1.- Conociéndola, ¿Odiándola?


Estaba echado bostezando, acababa de comerme un jugoso Buneary y había quedado satisfecho asique era hora de una buena siesta. Estaba acomodándome cuando sentí un olor extraño entrando a mi territorio, enseguida me puse en guardia y avancé hacia el olor para ahuyentar a quien quiera que fuera el que se había atrevido a entrar, en cuanto me acerqué divise un bulto blanco caminando tranquilo hacia mí, una Absol se acercaba calmadamente, paseándose como si nada pasara. Enseguida me puse en posición de batalla, listo para saltar si lo hiciera falta y comencé a gruñir en advertencia, en cuanto lo hice ella pareció notarme y se detuvo en seco, hizo una ligera reverencia con la cabeza y dio media vuelta para irse, levanté la cabeza extrañado, mi olor estaba marcado por esta zona por lo que si algún otro pokemon entraba era para pelear por el… ¿no? Pero ella apenas me vio pareció desistir, por un momento pensé en la diferencia de nivel pero en seguida eliminé esa opción pues ella no se veía realmente débil. Pronto los pensamientos salieron de mi cabeza y volví a mi cómoda cama de mullida hierba alta para retomar mi siesta.

Tras unos días del incidente ya me había olvidado de la intrusa, hasta que volvi a sentir su aroma acercándose, pero se propagaba con mayor velocidad, quizás esta vez si venía a pelear, me animé pensando que podría tener una buena batalla hasta que sentí otro olor, olores de hecho, malolientes humanos se estaban adentrando, 3… 4, venían en grupo, pero ¿por qué? si no solían acercarse a esta zona. Obvie esto y me apresuré a enfrentarlos, no iba a permitir que mi terreno se viera infestado por esa asquerosa esencia.

Cuando me acerqué lo suficiente me oculté entre unos arbustos para emboscarlos, me agazapé y esperé a que llegaran al lugar para ver solo segundos después a la Absol, esta vez trotando, casi corriendo apenas, con una pata herida y algo de sangre manchando su blanco pelaje. Al ver esto me enfadé y me puse en guardia, ¿acaso esos descerebrados que se acercaban la habían herido? Pero ¿Cómo? No sentía ningún otro olor de pokemones extraños… No tuve demasiado tiempo para pensar en esto pues escuche un sonido sordo y, mirando en esa dirección un segundo noté que ella había caído, tras esto vi aparecer finalmente a los hombres, venían con palos en las manos y rostros enfadados, gritando y vociferando como locos el nombre de está Absol entre insultos. En cuanto se acercaron lo suficiente salté hacia ellos con un fuerte Rugido que los hizo retroceder asustados por la sorpresiva aparición, enseguida se recompusieron y fruncieron el ceño gritándome que me alejara y muchas cosas que casi no se entendían, yo no paraba de gruñirles en amenaza sin embargo me mantenía quieto para ahorrarme un gasto de energía innecesario, aunque ganas no me faltaban de sacarles un pedazo de piel.

En cuanto uno de ellos, quien parecía ser el jefe, notó que yo no me movía lo asumió como miedo y se rio diciéndoselo a los demás, graso error de su parte. Apenas dio un paso al frente yo también di uno rugiendo con más fuerza que antes, dándole mi última advertencia. Uno de ellos, el que se mantenía más atrás, tomo el brazo de otro y le susurro "no parece asustado, deberíamos irnos", ese parecía ser el más sensato o, al menos, el más cobarde de los 4, sin embargo el que estaba más al frente le dijo que se callara y avanzo otro paso. Grave, muy grave error. Me lancé hacia él y le di un Mordisco a su pierna, Gritó con todo lo que tuvo y cayó al piso lamentándose y gritando maldiciones mientras los otros retrocedían, por unos segundos se quedaron pasmados escuchando los lamentos de dolor del sujeto hasta que éste les ordenó que lo ayudaran, en cuanto lo hizo todos se miraron entre ellos, el que yo suponía era el más sensato dio un paso atrás y a quien le había hablado antes también, el ultimo por su parte decidió avanzar un paso dudoso y levantar lentamente el palo que traía para golpearme con él, estúpido. Solté al gordo llorón y escupí un trozo de su piel de mi hocico, esto asustó más al sujeto parado frente a mí pero no lo hizo retroceder por lo que lo miré desafiante y le gruñí agazapándome preparado para atacar. Él al ver esta pose se asustó y tiró el palo al piso retrocediendo. El que estaba tirado en el piso se alejó gateando como pudo y lo ayudaron a levantarse para luego mirarme molesto con el apoyo de los demás, le rugí una vez más y eso ya fue por fin suficiente para que salieran todos corriendo.

