Antes de la Caída de los Jinetes
(Parte 1)
Hace mucho tiempo, antes de que Galbatorix gobernara en Alagaësia, antes de que el tirano rey siquiera hubiera nacido entre los hombres, reinaba en esa tierra la paz que era custodiada por los jinetes de dragón.
En aquel entonces, a las afueras de el pequeño y pacifico poblado de Daret, vivía una tranquila familia que se mantenía de sus cultivos y aquellas presas que el padre lograba cazar para alimentar a su familia. La madre era de singular belleza y blanca tez, además de un hermoso y largo cabello negro y ojos del color de la lluvia, además de su belleza destacaba el hecho de ser incondicional a su familia ayudaba a su esposo a arar la tierra y preparar guisos con la carne que este traía a la mesa.
Ambos tenían una adorable hija muy parecida a ambos en aspecto aunque su cabello era castaño como el de su padre poseía los ojos de su madre así como su gracia y su blanca tez que no parecía sufrir estragos con el paso del tiempo.
Los habitantes del pequeño poblado ignoraban el hecho de que aquella mujer era en realidad una elfa que había abandonado su vida en el bosque de Du Weldenvarden para vivir al lado del hombre del que se había enamorado. Con el uso de la magia había alterado su apariencia ocultando sus orejas puntiagudas y sus ojos rasgados para pasar desapercibida entre la población.
Además de ello había hecho enormes sacrificios por su esposo, como lo era el hecho de preparar la carne que este llevaba a la mesa e incluso llegar a comerla de vez en cuando, se limitaba en el uso de la magia aunque muchas veces la usaba para curar heridas menores en su hija o su esposo e incluso ayudar a la cosecha a crecer en tiempos difíciles.
Pronto se dio cuenta de que su hija al igual que ella poseía el don de la magia, la había instruido de la mejor manera que había podido ocultándole sus poderes al resto de los habitantes de Daret. Al mismo tiempo su padre se había dedicado a enseñarle el oficio de la caza y de la agricultura previniendo el hecho de que este llegase a sufrir algún accidente mortal y ellas tuvieran que valerse por sí solas.
Ydris aprendía con facilidad lo que sus padres le enseñaban, en poco tiempo se había convertido en una excelente cazadora y había conseguido dominar las artes mágicas que su madre le enseñaba.
Parecía que las cosas iban bien para ellos, y así fue, al menos hasta que una banda de bandidos invadió el pequeño poblado.
Daret era un lugar pacifico, jamás se habían involucrado en ninguna batalla ni acostumbraba recibir viajeros como aquellos que acababan de llegar.
Eran al menos 10 hombres vestidos con túnicas negras y cuyo rostro permanecía oculto entre los pliegues de telas que conformaban sus ropas. Los habitantes observaban temerosos a aquel grupo de hombres los cuales comenzaron a saquear el lugar llevándose lo que tenía valor para ellos.
Ydris que ahora contaba con 17 años, regresaba después de una ardua mañana de cacería, traía consigo tres liebres atadas de las patas con un lazo, había sido un golpe de suerte haberlas cazado con tanta facilidad sin perder ninguna de sus flechas.
Cuando llego a una pequeña colina observo la conmoción que reinaba en el pueblo, distinguió a varios desconocidos y a los aldeanos tratando de defender sus pocas pertenencias Ydris se dio prisa para llegar a su hogar el cual seguía ajeno a aquella conmoción, permaneció oculta como pudo entre varios árboles y arbustos.
No tuvo tiempo de advertir a sus padres, justo cuando ella había llegado al fin a su pequeña casa y entrado por la puerta trasera, 4 de aquellos hombres irrumpieron por la puerta delantera, el padre de Ydris trato de retenerlos, siendo herido mortalmente por la daga de uno de aquellos hombres.
