Este fic participa en el reto especial "31 de octubre" del foro "Bajo la Luna Roja".

Disclaimer: Nada de "El Ciclo de La Luna Roja" me pertenece, todo es de José Antonio Cotrina.


IRREAL


No sabías si era culpa del humo, de la situación tan irreal en sí o del hecho de que te hubiera pillado volviendo de clase de italiano. Pero no puedes evitar mirar a aquel señor tan desmejorado con incredulidad.

Te promete cosas inciertas, te promete sueños, castillos construidos en aire, te promete leche sin darte la vaca. ¿Acaso debías fiarte de él? ¿De un extraño que exhala un extraño humo verde? ¿De alguien que parece la reencarnación de la oruga de Alicia en El País de las Maravillas? No lo crees, de hecho, no estás dispuesto a querer saber más cuando hay algo que te llama la atención: te ofrece conocimiento.

Conocimiento de aquello que no tiene tan a mano en la Tierra, como él dice. Conocimiento que muy pocos conocen. Conocimiento que le dará todo lo que él quiera. O eso dice.

Vuelves a desconfiar y te sientes como si estuvieras en una montaña rusa: ahora confías, ahora no, ahora sí, ahora no.

Dice que eres único, que en ti reside algo que te hace especial, algo que te hace reír porque parece que eres el Elegido. De hecho ríes, ¿para qué evitarlo? Y tragas más de ese humo verde. Inconscientemente te preguntas si eso cuenta como haber fumado hierba, no te atreves a preguntar qué es lo que lleva la pipa. Mejor desconocer que ser partícipe del emporramiento de un anciano.

Le miras a los ojos, o al menos lo intentas, pues el humo ha distorsionado su imagen y, sin saber cómo, aceptas. ¿Qué mal puede hacer un viaje a Dios sabe dónde? ¿A un tal sitio llamado Roca algo? Desde luego el nombre es tan enrevesado que te apetece ir solo para saber porqué se llama así.

Al fin y al cabo, todo eso tiene que ser alguna broma o, por el contrario, realmente te has fumado algo y estás delirando.


FIN.