-Maldita sea, ahora me apesta el hocico…-susurre para mí mismo en queja-tendré que lavarme en el lago…-comenté mientras daba media vuelta para volver, en eso me encontré con la roja mirada fija de la Absol, claro, la olvide por completo.

Estaba mirándome casi ensimismada sin siquiera pestañear, la mire un segundo y luego examine sus heridas un poco mejor, definitivamente habían sido provocadas por los palos de los sujetos que se acababan de ir. Avancé altivo y dominante hacia ella que seguía tirada en el piso.

-Gracias…-susurró con voz suave y melodiosa, Enarqué una ceja.

-No lo hice por ti-le expliqué rápidamente en tono hostil-estaban metiéndose a mi terreno y dejando todo maloliente-terminé mientras hacía una ligera mueca con la nariz en disgusto.

-Aun así, gracias-repitió haciendo una pequeña reverencia.

-Eres realmente estúpida ¿cierto? ¿O es que no sabes defenderte de un par de humanos?-pregunté irónico y cortante, ella solo me miro en silencio-te quiero fuera de mis terrenos blanquita-le dije finalmente dando media vuelta para irme.

-Luna-dijo ella mientras volteaba, no entendí de que hablaba y la mire extraño con el ceño fruncido-no me llamo Blanquita… Me llamo Luna-susurró en explicación.

-No me interesa…-respondí honestamente y luego mire de reojo sus heridas-apenas puedas vete-finalicé por fin para comenzar a alejarme del lugar.

En eso me di cuenta de otro aroma, aunque este no era extraño, a lo lejos vi un Houndoom acercándose rápidamente hasta alcanzarme agitado.

-¿Qué paso?-me preguntó preocupado-escuche tus Rugidos

-Nada importante-le resté relevancia al asunto-unos humanos se metieron al terreno y los ahuyente… aunque eran persistentes, por eso tanto ruido.

-oh ya me parecía extraño que hubieras vociferado tanto-comentó con una sonrisa pero luego lo pensó un momento- pero los humanos no suelen meterse a esta zona del bosque ¿a que venían?

-estaban persiguiendo un pokemon herido-dije sin complicación aunque, como supuse, ante mi respuesta él se sorprendió y asustó.

-¡¿un pokemon?!-se exalto rápidamente-¿Dónde está? ¡Hay que ayudarlo!-clásico de Souta, aunque en realidad entendía su preocupación.

Le señalé con la cabeza la dirección de donde venía y comenzó a correr rápidamente, era algo que él no podía evitar, desde que mataron a su padre frente a sus ojos no es capaz de escuchar que hay un pokemon herido sin ir a ayudarlo. Suspiré y bostecé recordando que debía ir a lavarme el hocico al lago por lo que comencé mi camino con un suave aullido para avisarle a Souta de mi partida. Pronto escuché un ligero aullido en respuesta y continué el trayecto.

Finalmente llegué al lago y me zambullí un rato, tomé algo de agua y me relajé unos minutos para luego salir, sacudirme para quitar el exceso de agua y en seguida tirarme al pasto a tomar un poco de sol mientras me secaba. Tras una media hora ya estaba completamente seco y tenía hambre por lo que fui a cazar, me adentré en el bosque buscando algún olor hasta que por fin encontré uno al tiempo que escuchaba un sonido, me oculte rápidamente y divisé, para mi gran suerte, un Stantler solitario, miraba para todos lados, se notaba que era joven e inexperto, probablemente se había separado de su manada que iba tan solo de paso por ese lugar, nada mejor para mí, me agazapé preparándome para atacar y me acerqué lo más que pude para esperar a que el Stantler se distrajera.

