Angel's Desire
Summary: ¿Qué pasa si una chica bella, inteligente, inocente y hasta, en cierto modo, 'angelical', se enamora del peor chico que puede haber sobre la faz de la tierra?...
Disclaimer: ¬.¬ Desgraciadamente, como ya eh dicho en fics anteriores, ningún personaje de SCC me pertenece T.T... y eso me hace muy triste o.Ó... Solo un par de personajes que irán apareciendo a medida que el fic transcurra son inventos míos.
Notas de la autora: Completamente 'UA'. Ya sabrán por qué lo digo. Espero que les guste .
Capítulo 01: El nuevo estudiante
¡¡Otra vez tarde!! El despertador no había sonado y nadie ma había despertado, ya que nadie se había dado cuenta de la hora que era. Tan pronto como pude me paré de un salto. Las 8:00. Aún había algo de tiempo. No era tan tarde... Baje las escaleras corriendo con prisa.
- Buenos días mamá. --Salude apresuradamente, tomando una tostada, metiéndola en mi boca como fuera toda entera, mandándole un buen sorbo de jugo detrás. Mamá me miró sonriente y dijo un breve "buenos días", volviendo a su labor.--
- Monstruo.. Te quedaste dormido. --Dijo Touya, bebiendo un sorbo de espumante café con leche que le dejó un pequeño borde marcado al rededor del labio inferior. Lo miré con resignación, sin decir nada, medio atragantada, poniéndome los patines con rapidez-- ¿No quieres que te lleve, monstruo?...
- Oh Touya, no le digas así a tu hermana. --Dijo mamá, terminando los almuerzos--
- Mhhp... --Touya parpadeó, observándome--
- ¿De veras?... ¿Me llevas? --Se levantó de la mesa, terminando su taza de café con un sorbo--
- Claro.
- ¡¡¡Ouuuhhh!!! ¡¡Gracias!!... --Dije, poniéndome de pie con los patines sin amarrar-- ¡Adiós mamá!... --Saludé a mi madre con la mano, mientras salia de la casa--
- Adiós hijos. Que tengan una buena mañana. --Sonrió dulcemente--
Al legar al colegio, me despedi de mi hermano con un beso en la mejilla -como nunca- y un 'gracias' que se perdió en el aire cuando bajé corriendo del auto.
Iba tan apresurada, que no note que alguien iba caminando delante. Obviamente, como era de imaginarse, choqué con él.. O ella. Ambos quedamos tendidos en el suelo. Yo sobre él. Era un chico, definitivamente.
Me levante sobándome la cabeza. ¡Qué golpe!... Mire el reloj. Las 8:15. Ya era muy tarde. Mire al muchacho que permanecía en el suelo, inmovil, mirándoma. Lo observe durante unos segundos. No conocía a ese muchacho, era la primera vez que lo veía en el colegio...
- ¡¡Lo lamento mucho!! No fue mi intención, es solo que...
- No importa. --El muchacho miró hacia el colegio-- ¿Estás bien?...
- Sí... G-Gracias... --Extendí mi mano para ayudarlo a levantarse--
- Uhm... Bueno... Creo que ya llegamos tarde... ¿No?... --Inquirió el muchacho, quitándose el polvo del uniforme--
- Sí... Lo siento... Es mi culpa... --Dije algo apenada--
- Está bien... Mh... Nos vemos luego... --Dijo comenzando a caminar--
Lo observó unos segundos y luego seguí al chico. Al llegar a los lockers, ambos nos cambiaron los zapatos negros por los blancos reglamentarios y comenzamos a caminar nuevamente en la misma dirección. '¿Acaso me seguirá?' Pensé, algo nerviosa. Al llegar al salón, el chico abrió y entró. ¿Por qué entraba en mi salón?... ¿Acaso él sería el estudiante de intercambio que venía de China?... '¡¡Genial!!' Me dije a mí misma con ironía. 'Su primer día y ya le diste mala impresión'...
Suspiré y entre en el curso, disculpándome con el profesor por llegar tarde. El muchacho había entrado sin decir ni 'Buenos días' y se había acomodado en el último pupitre de la última fila, justo junto a la ventana.
Cerré la puerta y me dirigi a mi pupitre. Saludé alegremente a Tomoyo. La clase pasó lentamente. Fue una hora que se hizo como diez. Cuando finalmente tocó el timbre, algunos alumnos salieron del curso, otros nos quedamos. El chico nuevo entre ellos. Yo lo observaba desde mi pupitre. Era... '¿Raro?'... Quizás...
Note que el chico miraba con expresión sumamente aburrida por la ventana, y en que su mano tenía un pequeño mp3, el cual parecía estar a todo volumen, porque algo de la melodía de la canción que el ambarino escuchaba se escuchaba hasta donde yo estaba -en la otra punta del salón-.
