Dos hombres y un bebé

Notas del autor: Uffa, después del descaro de no publicar en un tiempo que mejor no les cuento XD decidí recomenzar, releer, rescribir algunas cosillas y darle más coherencia a otras. Espero sea de su agrado este formato (Me harían exageradamente happy :'''D) Ustedes (aunque muchos no lo crean :B) son mi inspiración para escribir, y tratar de darle un finito a esta historia. Gracias a todos por leer!

Aun conmigo?

Let's READ!


Capítulo 1: Cupones Gratis

Dante el joven cazador de demonios regresaba no muy contento después de su última misión, como siempre claro, cuando hacía trabajo en 'equipo' con Lady siendo que esta última usualmente lo noqueaba y dejaba varado desnudo al lado de la carretera sin un pinche peso en la bolsa… después claro de haberse completado la misión requerida.

Dante suspiró ligeramente amargado, al menos esta vez había tenido la decencia de dejarlo vestido.

Que en sus bolsillos pulularan palomillas y no billetes con la cara de Benjamín Franklin era… lo normal en términos de Lady.

Dante seguía cuestionándose porqué siempre accedía a los chantajes de la cazadora, en vez de simplemente realizar sus misiones en solitario. Comenzaba a sospechar que la foto que Lady tenía de él donde estaba vestido como Ricitos de Oro tenía que ver con eso…

Suspirando, el cazador rojo caminaba casi arrastrando los pies directo a su local: el Devil May Cry. Para terminar de empeorar el día, su supuesto manager de empresa, Morrison, decidió dejarlo a su suerte en aquella triste y desolada carretera.

-Un día me las van a pagar… I swear to God…evolucionaré y los mataré a todos- murmuraba a lo bajo aliviado sólo al ver la puerta de su despacho. Sumiso en pensamientos, Dante empujó la puerta del local, estando ya acostumbrado a la oscuridad del interior desde que había olvidado pagar el último recibo de luz. Dante buscó a tientas el sillón de la estancia.

-Creo que dormiré un raaaaAAAA….GAH!- Justo antes de poder llegar al susodicho mueble Dante tropezó, cayendo de bruces al suelo, azotando en cámara lenta cual vil actor de reparto siendo golpeado por la mirada asesina de Chuck Norris. –¡Estoy bien, Chuck yo no fui!- gritó, incorporándose rápidamente. Miró hacia su derecha y después a su izquierda, intentando disipar las estrellitas que molestaban su vista.

-….- Entonces, guiado por el extraño sonido que irrumpió en el pequeño silencio de la habitación, Dante miró hacia abajo… hacia el objeto que había tenido la desgracia de hacerlo caer, y desenfundando sus pistolas se inclinó de tal manera que pudiera observar completamente a aquello a lo que (probablemente) estaba a punto de dispararle.

-... ¿Pero qué diablos…?- Enarcó una ceja al mover con la punta de Ivory lo que parecía ser una cobija. Dante notó también que el objeto en cuestión era una canasta, similar a la de la señora del pan que lo molestaba todas las mañanas con sus campechanas* y el… uhm…

Sacudió la cabeza, decidiendo enfocarse nuevamente en lo que tenía en frente, su sorpresa era tal tras descubrir lo que se encontraba dentro, que retrocedió unos cuantos pasos –que cualquiera pensaría que habían sido 30 zancadas— Se tropezó con el sillón de la estancia, cayendo al suelo y luego empezó a gritar como mujer histérica gritándole a la señora de las campechanas que había olvidado su cesta y entonces—!...

Se asomó dramáticamente de detrás del volcado sillón tanteando el suelo en busca de alguna de las pistolas que había lanzado durante la conmoción, ignorando el lugar donde podrían haber caído. Miró entonces hacia el pequeño objeto que descansaba a unos metros de él, resguardado por la oscuridad.

-… tiene que ser una broma- murmuró pasando saliva, armándose de valor para acercarse lentamente a la canasta.

Un par de ojos azul zafiro le miraron curiosos una vez que Dante retiró la pequeña cobija que cubría lo que fuera que había dentro de la cesta. El cazador permaneció estático en su lugar, a pesar de la aparente oscuridad Dante podía sentir el peso de los ojos azules que lo miraban a él.