Cuando vi mi oportunidad salté ágilmente sobre él y en seguida mordí su cuello desde arriba mientras se movía agitado y comenzaba a correr, apenas se levantó para quitarme utilice las garras para que no se zafara hiriendo todo su lomo hasta que caí, en cuanto toque el suelo comencé mi persecución hacia el indefenso y sangrante pokemon que para mi suerte cada vez se acercaba más a mis terrenos, lo que me facilitaría el llevármelo. Rápidamente lo alcancé pues a pesar de su agilidad yo conocía el bosque perfectamente y en cuanto vi mi oportunidad volví a lanzarme hacia él, esta vez por abajo mordiendo su cuello con fuerza de manera que aunque intento seguir corriendo cayo rápidamente. Mordí con más fuerza para que muriera pronto y en unos segundos estaba hecho, mi presa cazada y comida para unos 3 días pues a pesar de ser joven ya tenía un tamaño bastante grande.

Comencé a arrastrar al pokemon hacia mi zona de descanso y cuando por fin llegue me di cuenta de que algo andaba mal, había estado tan cerca del Stantler que eso ocupaba la mayoría de mi olfato y cabeza por lo que no note que había olores ajenos en la zona, conocidos pero que no deberían estar en donde estaban. Continué arrastrando mi presa hasta que llegué al pequeño claro y vi a Souta sentado frente a mi cama dándome la espalda… "que no sea lo que creo que es…" pensaba mientras continuaba arrastrando mi comida, entonces él volteó hacia mí y, al ver la gran presa, se apresuró a ayudar a arrastrarla para luego seguramente pedir una porción, fue cuando se movió de su lugar que vi nuevamente al bulto blanco, esta vez, recostada cómodamente en mi cama.

-se puede saber ¿Qué mierda hace ella en MI terreno?-vociferé molesto-¿Y en MI cama?-exigí saber encarando a Souta enseguida.

-No seas cruel amigo-me pidió amable como siempre al acercarse-la chica está herida, no puedes dejarla ahí tirada sin más.

-¿ah no?-pregunté desafiante-¿quieres probar?-ya la había dejado tirada una vez, ¿que me impedía hacerlo dos veces?

-De acuerdo…-suspiró sabiendo que era perfectamente capaz-si la dejas quedarse cazaré por ti 3 días en cuanto se acabe ese delicioso Stantler ¿te parece?-lo medité un segundo, así me ahorraría un par de problemas pues sabía que él era mucho mejor que yo en ese arte, aunque jamás lo admitiera en voz alta… además, seguramente no dejaría de joder hasta que accediera.

-Está bien…-asentí bufando rendido tras un momento para voltear hacia mi presa-pero que no moleste-dije más alto para que ambos escucharan bien.

Entonces Souta se acercó más a ayudarme a jalar mi presa más al centro del claro para comenzar a comer, luego de un rato nos tragamos una pierna entera entre los 2, después de eso quede satisfecho, fui a echarme a unos metros de ahí mientras escuchaba como él le ofrecía a la Absol un poco de mi presa… ella se negó amablemente diciendo que no tenía hambre, mejor así pues el maldito de Souta no tenía derecho de andar dándole de MI comida a otros. Tras esto él volvió a acomodarse sentado frente a la pokemon como vigilándola, note de reojo que su pelaje ya no estaba manchado en sangre, al menos no como antes pues solo había ligeros rastros de las heridas, Souta se había esmerado curándola. Suspire cerrando los ojos para tomar una siesta

Cuando desperté vi que el sol ya se estaba ocultando, bostecé y me levante para estirarme un poco y volver a mi cama ¿Qué hacía en medio del claro? Lentamente camine soñoliento hasta llegar al lugar y echarme pesadamente para sentir una suave calidez a mi lado… Me levante en seguida apresurado y mire a mi lado, la Absol me veía nuevamente, sin expresión, solo tranquila y seria sin pestañear. Rápidamente recordé lo que había pasado por la tarde y gruñí apretando los dientes, molesto mientras buscaba a Souta.

-¿Dónde estás maldito?-pregunté en tono hostil mirando a la nada.

-él se fue hace un rato…-me respondió ella en su lugar.

Suspiré y maldecí por lo bajo hasta que la sentí moverse a mi lado, volteé y la vi pararse a penas para salir.

-¿Qué haces?-pregunté entre mosqueado y curioso.

-tomé tu cama sin permiso… muchas gracias por permitirme estar ahí durante la tarde- hizo una ligera reverencia con la cabeza mientras daba un paso en falso con su pata herida.

