Titulo: Día de los inocentes —Estilo Dinamarca —
Pareja: Dinamarca / Noruega + Nórdicos espiando -más específicamente Islandia- (?)
Resumen: A Dinamarca le gustaba el día de los inocentes, e Islandia tenía algunas dudas.
Advertencia: BL. ¿Mi primera vez... escribiendo con los Nórdicos cuenta?=D
Nota: Hetalia le pertenece a Himaruya, lo saben. Es la primera vez que intento hacer algo con los nórdicos, así que quizás no maneje bien a los personajes, disculpas por eso u_u. Ya hice la corrección con respecto al ave que acompaña a Islandia =D.
A Dinamarca le gustaba gastar bromas, siendo de una personalidad alegre la mayor parte del tiempo. Hacía bromas y chistes sin importarle que Suecia siguiera viéndolo con desagrado, que Islandia y Noruega lo ignorara y que Finlandia riera quedamente ante el excesivo humor del danés, el único que parecía tan integrado y agradecido con Dinamarca era el pequeño Peter, quien se divertía con su vivaz "tío".
Con lo anteriormente dicho, no debía ser extraño que el día de los inocentes fuese una de las fiestas favoritas del danés. Todo comenzaba con colocar la ropa de Suecia en la secadora, haciendo que se encogiera hasta tener el tamaño de Peter; después cambiar los libros de hechizos de Noruega por libros de "Aprenda a socializar: Parte I, II y III"; enseñarle a Peter como eran los días vikingos y, por supuesto, hacer un envío con artículos para bebés a casa de Islandia, para que los nórdicos tuviesen cuidado con lo que decía y/o hacía Dinamarca por el resto del día.
Muchas veces no podían predecir cual sería la broma, a veces parecían incluso demasiado oficiales para serlo y otras muy vergonzosas para la víctima.
Sin embargo, este año a Islandia le había asaltado la duda, así que ahora estaba enfrente de Noruega, con su Frailecillo al lado, mirándolo a la otra nación con claros ojos interrogativos. Horas antes Dinamarca se había levantado y había revisado el calendario, había hecho un escándalo como siempre y le había entregado una cajita a Noruega, éste lo había mirado con sus ojos molestos de siempre, antes de marcharse ignorando lo que el danés decía; pero ahora ahí estaba Noruega sentado en el sillón de la sala con la cajita en las manos, y dentro de la cajita un anillo.
—Noruega… —comenzó Islandia—. Es día de los inocentes.
Noruega asintió, sin darle importancia a ese hecho.
—Dinamarca es un idiota —respondió, cerrando la caja.
Sí, Dinamarca era un idiota y un bromista, un escandaloso y un pesado. Pero no era un mentiroso.
Y sin más guardó la caja en su vestuario, dando así la conversación con Islandia como finalizada.
