¡Hola! Aquí estoy, otra vez :) Se acabaron las vacaciones y dado el angst que se viene con Finchel decidí crear una nueva historia que será todo lo contrario. Mi intención es que sea una comedia de situación (y sí, es acerca del matrimonio) la cual hasta ahora ha sido divertidísima de escribir :D Principalmente, en este capítulo les presentaré una introducción, que aunque es corta, es necesaria. El "humor" se dará en los siguientes capítulos, cuando la verdadera aventura comienza xD ¡Espero que les guste! ¡Disfruten!

Aviso: La serie Glee y sus personajes no me pertenecen. Son propiedad de FOX, Ryan Murphy, Brad Falchuck e Ian Brennan. Yo solo los uso para entretenerme escribiendo :)


"The best thing to hold onto in life is each other"- Audrey Hepburn


Finn Hudson y Rachel Berry se comprometieron una noche de viernes mientras daban un paseo "turístico" por Central Park.

No era precisamente que Rachel estuviera al tanto de todo, sin embargo, después de la función que acababa de dar en Broadway, su novio, el cual para el caso se encontraba con un descanso en su banda de la cual era el baterista, decidió sorprenderla llevándola a dar un paseo.

Lo último que se le pasó por la cabeza a Rachel fue que esa noche él le pidiera que fuera su esposa.

Los dos habían llegado a la ciudad de Nueva York cuando todavía eran muy jóvenes, y lograron su meta al estudiar en Julliard. Sorprendentemente, no fue en la prestigiosa institución donde sus caminos se cruzaron.

Finn se convirtió en baterista de una banda local, y ocasionalmente trabajaba con otros músicos de renombre en sus giras o grabaciones. Un buen amigo suyo, que era productor musical, lo invitó una noche a una fiesta en su casa. Rachel asistió a esa misma fiesta debido a que el anfitrión era el productor del álbum que su entonces obra de teatro había lanzado. La morena con ojos color chocolate era una dedicada actriz de Broadway que había tenido suerte de trabajar en producciones muy exitosas, en la mayoría de las cuales, ella encarnaba a la protagonista. Era también reconocida por ayudar las buenas causas y ser invitada de vez en cuando a los desfiles de la Semana de la Moda neoyorkina y las galas del Met.

Por casualidad, Rachel y Finn se encontraron en medio de la fiesta, y con la suerte de no estar socializando con nadie más, se sumergieron en una plática que duró un tiempo considerable.

Rachel siempre pensó que ese primer encuentro había sido amor a primera vista, ya que aunque había escuchado antes de él, su mente y todo su cuerpo se vieron atraídos completamente al alto castaño -que además, tenía la sonrisa más bella del mundo- con esas largas miradas.

Los dos se separaron al poco tiempo para atender a otras personas, pero cuando llegó el momento de volver a casa, ambos volvieron a encontrarse.

Rachel caminó hasta la esquina de la calle con la esperanza de que un taxi apareciera pronto, y un momento después, Finn llegó al mismo lugar por el mismo motivo.

Platicaron un poco más, y cuando por fin llegó el taxi, Rachel insistió en compartirlo.

Luego de reír tanto, y valorar sus diferencias, Finn le pidió a Rachel que salieran un día a comer al centro, y como Rachel le contaba a sus amistades una vez que llegaba a ese punto de la anécdota, el resto…era historia.

Un año y cinco meses después, ambos se encontraban ahí, en Central Park. Finn, con una caja que había contenido un anillo, el cual ahora estaba en el dedo de Rachel, y ella, con unas flores que su novio, ahora prometido, le había entregado, apenas habían comenzado su recorrido.

Rachel besó a Finn apasionadamente por un momento, y después él decidió depositarle un gran beso en la mejilla.

Era un hombre feliz, y sin ninguna duda, el más afortunado.

No era necesario comentar que Rachel se encontraba igual de maravillada. Desde muy pequeña siempre había soñado con encontrar su verdadero amor, y que éste le pidiera que se casara con él de la manera más romántica posible. El día había llegado, y Rachel no podía esperar para que finalmente ocurriera la boda.

Diez meses fue el tiempo que se necesitó para que todo estuviera listo, y sobre todo, para que los novios estuvieran preparados.

Los dos habían optado por una ceremonia no tan extravagante, pero sí elegante, y la más parecida a un cuento de hadas.

La recepción se celebraría en el Hotel Plaza, y ésta sería atendida por doscientas personas aproximadamente.

Rachel no podía estar más emocionada, pues su vestido de novia era un Vera Wang que Kurt-su amigo y hermano de Finn- y Sugar- amiga y estilista- le habían ayudado a conseguir.

Era largo y vaporoso, pero sin tanto volumen, y además, dejaba mostrar los hombros, lo cual era muy conveniente ya que Rachel estaba luciendo un bronceado perfecto.

Cuando le pusieron la tiara que estaba por llevar en el cabello, Rachel finalmente comenzó a sentirse como una princesa. Tina, una de sus mejores amigas, le entregó su ramo de flores, y le ayudó a acomodar su velo. Con aceptable lentitud y un poco de nervios, la novia caminó hasta encontrarse con sus padres, Hiram y Leroy, que estaban completamente listos para entregarla en el altar.

