FRASE #1. ¿Y a quién le pediste permiso, acaso te mandas sola, o qué?

La Sra. Le Chien se encontraba lavando los trastes mientras escuchaba y cantaba unas cuantas canciones del cantante puertorriqueño Chayanne. Mientras que ella se daba el lujo soñando que bailaba con el guapo cantante, Kim se estaba preparando para una salida de chicos que él y sus amigos habían estado planeando toda esa tarde de escuela.

El chico atleta ya se veía compitiendo junto con sus amigos quien era el mejor de todos por hacer tantas competencias que él había estado ideando desde camino a casa, y claro, también incluyendo a Max quien era el encargo de ayudarlo en cada reto que él Le Chien le había dado.

Ahora sí, Kim ya estaba listo para una tarde de parranda con sus amigos. Pero. Lo que el atleta no tenía presenciado en ese momento es que él tenía un obstáculo que sería imposible de ganar.

Y ese obstáculo era.

SU MADRE.

Kim salió de su habitación en puntillas mientras que la música que se escuchaba por la radio producía a todo lo que da las canciones de Chayanne, el atleta bajo las escaleras hasta bajar al primer piso de su casa, la puerta de salida estaba a pocos centímetros de él, sólo tenía que cruzar lo que era entre la sala-comedor y la cocina, que por supuesto aún se encontraba la Sra. Le Chien lavando los trastes. Kim sabía muy bien que ese sería un gran reto pero también una muerte súbita.

Kim contó hasta tres mientras caminaba silenciosamente hasta la puerta, el sudor no tardo en resbalar de su frente mientras que su mente producía aquella música típica de "Misión Imposible" dándole así un toque lleno de adrenalina. Ya estaba a punto de llegar. Sólo cinco pasos más y llegaría al fin a la salida victorioso. Apenas cuando su mano tocó la perilla, la voz de su madre alcanzo a escuchar.

– ¿A dónde vas?

Ese "¿A dónde vas?" le hizo erizar la piel al atleta. Pero aun así se decidió en contestarle como si tuviera su futuro bien asegurado.

– Voy a salir con mis amigos mamá.

¿Y con el permiso de quién? – preguntó nuevamente la Sra. Le Chien mientras se volteaba a ver a su hijo con las manos en la cintura.

– Mamá…

– "Mamá" nada. ¿Acaso te mandas solo o qué?

– No pero…

– Pero nada. Te vas derechito a tu recamara y te me pones a estudiar Kim Le Chien que tu calificaciones son tan pobres como los de tu tío Gustav. – comenzó a sermonearlo la madre.

– Pero ya tenía planes con mis amigos. – dijo Kim quien trato de convencerla con esa "brillante" idea pero de nada de sirvió.

– Kim no me hagas con quitarte el internet o peor aún que te castigue por todo el semestre escolar. – amenazó la madre a su hijo, quien por cierto este palideció del espanto.

– ¡No te atreverías!

– Sí me atrevo. Y te me vas hiendo a tu habitación pero ya. – siseó la guerrera mujer mientras le tronaba los dedos a su hijo.

Y así damas y caballeros el reto de Kim fue un total fracaso así como todos sus planes de salida con sus amigos se fueron al drenaje.

Y fue en ese momento en que Kim supo que nada ni nadie le ganaba a las madres.