Sakura noté algo raro. Era nuevo... Pero sin embargo el profesor de Biología no lo había notado y no lo había presentado... Debía hacer algo para saber quién era el chico... 'Achaté' mis ojos tanto como pude hasta que finalmente veía solo una delgada línea. Lo escudriñé con curiosidad. ¿Cómo se llamaría?... ¿Quién sería?... ¡¡¡Me moría de la curiosidad!!!
A penas el timbre de clase sonó, la profesora de historia, de unos 55 años y unos cuantos kilitos de más entro en el curso, me paré a hablar con ella. La profesora me guiñó un ojo con complicidad y aceptó el pedido.
- Buenos días alumnos... --Todos se pararon junto a sus asientos, excepto el chico-- Uhm... Disculpa querido.. --Miró al joven inquisidoramente. Él no prestó atención, ya que no oía nada más que su música-- Mhh... --La profesora se fijó en la planilla de alumnos. Un nuevo nombre.-- 'Shaoran Li'... --Leyó sin demasiado interés-- Pueden sentarse chicos...
Al notar que la miraba suplicante, la profesora se acercó hasta Shaoran. Le quitó el mp3. Sonreí por lo bajo. Sin querer ya lo había metido en problemas... O al menos eso parecía.
- Jovencito... Debes presentarte ante tus compañeros. --Ordenó la regordeta--
- Ya me lo veía venir. --Dijo Shaoran, bostezando. Luego se levantó y caminó hasta la pizzara-- Uhm... Bueno... Mi nombre es Shaoran Li y vengo de China... Soy el estudiante de intercambio. --Dijo sin ánimo alguno, clavando la vista sobre mí. Él sabía que la idea de que se presentara había sido mía... Shaoran la asesinó de miles de formas distintas -y muchas de ellas sádicas- en su mente. Luego volvió a su pupitre. Me sentí bastante incómoda. ¿Cómo podía saberlo?...--
- Bien chicos... Abran su libro en la página 57. Comenzaremos con la segunda guerra mundial...
La profesora comenzó un largo y aburrido discurso sobre Hitler, sus sádicas y dementes ideas, y de la guerra en general. Shaoran no prestaba demasiada atención, puesto que el tema, mucho no le interesaba. Bostezaba cada tanto y me escudriñaba con la mirada, creyendo, de seguro, que yo no lo notaba, pero en realidad me hacía la estúpida. ¡JA! Se notaba que ese chico aún no me conocía... Ya iba a tener tiempo de hacerlo con lujo de detalles... Nadie podía creerse superior a Sakura… Menos alguien como él…
---1º persona. Shaoran---
Por Jesús, los santos y los demonios. ¿Por qué tenía que hablar? ¿Por qué quiso que me presente?... ¡¡¡Arg!!! ¡Qué coraje! ¿Quién se cree? Espero que no sea otra estúpida niña de las que se enamoran de mi y se me pegan como chicle, o juro que la mataré... -Miraba a Sakura con la cabeza apoyada en sus manos- Quizás... Sería bueno divertirme un poco con ella... -Pensaba para sí mismo, hasta que lo interrumpió el timbre que indicaba la hora del almuerzo-
Genial, al comedor, con quien sabe qué otros idiotas me encontraré... -Suspiro- Bien... Supongo que esto me saco por vivir con mi madre... Supongo que si ella quería que fuera un castigo, realmente lo está logrando. Primero, mandarme a este pueblucho insignificante y tedioso, y segundo, inscribirme en un colegio privado... ¡A quién se le ocurre! Solo a esa maldita zorra... -Hablaba de su madre como si fuera alguien completamente ajena a él-
- Mhh... Veamos... -Miré hacia todos lados-
Ni una mesa disponible...--Gruñí-- Quizás... --Observé una mesa allá a lo lejos con cinco chicas y dos chicos-- Oh no... La bocona... --Arqueé una ceja-- Tal vez sea mi oportunidad de ganármela... --Sonreí maliciosamente hacia mis adentros, pensando en cómo destrozaría el corazón de aquella inocente niña—
Comencé a caminar con flojera, y las manos en mis bolsillos hasta donde estaba la castaña, junto con la chica de largo cabello negro, y otras tres de aspecto algo… ¿Nerd?... Sí, esa era la palabra adecuada. También había dos chicos con ellas. Al llegar a la mesa, me quedé parado frente a la misma, mirándolos. El chico de cabello azabache y redondos anteojos me miró por sobre sus lentes. Su tez era pálida y su mirada muy inquisidora. Cesó su entretenida charla y todos se quedaron callados, mirándome. Incluso la castaña de cabello hasta la cintura.
Hola. –Saludé sin quitarle de encima la mirada a la castaña de ojos verdes—
Hola… Tú eres el nuevo, ¿verdad? –Preguntó con curiosidad el azabachado, mientras limpiaba sus lentes con un pañuelo de tela… ¿De seda?...—
Así es.
