Hola! :D Heme aquí con algo que ni yo me esperaba xD Verán, la serie está bastante tensa en estos momentos (y sé que se pondrá peor 77U) lo cual es genial! *.* pero… de todas formas a veces es lindo distraerse con momentos divertidos e incluso algo románticos entre estos dos Hunters!
No tengo una idea clara de adonde va o de que va a pasar aquí así que no les puedo decir nada xD NO SÉ NADA (Y) xD
Pero espero que al menos esto los divierta un rato, tal y como a mí me divirtió escribirlo.
¡Ah! y Hunter X Hunter no me pertenece, claramente no me pertenece u.u...
Aquí está! (no sean rudos conmigo u.u)! xDD
¿Qué podría pasar?
¿Y…ahora cuidamos casas?
El cielo no podía estar más oscuro, la noche y las nubes negras eran una mala combinación para dos cazadores que corrían a toda velocidad bajo la lluvia…
…Pero… ¡¿creen que eso les importaba?! (xD)
- ¡Killua, tendrás que pagarme la cena!- reía victorioso el menor sin parar de correr.
- ¡En tus sueños!, ¡Y más vale que traigas todo tu dinero porque tengo mucha hambre! – decía igual de emocionado y corriendo a la par.
La meta era llegar al próximo lugar donde quedarse, llámese: casa, hostal, refugio, ¡algo!…en donde pudieran acampar esta noche sin mojarse; el ganador recibiría la cena que quisiera pagada por quien perdiera.
Entre el bosque húmedo y la oscuridad apenas podían notar donde pisaban, ¡¿pero y qué? lo importante era pisar primero que el otro!
- ¡Voy a hacer que me compres pizzas, hamburguesas, pasteles, chocolates, papas fritas, helado y todo lo que se me ocurra de aquí hasta que lleguemos!- amenazaba con cara gatuna el oji-azul.
- ¿Ah sí?... ¿sabes que pediré para la cena?, ¡una ración de por vida de pimientos rojos!
- ¡¿Nani?!- su cara de pánico no se hizo esperar. ¡Ahora era personal, debía ganar por el bien de su paladar!
Aumentaron el ritmo y empezaron a escuchar como los truenos se apoderaban del cielo. Ambos, al mismo tiempo se dieron cuenta de cómo el camino estaba por terminar debido a un acantilado, y de este sobresalía el techo de una enorme casa entre las copas de los árboles.
Se miraron con desafío y sin parar en ningún momento, dieron un salto y comenzaron a correr precipicio abajo sin pensarlo dos veces. Killua comenzaba a adelantarse unos pasos a Gon, y este, por ir mirando al albino en vez del piso, no notó como una impertinente piedra se cruzaba por su camino y le hacía resbalar y perder el equilibrio.
- ¿Qué pasa, Gon?, ¿tus piernas ya cedie…¡Ah!- Ahora eran una bella bola morena y albina rodando colina abajo, y a bastante velocidad. Killua lo tomó por los brazos… ¿para frenarlo?...bueno, no exactamente; digamos que de pronto quería gruñirle un poco…
- ¡Baka, mira lo que hiciste!
- ¡No fue mi culpa!
- ¡¿A no, y de quién entonces?!
- ¡Es tuya por adelantarte y distraerme con eso!
- ¡Era una carrera, baka!
- ¡Pero si no gano, me dejarás en bancarrota solo para molestarme!
- ¡Y tú me harás comer esos dardos de fuego! ¡Preferiría comer clavos!
- ¡Bien, pues los agregaré junto a los pimientos!
Mientras iban rodando y peleando sin parar, ni cuenta se dieron de su alrededor hasta que el golpe contra algo duro los detuvo y los separó.
- I…ttai…- Gon se agarraba la cabeza adolorido, él había recibido todo el golpe.
- ¡A ver si así se te quita lo tonto!- Gon le sacó la lengua en respuesta y luego le sonrió victoriosamente, señalándose la cabeza.
- ¿Qué?- Killua parecía no entender.
- ¡Yo fui el primero que tocó la puerta!, ¡yo gané!- alzó los brazos con alegría.
- ¡¿Cómo?! ¡Pero…si yo iba primero!- lloriqueaba aunque a Gon parecía no importarle, Era verdad, fue con su cabeza, pero la tocó primero…- ¡Kuso!
El albino seguía maldiciendo su suerte mientras Gon festejaba su dolorosa victoria, cuando las puertas con las que habían chocado se abrieron con un fuerte chirrido tétrico. Ambos se callaron a la espera de ver quien salía de esa oscuridad…
Esperaron, esperaron y esperaron más…y nada. Ambos seguían inmóviles en el piso, alerta, aunque no podían sentir nada malo.
