El Universo y Multiverso Bioshock y sus personajes no me pertenecen, son propiedad de Ken Levine e Irrational Games, esta obra es sin ánimos de lucro y con el único fin de entretener.
– Grietas en el espejo –
Puedes ver el universo de muchas maneras, una de mis favoritas es la de un espejo puesto frente a otro espejo. Un número infinito de universos, todos iguales y a la vez distintos "Constantes y Variantes" en algunos universos todo puede ser exactamente igual al nuestro en otros puede ser completamente opuesto.
Nuestras decisiones crean un número infinito de Universos alternos, cada elección que tomamos abre un sinfín de posibilidades en el Multiverso. Una simple acción crea millones de universos alternos.
Pero en ocasiones el espejo del Multiverso sufre grietas, grietas que algunos aprovechan, que algunos usan y que pueden traer más mal que bien a estos mundos.
/New York | 1913/
Booker P.O.V.
Puedo sentir los rayos de sol en mis parpados, es molesto y me obligan a despertar, suelto un gruñido mientras froto mi rostro con mi mano izquierda. Debí haber cerrado la ventana y las persianas.
Cuando intento levantarme ciento un ligero peso sobre mi pecho, al bajar la mirada no puedo evitar sonreír un poco. Elizabeth se habrá colado en mi cuarto durante la noche mientras yo dormía. Su cabeza estaba sobre mi pecho y podía sentir su respiración delicada y serena.
Volví a recostar mi cabeza en las almohadas, el camisón rosa de Elizabeth le daba un aire algo inocente, cuando intente mover mi brazo derecho note que no respondía, al segundo intento conseguí el mismo resultado, cuando analice todo mejor note como Elizabeth mantenía atrapado mi brazo adormecido entre sus brazos en un abrazo que seguramente no se rompió en toda la noche.
Elizabeth se movió un poco y creo que abrazo aun más fuerte mi brazo, me era difícil saberlo debido a la perdida de sensibilidad. La tome de uno de sus hombros y la movió un poco intentando que despertara, ella solo gruño y con una mano tomo la frazada y se cubrió el rostro.
-Vamos Elizabeth, debo ir a trabajar, ¿No podrías levantarte?- intentaba razonar con ella, savia que era testaruda cuando se lo proponía.
Escuche su gruñido infantil debajo de la frazada, reí por lo bajo y retire su cobertura para verla observándome con sus bellos ojos azules.
-No vallas, quédate aquí en casa- su petición era tentadora, mentiría si dijera que no me lo pensé, pero mantener esta nueva casa no es barato.
-Lo siento- le respondí, ella solo frunció el ceño como si fuera una niñita enfadada.
Sonreí y la tome de la barbilla con mi mano libre para acercar su rostro y plantar un beso en sus labios. Pude sentir sus labios sonreír contra los míos, cuando nuestros labios se separaron ella me miro con una sonrisa para después liberar mi brazo y marcharse de mi habitación.
Elizabeth P.O.V.
Mi humor era el mejor que podía tener, últimamente solo ese es mi estado de ánimo. Poder tener a Booker tan cerca y saber que siente lo mismo que yo puede ser lo mejor que me ha pasado junto con haber dejado Columbia.
Tome una ducha larga, según mis libros una señorita siempre debe estar presentable e inmaculada. Lo que más disfruto es sentir como Booker olfatea mi cabello. Y mi piel. Tome una blusa blanca de cuello azul y una falda morada que me llagaba hasta los tobillos, me puse unas zapatillas cómodas y salí de mi habitación esperando ver a Booker en el sofá o preparándose algo.
No estaba en ninguna de las dos, me sentí algo decepcionada, mi blusa era a medida, así que resaltaba mi figura, el cree que no me doy cuenta pero noto sus miradas. Mi estómago gruñe y comienzo a sentir el característico vacío matutino.
Comienzo a cortar algunos vegetales, eh comenzado a mejorar mucho, ya no incendio cosas, Booker dice que es una mejora muy grande. Me hubiera gustado mejorar antes de casi quemar toda la cocina mientras intentaba preparar algo de pescado.
Cierro los ojos intentado recordar aquel incidente. Sonrió mientras las primeras imágenes llegan a mi cabeza.
/Flashback/
El pasillo olía a humo, los bomberos salían con los rostros algo confusos, yo intentaba mantener la mirada baja, estaba tan avergonzada, era solo pescado y termine provocando un incendio. Vi como uno de los bomberos se acercó a Booker que esperaba en la puerta con brazos cruzados, se veía enfadado.
-Bien señor Dewitt, no fue un incendio muy grave, solo se tostó un poco del techo y del piso cerca de la estufa, pero nada grave, la estufa aun funciona si lo pregunta. Y si me lo permite ¿Cómo inicio el incidente?-
-Bueno este…- Booker me miro por unos segundos, no pude verle a los ojos y desvié mi mirada como si fuera una niña en problemas con papá, irónico si lo pienso.