Las puertas del recinto se abrieron. Rachel contempló a Finn hasta el fondo, usando su elegante esmoquin y luciendo más atractivo que nunca. Con una sonrisa de oreja a oreja, el castaño suspiró con ternura al contemplar y esperar a su hermosa novia.

El tiempo se presentó algo extraño, ya que parecía estar corriendo rápido, y a la vez, caminando muy lento.

Fue entonces cuando los padres de Rachel depositaron la mano de su hija en la suya, que Finn se dio cuenta de que todo estaba ocurriendo en tiempo real sin ninguna pausa o aceleración.

Ninguno de los dos soltó la mano del otro durante toda la ceremonia, y ambos, desde luego, lagrimearon un par de veces cuando se contemplaban y recordaban el motivo por el que estaban ahí.

Aquel siempre sería el mejor día de sus vidas, definitivamente.

Y entonces llegó el momento de decir las palabras importantes…

-Yo, Rachel Barbra Berry, te acepto a ti, Finn Hudson, como mi esposo, mi compañero de vida, mi único y verdadero amor. Prometo amarte en cada momento, todos los días de mi vida, y te cuidaré y respetaré, así como reiré y lloraré a tu lado. Te seré fiel durante los tiempos buenos y no tan agradables, sin importar los obstáculos que tengamos que enfrentar. Me entrego a ti completamente, asegurándote mi corazón hasta la eternidad. Juro solemnemente protegerte con mi amor, y dedicar el resto de mi vida a hacerte feliz y envejecer juntos sintiéndonos de la misma manera en la que hoy tenemos la dicha de sentirnos. Te amo.

Rachel sonrió y apretó fuertemente las manos de Finn, que conforme avanzaba la ceremonia, podían sentirse más temblorosas. El castaño suspiró satisfecho, y aceptando la muestra de afecto del amor de su vida, comenzó a hablar…

-Yo, Finn Hudson, te acepto a ti, Rachel Barbra Berry, como mi esposa, mi otra mitad, la madre de mis hijos, y mi amante eterna. Seré tuyo en tiempos de infortunio, en tiempos de éxito, y en todos los momentos maravillosos que estoy dispuesto a compartir contigo de ahora en adelante. No hay otro lugar u otra situación en donde quisiera estar que no fuera aquí, a punto de unirme contigo y celebrar de la dicha que he vivido desde que posé mis ojos en ti. Si pudiera, me casaría contigo mil veces mi amor, y me alegra que el día de hoy por fin comenzaré a recorrer este camino contigo, que no lo dudo, estará repleto de felicidad. Te amo.

Cuando Finn terminó de decir sus votos, Rachel tuvo que utilizar todo su autocontrol para que las lágrimas no se aparecieran.

Finn era su alma gemela, de eso no tenía ninguna duda. Casarse con él era definitivamente lo mejor que le había pasado, y aunque se moría por besarlo, tuvo que ser paciente, y aceptó- con extremo gusto- empezar con el ritual de los anillos.

Al ponerle Finn el que le correspondía a ella en su dedo, Rachel finalmente pudo reconocerse como su esposa. Por un momento, quiso gritar y brincar de alegría, comunicarles a todos sus invitados lo feliz que era- aunque debido a su expresión ya era bastante obvio para ellos-y simplemente disfrutar el resto del día con su esposo. Él era el mejor, y ella, definitivamente, era una chica afortunada.

La ceremonia procedió embriagada de alegría y luminosidad hasta el punto en el que los nuevos esposos miraron al frente, y con la presencia conmovida de todos sus familiares y amigos, fueron nombrados como una nueva familia.

-Los declaro marido y mujer. Ahora, Finn, puedes besar a tu esposa…

Rachel soltó una risita al encarar a Finn, y de inmediato puso sus brazos alrededor de su cuello.

Finn la besó con ternura por unos segundos, y entonces ambos se dieron un abrazo. Luego de un último beso, Rachel volvió a aceptar la mano de su esposo y ambos se dieron la vuelta para salir.

Parecía, en efecto, como un cuento de hadas.

Ella era una novia hermosa, y él, un novio extremadamente guapo. Ambos estaban finalmente unidos en sagrado matrimonio.

Los nuevos esposos salieron de la iglesia, y entre vítores, los invitados comenzaron a aventarles arroz, cosa que los divirtió mucho hasta llegar por fin a su auto, que desde luego, los llevaría a la recepción.

El lugar era sumamente increíble. Había una enorme pista de baile, muchas mesas distribuidas alrededor, un lugar para tocar música en vivo, una mesa de aperitivos, y además, una barra totalmente accesible. Los invitados estaban más que encantados, y los novios, aún más felices.

Finn y Rachel bailaron casi toda la noche, y se divirtieron como nunca entre amigos y familia.