Dos de ellos las aprisionaron a ella y a su madre mientras un tercero inspeccionaba sus peculiares rasgos, la madre de Ydris se opuso fieramente al trato que estaban recibiendo murmuro una palabra en el idioma antiguo y acabo de inmediato con el hombre que tenia justo frente a ella.
Los hombres se asustaron al notar que eso había sido obra de la magia, uno de ellos entrado en pánico hirió mortalmente a la madre de Ydris justo frente a sus ojos.
Ella forcejeo tratando de llegar a su madre, y oponiéndose a ser llevada de ahí, ella ignoraba aquellas palabras o frases que podrían asesinar de inmediato a un hombre, su madre la había considerado demasiado joven para enseñárselas.
Ydris observo con rabia como aquellos sujetos saqueaban las pocas pertenencias que tenían, y además de ello prendían fuego al techo de paja seca el cual ardió inmediatamente sin que ella pudiera hacer nada. Un fuerte golpe en la nuca nublo su vista y sus pensamientos sumiéndola en las profundidades de la inconsciencia.
Cuando por fin recobro el conocimiento se encontró fuertemente atada, sus captores y los asesinos de sus padres se encontraban a unos 6 metros de donde ella se encontraba sentados alrededor de una fogata; mientras comían y bebían, Ydris los escucho hablar de cuál sería su destino, planeaban llevarla hacia Dras-Leona y ahí venderla como esclava a algún rico comerciante. Avanzarían durante el día por el bosque que rodeaba a las vertebradas hasta llegar al rio Troak, de ahí seguirían el cauce hasta el lago Leona y posteriormente a la ciudad. Deberían de ser cuidadosos y evitar los caminos, ya que no querían ser descubiertos por alguno de los jinetes que a esas alturas se habrían enterado ya de lo sucedido en Daret.
Ydris podía conformarse con saber lo que le esperaba en Dras-Leona y aceptar la vida que tendría, o bien podría intentar escapar de sus captores, como media elfa que era no le costaría mucho escapar en un espacio tan abierto, pero a donde iría? Regresar a Daret sería una locura y solo bastaría para que la capturaran de nuevo o destruyeran el pueblo. Adentrarse en las vertebradas también sería una locura, no conocía las montañas, y sin un arco y flechas para defenderse no podría sobrevivir a las bestias que ahí habitaban y de las que había oído hablar. Podría intentar viajar al sur y llegar a Dauth, o buscar refugio en Ilirea, la enorme ciudad elfica que era la base de los jinetes.
Suspiro mirando al cielo, los enormes arboles apenas y dejaban ver alguna que otra estrella, no tenía tantas opciones a donde huir, su única salida era llegar a Ilirea y pedir refugio entre los jinetes, después podría pensar en qué hacer, tal vez marcharse a Du Weldenvarden al lugar donde su madre vivió, pero dudaba ser bien vista por los elfos dada su naturaleza semi humana. Eso considerando si llegaba con vida a Ilirea, había la posibilidad de ser atacada por alguna bestia o perderse y morir de hambre.
Se dejo caer en las hojas secas que se esparcían por el piso alrededor del árbol donde estaba apoyada, trataba de soltar sus ataduras mientras observaba a sus captores a los lejos, se concentro haciendo memoria de las lecciones de su madre, busco las palabras que podrían ayudarla a romper sus ataduras o aflojarlas, si cometía un error podría desgastar su energía por completo, o apretar mas las cuerdas que amarraban sus manos y pies.
Pronuncio el hechizo en un susurro inaudible, sintió alivio cuando la sangre volvió a fluir con normalidad en sus muñecas y sus pies, sin embargo no se movió por miedo a llamar la atención, busco algo con que distraer a la banda de ladrones que tenía enfrente, observo fijamente el fuego
- Brisingr – murmuro
Las llamas de la fogata crecieron causando conmoción en el grupo, mientras trataban de apagar las grandes llamas, Ydris se puso de pie de un salto y se alejo tratando de ser silenciosa, lamentablemente uno de los ladrones noto su huida antes de que se perdiera de vista.