-estúpida-le dije sin verdadera intención de insultarla, ella solo volteó hacia mí ladeando la cabeza como si la hubiera llamado por su nombre-quédate ahí y no te muevas tanto-exigí molesto saliendo del cómodo lugar para que volviera a acostarse.

-pero…-intentó negarse.

-pero nada, no quiero pelearme con Souta y mientras más pronto te recuperes más pronto dejara de rondar tu aroma por mis terrenos-expliqué acercándome al Stantler para darle un furioso mordisco y comenzar a comer.

Tras unos segundos volteé sutilmente, estaba nuevamente echada en la cama solo que en una posición diferente, más derecha, y me miraba, di otro mordisco y volví a mirar, me percaté de que no me miraba a mi sino a mi presa, ahora que lo pensaba, seguramente no había comido nada. Suspiré molesto y con las garras y el hocico desprendí un trozo mediano de carne del estómago del pokemon, lo tomé y se lo lancé, ella me miro algo atontada y yo solo volteé a otro lado.

-come antes de que me arrepienta-advertí dando otro mordisco a la carne.

-Gracias-susurró para comenzar a comer en silencio.

Luego de quedar satisfecho volví a echarme en el lugar de la tarde para dormir otra pequeña siesta, bostecé perezoso y rápidamente me dormí.

Desperté debido a un ruido que me hizo entrar en alerta, un gruñido. Me levanté rápido y miré en dirección al ruido, era la Absol que gruñía por lo bajo pero no me miraba a mi sino hacia otro lado, aunque seguía acostada, no se veía realmente amenazada sino que más bien parecía querer evitar que algo se acercara, seguí su mirada y vi unos ojos acechantes entre los arbustos, los examine un segundo y me di cuenta que no eran una amenaza, solo estaban hambrientos y habían olido la carne, suspiré y caminé hacia mi presa de la cual desprendí un pequeño trozo para lanzarlo frente al arbusto. En seguida se removió algo dentro hasta que apareció una pequeña pata café que dio paso al resto del cuerpo de un joven Eevee, este tomó el trozo de carne rápido y me miró agachando la cabeza sumiso, yo solo volteé mosqueado, primero Souta, luego está Absol y, como cereza en el pastel, un cachorro quitándome mi comida. En seguida sentí el arbusto moverse nuevamente y volteé más molesto a ver que quería ahora el cachorro para darme cuenta que era otro cachorro de Eevee de un tamaño muy similar que estaba mordisqueando el otro lado de la carne, estaban tirándola y peleando por ella, me enfadé y desgarré otro pedazo, molestó lo lancé con fuerza y quedó más allá del arbusto, ambos lo vieron y lo siguieron alejándose un poco.

-¡y váyanse de una vez!-grité harto volteando de vuelta al claro

En seguida escuche sus pequeñas patas alejándose más rápidamente, seguramente asustadas por el grito, luego volteé de reojo hacia la Absol que esta vez me miraba con una sonrisa enternecida.

-¿y a ti que te pasa?-la encaré avanzando un paso desafiante.

-… es que eres muy amable…-comentó ella luego de un momento sin perder su sonrisa con voz apacible.

-¡¿Qué estás diciendo?!-le grité molestó-¡solo quería que se fueran pronto! Me molesta que se me queden mirando-le espeté insinuando que ella también me miraba fijamente.

-oh, claro-susurró desviando la mirada pero aun sonriendo.

-que molestia…-susurré mientras comenzaba a caminar.

-¿d-donde vas…?-preguntó dudosa, como si no supiera si hablar o no.

-¿Qué te importa?-gruñí ya alejándome completamente hasta perderla de vista.

En cuanto salí del claro comencé a patrullar la zona, había un montón de pokemon planta yéndose a dormir y otro montón saliendo de su siesta, todos por las alturas de los árboles, no había olores extraños en las cercanías y todo parecía en orden. Apenas terminé de dar la vuelta volví y la Absol estaba dormida, me recosté y me di un par de vueltas, en general prefería dormir durante la madrugada llegando a la mañana, me quede observando la luna varias horas tratando de no pensar en nada hasta que comenzó a ocultarse y decidí conciliar el sueño.

Me despertó el conocido olor de Souta que se acercaba, abrí solo un ojo al despertar y luego volví a dormirme volteando hacia otro lado. Mi sueño no duro mucho pues tras el aroma de Souta venia otro más suave, definitivamente no podría dormir…

Pronto sentí patas corriendo hacia acá y pensé "quizás… solo quizás… no me notara…" pero pronto me rendí pues sentí las patitas corriendo más rápido hasta saltar sobre mí gritando.

