Era nostálgico, casi podía escuchar la opera junto con los instrumentos, dolía, quemaba, no, ardía, la sensación de ardor era imposible de detener ¿Por qué ella debía pasar por esto?
Una dama abandonada que no supo hacer nada más que amar a su Dios.
Era curioso, la manera en que termino todo.
"Hey Gilles ¿Por qué pasa esto?"
Una voz sola en un mundo de mentira, era curioso, quería llorar, ni siquiera era la primera vez que pasaba esto ¿Por qué la volvían a convocar? Estaba mejor desaparecida, cuando la consciencia estaba ida.
El odio a la humanidad, personas que no debían ser salvadas existían, todo aquello, no fue nada más que un cuento mal narrado ¿Hacer todo lo que hizo para ser abandonada?
No quería sentir eso, no quería matar, no quería ensuciarse con más gente inocente, los lamentos de todos volvían a su mente, era temporal, lo sabía, una y otra vez. Pero a pesar de todo.
No quería desaparecer.
Vivir para el odio.
Aquello era una antítesis de todo lo que vivió, quería ayudar, siempre quiso, entonces ¿Por qué siempre la denegaron?
Saliendo de aquel circulo de invocación lo vio, su historia pasando frente a sus ojos, ella era Jeanne dˡArc, abriendo sus ojos volviendo a visualizar la realidad, el destello dorado de su mirada se fijó en la habitación vacía frente a ella.
Poniéndose de pie lentamente mirando a todos lados, lo sintió, su maestro estaba cerca, subió la mirada mientras que observo un techo, ella estaba un piso abajo que su maestro, aquello solo hizo que frunza el ceño.
¿Qué clase de mago no está presente una vez que invoca a su sirviente?
De igual manera no era como si ella pudiera pensar mucho en ello, Avenger, no era una clase reconocida de por sí, pero el sistema la había puesto de esa forma ¿Por qué sucedía aquello?
Dando unos pasos mientras que subía las escaleras, la furia creció en su ser mientras que daba cada paso, un tintineo del metal de su armadura fue audible mientras que seguía caminando, al final de las escaleras, lo vio.
Una puerta simple de madera, vio el pomo de esta, dudo en girarla, Jeanne alzo una ceja quitando el ceño fruncido, se sintió raro, su master estaba detrás de aquella puerta, pero.
Se sentía verdaderamente extraño el querer conocerlo, quedándose unos segundos de pie, la sirviente extendió su mano para girar el pomo y entrar, lo primero que vio, no era lo que espero.
Una sala normal por no decir aburrida, un estate de libros a la izquierda mientras que había un escritorio al lado de este, las paredes revocadas y pintadas prolijamente de un color rojo, el piso pulido de color blanco, era mucho más decente de lo que pensó que sería, el taller de su maestro.
Ahora venía la pregunta ¿Por qué no sentía casi magia de parte de este?
El vínculo estaba hecho, pero de igual manera, no sentía la corriente de mana constante de parte de su maestro como debía ser.
Arrugo el labio mientras que lo comprendió.
Había sido convocada por alguien que no poseía talento mágico.
Ignorando el nuevo lugar para examinar, Jeanne, observo al hombre en la silla detrás del escritorio de la habitación.
Alto, de pelo rubio, una mirada seria mientras que observaba documentos en su escritorio solo para que el único movimiento que hiciera fuera el mover su pluma y escribir.
¿Realmente estaba ignorando a un sirviente?
Daba igual, dando unos pasos que resonaron en el lugar, Jeanne se paró frente al escritorio, fue allí que lo vio mejor, un rostro joven, probablemente entre los veinte años, tres marcas horizontales a cada lado.
Este era su maestro, con el cual debía trabajar, a simple visto lo supo, era demasiado.
Mundano.
― ¿Eres tú mi maestro? ―Al momento de que las palabras salieron de su boca, Jeanne sintió la rareza de hablar, en mucho, mucho tiempo.