Sintió la adrenalina recorrer su cuerpo, y comenzó a correr en dirección contraria al cauce del rio Troak o al menos eso esperaba. Poco a poco se alejo del cauce corriendo el línea recta la dirección había dejado de importarle mientras se alejara de los bandidos.
Tropezó con una raíz bastante salida de la tierra, y cayó al piso en el borde de un pequeño claro, miro a sus alrededores desorientada, tratando de escuchar voces o algún sonido amenazante, nada... el bosque estaba tranquilo y silencioso, se escuchaba uno que otro grillo que permanecía oculto en la hierba.
Un sonido repentino alerto sus sentidos, el aire en el pequeño claro comenzó a arremolinarse, zum, zum... el ruido comenzó a ser cada vez más frecuente.
Ydris levanto la mirada al percatarse de que aquel zumbido provenía de arriba. Repentinamente una silueta obscura recorto el cielo, era aquella enorme silueta lo que provocaba aquel zumbido cada que aleteaba con sus enormes y poderosas alas.
- Un jinete – murmuro Ydris incapaz de moverse de donde estaba.
El enorme dragón aterrizo en el claro con elegancia y una ligereza que Ydris no creía posible en una bestia de tal tamaño. El jinete bajo de un salto observando con detenimiento el lugar.
Ydris contuvo la respiración y permaneció quieta cuando la mirada del dragón se poso en su escondite, el jinete se acerco quedando a un par de pasos de donde ella estaba
- Eka aí fricai un Shur'tugal!- dijo en el idioma antiguo y en un tono tranquilizador - Soy un jinete tu amigo!- repitió en el idioma de los hombres.
Ydris dudo unos momentos, finalmente salió de su escondite quedando de frente al jinete, Ydris lo observo bien, su cabello largo estaba sujeto en una coleta, el brillo de la luna le daba algunos toques plateados y azulados al cabello claro, sus rasgos eran finos y sus orejas largas
- Eres un elfo- murmuro con sorpresa
- Me alegro de encontrarte aun con vida- respondió el elfo de manera educada- nos enteramos de lo sucedido en Daret muy tarde, hemos buscado a ese grupo de bandidos en varios pueblos y ciudades, sin embargo siempre han conseguido escabullirse
- Como supiste que estaba aquí?
- Detectamos tu presencia en este bosque, es raro que los humanos se adentren en estos parajes solos... además sentimos tus emociones, miedo, desesperación, ira... supuse que tal vez serias la chica que fue raptada en Daret por lo que aterrice aquí
- Cómo pudiste encontrar mi presencia y no la de esos malditos...
- ... esos bandidos saben cómo cerrar su mente a intrusiones ajenas- interrumpió - eso nos dificulta el encontrarlos para hacerlos pagar por sus crímenes
- Pues lamento no ser de mucha ayuda... escape de ellos y corrí sin rumbo fijo, no sé donde puedan estar
- Cerca si te están buscando, puedes ayudarme a saber dónde está su campamento
- Te dije que no lo se... no podría llevarte a ellos
- Me permitirías registrar tu mente
- Registrar?
- Tus recuerdos de tu huida... con ello me daré una idea de donde pueden estar
- Puedes hacer eso?- pregunto Ydris con sorpresa- si... si eso te ayuda.. puedes hacerlo
El jinete inclino la cabeza como agradecimiento y entro en los recuerdos de Ydris ella dio un respingo al sentir aquella intrusión en su mente, se sintió aliviada cuando aquella intrusión desapareció de su cabeza.
- Fue extraño- murmuro abrazándose a sí misma
- Gracias a ti sé dónde puedo encontrarlos- respondió el jinete- lo mejor será que permanezcas aquí
- Pero.. que hare si ellos vienen?
- Glaedr se quedara contigo- respondió- dudo mucho que se acerquen a un dragón y menos de su tamaño
- Y tú?
- Estaré bien... si esos bandidos llegan con ustedes mientras no estoy... lo sabré- dijo adentrándose al bosque
- Espera!- lo llamo Ydris, el jinete se detuvo y la miro de reojo- Cual es tu nombre ... jinete
- Oromis Shur'tugal– respondió este únicamente y siguió su camino
Ydris lo siguió con la vista hasta que se perdió entre los árboles y la obscuridad, se sentó sobre el césped debido al enorme cansancio que repentinamente le había atacado, su estomago reclamaba alimento, sus piernas un descanso y su cuerpo dormir un poco... se dedico a observar su sombra proyectada por la luna.
Sintió los pesados pasos del dragón moviéndose por el claro, la enorme sombra del dragón oculto completamente la suya, Ydris se sobresalto al ver que la cabeza de aquella enorme y majestuosa bestia se aproximaba a ella.
No tienes por qué estar asustada- resonó la voz del dragón en su cabeza
- Puedes hablar?- pregunto Ydris con sorpresa
El dragón parpadeo asintiendo ligeramente
Pensante acaso que era mudo?
Ydris se apeno debió poner una expresión bastante obvia, se disculpo de inmediato por aquel mal entendido.
Deberías descansar un momento, Oromis se hará cargo de esos bandidos
- Llevan buscándolos mucho tiempo?- pregunto Ydris sentándose en la hierba de nuevo, abrazó sus rodillas y oculto su rostro detrás de estas
Tu corazón está lleno de resentimiento y rabia contra esos bandidos
- Asesinaron a mis padres frente a mi... si no hubiera escapado... por la mañana estaría en camino a Dras- Leona para ser vendida como esclava- murmuro Ydris haciendo presión en sus brazos, todo había pasado tan repentinamente que no fue hasta ese momento que sintió la necesidad de llorar por la rabia que la recorría
Glaedr se recostó a su lado y la cubrió con una de sus enormes alas, Ydris lo observo pero el dragón miraba hacia el bosque en la dirección que Oromis se había marchado, Ydris le agradeció en silencio dejando que las lágrimas fluyeran y resbalaran por sus mejillas.
Permaneció así por unos minutos, sus lágrimas no fueron suficientes para expresar el dolor y la rabia que aun sentía por dentro como una feroz bestia esperando a atacar. Se puso de pie, el ala de Glaedr aun la cubría y la aislaba del frio de la noche, Ydris observo al dragón desde su posición, este no se había movido en absoluto de su pose vigilante... estiro la mano un poco queriendo tocar la piel de las alas.
Repentinamente Glaedr se puso de pie observando el bosque fijamente, como si estuviera listo para atacar. Ydris observo en la misma dirección que él, notando al menos 4 sombras que se movían por entre los árboles.
Permanece cerca de mi – dijo el dragón de manera seria- son ellos... al parecer consiguieron escapar de Oromis pero conmigo no tendrán tanta suerte
Justo había terminado de decir esto cuando una flecha salió disparada de los arboles hacia ellos Ydris advirtió a Glaedr pero sorprendentemente para ella la flecha se desvió sin causarles daño alguno
- Como... como pasó eso?
Las protecciones que puso Oromis a mí alrededor son fuertes, una simple flecha no es ningún riesgo para mí
- Magia? Se puede hacer eso con magia?- pregunto Ydris, de haberlo sabido antes pudo tal vez proteger a su familia... sin tan solo fuera un poco mas fuerte
Esos pensamientos lograron llegar hasta Glaedr, el cual la observo de reojo sin decir nada. El dragón enderezo la cabeza y echándola ligeramente hacia atrás exhalo una enorme lengua de fuego dorado hacia el cielo.
Los hombres ocultos en el bosque se arremolinaron asustados, justo en ese momento Oromis llego atacándolos y lanzándolos a campo abierto.
