Ven Aquí

Capítulo 1

Los rayos del sol se filtran por la ventana, no quiero levantarme. Esta semana ha sido de idas y vueltas en el trabajo, ni siquiera sé qué día es, solo que por fin tengo un respiro de esta ajetreada agenda. Enciendo mi notebook y coloco música en orden aleatorio. Me levanto a buscar algo para comer, anoche estaba tan cansada que ni siquiera comí algo, sólo recuerdo dejar mis cosas, quitarme la ropa y tirarme en mi cama... luego de eso, nada.

Busco alguna colación, es temprano para almorzar, así que saco una manzana de la frutera y me voy a la pieza nuevamente. El notebook ya está encendido y con el Internet conectado, así que abro Facebook, Gmail y una página para comprar un libro online. Esté día no me levantaré para nada, pretendo estar acostada todo el día y dormir…me hace muchísima falta.

Mi celular empieza a sonar, me debato entre contestar o seguir haciéndome la estúpida. El sonido se vuelve insistente y opto por ver quién llama a esta hora. Los colores se me van del rostro al ver de quién proviene. Al séptimo timbre le contesto.

-¿Hola? -¿Desde cuándo mi voz suena tan temblorosa?-

-Por fin contestas, ¿éstas con alguien? -Su voz tiene ese tono autoritario que me hace estremecer.

-No, sólo que estaba dormida…-se escucha un silencio prolongado- ¿para qué llamabas?

-Quiero verte…ahora. Te espero en mi departamento en una hora.

El sonido de la línea me indica que colgó. Siempre es así, no espera una respuesta. Estos momentos son los que más detesto. ¿Y si no le hago caso y me quedo en mi departamento, descansando? Así me evitaría demasiados problemas…A quien engaño, sé que me muero por ir. Me levanto rápidamente de la cama, dejando un camino de prendas hasta el baño. Me ducho rápidamente, no hay tiempo para el baño de sales minerales y velas aromáticas que había planeado tomar. Salgo envuelta con una toalla con estampados de patitos. Hay cosas que nunca cambian. Lord Tubbington se encuentra en la entrada de mi cuarto, su mirada es acusadora, cómo si supiera que haré algo malo.

-Tubbs no me mires así, ¿okey? Sé que no es lo correcto, pero no puedo hacer nada.

El gato me mira por última vez reprobatoriamente y se va. Busco alguna prenda que sea sexy pero casual, no quiero que se de cuenta que me importa demasiado estos encuentros. Finalmente me decido en ropa interior roja (sé que ama este color), unos jeans entallados que resaltan mi figura y una blusa azul a juego.

Le dejo comida y agua a Lord Tubbington y busco mi bolso que dejé la noche anterior en el sofá. Miro el reloj, sólo me quedan treinta minutos para la hora acordada. Llego hasta el ascensor para darme cuenta que nuevamente está en reparación. Bajo de dos en dos las escaleras, no debí aceptar vivir en el séptimo piso, aún cuando estoy en buena condición física. Cuando llego al aparcamiento tengo gotas de sudor en mi frente.

Conduzco particularmente lento, todos se quejan de eso, pero en esta ocasión recorro un camino de media hora en solo la mitad. Llego a su departamento, es uno de los edificios más imponentes de L.A., la primera vez que estuve aquí quedé con la boca abierta, literalmente, aún ahora lo hago. Al llegar a recepción Rory me saluda cortésmente.

-Qué bueno verla por aquí, señorita Brittany.

-Hola Rory, y sabes que puedes tutearme.

Su sonrisa se hace más amplia y asiente.

-Llamó recién, la está esperando…

Subo al ascensor y marco el piso diecinueve, a pesar de haber estado aquí tantas veces mis manos aún sudan y mis rodillas tiemblan cada vez que vengo a este lugar. Llego a la puerta de su habitación, ¿por qué sigo haciendo esto? Tiene pareja, están comprometidos y yo solo soy una secretaria, su simple secretaria que mantiene encuentros íntimos con su superior. Debería huir de aquí y no volver. Cuando estoy a punto de dar vuelta y regresar a mi hogar la puerta se abre y sus oscuros ojos se internan hasta lo más profundo de mí ser, sin opciones de arrancar.

-Te estaba esperando, Britt.

Su voz es potente y cargada de lujuria…llenando todos mis sentidos. Quedo hipnotizada cómo tantas veces y vuelvo a pecar. No tengo salida, estoy atrapada por cada cosa que diga o haga y lo peor es que engaño a una de las personas que más quiero; porque si, la dueña de estos ojos oscuros es mi jefa y en unos meses más la esposa de mi primo Sam. La dueña de mis tormentos y pecados, de mis profundos secretos. Santana López.