Gon suspiró con alivio y miró a Killua para tranquilizarlo también.
- Daijobou, debió ser solo el aire… ¿Oh?, mira, aquí hay una carta.
Killua ignoró lo último, cerró los ojos y dejó escapar un suspiro, relajando su postura.
- Sí, supongo que tienes… ¿Gon?- y su amigo ya no estaba frente a él.- ¡¿Gon?!
- ¡Killua!- escuchó desde adentro a lo lejos.
- ¡No, Gon!
Sin esperar más, entró a la casa y siguió el aroma de Gon por la oscuridad mientras afilaba su mano para convertirla en arma.
"Maldición, me descuidé por un momento y ahora Gon…" comenzaba a perder el control. "Si algo malo le llega a pasar juro que… ¡¿eh?!"
Prendió la luz de la habitación a la había llegado, era una cocina, y sus ojos no podían creer lo que estaban viendo; no sabía si ponerse a gritarle al culpable, o echarse a reír por la escena…
Gon estaba tratando de huir de lo que parecía ser… ¿una abuelita? ¡Era una abuelita!, que al parecer le vio cara de peluche, por como lo abrazaba y le hacía cariño mientras le susurraba cosas dulces como: "te extrañé tanto, me tenías preocupada, espero que tengas hambre, te prepararé tu plato favorito, Yuka…
- ¿Yuka?- repitió el albino sin entender.
- ¡Killua, ayúdame!
La anciana pareció despertar de su "mundo" y quedó mirando al albino.
- Oh…ya entiendo, mi nieta Yuka, ha traído a su novio.- dijo encantada.
- ¡¿Novio?!- exclamó un sonrojado albino.
- ¿Te llamas Killua, no? Pero vamos, no seas tímido, pasa, pasa…- tomó una de las mejillas de Gon para apretarla suavemente. - ¡No me habías contado que ya tenías novio y es bastante guapo, tienes buen gusto, querida!
- ¡No…no es…!
- No trates de negarlo, tienes el gen; eres toda una pícara como yo en mis años mozos…- puso cara de estar recordando una romántica película épica.
- P-pero señora…es que no lo entiende…- Gon seguía tratando.
- ¿Qué es lo que no entiendo, querida? ¡Oh! ¡Claro, pero cómo no me di cuenta antes!- exclamó asustada.- ¡Cometí un grave error!
- Así es…verá, yo no…
- ¡Aun no te le has declarado!
- ¡¿Ah?!- esta vez el sonrojo fue de ambos.
- ¡N-no!
- ¡Claro, eso era…estaban esperando el momento apropiado para comenzar un noviazgo y yo vengo a presionarlos con todas estas preguntas!, ¡Ah discúlpame, linda! ¡Pero es que tienes que ser más rápida, un jovencito tan guapo como este no se ve todos los días! ¡No dejes que se te escape!- le susurraba a Gon lo bastante fuerte como para que Killua lo oyera perfectamente.
Las mejillas de ambos ardían, era una situación incómoda y…extraña…
"Bueno… ¿hemos visto cosas peores, no?" pensaba el albino "…es decir…tenemos un amigo que cambia el color de sus ojos al perder el control, nos entrenó una niña que en realidad es una vieja bruja de 57 años, peleamos monstruos que en realidad eran cartas, incluso vimos desnudo a ese payaso demente… ¡Demonios, me juré a mi mismo que olvidaría eso!"
- Señora, escuche, no es lo que usted cree.
- Quieres decir… ¿Qué él no será el padre de mis nietos?- dijo triste, a Gon se le subieron todos los colores y se soltó de su agarre.
- ¡No, nada de eso!, ¡se confundió, yo no soy su nieta! ¡Ni siquiera soy una niña!
- ¿Eh?... ¿pero de qué hablas, cariño?, dame un segundo, me pondré mis lentes. – rebuscó entre sus bolsillos y se puso sus gafas que aumentaron considerablemente el tamaño de sus ojos. - ¡Oh, no puede ser!- miró a Killua.
- ¿Lo ve?... a esto me refería.
- ¡Tu novio es un anciano!
- ¡¿Qué?!
- ¡Oiga!, ¡mírese primero, abuela!- bramó el albino.
- ¿Eh? Pero…tiene voz de niño, ¿Cómo es que tienes canas a tan corta edad? Debes vivir muy tensionado…
- Ni siquiera se hace una idea…-susurró el oji-azul masajeándose las sienes.
- No, no… míreme.- le pidió Gon, la anciana notó que no era precisamente su nieta quien estaba en su regazo. - ¿lo ve?, fue solo un error. No soy su nieta…o una niña…
- ¡Oh!, discúlpenme, por favor, jovencitos. Es que sin mis lentes no veo mucho.