Los cuatro hombres no opusieron resistencia ante la imponente presencia de Glaedr, los pobres estaban tan muertos de miedo que se rindieron sin poner objeción alguna.
Oromis los inmovilizo con un hechizo que murmuro rápidamente, Ydris lo miro sorprendida sabia que los jinetes eran diestros en las artes mágicas, pero ella jamás había visto algo similar a aquello. Oromis se acerco a los hombres que tenía inmovilizados, tras un rato de silencio suspiro y desvió su atención de los bandidos.
- Son ellos- dijo en tono cansado
Que ha sucedido con los otros – pregunto el dragón dejando que Ydris escuchara aquella conversación cosa que pareció sorprender a Oromis .
- Es extraño que compartas este tipo de conversaciones con alguien ajeno a mi
Considere que ella necesitaba escuchar que sucedió con los asesinos de sus padres y causantes de su desgracia
- Han muerto- respondió el elfo tranquilo- prefirieron eso en lugar de abrirme sus mentes... fue mucha presión para sus débiles mentes
- Muertos dices?- pregunto Ydris con sorpresa- Muertos debido a que no te abrieron sus mentes
- Si así es, estos de aquí prefirieron cooperar más, los llevaremos ante Vrael y el decidirá cuál es el castigo más justo para ellos, a menos que... quieras vengarte
Ydris lo miro con sorpresa, vengarse? Vengar la muerte de sus padres y el que hayan arruinado su vida, había considerado que esa era una loca e imposible acción, que ella jamás tendría oportunidad de vengarse, y sin embargo ahí estaba, de pie ante los asesinos mientras que un jinete le ofrecía aquella oportunidad.
Oromis le tendió una daga, Ydris la tomo y la observo por unos momentos, la empuñadura tenia hermosos grabados que brillaban ante la luz de la luna, observo a los asesinos y nuevamente la daga... se acerco con paso lento a ellos dejando correr toda la rabia que sentía, levanto la daga delante de uno de ellos... pero dudo, las lagrimas corrían por sus mejillas y su mano temblaba
- No puedo- murmuro- yo no soy nadie para clamar mi propia justicia.. eso... solo me convertirá en uno de ellos- murmuro dejando caer la daga al suelo, apretó los puños ante la impotencia que sentía- mis padres no querrían verme convertida en asesina solo por venganza... eso... eso no me devolverá mi vida, no me devolverá a mis padres
Oromis la observo fijamente y después a Glaedr, ambos parecían tener una conversación privada, Ydris no se quiso entrometer, trato de distraerse viendo los raspones que se había hecho al escapar por el bosque y las heridas de sus muñecas causadas por la cuerda con la que había estado atada.
- Curare tus heridas- dijo Oromis acercándose a ella
- No es necesario... puedo hacerlo sola- respondió Ydris - Waíse heill!- murmuro pasando su mano por sus raspones, sintió un leve picor en la piel y sus raspones desaparecieron
Al terminar su curación se sintió agotada, más de lo que nunca en su vida se había sentido jamás, respiro con dificultad por unos momentos, Oromis se aproximo y la sostuvo para que no desfalleciera.
- Tenía razón al pensar que sabias usar la magia- dijo de manera seria- eso es un talento... muy complicado de encontrar en los seres humanos
Ydris lo miro con sorpresa, había cometido el error más grande de su vida al usar magia delante de otras personas.
- Debiste de ver en mis recuerdos que use la magia para huir- respondió
- Fue ahí donde me di cuenta- respondió Oromis sin perder la calma- me pareció extraño ese talento en un humano, pero al ver la mente de esos 4 de ahí vi cosas de ti que no me había percatado
- Cosas? Qué clase de cosas?
- Tu madre era buena en el uso de la magia, sin embargo no era una hechicera como tal...
- Mi madre era realmente una Elfa- murmuro Ydris desviando la mirada
El jinete parecía pensativo observo de reojo a su dragón sin decir nada, Ydris supuso que estaban teniendo nuevamente una charla silenciosa como la que habían tenido momentos antes.
