HISTORIAL:
Nombre real: Shane Wild Edad: 26
Ocupación: Mercenario, ladrón (anteriormente),preso
Base de operaciones: Washington DC (Anteriormente)Prisión La Santé, Francia
Afiliación: Blackwatch (anteriormente)
Huérfano fruto de las Guerra Ómnica, Shane se ganó la vida como pudo, volviéndose un ladrón reconocido a escasa edad, su destino se cruzaría con Gabriel Reyes y Blackwatch, quienes se hallaban en Washington con el fin de proteger a una importante burócrata durante una rueda de prensa.
Tras acabar con su cometido, Reyes y su equipo volvieron a su transporte rumbo a casa, para descubrir que este había sido robado y desmantelado, vendiéndose sus piezas en el mercado negro.
Para un equipo de rastreo y subterfugio como era Blackwatch, fue un juego de niños dar con el causante del embrollo, abordando a Shane pocas horas después de recibir el pago.
No obstante, al ver potencial en él, Gabriel Reyes le ofreció instruirse en Overwatch, para en un futuro formar parte de sus filas. El ratero aceptó, y tras varios años de entrenamiento se volvería uno de los agentes más jóvenes de la organización.
Tras el conflicto de intereses entre Blackwatch y Overwatch, que derivaría en la disolución de este, Shane abandonaría la organización y adoptaría una vida basada en robos a pequeña escala y trabajos como mercenario.
Actualmente se halla en paradero desconocido, pero hay rumores de que está prisionero en una de las mayores prisiones de toda Europa.
CAP 1: Libertad ¿A qué precio?
¿Cómo empezar una buena historia si no es dentro de una prisión de máxima seguridad mientras a nuestro protagonista recibe una brutal paliza por parte de los guardias? Pues bien, situémonos:
La paliza se está dando en La Santé, Francia, una de las mayores prisiones del todo el mundo. El motivo de los golpes es simple: Recordar al prisionero que allá abajo es una escoria más del montón, da igual cuantos años hubiese trabajado en Blackwatch, para los guardias Shane solo era otra mierda más a pisotear; otra fuente de apuestas a ver cuantos golpes aguantaba antes de caer inconsciente.
Tras un par de minutos que semejaron horas, los carceleros se alejaron del maltratado cuerpo del preso, que tras un par de minutos tumbado en el suelo fue capaz de reunir fuerzas, levantarse y dirigirse a su celda. Nada mejor que una golpiza mañanera para darte los buenos días.
Las horas tras eso pasaron como siempre, un par de cuchilladas entre bandas rivales, pelea campal por las escasas raciones de comida a repartir entre todos… Estar encerrado con esa escoria le repugnaba, antaño hubiese sido el primero en darles su merecido, pero lo peor de todo era el hecho de que se había vuelto uno de ellos. Tantos años solo y confuso habían hecho perder el objetivo de su vida al joven, que solo pensaba en como sobrevivir otro día.
Con esos pensamientos se disponía a dormir, rodeado de esas malditas pareces grises, de tanto tiempo observándolas podría decir cada maldita grieta de memoria. Tras un par de horas sin poder conciliar el sueño, algo cambió la rutina diaria… un leve apagón de apenas medio minuto.
Intrigado Shane se levantó de su cama y se dirigió a los barrotes de su celda para observar si había afectado al resto de bloques de la prisión, al parecer no. Todo era muy sospechoso, pero poco pudo pensar sobre el origen del apagón, puesto que de repente la puerta de su celda se abrió.
-Okeyy, esto si que es preocupante. Lo tomaré como que el jefe de ahí arriba no me tiene tan olvidado como pensaba- bromeó mientras silenciosamente se escabullía de la celda. Por suerte eran altas horas de la noche y ningún recluso se dio cuenta de su huida.
Lo extraño era la ausencia de los guardias del turno nocturno, ese silencio no le gustaba nada. Nervioso observó las cámaras de seguridad , las cuales enfocaban todas hacia su persona.
-Joder, ¿Estoy loco o uno de esos malditos cachivaches me acaba de "guiñar un ojo"-
Cada vez más inquieto empezó a vagar por los interminables pasillos que formaban la prisión, y ahí su nerviosismo aumentó, al ver como x puertas se cerraban, obligándole si o si a tomar un determinado camino. Era demasiada casualidad que de repente todo el sistema tecnológico de La Santé decidiese echarle una mano, joder ni era su cumpleaños, algo o alguien le estaba guiando. Ahora la cuestión era si le estaba metiendo en la boca del lobo o hacia una salida, lo iba a descubrir en breves.
Tras varios minutos de paseo continuo, Shane por fin vio el porqué de la ausencia de los guaridas: todos ellos se hallaban apilados en lo que formaba una grotesca pila de cadáveres a escasos metros de la salida. Repugnado ,decidió acercarse e inspeccionar los cuerpos. Al parecer todos habían sido perforados por potentes balas, de una escopeta seguramente; lo único que podía afirmar con certeza es que el tío que hubiese hecho eso se había desahogado con las víctimas.
Pero tenía que dejar de perder el tiempo, no sabía cuanto más iba a tener esa ayuda misteriosa y esta era la única oportunidad de volver a sentir aire puro corriendo por sus pulmones. Resignado cerró los ojos del último cadáver y se dirigió hacia la salida.
Con ansia abrió las puertas hacia la libertad…si la libertad fuesen 3 tíos vestidos de negro apuntándole a la cara con subfusiles listos para la acción.
-¿Así que vosotros sois los que me sacasteis del agujero eh? Os debo una chavales, ahora si no os importa creo que me voy a ir a coger un vuelo que me lleve lo más lejos posible de la puta Francia.- dijo mientras levantaba las manos en son de paz y lentamente se acercaba a los extraños que bajaron las armas.
-Me temo que eso no será posible, no nos hemos molestado en sacarte del culo del mundo para dejarte escapar de nuestras manos- dijo una voz grave a sus espaldas. Sorprendido el expreso se giró para ver como poco a poco una figura encapuchada tomaba forma a partir de humo.
Con tan solo observar la máscara y la punta de la escopeta apuntándole entre ceja y ceja lo reconoció: ese era el famoso Reaper, una figura tan temida en su oficio que pocos se atrevían a nombrarlo. Pero eso a Shane le daba igual, no había estado pudriéndose en una celda casi un año entero para que un friki con una máscara de Halloween le tratase como una mascota.
-Está bien, tú ganas…- le contestó para al instante dar un manotazo a su escopeta, alejándola de su cara mientras que con el otro brazo intentó propinarle un codazo en la máscara a la vez que posicionaba su pierna detrás de la del enmascarado, con el fin de hacerle caer. Esta había sido una jugada de manual para él, una de las que le habían sacado de cientos de situaciones difíciles, era imposible que fallase.
Pero sorprendentemente Reaper anticipó cada uno de sus movimientos, parando con una mano su codo, para posteriormente retorcerle el brazo al límite de la rotura y concluir con una patada en la parte interna de su rodilla, obligando a Shawn a tumbarse en el suelo.
Este estaba atónito, era imposible que alguien leyese tan bien un movimiento practicado en Blackwatch, y más aún que lo hubiese contrarrestado en escasos segundos. En toda su vida solo había conocido a una persona capaz de eso…
-Sargento Reyes…¿Es usted?-
Sin contestar, Reaper le propinó un fuerte golpe en el cráneo con la culeta de su escopeta. Dolorido, y a punto de perder la consciencia, Shane solo fue capaz d eescuhcar a medida que se le cerraban los ojos:
-Bienvenido a Talon agente Wild.