-Ya comprendo, no se preocupe Sr. Dewitt, no me creería si le dijera cuantos hombres están en su situación- el bombero rio un poco antes de darle una palmada en el hombro a Booker y marcharse.
Booker suspiro y entro a la casa, le seguí detrás manteniendo distancia. Dentro el solo se sentó en su sofá y froto su rostro algo sucio por el hollín del fuego. Me quede observándole, podía sentir mis mejillas en rojo. El me miro y esbozos una sonrisa que me hiso sentir mucho mejor.
-Bueno, supongo que podemos salir a cenar hoy- rio un poco y yo lambien, luego me senté en su regazo y rodee su cuello con mis brazos.
El planto un beso en mis labios, estaba feliz de que él no se hubiera enfadado conmigo, aún no he vuelto a intentar cocinar pescado.
/Fin del Flashback/
Yo mantenía mi sonrisa con ese recuerdo en mi mente, no quería abrir los ojos para que esa imagen no desapareciera, pero unas manos tomándome de la cintura me hicieron saltar de la impresión.
-¿Esta vez no quemaras la cocina?- sus palabras eran tan sarcásticas y burlonas, reía en un tono bajo, pero estaba tan cerca que lo escuchaba muy bien.
-No queme la cocina… solo una parte- Booker me acerco a él y beso mi cuello, sentí una descarga recorrer todo mi cuerpo.
-Intentare regresar temprano hoy, puede que podamos salir a cenar esta noche- Booker guio mi rostro tomándome de la barbilla y besando mis labios.
-Eso sería fantástico- exclame con unas sonrisa mientras sus manos soltaban mi cintura para después marcharse.
Suspire y continúe con los vegetales, una simple ensalada será suficiente, y aun mejor, no necesito encender fuego para prepararla. Cuando termine de preparar un pequeño bol de ensalada tome un tenedor y me dirigí a la sala. Mis manos no pudieron continuar sosteniendo el bol cuando veo quien se encuentra en la sala.
/Manhattan/
Booker P.O.V.
Hace ya un tiempo desde lo de Columbia que el negocio mejoro, cuando alguien desconfía de otra persona recurren a gente como yo. Mi oficina es considerablemente mejor que mi antigua Oficina/Departamento.
Mi nombre en la puerta siempre me recibe, al entrar me quede atónito con lo que vi. Todo el lugar estaba de cabeza, sillas rotas, el escritorio completamente destrozado. Archiveros en el suelo y documentos por todo el piso.
De mi funda tomo mi pistola, encontrar un sitio así nunca es buena señal. Al entrar analizo todo, no parece faltar nada. Pero se quien está al tanto de todo lo que sucede en esta parte de la ciudad.
El camino al bar calle abajo es corto, dentro hay muchos trabajadores del puerto, pero me interesa la mesa donde se encuentra un hombre de camisa blanca con pantalones negros con tirantes de elástico, tiene su saco en una silla y revisa una libreta de cobertura roja.
Jimmy "Bate de Beisbol" Altonelo, le dicen así por que tiene la costumbre de abrirle la cabeza a la gente con un bate que tiene debajo del mostrador del local. Jimmy es un matón de alto rango de la mafia local y si alguien sabe que paso con mi oficina es el.
-Jimmy- exclame llamando su atención.
-Booker DeWitt, ¿Cómo estás?- matón o no, Jimmy siempre ha sido muy amigable, no dudo en dejar su libreta y saludarme con un fuerte apretón de manos.
-Necesito hablar contigo- su sonrisa no desaparece mientras me invita a sentarme en su mesa y hace una señal al barman para que traiga dos cervezas.
-Si es sobre trabajo, lo siento pero no tengo nada- supone mientras toma de su botella, yo solo bebo un sorbo.
-No es eso, alguien irrumpió en mi oficina calle arriba y la dejo completamente registrada ¿Sabes algo?- no quiero perder mucho tiempo así que pregunto sin rodeos.
-Ahora que lo dices… uno de mis chicos me dijo que un mujer joven de ojos extraños anduvo preguntando por ti en las calles, pensé que sería alguna ex novia tuya, así que no le di importancia- Jimmy mantiene su mirada fija mientras yo analizo lo que dijo. No le culpo por haber supuesto que esa mujer seria alguna amante de antes.
-Por cierto- exclama exigiendo mi concentración -¿Cómo van las cosas con esa chica que te conseguiste? *Risa* mis amigos en los bomberos me hablaron de tu incidente- normalmente no hablo sobre Elizabeth con nadie, pero Jimmy es lo más parecido a un amigo que tengo, nos criamos prácticamente juntos, fue el quien me ayudo a conseguir el departamento nuevo y la oficina, además tener mi oficina en su territorio me daba algo de seguridad, en teoría.