-Por todos los... esto es... un... ¿Un bebé?- el cazador rojo se talló los ojos fuertemente y después miró nuevamente al bebé… no, esa cosa seguía ahí. Frunció el ceño, si eso fuera un sueño la señora de las campechanas estaría allí y ella le diría que hacer.

Pero aquella mujer no estaba, y lejos de desaparecer ese bebé se veía cada mes más y más real conforme la luz callejera de las lámparas se colaba entre los grandes ventanales del despacho. En su peor momento de lucidez le pareció por demás adecuado dejar al pequeño en su cesta y en la puerta del local, esperando que quien fuera que lo había dejado regresara por él.

Se inclinó a tomar la canasta con sumo cuidado tratando de ignorar los sonidos de sorpresa y aparente alegría que emitía el infante cuando pudo ver su rostro cerca. Dante fijó la vista en la manta del niño cuando se dio cuenta de que había una nota asegurada con un clip en ésta.

Se rió con sarcasmo caminando hacia la puerta.

-No voy a leer esa nota…- murmuró desviando la mirada, luchando con la fuerte curiosidad de hacer todo lo contrario.-No serán capaces de hacerme leerla, definitivamente NO VOY A… Oh my God! Un cupón de pizza gratis!- El cazador rápidamente tomó la nota, teniendo muy poco reparo en la canasta, la cual por suerte fue a parar a la mesa que Dante usaba como escritorio y coloca pies. -… Hace mucho que no como nada gratis!- dijo con alegría mientras abría lentamente el cupón.- …¿Pero qué mier-?- justo para notar con gran desilusión la falsedad del pequeño objeto.- Debí de haber sospechado desde un principio cuando vi que estaba hecho con crayones.- murmuró frunciendo el ceño, siendo vencido finalmente por la curiosidad terminó por leer la nota.

Abrió el papel con la misma cautela que como cuando uno abre un mail carta cadena de..."si no lo mandas a 15 personas, Barney te jalará los pies"... y no pudo evitar enarcar una ceja cuando notó el pie de nota: 'No se vale reenviarlo a la persona que te lo envió :P '

Querido Dante: ('Querido, amado, idolatrado Dante' pensó él. Seguramente quien fuera que había escrito esta carta, la cual esperaba él debiera ser una chica se había sentido completamente cohibida al escribir a él… al cazador más sexy y e-!)

Un ruido proveniente de su escritorio lo trajo nuevamente a la realidad, Dante miró de reojo al bebé, quien lo miraba como si hubiera algo divertido en su rostro ya que no paraba de reír y de aplaudir con sus pequeñas manos. Dante resopló y se dedicó a leer la nota.

A pesar de que podría pensar que esta nota nunca llegaría a tus manos, estoy casi seguro de que el cupón de pizza falso te hizo morder el anzuelo.

Dante rodó los ojos, recordando el pequeño papelito garabateado que ahora yacía destrozado debajo de su bota.

Cómo podrás observar la pequeña 'situación' en tus manos, he de requerir tus habilidades de mercenario para una pequeña… pero a la vez complicada misión.

Dante suspiró, probablemente la misión sería algo similar a la de la pequeña mocosa que había conocido hace un par de semanas atrás. Se encogió de hombros y continuó leyendo la nota.

El pequeño que yace ahora bajo tu cuidado está en un grave peligro, nadie debe saber su identidad, y nadie más que tú puede hacerse cargo de él. En estos momentos no puedo explicarte las razones por las cuales dejo al niño a tu cuidado… pero debo decirte que te pagaré generosamente una vez que me cerciore de que está completamente a salvo.

Dante bufó, esta persona debía ser bastante ingenua si pensaba que iría a aceptar esa clase de trabajo, él lidiaba con demonios… y definitivamente eso era mucho más fácil que cuidar a un bebé.

Y sin embargo…

Miró hacia el oscuro local y no pudo evitar soltar un suspiro, queriéndolo o no, estaba en una situación en donde en verdad necesitaba el dinero. Sabía que sus misiones con Lady eran una simple pérdida de tiempo, y si lo pensaba bien no había tenido una misión decente y en solitario… en meses.

Escuchó al bebé reír nuevamente, acompañado con el extraño sonido de… ¿papel? Cuando Dante giró a ver al infante sintió que el alma se le iba a los pies, ya que susodicho ingrato jugaba con una pila de billetes verdes, lanzándolos y babeando alguno que otro, ignorante del enorme significado monetario que estos llevaban.

-¡Benjamín yo te salvooooo!- gritó el cazador en cuanto alcanzó el billete que el bebé estaba a punto de llevarse a la boca, tomó rápidamente unos cuantos que había alrededor de él, y una vez que los acomodó en la bolsa de su sobretodo revisó la canasta del infante, encontrando un sobre al lado del bebé. Sonrió al notar más billetes verdes emergiendo de él.

-…!- Dante frunció el ceño, en cuanto sintió el par de manitas sujetando firmemente el sobre y notó al bebé con un gesto completamente similar al suyo propio.- Hey ¿pero qué haces? ¡Suelta!…- dijo comenzando a jalar el sobre, cuidando de que no se rompiera… había muchos Benjamines en juego como para arriesgarse a una masacre verde.- Por Dios, ¿Estoy intentando razonar con un bebé?- se cuestionó en voz alta mientras buscaba con la mirada algún objeto que pudiera usar como distracción para el bebé y poder al fin arrebatarle el sobre de sus pequeñas –pero aterradoramente- fuertes manitas.

Bingo

Rápidamente se acercó al muro donde dejaba la mayoría de sus armas demoniacas, tomando la más pequeña y menos mortífera que pudiera encontrar.

-¡Toma! Entretente con esto…- gruñó, estirándole el par de nunchakus azules que representaban al demonio Cerbero en su modo arma.

Suspiró aliviado cuando notó al niño mucho más interesado por el arma que por el sobre de billetes que casi se rompe en sus manos.

Dante desarrugó la exageradamente larga 'nota' que aún no terminaba de leer, y una vez que se acomodó el sobre de dinero entre las ropas continuó su lectura.

El cazador se rió brevemente cuando escuchó los reclamos de Cerberos el cual gruñía en desaprobación mientras sentía baba escurriendo entre sus cadenas, Dante tenía días pensando en una manera de vengarse del arma demoniaca desde la última misión en la que estuvieron juntos. Qué buena oportunidad se le había presentado con este niño.

Siguió leyendo.

He dejado una cuarta parte de tu pago dentro de un sobre al lado de Nero…

Entonces ese era el nombre del niño, era un poco… extraño pensó Dante.

Como expliqué anteriormente, una vez completada la misión recibirás el resto. Esta cantidad debe ser suficiente para cubrir gastos básicos, del bebé y por supuesto tuyos… he de disculparme al no enlistar aquí detalladamente los cuidados básicos de un bebé, pero estoy seguro sabrás qué hacer…

-Si claro… - dijo Dante con ironía mirando a la mesa de billar donde había una caja vacía de-

¡Y NO COME PIZZA!

-Yo a su edad comía de todo…- suspiró el cazador un poco preocupado por la última sentencia… ¿sería tan obvio que esa era su principal opción de alimento? Francamente no quiso averiguar cómo lo supo. Continuó leyendo, para este momento el día ya se estaba haciendo presente, se podía notar gracias a los rayos de sol que se asomaban perezosos por los ventanales del local. Dante frunció el ceño, no había dormido absolutamente nada por culpa de su pequeño invitado indeseado, el cual parecía haberse cansado de jugar y ahora dormía tranquilamente, con Cerberos entre sus pequeños brazos.

Dante sonrió ante la vista, era adorable… cuando estaba dormido.

Protégelo Dante, ese niño es más importante de lo que puedes imaginar…

A este punto Dante no pudo evitar sentir la desesperación en cada una de esas oraciones, e incluso pudo notar los bordes de la nota arrugados y húmedos. ¿La persona que lo había escrito habría estado llorando?

¿Serás capaz de proteger a tu propio hermano?

-… ¿qu-qué?- el cazador se tapó la boca, antes de gritar la primera maldición que había cruzado por su mente… recordando que el objeto en cuestión de sus problemas yacía dormido sobre el escritorio del despacho. Dante miró la nota antes de dejarla en la mesa. De repente le dio un enorme dolor de cabeza.

¡¿Mi hermano?!


Notas finales: quejas y sugerencias con la chenchual secretaria que derrama el café sobre los papel-! EL CAFÉ!