- Más bien nada…- susurró el albino.
- ¡Killua!- regañó el moreno por lo bajo. – lamentamos no ser quien esperaba.
- Está bien, no era mi intención asustarlos, niños. Es solo que te pareces mucho a mi nieta Yuko, y debe tener más o menos tu edad.- se paró y buscó una foto que estaba en el estante y la mostró.
- ¡Oe, sí se parece a ti, Gon!- Ambos estaban sorprendidos, era ver casi la misma cara de Gon, pero con el cabello negro alborotado y más largo, y un vestido verde.
- ¿Ven? Si se parecen…-decía una risueña anciana.
- Pues, no tanto ahora que lo noto.- interrumpió el oji-azul.- El cabello de Gon es negro con reflejos verdes, el de ella es azabache; Gon no es tan moreno y tiene los ojos más oscuros; además, ella tiene la nariz más grande y la cara más redonda…
El menor había quedado sorprendido de la detallada explicación de su amigo, ¿tanto lo conocía ya? Un tenue sonrojo adornó sus mejillas al mirar como Killua seguía observando la foto, seguramente para encontrar más diferencias.
"…Bueno, pero…ya la vio mucho, no necesita decir más cosas…" pensó un poco "molesto" y le quitó la foto para devolvérsela a la anciana. Killua ignoró ese comportamiento raro de su amigo.
- Me llamo Sonoko Akagi.
- Soy Gon.
- Y yo Killua.
- Es un placer, niños. Verán, hace varios meses que no veo a mi nieta y en verdad la extraño mucho, ella vendría a visitarme durante estos días pero aun no llega, estoy segura de que algo debió pasarle, ella nunca se retrasa…- contó preocupada.
- ¿No le ha mandado alguna carta o mensaje?- preguntó el albino.
"¿Carta?"
- No, no he recibido nada.
- ¡Espere, yo vi una carta en la entrada!
- ¿En serio?- Gon asintió y pidió que lo esperaran mientras iba por esta.
La anciana la abrió y la leyó, primero con alivio y luego su rostro fue cambiando con semblante preocupado.
- ¿Está bien, señora?
- …Se enfermó, por eso no ha podido venir a visitarme…- Gon se entristeció con la noticia, en cierta forma ella le recordaba a su propia abuela.
- ¿Y por qué no la visita usted?- preguntó el albino.
- Lo haría, pero es que no puedo dejar sola esta casa. La última vez que lo hice, cuando volví me encontré a tres ladrones adentro. – decía molesta al recordarlo.
El instinto de superhéroe de Gon salió a la luz y antes de que lo pensara más tiempo…
- ¡Nosotros cuidaremos su casa mientras que visita a su nieta, señora!
- ¡¿Eh?!- hasta a Killua le había tomado por sorpresa.
- ¡Podemos hacerlo sin problemas, solo debe confiar en nosotros!
"¿Cómo crees que va a confiar en dos niños extraños?!" gritaba el albino en su mente.
- ¡Por supuesto que confiaré en ustedes!- el albino cayó al piso como golpeado por una roca.- Ustedes son unos buenos niños, lo veo en sus ojos.
- ¿Ahora si ve?
- ¡Killua!
- Pero…¿de veras harían eso por mí?- preguntó con ilusión la anciana.
- ¡Claro!, aunque no podremos quedarnos por tanto tiempo…
- Oh, no se preocupen, solo serán unos días. Además con esta tormenta tampoco les vendría bien estar afuera. En esta zona suelen ser bastante fuertes y largas.
- …Demo, ¿usted no tendrá problemas con salir con este clima?- intentó el mayor.
- ¿Yo?- rio como si le hubiese contado un chiste. – Yo nací en esta misma casa, tesoro; conozco este lugar mejor que nadie. No hay tormenta capaz de vencerme. El albino suspiró resignado.
- Aun así, sea cuidadosa, por favor.- pidió Gon como si le hablara a su propia abuela. Ella le acarició la cabeza con ternura.
- Descuida, hijo. Vengan, les enseñaré sus habitaciones.
Era una casa bastante grande, oscura y lúgubre. Parecía tener al menos unos cientos de años en ella, subieron por las escaleras y llegaron a un pasillo que daba a diferentes puertas.
- Las dos del fondo están disponibles, están una frente a la otra. Pueden acomodarse, niños. Yo iré a hacer un bolso.
- ¿Eh?
- ¡¿Se irá esta misma noche?! ¿Pero y la tormenta?- Gon se alarmó.
- Ya les dije que no deben preocuparse por mí; además, son un par de días caminando hacia allá, así que no hay tiempo que perder.