¿De dónde vienes? –Cuestionó una de las muchachas. La miré. Tenía el cabello corto, atado en dos coletas que estaban trenzadas—
Soy el estudiante de intercambio de China. –Nuevamente recibí la atención de todos, que me miraban estupefactos y con curiosidad, excepto la castaña—
Interesante. –El chico de los lentes habló— Yo soy de Inglaterra. Llegué hace tres años ya. –Dijo como si me importara—
Wow… –Fue lo único que apunté a decir—
¿Cómo te llamas? –Esta vez fue la de cabello largo la que habló—
Shaoran Li. ¿Ustedes?...
Yo soy Naoko. –Dijo una de las muchachas. Esta tenía el cabello corto, lacio, color café— Ellas son Rika, Chiharu, Yamazaki, Eriol, Tomoyo y Sakura. –Dijo señalando de a poco, para que "conociera" a todos y cada uno de ellos. Nuevamente me detuve en la castaña—
Sakura, ¿eh? –La observé por primera vez con curiosidad—
Sí. ¿Qué con mi nombre? –Contestó con rudeza—
Nada… Es tan común como la que lleva el nombre. –Respondí sonriendo maliciosamente. La chica no se inmutó. ¿Qué pasaba con ella? ¿Acaso no se sentía mal con mi 'insulto'? ¿¡QUE TENÍA ESA CHICA!?... Todas, siempre, todas, absolutamente todas, se sentían furiosas cuando les decía algo así. Ella no. Solo me miró desafiante—
Charlé un rato con los muchachos del grupo y luego me marché. Debía ir a retirar mi horario. Aún no lo tenía, puesto que, al llegar tarde, ni siquiera me había molestado en ir a la oficina del director a buscarlo. Por casualidad me había enterado del curso en el que estaría, escuchando a mi madre hablar por teléfono con el director.
Pasó la mañana. Fue todo tan tranquilo que casi ni noté que ya era la hora de irnos, cuando a las 5 de la tarde sonó el timbre, finalizando con la clase de inglés. Sí. Inglés. Iba a escolaridad bilingüe… Genial, ¿no?...
Guardé con flojera las cosas desordenadamente dentro de mi mochila y salí del salón. Al salir del colegio, unos minutos después de dejar el salón, Sakura apareció corriendo detrás de mí. ¡¡Sí!! Lo había logrado, la tenía en la palma de mi mano…
¡Oye, Li! –La escuché gritar. Me paré y volteé hacia ella—
¿Ehm?...
Solo quería darte la bienvenida al colegio. –Dijo con una ceja levantada— No lo hice antes porque, como te habrás dado cuenta, no tuve tiempo entre reunión y reunión de los presidentes de clase. –No, realmente, no me dí cuenta, estúpida… Ni que me interesara lo que haces.—
Ah… Bueno. –Comencé a caminar nuevamente. Me seguía, podía oír sus pasos detrás de mí—
Pero me equivoqué. Sí. El gran Shaoran, equivocado. Imposible de creer, ¿ah?... Ella corrió y me pasó. En la entrada del colegio la esperaba un chico de lentes y cabellera gris platino, de bello rostro. Ella lo besó en los labios. ¿Así que la señorita perfecta tenía novio?... Uhm… Sin tomar conciencia de ello, apreté mis puños. Al darme cuenta, algunos minutos después, me sorprendí. ¿Por qué era eso?... ¿Acaso sentía celos de la castaña?... ¿Yo? ¿CELOS?...
Jamás…
---1º persona. Sakura---
Saludé con un beso a Yukito, mi novio. Había podido pasar a buscarme ya que ese día no trabajaba, al igual que mi hermano. Tomé su mano y nos marchamos. Disimuladamente miré hacia atrás, observando a Shaoran, quien, al verme con Yukito de la mano, había hecho de la suya un puño. Sonreí con superioridad. Lo tenía donde quería. Otro más que había caído en mi trampa. ¿Malvada? Sí, quizás. ¿Arpía? Por supuesto. ¿Cruel?... ¡Y qué decirlo!
Todos me conocían por ser una chica buena, muy benevolente, con las mejores calificaciones, ser estrictamente obediente, muy simpática y cariñosa. Sí, lo era, no lo niego. Lo soy en realidad. Pero la actitud de ese chico no me había caído en gracia. Así como era buena, también podía ser una genuina perra. A mí, Sakura Kinomoto, nadie me trataba como si fuera una más del montón. Yo era yo, y debían respetarme por eso. Nadie iba a pasarme por encima, y menos un chico raro, enojón, despistado, increíblemente desastroso… Y encima, nuevo. 'Oh no chico, te ganaste el pase al otro lado…' Pensé para mis adentros.