-Bien, eso fue solo un pequeño accidente, nada de qué preocuparse- respondo algo avergonzado mientras recuerdo ese día.
-*Risa* El viejo Booker DeWitt, que desaparece y regresa con una chica joven de quien sabe donde, un día de estos debes enseñarme tus trucos *Risa*- no puedo evitar reír por su comentario.
-Bien, gracias Jimmy, si sabes algo sobre esa mujer…-
-Te llamo, lo sé, lo sé, pondré a mis chicos a investigar, para ver que encuentran- me despido con un abrazo antes de marcharme, tengo mucho que ordenar en la oficina.
/Varias horas después| Edificio de Departamentos/
Rearmar la oficina no fue fácil, todos mis archivos estaban en el suelo, tuve que organizarlos de nuevo, la maldita máquina de escribir se separó en dos partes y recomponerla fue de lo peor, mis pasos en el pasillo eran pesados, podía escuchar mis suelas golpear la madera del suelo.
Me detuve cuando sentí el olor inconfundible del Te de yerbas que le gusta a Elizabeth, de seguro había preparado algo, ya sea por impaciencia o por querer ser detallista. De una u otra forma seria bueno verla sonreír el resto del día.
Gire el picaporte despacio, casi saboreando el momento de regresar a casa, de estar con Elizabeth y nadie mas, el olor del té se hiso más fuerte igual que el aroma a galletas recién orneadas, de Vainilla y Chocolate.
-Elizabeth, ya estoy en…- me quede paralizado con lo que veía, no podía y no quería creerlo -¡¿Qué haces en mi casa?!- exigía a Robert Lutece que mordía una galleta de vainilla espolvoreada en azúcar mientras se encontraba sentado en la sala con Elizabeth.
-Valla, pero si es tan violento como siempre- esa voz sínica y sarcástica, tan seria, tan poco emotiva, casi me dio miedo girarme, pero no tenia de otra, debía verlo por mí mismo.
-¿Qué demonios sucede aquí?- necesitaba respuestas, Rosalind Lutece solo me miro con cinismo mientras sacaba del horno una bandeja de galletas de chocolate.
-Bueno, estamos tomando el té y comiendo algo- El comentario sarcástico de Robert no ayudaba mucho a mi estado de ánimo.
-Si lo que quiere es una respuesta más específica pues estamos aquí para hablar con ambos- agradecí que Rosalind fue más de ayuda.
-Gracias, ¿y que es lo que sucede? Pensé que todo lo de Columbia había pasado ya- mire como la pelirroja tomo la bandeja y la vacío en un plato para sentarse junto a Robert y comenzar a comer.
-Sí, si paso, pero también paso en otros lugares, algunos más diferentes que otros- Robert dejo su plato en la mesa de centro y me miro con seriedad.
-¿Qué quieres decir con eso?- cuestione sus palabras, no sé porque deben ser tan crípticos.
-Puede ver la realidad como un espejo Sr. DeWitt, un espejo en el cual del otro lado hay cosas maravillosas…- comenzó Rosalind
-Y peligrosas- agrego Robert
-Sí, también cosas peligrosas, pero nada de eso puede pasar porque existe el espejo, una cobertura contra esas cosas, los desgarros de Elizabeth son como pequeñas grietas, diminutas; pero eventualmente esas diminutas grietas crecen- Rosaline se detuvo esperando que yo lograra comprender algo de su metáfora de física cuántica o como se llame. Creo que después de los largos 40 segundos que pasaron supo que no respondería.
-Con un… ella quiere decir que algo ya paso por esas grietas Sr. DeWitt, algo peligroso y usted y todo este mundo está en peligro- Robert fue más directo, eso fue de ayuda para que yo comprendiera.
-Entonces ¿Qué se supone que sucederá?- pregunte, apenas si comenzaba a comprender todo esto.
-Ya está sucediendo Sr. DeWitt- las palabras de Rosalind fueron más frías de lo usual, un relámpago lanzo un destello, la luz me encegueció unos segundos, pero al recuperar la vista ninguno de los gemelos se encontraba.
-Esto no puede ser bueno- siento miedo, pero no quiero demostrarlo, y menos frente a Elizabeth que me mira buscando seguridad y una respuesta.
-¿Qué haremos ahora Booker?- está nerviosa, su vos esta algo crispada, me siento junto con ella y la rodeo com mis brazos, no le mentiré.
-No lo sé-
Espero que hayan disfrutado de este capítulo, lamento si me tarde mucho, este fic continuara desde donde deje el de "Amor entre Padre e Hija" espero disfruten este nuevo fic, nos vemos y recuerden comentar.