-¡tíoooooooooooooo!-mientras me mordía la oreja y la jalaba tratando de despertarme- ¡Tío! ¡Despierta! ¡Tío!-gritaba y gritaba sin parar.

-ya suéltame cachorro…-susurré colocándome una pata sobre los ojos.

-¡Tío! ¡Tío! ¡Tío!-gritaba jalándome más y gruñendo juguetón para que me levantara, aunque no lo veía sabía que sonreía y movía la cola.

-ya… ya…-susurré levantándome y bostezando para estirarme en lo que el pequeño caía colgándose un poco de mi oreja y luego apoyándose en el piso para soltarme por fin.

-¡Tío! ¡Felicitaciones!-me alabó animado, yo lo miré extrañado- ¡Felicidades por tu novia!

En seguida volteé molesto y con una ceja enarcada hacia Souta, él se rio nervioso para luego mirar a su hijo del mismo modo.

-Yuta… -le llamó y el pequeño en seguida respondió con la mirada-te dije que era una amiga ¿recuerdas?-le explico con un tono extraño.

-ohhhhhhh ¡cierto!-respondió en un tono más extraño y algo obvio, seguramente el tarado de Souta dijo algo raro, el pequeño se volteó hacia mí-lo lamento tío, felicidades por tu nueva amiga entonces-y me sonrió como si todo estuviera resuelto.

Entonces empezó a buscar algo hasta que vio a la Absol, en cuanto lo hizo corrió hacia ella, que lo miraba curiosa.

-¡hola amiga! Soy Yuta- se presentó confiado y orgulloso con la cabeza altiva y moviendo animado su pequeña cola-¿y tú?-preguntó ladeando la cabeza.

-Luna-respondió ella sonriente.

-¡Luna!-repitió emocionado-¡seamos buenos amigos!-entonces pareció recordar algo y volteo hacia mí-claro, si mi tío no se molesta-me miraba radiante.

Solo di media vuelta y me comencé a alejar caminando molesto, ya se me había arruinado el mínimo humor, sobre todo por el desagrado con la dichosa Absol.

-¡Espera!-gritó el pequeño mientras sentía sus patitas correr hasta verlo colocarse frente a mí-¡no puedes irte!-pidió fervientemente.

-¿Y quién me lo va a impedir?-pregunté desafiante agachando la cabeza para quedar más a su altura mirándolo a los ojos-¿Eh?-incité a una respuesta enarcando una ceja mientras él retrocedía ahora asustado agachando la cola.

-n-nadie tío…-susurró bajando la mirada.

-Hey, Hey. Que no es para tanto-salió a defender Souta colocándose frente a mí y sobre el cachorro mientras este se ocultaba en su pata-él solo estaba jugando.

-claro, si yo no le enseño el miedo ¿Quién lo va a hacer?... ¿Tú?-le pregunté mirándolo de arriba abajo sarcásticamente-¿Él sobre protector padre N° 1?

-Tampoco es para que te molestes-dijo ya con una mirada más seria aunque conservando el tono y actitud, avanzando apenas un paso hacia mí en una silenciosa advertencia.

-sí, sí…-dije rodando los ojos antes de voltear hacia otro lado para irme-me largo.

En seguida dejé el lugar y comencé a dar una vuelta por ahí para quitarme el mal humor, me fastidiaba el fastidiarme tan rápido, pero más me fastidiaba Souta.


Suspiré algo frustrado y mire hacia abajo buscando a mi cachorro.

-Hey enano-le llame con un tono mucho más bajo y relajado moviendo una pata, enseguida salió para mirarme triste y sentarse frente a mí cómo apenado.

-lo siento papá… -susurró bajando la mirada-Hice enojar al tío de nuevo…

-tranquilo pequeño amigo-le conforté colocando mi pata en su cabeza y frotándola un poco-sabes que tu tío es un casca rabias de primera clase-le sonreí y luego mire a Luna de reojo un segundo-¿Por qué no juegas con los Eevee que vimos de camino?-le comenté al cachorro para que en seguida le brillé la mirada.

-¡claro!-asintió y salió corriendo rápidamente para ir con ellos.

-¡no te alejes del terreno!-grité antes de que se perdiera.

En cuanto Yuta se fue me acerqué a Luna y me senté junto a ella.

-¿Qué tal la primera noche aquí?-le pregunté sonriente y amable-¿ese gruñón se enfadó mucho? ¿Intento comerte?- abrí los ojos fingiendo preocupación.

-jejeje en realidad…-comenzó a hablar con su agradable voz-me dio un trozo de su presa y me dejo dormir aquí-explicó sonriendo y señalando la cama.

-jajaja ¡ese bribón! Yo tan preocupado cuando me fui y él actuando tan caballero mientras no estaba-me quejé exagerado fingiendo enojarme.

-pues… es bastante amable sin duda-comentó con una sonrisa sincera en su redondo rostro-también alimento a unos cachorros hambrientos que olieron la carne, yo pensé que si se acercaban los atacaría asique intente que se fueran… pero cuando se despertó y los vio me sorprendió bastante-me comentó animada y con un brillo especial en su mirada.

-¡jajá! No importa cuánto intente ocultarlo, en el fondo ese cabrón es un buen tipo-reí al imaginarlo con cara de malo dándoles comida a los cachorros, seguramente los que estaban a las afueras de la zona.

-pero… ¿Por qué él actúa así?... ¿No sería más fácil simplemente dejarse ser?-cuestionó ladeando la cabeza, al parecer bastante curiosa por el tema.

-pues…-medité un segundo si hablar o no de él. Finalmente decidí que no había problema, ella parecía ser bastante discreta de todos modos y no veía el problema-no es que él quiera ser así, más bien…-cómo explicarlo de manera simple…-las circunstancias lo obligaron a volverse así-ella me miró aún más curiosa.

-¿en qué sentido?

-en todos-respondí echándome cerca de ella y mirando alrededor mientras recordaba-yo lo conozco hace más o menos 2 años y desde entonces rara vez lo eh visto sonreír, mucho menos reír…-suspire recordando todo el tiempo desde que lo conocía-y la mayoría de las veces, cuando sonríe, es porque está hablando con Yuta o mirándolo hacer alguna travesura… gracias a eso me di cuenta de que le gustan los cachorros, aunque claro, cuando apenas lo conocí no era para nada como es ahora-me apresuré a explicar recordando algunos sucesos, rememorando un poco las cosas que habían pasado en aquel tiempo.

-¿ah no?-me miraba cada vez más interesada en la conversación.

-no… era peor-abrió los ojos algo sorprendida, como no, si ya era bastante cascarrabias-si mi cachorro se hubiera lanzado sobre él mientras intentaba dormir como lo hizo hoy, él probablemente lo hubiera atacado y lastimado… o cuando menos lo hubiera lanzado muy lejos de él-de solo imaginarlo… y de imaginar su fuerte mandíbula atacando a mi pequeño me estremecí.

-pero… por qué es tan agresivo…-se preguntó a si misma mirando hacia abajo-es decir… los Mightyena suelen ser territoriales y a veces temperamentales… pero no a tal extremo… ¡ah! Por cierto-pareció recordar algo importante y volvió a mirarme-¿Qué hay de su jauría?

-¿jauría?-pregunté esta vez comenzando a preocuparme, quizás no había sido tan buena idea comenzar a hablar de Midnight…-pues… eso… jeje…-reí algo nervioso desviando la mirada mientras me preguntaba cómo zafarme de la pregunta.

-de eso nada-en seguida reconocí esa voz y mire en su dirección. El centro de nuestro tema estaba volviendo… y con una cara con la que no daban nada de ganas de estar cerca de él…-¿Qué rayos haces hablando de otras personas?-su tono era realmente enfadado y comenzaba a enseñar los dientes-¿Cuándo te convertiste en un cotilla?-gruñó molestó mientras avanzaba imponente.

-No es eso, tranquilo amigo…-intenté excusarme-el tema solo surgió, no es para que te enfades-me giré hacia él sentándome para demostrarle que no quería pelear, realmente no me daban ganas de discutir con mi mejor amigo, no cuando sabía que esta vez era mi culpa.

-yo me enfado cuando quiero-no dejaba de enseñar los dientes-metete en tus asuntos Souta-parecía calmarse de a poco pero sería mejor dejar el terreno por un rato para darle tiempo de tranquilizarse.