- Me gustaría que nos acompañaras a Ilirea- dijo al fin
- Acompañarlos? Pero... has capturado ya a esos bandidos, para que mas me necesitarían
- Necesitamos pruebas de que esos sujetos son los que buscamos, además de pruebas de sus fechorías
- Creí que habías hurgado eso en mi mente
- Vrael querrá comprobarlo por su cuenta
- Vrael?- pregunto Ydris algo desconfiada
- Es el líder de los jinetes es un hombre justo y muy fuerte nosotros los jinetes obedecemos sus ordenes
- Bien...- respondió Ydris después de unos momentos de silencio- iré con ustedes a Ilirea... después de todo no tengo un hogar al cual regresar ni familiares con quien quedarme
- Tal vez los tengas- respondió Oromis
Entre los elfos- agrego Glaedr
Ydris los miro curiosa y sorprendida, jamás había pensado tener algún pariente entre los elfos, pero aunque eso fuera verdad, la aceptarían con su condición? Su madre había escapado del bosque de Du Weldenvarden, acaso seria ella bienvenida? Aun siendo mitad humano?
No hay por qué preocuparse por eso en estos momentos, hay cosas más importantes- dijo Glaedr, al parecer el dragón había sentido todas las dudas que le asaltaban- si te quedas aquí sola y sin armas podrías morir, tu conocimiento de la magia es muy limitado, sin un rumbo fijo solo te condenarías a ti misma... si vienes a Ilirea con nosotros tendrás un techo donde dormir y no pasaras ni hambre ni frio
- Hasta que debas partir de Ilirea serás tratada como una invitada de Vrael ebrithil, te doy mi palabra de que así será
- Iré con ustedes- respondió Ydris, no pudo ocultar el alivio que sentía al saber que no se quedaría sola en ese lugar
Oromis se acerco a los bandidos, y murmurando un hechizo los obligo a sumirse en un profundo sueño
Glaedr los llevara en sus garras- respondió adivinando la pregunta de Ydris- tu iras en la silla, delante mío no te preocupes no te dejare caer
Ydris paso saliva cuando Oromis la ayudo a subir a la silla que estaba colocada en la grupa de Glaedr, después el subió de un ágil salto y se colocó detrás de ella, la ayudo a amarrarse los pies con las correas de la silla para darle mayor seguridad.
Glaedr miro de reojo a Ydris la cual estaba rígida por el miedo
No es necesario estar tan tensa polluela, Oromis no dejara que te mates en pleno vuelo- dijo el dragón con un tono algo burlón.
- Polluela?- murmuro Ydris algo confusa por aquel tono en que el dragón le hablaba
- Parece que le agradas a Glaedr - dijo Oromis en un tono similar al del dragón- normalmente solo le dice así a los nuevos jinetes o a sus dragones- agrego, su rostro tomo una expresión seria de nuevo- es hora de irnos
Sujétate bien Oromis, no quiero que resbales a mitad del vuelo- dijo el dragón impulsándose con un salto para levantar el vuelo al tiempo que sujetaba a los bandidos en sus garras y volaban en dirección al sureste rumbo a Ilirea.
Ydris sintió vértigo por unos momentos y cerró los ojos hasta que sintió que Glaedr dejaba de elevarse, abrió los ojos poco a poco, solo sentía el aire en la cara y el batir de las poderosas alas de Glaedr pero el resto era un vuelo tan estable que Ydris se sentía como su aun estuvieran sobre tierra firme.
Observo hacia abajo la luna iluminaba los bosques y las llanuras, todo se veía tan distinto desde esa altura.
Ydris comenzó a sentirse entumida por lo largo del viaje incluso su cuerpo comenzaba reclamar un descanso.