La anciana se retiró sin dejarlos muy convencidos, ambos fueron a ver sus habitaciones, ambas eran muy similares: grandes, paredes color vainilla y cortinas rojas, camas amplias con unos estantes en la orilla.
A Gon no le gustó mucho la idea de tener esa pieza tan…grande solo para él, ya estaba acostumbrado a dormir con Killua.
- ¡Oye, Gon!- llamó el albino al entrar a "su nueva pieza", haciendo que dejara de lado sus pensamientos.- ¿Estás seguro de esto?, nos retrasaremos al menos una semana aquí.
- Lo sé, pero es que…no puedo evitar pensar que si mi abuela estuviese en una situación así, me gustaría que alguien la ayudara también…-
Gon siempre sería Gon.
Killua lo miró con cariño y se acercó a revolverle juguetonamente el cabello.
- Baka…siempre nos metes en líos.
- No te preocupes, Killua. Serán unos días de descanso, ¿qué es lo peor que podría pasar?
- Hmm…supongo que tienes razón. Bueno, descansar unos días no nos vendrá mal.- se cruzó ambos brazos en la nuca con despreocupación, mientras Gon asentía contento de convencer a su amigo.
La anciana los llamó desde abajo, ya estaba casi en la puerta con un bolso.
- Es rápida para ser tan vieja…
- ¡Killua!
- Vamos, sabes que es cierto. – "Ahora que lo pienso…si es bastante rápida, me quitó a Gon de en frente en un segundo sin dejar que sintiera su presencia…aunque, pensó que era su nieta, supongo que el amor de abuelita explica eso…"
- ¿Solo eso llevará?- preguntó Gon inocentemente al ver solo un bolsito pequeño.
- Debo viajar ligero, y en la otra mano llevaré el paraguas. Despreocúpense, volveré pronto. Cuídense mucho por favor, encima de la mesa dejé un número telefónico por si me necesitan; hay variaos alimentos en la cocina para que preparen, pueden tomar lo que quieran, considérenlo un pago por el favor que me hace; si se acaban las cosas hay una tienda a unos minutos de aquí.
- ¡Entendido!- habló Gon.- ¡cuídese mucho, Sonoko-san!
- Y por nada del mundo se quite los lentes…
Ella rió con dulzura ante los niños.
- No saben lo feliz que me hacen con este favor, prometo se los recompensaré…o tal vez, esta casa se encargue de eso…Bueno, hasta pronto. – y comenzó a caminar colina arriba por un sendero que había a un lado.
Gon y Killua quedaron mirando con gotitas en la cabeza…
- ¿H-había un…camino?
- No puede ser… oye, ¿qué crees quiso decir con eso de la casa?- preguntó Killua.
- No lo sé…pero vamos, Killua, son solo unos días. ¿Qué podría pasar?
- Hmm…tal vez esté embrujada…- le susurraba al oído con voz tenebrosa, haciendo que al moreno le subiera un escalofrío.
- V-vamos, deja de bromear, Killua.- le decía entre asustado y molesto mientras el mayor se ponía a reír.
- ¿Así que quieres jugar, eh?- le dijo traviesamente.- Porque…aquí hay cosas peor que los fantasmas…
- ¿Ah sí?, ja, a mí nada me asusta.- dijo autosuficiente.
- ¿En serio?... ¡mira que lo tengo aquí!- y de su mano tras su espalda sacó un.
- ¡¿Pimiento rojo?!
- ¡Hai, encontré muchos en la concina! – Su rostro se volvió tétrico…- Te están esperando, Killua- él era el del tono terrorífico ahora, mientras Killua pasaba del blanco a la transparencia…
- ¡Aleja esa cosa de mí o la convertiré en una pasa!- dijo preparando la electricidad en sus dedos, mientras veía como Gon sonreía aceptando el desafío.
Esta iba a ser una larga estadía…
...
Bien, esto se llama attakazo artístico jajaj OK NO xD en verdad, esto salió de la nada, como dije antes, para disfrutar un rato de esa parejita sin presiones.
No quiero que sea un fic rápido así que no esperen muchas escenas románticas de inmediato (aunque me encanten T.T) pero quiero que se rían y disfruten al igual que estos dos loquillos cazadores :3 aunque no sé tampoco si será largo o no…
Muchas gracias por leer hasta aquí c: y me encantaría que dejaran reviews con comentarios o ideas o algo que les gustaría ver en esta historia. Les juro que no tengo nada estructurado en mi mente así que estaré feliz acomodar lo que quieran ver aquí :D
Espero que disfruten lo que siga…sea lo que sea… xD! Un abrazo para todos! c:
