombre es Sumiko – Respondió la castaña apretando la mano que le ofreció el chico llamado kankuro.

- ¿De que aldea eres? – Preguntó el marionetista, que le había parecido muy linda la chica.

- De la aldea de la niebla – Respondió ella, sabiendo que la iba a atacar pero antes de que ocurriese eso prosiguió – pero no soy como los de mi aldea.

- ¿Entonces? – Preguntó el curioso, guardando el kunai que había sacado de su bolsa trasera.

- Me fui de mi aldea por eso – Explicó la chica tratando de hacerlo fácil para que la entendiese – porque es muy sanguinaria.

- Bueno… si eres forastera, eso significa que no tienes a donde ir ¿no? – Dijo Kankuro extendiéndole una mano para que se levantase, cosa que ella acepto - entonces porque no vas a mi casa.

- Disculpa – Responde la chica soltando inmediatamente la mano de Kankuro.

- No… no te asustes – Explicó el jounnin, tratando de clamarla – yo vivo con mi hermana y hermano, no te va a pasar nada, además que si te pasa algo soy hombre muerte.

- ¿Por qué? – Preguntó la chica que había recuperado su confianza hacía él.

- Pues, porque ella es una mujer y entre mujeres se defienden – Respondió fácilmente él que ya se estaba echando a caminar, pero la chica se había quedado inmóvil – ¿Qué? ¿Quieres quedarte aquí y morirte de frío?

- No – Respondió ella, y Kankuro la miro como diciendo "¿y entonces?" – bueno voy.

El jounnin le sonrió y se echo a caminar a con ella, la chica todavía veía muy cuidadosamente la aldea, no quería perderse y por eso se memorizó las calles por donde iban pasando. Kankuro paro enfrente de una casa con una fachada muy bonita, la puerta era de un color más oscuro que los demás, tenía solo una ventana en el primer piso y el segundo había un balcón con flores a sus costados, pensó la dueña de esa habitación sería la hermana del chico.

Kankuro abrió la puerta y le dio paso para que ella pudiera entrar, entro, y lo primero que vio fue una enorme sala, con una mesita de madera y muchos muebles blancos que la rodeaban.

- Ven – Dijo Kankuro que entro a una puerta que daba a la cocina – Ella es mi hermana Temari – la chica tenía 4 colitas y un delantal puesto, aquella chica le extendió la mano y ella la acepto.

- Mucho gusto – Dijo temari apretando la mano de la chica.

- El gusto es mió – Respondió cortésmente Sumiko, que le había caído muy bien Temari.

- Bueno ya estoy apuntó de servir la cena – Dijo la rubia, volviéndose denuevo a la olla – siéntense.

- Si – Respondieron los 2 al mismo tiempo.

- ¿Y dime Sumiko cuantos años tienes? – Comenzó con el cuestionamiento Temari, que iba sirviendo la comida en los platos.

- Tengo 16 años – Respondió Sumiko.

- Uhmm, tienes la misma edad que Gaara – Comentó Kankuro pensativo, Sumiko volteó a verlo.

- Es cierto – Dijo Temari parando de servir la comida y Sumiko denuevo volteó a verla.

- ¿Gaara es tu otro hermano? – Preguntó Sumiko con la cabeza que le dolía.

- Si es el otro, que te dije – Respondió Kankuro mirándola – estoy seguro que le vas a caer bien.

- En serio – Dijo Sumiko un poco animada y emocionada - ¿Por qué?

- Pues no lo se – Respondió Kankuro con una sonrisa – pero es un presentimiento.

Continuara…