Título: Otra clase de batalla
Claim: Oga Tatsumi/Kunieda Aoi
Notas: Spoilers.
Rating: T
Género: Romance/Humor
Tabla de retos: Abecedario
Tema: 65. ¿Quién?
El fin de sus vacaciones de verano se acerca vertiginosamente, tan rápido como podría llegar el ataque de un enemigo por la espalda, tan incierto que la hace entornarse de la duda, mirar a su alrededor, al presente que no cambia. Pronto tendrá que volver a Ishiyama, pronto tendrá que verse sumergida en sus pasillos oscuros y sucios, en las estupideces de sus compañeros y en los piropos verdes que tanto la hacen rabiar. Pronto volverá a la normalidad. Tojo, Kanzaki, Himekawa, ella... La normalidad.
Kunieda suspira cuando enumera esos nombres, recordando vagamente los rostros de aquellos hombres que se hacen llamar los más poderosos de la escuela. ¿Cómo es que terminó así? Se pregunta por décima vez, mientras está tendida bajo el sol, como si fuera una lagartija de brillantes colores, mortífera y a la vez suave. ¿Cómo es que terminó así? Se muerde un poco los labios al preguntárselo de nuevo, avergonzada de las ideas que cruzan su mente, que poco tienen que ver con los entrenamientos que tan feliz la hacen y la adrenalina de la batalla, que parece impulsarla como si hiciera magia hacia la victoria. ¿Cómo es que terminó así, lejos de la normalidad de todas las chicas de su edad? No lo recuerda, pero no se arrepiente de sus entrenamientos, de la fuerza que ha adquirido con los años, aunque quizás, sólo quizás, querría una vida un poco más normal de vez en cuando.
Normal como salir con sus amigas en lugar de preocuparse por la banda rival que acecha la escuela. Normal como no tener que poner una fachada fuerte para alejar a los idiotas que quieren molestarla. Normal, como tener un novio... Aoi se sonroja cuando piensa esto último y niega suavemente con la cabeza, como si de esa manera pudiese sacudirse la idea, mosquito molesto zumbando en su cerebro. Novio. Amigas. Normalidad. Nada de eso le está permitido, nada de eso le es necesario, ¿verdad?
—Nee-san, tenemos problemas —casi como si fuera una señal de que ése es el camino a seguir, los miembros de Red Tails aparecen pronto a su lado, portando caras preocupadas y solemnes ante su presencia, la de una chica apenas de 17 años—. Hay un tal Oga que ha vencido a Kanzaki y Himekawa y se quiere hacer con el control de la escuela.
—¿Quién? —De nuevo. La normalidad asfixiante, lo mismo de siempre. Seguro que ese Oga es un bruto como Kanzaki, como Himekawa, como Tojo y todos los demás. Seguro también es un bocafloja, alguien que alardeará frente a ella y la hará de menos, alguien que no debería de valer ni un poco de su tiempo, pero que representa problemas que debe solucionar y quizás, tal vez, consiga hacerle olvidar un poco los suyos.
—Oga Tatsumi...
Los detalles le son otorgados con gran precisión, desde el color del cabello hasta las técnicas que usa, desde el tono de voz hasta el salón que ocupa. Un año menor que ella, recién ingresado, otro más del montón.
—¿Qué sucede, nee-san? ¿Estás bien?
Kunieda niega con la cabeza, recuperando el temple que la ha hecho líder de Red Tails y que a la vez, también la alejado un poco de la realidad que desea. Ahora no es tiempo para amigas, compras, novios. Ahora es tiempo de que patee el trasero de Oga Tatsumi, lo regrese al salón del cual salió y siga con su vida, la misma vida asfixiante y a veces divertida de los delincuentes.