-de acuerdo, solo cálmate-entonces miré un segundo a Luna que parecía preocupada y le sonreí amable susurrándole-no es tu culpa-para volver a mirar al enojado peludo frente a mí-ya me voy, nos vemos otro día cuando estés de mejor humor-en seguida di media vuelta para irme y aullé llamando a mi cachorro mientras me alejaba.


No podía estar más enfadado, por poco y me arrepentí de haber tratado así al cachorro y cuando vuelvo ya de mejor ánimo resulta que el imbécil de Souta está soltando la lengua con cosas que no le incumben ni a él ni a los extraños. Mire a la Absol enfadado, le gruñí un poco y luego me dirigí al Stantler mordisqueándolo y despedazándolo enojado. Maldita sea, no se me pasaba el enfado.

-l-lo lamento…-escuché un suave susurro y me volteé con un trozo de carne en el hocico hacia la dueña de la voz.

-¡¿Qué?!-vociferé más fuerte de lo que esperaba.

-lo lamento…-susurró nuevamente, aunque en un tono más alto que antes.

-¡Bah!-grite molesto tragando la carne y volteé.

Ni siquiera sabía que gritarle, tenía ganas de descargar mi enojo en ella y sabía que no estaba bien. Al final comencé a dar vueltas en círculos intentando quitarme el estrés mientras trataba de desviar mis pensamientos a otra cosa.

-De verdad…-me frené y volví a mirarla, ahora estaba levantada y me miraba con marcada preocupación.

-Cállate-le amenacé avanzando un paso y enseñando los dientes, ella retrocedió un paso por inercia al ver mi posición de ataque pero no perdía su mirada, como si me tuviera lastima.

-Pero…-intentó continuar, esta vez su voz dudaba.

-¡Pero nada!-volví a gritar en un casi rugido.

-Lo lamento…-volvió a susurrar mirando al piso apenada y triste.

-¡deja de disculparte, Maldición!-dicho esto di media vuelta molesto y salí del claro.

Me dirigí de inmediato al lago donde me lancé corriendo furioso al agua, una vez dentro comencé a relajarme lentamente hasta que por fin mi furia se diluyo con el líquido. En cuanto logré calmarme salí del lago y me sacudí para escurrir el agua y echarme al sol. Desperté perezoso y me pregunté en que momento me había dormido, no le tome mucha importancia y me levanté estirándome para volver al claro, en cuanto me acerqué note que ya no estaba muy presente el olor de la Absol y llegando al claro me di cuenta de que el bulto blanco ya no ocupaba mi cama, miré sutilmente a todos lados y me asegure de que ya no estaba, aunque su olor permanecía ligeramente. Finalmente suspiré y me adentré al claro para comer un poco, tras terminar de devorar el estómago del Stantler mire mi cama, mi cómoda y mullida cama, la había extrañado mucho, me acerqué lento mientras bostezaba y me recosté, ciertamente se sentía genial volver a mi lugar.

Aunque había un ligero cambio… uno que había notado apenas apoye una pata en la zona y que ahora se acentuaba en el lecho, este cambio era el olor... Acerqué la nariz al pasto aplastado y sí, definitivamente estaba impregnado en su aroma, decidí pasarlo por alto pues quería tomar otra siesta por lo que me acomode para dormir. Cuando comencé a conciliar el sueño recordé su pata herida, "espero que este bien…" pensé antes de perder la conciencia.

Desperté a mediados de la noche y comencé a vigilar por el rededor del terreno, para cuando terminé ya estaba amaneciendo y volví a la cama a dormir, rápidamente me relajé con el olor nuevamente y caí en la inconsciencia para despertar horas más tarde debido a que sentí un olor, aunque no estaba lejos ni acercándose, estaba ya bastante cerca, abrí solo un ojo para encontrarme con Souta frente a mi mirándome inquisidor, bufé y cerré el ojo para intentar volver a dormirme pensando en por qué no había percibido el aroma hasta que estuvo tan cerca como para ser capaz de atacarme. No tuve demasiado tiempo para pensar pues fui interrumpido por su voz preocupada.

-¿Dónde está?-volví a abrir los ojos y algo resignado me levante bostezando y estirándome.

-¿Quién?-él me miro enfadándose.