No desesperes polluela... casi hemos llegado- dijo el dragón disminuyendo la altura un poco
- Por ahí- le señalo Oromis
Ydris miro en esa dirección, al principio no distinguía nada, pero poco a poco sus ojos distinguieron la silueta de una ciudad de grandes torres, conforme se acercaron mas Ydris noto que la luna le daba a la ciudad un extraño brillo plateado como si esta brillara.
- Pareciera que estuviera viendo un sueño
- Muchos tienen esa impresión de Ilirea- dijo Oromis de manera tranquila- Siento que el brillo de la luna oculta la verdadera belleza de la ciudad aunque le da un aspecto más sobrenatural
- Podre verla?
- Mañana, después de que tomes un largo y merecido descanso
- Aun pienso que es un sueño- murmuro Ydris
- Pasaste por muchas cosas en un solo día
Es normal que pienses que fue un sueño debido a lo que rápido que pasaron las cosas- dijo Glaedr de repente- pero debes entender que no lo es... si dejas que el pasado te atormente para siempre cegara tu visión al futuro, el pasado es para aprender de él y para mejorar y madurar para tener un futuro más prometedor
- Lo entiendo- murmuro Ydris sujetándose a la púa del cuello de Glaedr - gracias por todo lo que hicieron y lo que están haciendo por mi
- No hay nada que agradecer, perdiste lo que tenias y a quienes amabas a causa de que no logramos detener a tiempo a esos bandidos, soy yo quien debe pedirte una disculpa
- No puedo culparte, ni a ti ni a los jinetes, Alagaësia es muy grande y los jinetes son pocos, a veces las cosas pequeñas se pasan por alto, o al menos eso decía mi madre
- Tu madre tenía razón al decir que los jinetes somos pocos, hace casi ya 10 años que no ha nacido ningún nuevo dragón ni con los elfos ni los humanos
- 10 años?
- Los jinetes que estamos ahora son los que llevamos años haciendo esto, y unos pocos que pronto terminaran su entrenamiento
- Hace cuanto te convertiste en jinete
- Mucho tiempo- respondió Oromis evadiendo la respuesta
Ydris se dio cuenta de esto sin embargo decidió no preguntar mas, Oromis no tenía la obligación de satisfacer su curiosidad.
Glaedr comenzó a volar en círculos sobre las torres, buscando un lugar para aterrizar cómodamente, pego sus alas al cuerpo para descender, Ydris sintió que el estomago se le encogía por la repentina caída, antes de llegar al duro suelo de roca el dragón extendió las alas para frenarse en el aire y bajar con suavidad bajando primero las poderosas patas traseras y dejando a los bandidos que sostenía con sus garras a un lado para poder aterrizar bien.
Oromis bajo de un salto de la silla y ayudo a Ydris a bajar, ella aun no se recuperaba de aquella impresión las piernas le temblaron un poco estando a punto de caer, Oromis se apresuro a sujetarla.
- Necesitas descansar- le dijo tranquilo al tiempo que algunos elfos salían de las torres y se aproximaban a el
- Oromis - Elda Atra esterní ono theldum- lo saludaron llevándose los dedos a los labios y luego doblaron la mano derecha sobre el esternón
- Mor'ranr lífa unin hjarta onr- respondió Oromis, Glaedr inclino un poco la cabeza
- Un du evarínya ono varda- finalizaron los elfos
- Oromis - Elda- lo llamo uno de ellos- creímos que pasaría la noche fuera junto a Glaedr, sucedió algo? Tiene noticias de los causantes de la desgracia en Daret?