Algunos terminaron borrachos, de eso no se debía dudar, ya que había sido una gran fiesta después de todo, y milagrosamente, no hubo nada que arruinara tan alegre celebración.

Los jóvenes comenzaron a cantar éxitos del pasado que un grupo especial que se había contratado estaba haciendo el favor de interpretar. Además, cuando ambos todavía se encontraban completamente sobrios, Finn y Rachel decidieron que había llegado el momento de partir su pastel de bodas.

Mientras les tomaban fotografías y se daban a probar de la tarta el uno al otro, los recién casados bromearon y siguieron divirtiéndose.

La boda terminó un poco más tarde de lo que habían supuesto, sin embargo, no tuvieron ningún problema ya que la compañía de todos sus seres queridos en la misma celebración había sido espectacular.

Un poco cansada, Rachel tomó la mano de su esposo, que apenas se había desocupado de hablar con sus amigos, y recargó su cabeza en su hombro.

Él se volteó a mirarla con ternura y depositó un beso en su frente, solo para después susurrar en su oído.

-Bueno…creo que ya llegó la hora de irnos.

-Tienes razón, estoy cansada, será mejor que comencemos a despedirnos de los invitados…

-¿Por qué tendríamos que hacerlo?-inquirió Finn, soltando una carcajada-Lo divertido es desaparecer sin que nadie se dé cuenta…

-Pero después estarán preguntando por los novios…

-¿Y?

-¡No quiero ser grosera, Finn Hudson!-Rachel también se echó a reír.

-Oh, por favor, es tu noche de bodas, no tienes por qué dar explicaciones…

-Eres una mala influencia, amor…

-Lo siento-Finn sonrió de oreja a oreja-Y ahora estarás junto a mí por el resto de tu vida, que suerte…

-¡Claro! ¿Y en donde más podría estar?

Fnn volvió a besarla.

-Vámonos, entonces-continuó-Mañana tomamos un avión para dirigirnos a nuestra luna de miel, y antes de eso, tenemos mucho que hacer…

-Cuando dices…

-No hablo precisamente de empacar…-interrumpió Finn, sonriente.

-Oh, ahora lo entiendo…-musitó Rachel, en tono juguetón.

-Kurt me dijo que hay una sorpresa preparada para nosotros en la suite que reservamos…

-¿De verdad?

Finn asintió.

-Ya hemos celebrado este maravilloso día con todos nuestros conocidos, pero apenas lleguemos a nuestra habitación, vamos a tener que comenzar a festejar por nuestra cuenta de nuevo…

-Vas a tener que ayudarme con mi vestido antes-le advirtió Rachel-Te juro que ya no puedo con él…

Finn levantó una ceja, mirando a los ojos de su esposa.

-No tienes por qué dudar en que te lo quitaré, Rach…

-Por favor, amor, no empieces aquí…

-¿Qué fue lo que dije?

Rachel soltó una risita y se aferró del brazo de su marido.

-Nadie viene hacia nosotros, creo que ya llegó el momento de escaparnos…

-Me parece bien, señora Hudson…

Los dos esposos continuaron riendo, y tomados de las manos, salieron cautelosamente del salón en donde todavía quedaban algunas personas sin hacer al menos la tradicional despedida de recién casados.

Desde que estaban en el hotel en donde se había reservado su suite, lo único que tuvieron que hacer fue pasar rápidamente por recepción, y entonces tomar el elevador que los llevó hasta el penúltimo piso.

Al llegar, Finn cargó completamente a su esposa, e ignorando las protestas pero contagiándose de la risa de ella, recorrió el pasillo para encontrar su lugar asignado.

Rachel sostuvo la tarjeta que les habían entregado y le leyó el número de habitación a Finn, que después de algunos despistes, encontró el nido de ambos.

Una vez que abrió, Rachel tomó su rostro y lo besó. Él caminó un poco hasta entrar, y cerró la puerta a sus espaldas empujándola con su pie.

Estando ahí, Rachel se sobresaltó de la emoción.

La cama estaba perfectamente decorada. Las botellas y copas para brindar estaban listas. Había flores en todas partes y el camino hacia el balcón- el cual daba una vista increíble-estaba señalado con pétalos y pequeños regalos.

Finn y Rachel se miraron. La noche apenas estaba comenzando para ellos, y después de haber vivido el mejor día de su existencia, el hecho de una íntima celebración era más que esencial.

Y al recordar todo lo que había ocurrido en el día, Rachel se echó a reír, satisfecha y feliz. Finn la siguió de inmediato.

Finalmente, la boda había acabado, lo cual significaba, en efecto, que la vida de casados comenzaba en ese mismo instante.


¿Y? ¿Qué les pareció? Sé que fue algo rápido pero...el propósito es mostrar la vida después de la boda, por eso no me dediqué a detallar tanto la introducción ;) ¡Espero que les haya gustado! Como les mencioné, esto pretende ser una comedia así que sí les interesa, estén al pendiente. Los reviews se necesitan y serán bien recibidos :) ¡Espero que se animen a comentar!

¡Gracias por leer! ¡Hasta el próximo capítulo!