-¿Cómo que quien? Luna

-¿Quién?-volví a preguntar, ni siquiera recordaba su nombre, él suspiro mirando al suelo.

-No fue culpa de ella, no tenías que haberla echado-comenzó con su sermón.

-hey yo no la eché, se fue por su cuenta-me defendí de inmediato voleando a mirarlo.

-¿y la dejaste irse? ¡Estaba herida!-Souta solo me miraba preocupado, intentando hacerme entender… probablemente me pediría que la buscara con él.

-¡eso no es mi problema, es de ella!-¿Por qué él no lo entendía? Si ella había querido irse pues ¡bien por ella!

Esta vez él no me respondió, solo avanzo un paso mientras su mirada pasaba a ser de enojo.

-además…-completé desviando un poco la mirada-se fue mientras yo no estaba…-volví a mirarlo intentando defender mi posición-¡y no era mi obligación cuidarla o buscarla! ¡No es nada mío!-me quejé ahora un tanto fastidiado aunque más que nada a la defensiva.

-¿Cómo eres capaz de decir eso?-ya ni siquiera gritaba, su tono comenzaba a ser cada vez más serio y eso comenzaba a estresarme.

-Es la verdad-le dije algo más desafiante comenzando a enseñar los dientes frustrado-tú la metiste aquí, era tu problema, no mío, no me eches tus problemas Souta-espeté intentando zafar del problema.

Tras esto él no dijo nada más, me lanzó un zarpazo en la cara al cual casi no alcancé a reaccionar pues fue muy rápido, apenas si tuve tiempo para no salir sangrando del daño. En seguida reaccioné a atacarlo y comenzamos a pelear, él como siempre seguía siendo mucho más fuerte que yo por lo que no había demasiado que hacer en la pelea, mucho menos si él estaba batallando en serio, aun así continué peleando hasta que, minutos después, ya no pude más, quedando tirado con él frente a mi mirándome altivo, serio y casi frio.

-"No me eches tus problemas"-me citó con un tono tajante y casi burlón, un tono muy diferente al usual relajado y tranquilo, también diferente al que usaba cuando estaba protegiendo a su cachorro, este era un tono de voz que yo solo había escuchado una vez antes, hacía dos años cuando nos hicimos amigos-no me hagas reír, tú me metes a mí y a todo aquel que se te acerque en tus putos problemas ¿y tienes la cara de decirme eso?-preguntó irónico y me miró por unos segundos, yo simplemente no pude responderle, sabía que tenía razón, lo sabía desde antes de que lo dijera pero aun así era tan cabeza dura que no era capaz de admitirlo… baje la cabeza rendido-Ella no tiene la culpa de lo que te ha pasado-dijo finalmente para voltear hacia el bosque e irse.

Me quedé ahí tirado sin el más mínimo deseo de moverme, aunque no era como si pudiera de todos modos. Realmente siempre terminaba actuando así ¿cierto? Gritando y rugiendo cómo y a quien se me daba la gana, simplemente porque no sabía manejar mi mal humor… porque no podía manejar mi cabeza…

Tras varios minutos me di cuenta de que Souta estaba volviendo, en cuanto pasó los arbustos miré en su dirección y noté que traía algo en la boca, se acercó y lo dejó en el piso junto a mí.

-La encontré por el camino… úsala-pidió ya mucho más tranquilo para volver a voltear hacia el bosque, lo miré mientras caminaba hasta que llego al borde del claro y volvió a voltear hacia mí, desvié la mirada al suelo-por lo menos… piensa un poco lo que te dije-y tras decir esto se fue.

En cuanto su aroma se perdió mire lo que había traído. ¿Por el camino? Sí, claro… seguramente le robo esa súper poción a algún humano de la ciudad o le pidió a su pareja que lo hiciera, el objeto apestaba a humano. Aun así decidí aceptar y utilice el objeto para recuperarme más rápido. Terminando me levanté y pensé en dirigirme al lago… hasta que vi mi cómoda cama y decidí simplemente volver a echarme en ella, en cuanto llegue me sentí nuevamente invadido por el suave aroma hasta dormirme.

Pasados unos días el olor casi desaparecía por completo, al igual que el tema y el problema. Ya dos semanas pasaban y estaba todo tranquilo, olvidado, o casi pues a veces cuando volvía a recostarme en la cama me entraban ganas de dormir con el olor que me relajaba y este ya no estaba ahí.