El hombre dejo de escribir mientras que alzaba la vista y observaba a la mujer, sonriendo con tranquilidad mientras que la miraba directamente a los ojos, el oro y el zafiro conectaron mientras que el hombre la observo detenidamente.
Solo para volver a centrar su vista en los documentos.
Jeanne paso del enojo a la cólera, dentro de su mente, no podría ser ¿Realmente aquel sin talento la estaba menos preciando?
― No te estoy menos preciando―Una suave risa vino del hombre joven mientras que se levantaba del asiento en el cual estaba, dando unos pasos hasta quedar frente a la mujer, fue allí que Jeanne comprobó la altura, era, mucho más alto que la mujer de pelo ceniza.
La pregunta del ¿No acaba de leer mis pensamientos? Llego a su mente mientras que observo ahora ya con más desconfianza a su maestro, lo signos en la mano del hombre indicaban que verdaderamente era su contratista, pero sus acciones, solo dictaban que no era aquello.
Poniéndose frente a la mujer, el hombre rubio puso una rodilla en el suelo mientras que extendió una mano, Jeanne lo interpreto rápido, el guante de su armadura desapareció, poniendo la mano encima de la del hombre, Jeanne vio como este se acercó a sus nudillos mientras que besaba su mano desnuda.
Al menos, en cuanto a tratamiento de caballero, tenía noción.
― Naruto Uzumaki, contestando su pregunta, sí, soy su maestro, por lo cual, espero que podamos trabajar juntos para lograr su cometido ―Al mencionar aquellas palabras, Jeanne elevo un poco, solo un poco, la imagen que tenia de su maestro.
― Entonces le serviré como su espada hasta que ganemos ―No era necesario para ella contestar, pero al ver como su maestro sonrió mientras que se ponía de pie, hizo que se enojara de alguna forma.
¿Qué hacia aquel hombre remarcando su altura ante ella?
― La verdad, las cosas pasaron de por si, por lo cual, me temo que no tengo noción de que está pasando, lo único que sé, es que estoy en una guerra ―El hombre se rasco la nuca mientras que vio nerviosamente a su sirviente.
La boca de Jeanne se abrió mientras que observo al hombre con sorpresa ¿No era suficiente tener una vida condenada que tuvieron que condenarla incluso después de muerta?
Era por eso.
Que solo quería quemar a la humanidad.
Naruto sonrió ante la mirada conmocionada de aquella persona que ahora en adelante estaría luchando a su lado, desde que llego a aquel mundo, lo odio todo, quiso levantarse contra aquel lugar, pero ¿Qué tenía de importancia ahora?
Observo su puño mientras que lo apretó, su sirviente vio aquella acción mientras que alzo una ceja en confusión, Naruto negó con la cabeza de manera divertida, estuvo pensando un tiempo en cómo debía presentarse ante aquel ser que se suponía que era legendario en aquel mundo.
Realmente no se esperó encontrarse con alguien como la persona que tenía enfrente.
Era algo tan hermoso que casi parecía fuera de aquel lugar, en parte lo era, pero a lo que Naruto se refiera con aquello, era su belleza, se esperó de todo cuando obtuvo las ordenes de aquella cosa que lo convoco, pero el ver a aquella persona tan hermosa.
Se hizo replantear el por qué había tanto odio saliendo de ella.
Naruto hubiera estado feliz con simplemente decir que no era su problema, bueno, aquello verdaderamente era su problema, quizá no fue tan buena idea como pensó ignorar el ritual que se estaba realizando en la habitación oculta del lugar.
Naruto dio un suspiro mientras que vio a la mujer enojarse ante su actitud, no la juzgaba por aquello, incluso el estaría desesperado si alguien mostrara aquellas señales de menos precio que mostro él.
Pero no era algo lo cual preocuparse.
Aún tenía su poder intacto.
Arrugo el labio mientras que su vista se dirigía a su mano vendada, si al menos lo iban a restaurar hubiera preferido que fuera en un cien por ciento, bueno, le gustaba aquel brazo en un sentido, simbolizando la redención de alguien que ya se daba por perdido, pero ahora, era distinto, el poder bruto era necesario.
Jeanne pudo verlo, la mano vendada de su maestro mientras que el hombre arruga el rostro ¿Estaba herido? Aquello era un problema, después de todo, si su maestro desaparecía, a pesar de su poder para estar de manera autómata, no era en si eterno.
― Bueno, quitando las presentaciones, supongo que por la espada en tu cintura eres saber―Jeanne alzo una ceja mientras que intento comprender lo que dijo su maestro, dentro de la información que el grial le proporciono, si bien se mencionó saber, no quería decir que ella era aquella clase, no, le dictaba su mente, se lo decía casi a gritos.
Avenger.
― Me temo que no será de la forma en lo que perfila, incluso si se decepciona, no, no soy saber, llámeme por el momento Avenger―Jeanne dudo en decir en voz alta sobre lo inútil que sería decirle su nombre a un maestro como el suyo, sin magia latiendo dentro de él, quizá lo suficiente para poder alimentarla, pero de igual manera, era deprimente.
Jeanne viendo a su maestro sonreír, noto como el hombre de cabello rubio levantaba un dedo en señal de espera solo para darse la vuelta.
Naruto giro mientras que sacaba del bolsillo de abrigo un papel, en aquel lugar estaba anotado las interacciones que previo con su sirviente, y dentro de ellas, no estaba la que se negaba de darle su nombre.
La mente de Naruto solo podía maldecir a aquella cosa que lo jalo después de su muerte, le menciono las siete clases, no que fueran ocho ¿De dónde venía Avenger?, maldijo todo con respecto a aquella cosa, cuando llegue el momento le daría una paliza, no lo sacaron de su retiro para aquello.
Volviendo a darse la vuelta, Naruto observo a su sirviente ya sentada en su silla con los pies encima de su escritorio, justo donde estaban los documentos que estaba viendo.
Abriendo su boca de sorpresa no lo dudo, tomo a la mujer por la espalda y por debajo de las rodillas.
Jeanne al ver como su maestro se perdió en su propio mundo, decidió sentarse en el único asiento disponible de la habitación, caminando sin que se dé cuenta el hombre llego y se sentó con tranquilidad, fue cómodo, estiro sus piernas un poco mientras que las bajo sobre el escritorio, el sonido de los papeles siendo arrugados no hizo nada para que su maestro se inmute, su mente solo decía que no era tan imprescindible como creyó para ignorar aquello.
Cuando el hombre rubio se dio la vuelta observo a Jeanne, la mujer de pelo ceniza se divirtió cuando el hombre se sobre salto, lo siguiente, sorprendió por completo a la mujer, se dejó estar al ver la reacción del hombre, si bien fue una velocidad buena, no era algo imposible de seguir, bueno, aquello en estándares de servant.
Las manos del hombre pasaron por debajo de la espalda y por debajo de las rodillas de Jeanne, ella se quedó muda, pero cuando proceso la acción, su rostro se tiño de rojo.
Ira y vergüenza, tiñeron su rostro mientras que apretaba los dientes, pero para antes de cualquier cosa el hombre ya la dejo pararse nuevamente mientras que se dirigía a su escritorio nuevamente.
Jeanne sintió la vena de su frente palpitar, a este ritmo, ella misma eliminaría a su maestro. Abrazándose a sí misma, Jeanne maldijo el contacto que tuvo con el hombre, si no fuera por la sorpresa de la velocidad que mostro, lo hubiera golpeado por tal impertinencia.
Verdaderamente era algo la velocidad que presento el hombre, la mente de Jeanne solo pudo dar una explicación cuando sus ojos viajaron a lo que estaba sobre el rubio.
Una cruz emblema de la iglesia sobre un escudo, aquellos descansando en la pared del hombre.
Un artista marcial de la iglesia, no, como lo llamaban ahora, ejecutores, personas que eran entrenadas con el único objetivo de ir con las acciones de la iglesia, como ella vivió.
El asco vino a su ser mientras que vio a su maestro darse la vuelta nuevamente.
