Su dedo se deslizaba por el agujero, generando un fuego en su cuerpo, calentando todas sus extremidades, con ese roce de su yema por ese sector estrecho.

—Deja de meter el dedo en el agujero —pidió al rato, no creyendo que pudiera soportar mas por lo que estaba causando ese tacto.

Levantó la mirada y posó sus ojos en los suyos.

—¿Por que?

—L-lo estas haciendo mas grande —extrañadamente su voz salió entrecortada porque ese dedo sin parar seguía deslizándose ahí y algo se oyó— Ah...

—Y-yo... —empezó a decir al ser la causante de que emita ese sonido, apartando su dedo— Te lo coceré...

Luka rió por como se había puesto, avergonzada y roja. Mas o menos como estaba él, por sentir su suave tacto que dibujaba círculos en su piel.

—Es así el pantalón —dijo— No tienes porque hacerlo —tranquilizándola.

—Pero lo agrande.

Repuso, quien aburrida, su dedo indice comenzó a viajar hacia su rodilla donde rozó su yema de su dedo hacia ese espacio de piel que mostraba el agujero del pantalón, quien sin querer lo había agrandando, rompiéndolo un poco al proceso.

—Si quieres compensarmelo... —haciendo una pose pensativa, apoyando el codo sobre la rodilla y posando la barbilla en el dorso de su mano— Ahora es mi turno de meter el dedo en tu agujero.

Marinette alzó una ceja en confusión.

—¿Eh? —ella parpadeó— Yo no tengo roto el pantalón...

—No hablaba de ese agujero.

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¿Que?