- Esos hombres que están ahí son los únicos que quedan del grupo que saqueo Daret – dijo Glaedr
- Llévenlos a las celdas y levanten el hechizo que los mantiene dormidos, Vrael ebrithil se hará cargo de juzgarlos como es debido por la mañana
- Como ordene Oromis - Elda- respondieron los elfos, uno de ellos observo a Ydris
- Ella viene con nosotros, y será tratada como invitada de Vrael está aquí para presentar su declaración ante estos hombres que son los asesinos de sus padres, necesita un descanso y hasta mañana no quiero que nadie la moleste está claro
- Si Oromis - Elda
Los elfos liberaron a los bandidos del hechizo y los llevaron a una de las torres, Oromis guio a Ydris hacia la torre contraria, Ydris observaba el elegante patio donde estaba, el piso estaba hecho de rocas en cuyas uniones creía el pasto perfectamente cortado. Levantó la mirada observando las enormes murallas y torres de las que se componía Ilirea, Oromis siguió su camino sin detenerse, el elfo caminaba con tanta rapidez y ligereza que Ydris se veía en la necesidad de correr un poco para darle alcance, rodearon la torre y salieron del elegante patio por un sendero oculto entre unos árboles tan grandes que el paso que formaban las ramas entrelazadas permitían el paso a un dragón tan grande como Glaedr .
La distancia que separaba a los arboles se fue incrementando, dando paso a algo mucho más impresionante para Ydris, el sendero de rocas por el que caminaban dio paso a un sendero de madera y piedrecillas blancas, pero lo que más sorprendía a Ydris era el hecho de de los arboles parecían brotar viviendas, Las casas eran de distintos tamaños, algunas tenían dos plantas y otras solo una pero eran tan largas que nacían de dos árboles vecinos.
Ydris se tallo los ojos, pensando que se trataba de una ilusión, sin embargo aquellas casas seguían ahí, las observo con más atención, ninguna estaba al nivel del piso y las escaleras que permitían el acceso a ellas parecían nacer del mismo tronco del árbol tal como hacían las viviendas.
- Como puede ser eso posible?- pregunto aun sorprendida
- Los elfos no talamos arboles para construir nuestras viviendas, vivimos en armonía con la naturaleza y a su vez ella nos protege y nos brinda lo que necesitamos
- Pero... son.. son casas que salen de los arboles!- exclamo Ydris sin poder contener más tiempo su enorme sorpresa- eso... como pueden hacer eso!?
- Cantamos a los arboles
- Cantan? Cantan a los arboles y ellos toman esa forma
- Así es las canciones son hechizos que nos permiten entablar una relación con la naturaleza, obtenemos nuestros hogares cantándole a los arboles así como muchas veces obtenemos nuestro alimento y muchas otras veces armas como arcos y flechas
- No sabía que se podía hacer todo eso con la magia
- Hay muchas cosas que tu madre paso por alto, ella solo te enseño lo que creyó sería más conveniente para ti y para que pudieras sobrevivir en el mundo y con las reglas de los humanos
- Si mi madre era una elfa... por su aspecto era diferente al tuyo? O al de los demás elfos que he visto cuando llegamos aquí?- pregunto Ydris confusa- los elfos tienen rasgos finos, y orejas puntiagudas y ojos algo rasgados... pero mi madre... mi madre no era así su rostro no era tan fino y sus orejas eran redondeadas y sus ojos eran más redondeados ...
- Eran hechizos, tu madre oculto su naturaleza elfica con hechizos
- Eso se puede hacer?
- Es magia muy avanzada, pero muchos de nuestra raza los usan para cambiar su apariencia física muchos elfos son demasiado vanidosos, y creen que la imagen física es lo más importante alteran sus rasgos hasta estar satisfechos, incluso muchos dejan de parecer elfos y parecen más animales salvajes, para ellos esa apariencia les parece la más adecuada y la más perfecta para vivir en la naturaleza.
Ydris no pregunto nada mas, siguió a Oromis mientras observaba aun el paisaje extraño que daban aquella casas de árbol, llegaron a una casa de dos pisos que crecía en medio de dos pinos Glaedr subió de un salto mientras Ydris y Oromis subían por las escaleras, Ydris subía con dificultad, las escaleras eran muy altas y muy estrechas, observo a Oromis subir con calma.