― ¿Eres de la Iglesia? ―Jeanne arrugo el rostro ante la cara de confusión que puso su maestro, este se dio la vuelta y vio la cruz colgada. Para Naruto no tenía un significado en especial aquello, estaba junto con la casa cuando la consiguió, la dejo estar, bueno, porque se veía bien.
Mirando a su servant, Naruto dudo en responder ¿Qué quería escuchar ella? No supo decir si la respuesta correcta era un sí o un no.
― Dejemos aquello de lado, como sea, no se dé nada de los otros masters, pero sé que solo berserker ya fue convocado― Naruto se sentó en la punta del escritorio mientras que se cruzó de brazos.
Jeanne noto el desvió de la pregunta, más lo dejaría pasar por ahora, solo ahora.
― Eso es más de lo que pensé que iba a trabajar―Naruto sintió la puntada que lanzo su sirviente, era obvio que no lo tenía en buena estima. Jeanne se sintió complacida ante la reacción del hombre.
― Bueno dejando aquello de lado, mañana saldré por casi todo el día, veremos cómo organizarnos por las noches ―Al momento de que Naruto mencionara aquello Jeanne alzo una ceja ¿No estaba sugiriendo que lo deje estar? Ella no quería desaparecer por la estupidez de su maestro.
― Me temo que eso no va a ser posible ―La declaración de Jeanne hizo que Naruto frunza en ceño mientras que la miraba. Jeanne comprobó la velocidad que tenía el hombre, era bueno si, pero no suficiente para ir contra los servant.
― No importa, de igual manera solo debo entrar en este estado y nadie podrá verme ―Al momento de mencionar aquello Jeanne iba a entrar en estado astral, o al menos fue la intención, lo único que obtuvo fue la mirada del hombre ante la espera de algo.
No podría ser.
Jeanne maldijo, no podría ser que no pudiera desmaterializarse por culpa de lo que era su maestro. Lo peor de todo, estaba viéndola de frente a la espera, ella dejo caer su rostro plano mientras que apretó los dientes otra vez, se aproximó a su maestro y no lo dudo, un golpe simple en la cabeza fue lo que le propino a su maestro.
Naruto se quedó a la espera de lo que tendría que hacer su servant, lo que no espero, era el mal humor que estaba presente con aquella cara tan bonita, por eso, cuando camino hasta su posición y le dio un golpe en la cabeza con la mano sin guantes, solo se pudo limitar a sorprenderse.
¿Por qué ninguna mujer en su vida podía estar sin golpearlo?
― supongo que tendré que acompañarlo ―Jeanne dijo mientras que se daba la vuelta y le daba la espalda a su maestro, al menos estaba tranquila de que el hombre tuviera una noción de cómo iba la guerra en la que se metió, bueno, mejor así, ella misma estaba algo perdida.
― ¿Era necesario el golpe? ― Naruto Pregunto mientras que se sobaba la cabeza, en realidad no le dolió, pero de igual manera, no era gracioso que se cumpliera nuevamente lo de siempre.
― Deja de quejarte, sé que no te dolió, Hey Gilles ¿Cómo sobre llevo esto? ―La última parte la murmuro para sí misma.
― No te dije que mejor no me siguieras ―Naruto habló con voz cansada mientras que observo a la persona a su lado.
Jeanne apenas podía soportar estar al lado del hombre, no era por nada, pero en comparación a la altura estándar que estaba viendo de los demás que caminaban por la calle y comparado con su altura, era molesto, que su master este parado a su lado, y que ella con botas altas negras no llegara ni a sus hombros, lo peor que su master en las pocas horas que se conocieron noto aquello.
― Sabes que tengo que asegurarme de que no mueras, puedes ser fuerte, pero contra un servant, ningún humano podría ganar, tienes ventaja además de tenerme a mí, debido a mi clase, sería raro que me detecten ―La respuesta de Jeanne solo dio como resultado un suspiro del hombre.
Naruto se rio en su mente, ella no tenía idea de lo que podía hacer.
Naruto no quería pensar de más, el problema era ahora, como solucionar el que ella la estuviera siguiendo por todos lados sin llamar la atención.
Desde que fue convocado hace casi dos años, era la primera vez que se planteó que podría pasar si alguien iba con él, normalmente cuando se trataba de las cosas que verdaderamente necesitaba cuidar, las hacia solo, era más conveniente, de hecho, sabía que podía contar en ese aspecto con su servant, pero lo que no quería a pensar de más era.
― Ho, Naruto-sensei, llego más temprano de lo usual, Nee-san aun no llego ―Allí estaba el problema de Naruto, los que lo rodeaban podrían verse involucrados, además ese viejo aun no le dejaba de joder con los trabajos, que estaba seguro que un espíritu heroico se negaría si quiera a pensar hacer.
―Buenos días Emiya-san, la verdad pase solo para dejar los exámenes de Taiga-san, tengo algunas cosas que hacer, por lo cual no podré comer hoy aquí―Naruto respondió queriendo llorar internamente, la comida de Shirou Emiya, siempre, sería la mejor, primero fue la negación del ramen, pero después de comer diariamente los platos preparados por el joven.
Maldijo todo.
El viejo Raiga era el más grande culpable de todo aquello.
Shirou parpadeo mientras que intentaba interpretar las palabras del rubio, nunca se había negado a una comida, eso hasta que vio a su lado, una mujer de aproximadamente la edad del rubio al lado de este, cabello color ceniza, un vestido negro que llegaba hasta un poco debajo de los muslos, un abrigo negro y botas altas negras, Shirou, quizá fuera una mente dura, pero sabía sumar dos más dos.
Naruto agradecía que fuera Shirou el que estuviera enfrente, si fuera Taiga la lluvia de preguntas no hubiera sido fácil de sobre llevar, ese maldito tigre.
Naruto agradecía a Raiga, cuando llego lo ayudo a falsificar documentos y todo eso, pero el que le hubiera puesto casi como sirviente de su nieta quitaba todo lo que había hecho.
Jeanne levanto una ceja, si bien, ya no era una sorpresa ver el rostro de su master en conflicto de la nada, cuando escuchó que se negó lo de la comida, pudo percibirlo, el tono demasiado triste, no pregunto, quería, pero era mejor dejarlo así.
Ayudar.
― Naruto-san, realmente no es necesario que piense demás, si quiere comer puede hacerlo, no tengo problemas― al momento en que noto como la mirada del rubio paso a la de preocupación, Jeanne sonrió, aquello podría ser bueno.
― Cierto, cierto, además seguro que nee-san no tardará en llegar, no pierdes nada, además ella estará feliz de conocerla…esto…―la vacilación de Shirou ante Jeanne hizo que Naruto mirara de forma en que estaba pidiendo clemencia.
Jeanne estaba feliz, el rubio bastardo aprendería a no ignorar a un espíritu heroico y que no podría salirse con la suya si lo hiciera, pero la sonrisa que dio el hombre solo indico algo, no le importaba aquello.
¿Acaso leyó sus pensamientos otra vez?
― ella es Jeanne ―Los ojos de la mujer se abrieron, se lo dijo a su maestro, demasiadas veces, que no comparta su nombre con otros, y lo primero que hace es ir y decirlo.
― ¡Encantada de conocerte Jeanne-chan! ― Naruto parpadeo, esa no fue la voz de Shirou.
― Ho, hola nee-san, Uzumaki-sensei llego con los documentos que le diste la otra vez, deberías dejar de sobre cargarlo, él es solo tu ayudante, sabemos que él tiene sus propios asuntos que atender ―Shirou recrimino a la mujer, mientras que la mujer recién llegada se limitó a ignorarla en su totalidad.
Jeanne maldijo, ese idiota de master rubio que le toco, maldijo todo lo que hizo para que la convocara, era demasiado relajado, demasiado tonto, un maldito idiota, lo peor, un maldito mentiroso que no muestra su verdadera cara.
Jeanne sabia de caras falsas, por lo cual, cuando vio la sonrisa del hombre al hablar con la mujer, Taiga, y el niño peli rojo, pudo verlo, debía admitirlo, era una buena mascara, pero al final sabía que su master era una farsa, la pregunta era, que tanto.
―Hola, tierra a Jeanne-chan ―Taiga hablo mientras que hizo salir a Jeanne de sus pensamientos al ser llamada, por su nombre, miro con molestia al rubio mientras que este observo a otro lado.
― Dime, dime ¿Qué relación tienes con el idiota de aquí? ―Jeanne alzo una ceja, bueno, era obvio que algo así pasaría, de igual manera, iba devolverle la moneda al maldito rubio de master que tenía.
Tomando el brazo de Naruto y abrazándolo, Jeanne sintió asco, la cercanía no era algo que buscara, fue desagradable, pero valió la pena, cuando el rubio perdió la compostura.
Naruto suspiro, no era lo suyo estar tan alterado, pero el saber que la mujer que lo abrazo era literalmente, una bomba de tiempo que podría matar a todos los presentes sin que nadie más que el pudiera saber que paso, no ayudo, no es que desconfiara de su servant, es solo que.
Pudo verlo, la malicia en la mayoría de las acciones que hacía.
― Bueno, hace muchos no nos vemos, pero me duele saber que nunca me mencionaste ―Naruto vio el puchero de Jeanne mientras que ella miraba de manera molesta al rubio, Naruto la observo mientras que le dedico una mirada
No creas que esa cara bonita va a hacer que siga tu juego…
Jeanne se limitó a verlo solo para darle una punta pie discreto mientras que apretaba más fuerte el brazo del rubio, en la mente de Jeanne, aquello debió doler bastante, Jeanne se quedó dando una mirada al rubio que decía.
Síguelo maldito.
Naruto se limitó arrugar el rostro mientras que termino sonriendo, fácilmente pudo dominar la situación, entonces ¿Por qué decidió seguirla?
Los ojos de taiga brillaron de emoción mientras que veía al rubio, de los años que lo conoció, quizá fuera algo deprimente, pero nunca, lo había visto bajar su cabeza en signo de vergüenza, o al menos eso era lo que aparentaba.
Que aquella mujer pudiera domarlo con un simple, punta pie, debía ser brutal.
Jeanne noto los cambios de expresión de su maestro, fue entonces que pudo tranquilizarse y dejar salir esa apariencia que armo para los demás, mirando fijamente al hombre que lo convoco, analizo sus gestos, acciones, demás; falsos.
Era casi triste pensar que alguien así la haría ganar, pero como sea, debía considerar las cosas como estaban ahora, era mejor prevenir que curar, pero más que nada, ella observo su pie, el rubio solo disimulo dolor, no la podría engañar, podría ser joven, pero vivió la guerra, sintió la guerra, y murió al término de esta.
En una hoguera mientras que gritaba.
Un escalofrió recorrió su cuerpo mientras que el pensamiento de desaparecer llego, el miedo volvió, Jeanne maldijo todo, era evidente que no era lo que espero en su momento, pero no importaba, aquel sentimiento seguía…ardiendo.
No era momento para recordar el pasado o dudar.
Un brazo se posó sobre sus hombros mientras que intentando calmarla, o al menos eso fue lo que creyó Jeanne, observo al hombre, a pesar de sonreír a los que estaban enfrente, Naruto la observo discretamente mientras que mostraba cierto nivel de preocupación palpable, pero Jeanne dudo, realmente.
No iba a confiar otra vez.
Sería este el prólogo, esta historia fue más un pedido que otra cosa, veré como ir desarrollándola lo mejor que pueda, pero por ahora, espero que no sea tan malo como pienso. La verdad me sorprendió el haber disfrutado escribirlo al final, como sea, espero sus comentarios, con respecto a la obra.
No, no tengo algo por el pelo blanco, juro que hasta ahora solo son coincidencias, en serio, maldita sea, cada historia siempre pasa esto, la verdad es que ya dejo de ser un chiste a preocuparme esto.
Próximo capítulo 23 de junio.
Rey de picas fuera.
