Los personajes no me pertenecen, en excepción de algunos como Leenah, todos pertenecen a Masami Kurumada.
Prólogo
En un pequeño pueblo de Grecia, vivía un niño de largos cabellos color azul marino y bellos ojos color turquesa. Su nombre era Milo. Milo, no era querido por su padre, ya que cuando el nació, su madre murió. Era maltratado constantemente desde que nació, hasta hoy, el día en que se fue de su casa para siempre, y se encontró con una joven bastante extraña, y de ahí comienza su vida en el Santuario de Athena.
Capítulo 1
El Comienzo
En la casa de Milo se oían gritos y cosas que se rompían. El padre de Milo había llegado ebrio a su casa, y le gritaba a Milo, mientras trataba de golpearlo con una zapatilla.
_ ¡Eres un inútil! Gritó el padre colérico mientras arrojaba la zapatilla que Milo logró esquivar. Ya no soportaba mas. Estaba cansado de tener que ser golpeado y humillado todo el tiempo por la persona que se hacía llamar su padre… Entonces corrió hacia la puerta antes de que su padre lo alcanzara, salió a toda velocidad mientras cerraba de un portazo la puerta delante de su padre, y corrió lo mas rápido que le daban los pies sin rumbo alguno. Cuando ya había perdido de vista el pueblo, pensó que su padre ya no lo encontraría.
Comenzó a caminar, se encontró en un pequeño bosque, lo atravesó, hasta llegar como a un pequeño campo. Ahí pudo ver a una joven que de una sola patada, derribó un gran pino. Milo se asustó al ver que la joven ya se había percatado de su prescencia pero le pareció mas extraño ver que el rostro de la joven estaba cubierto por una máscara plateada. El cabello de la chica era rubio, ondulado y llegaba mas o menos bajo los hombros, y estaba vestida con ropas de entrenamiento. Se acercó a el y le dijo con una voz que lo intimidó un poco:
_ ¿Quién eres tú?¡Contesta!
_ Mi nombre es Milo..
_ ¿De dónde vienes?
_ Del pueblo que está aquí cerca.. ¿Por qué derribas los árboles?
_ Por que es una buena forma de entrenar.
_ ¿Entrenar? Preguntó Milo intrigado.
_ Asi es, para ganar mi armadura.
_ ¿Armadura? Milo no entendía. Había visto una vez a dos soldados del Santuario en el pueblo, pero no sabía quienes eran.
_ Yo soy aspirante a caballero de plata, entreno por la armadura plateada del Lince. Mi nombre es Leenah, es un placer- dijo ella, ahora un poco mas tranquila, calmando a Milo.
_ Yo.. necesito ayuda..
_ ¿Por qué?
_ Mi padre.. bueno.. siempre me maltrata, y hoy decidí escapar de casa, pero no tengo a donde ir.
_ Mira, yo puedo ayudarte, pero el único camino que te puedo mostrar yo es el de los caballeros.
_ ¿Caballeros?
_ Son guerreros que entrenan arduamente varios años para ganar armaduras, esas armaduras son usadas para proteger a Athena y a la paz y la justicia de la tierra.
_ Entonces.. ¿ tu puedes convertirme en caballero?
_ No, yo puedo mostrarte el camino de cómo hacerlo..
En ese momento, un hombre vestido con una túnica blanca con bordes dorados, una máscara y un casco apareció frente a ellos. Leenah se hincó frente a el y le hizo un gesto a Milo con la mano para que el lo hiciera también.
_ Su Santidad. – Dijo Leenah con voz educada.
_ Leenah, ¿que haces aquí a estas horas? Ya casi anochece…
_ Solo me entrenaba Santidad, no volverá a pasar…
_ Asi lo espero.. ¿Quién es el? Dijo el patriarca del Santuario mirando fijamente a Milo
_ El es Milo Santidad, es de un pueblo de aquí cerca, quiere convertirse en caballero.
_ ¿Ah si? Bueno, yo hablaré con el, Leenah adelantate, déjanos solos.
_ Si Santidad, nos vemos luego, que tengas suerte – Dijo volteandose a Milo
_ Gracias, adiós Leenah. – Dijo Milo, Leenah hizo una reverencia delante del patriarca y salió corriendo a toda velocidad hacia el Santuario.
_ Mi nombre es Shion, soy el patriarca del Santuario, ¿alguna vez has escuchado del Santuario Milo?
_ N..no Santidad – Dijo Milo, algo nervioso
_ Bueno, hay tres rangos de caballeros, bronce, plata, y el rango mas alto son los caballeros de oro. Presiento un gran cosmos dentro de ti Milo, creo que tu deberías entrenarte para ser caballero dorado..
_ ¿De verdad? El patriarca asintió con la cabeza.
_ Ven, iremos al Santuario para que aprendas más, te harás compañero de Leenah, ahora que ya se conocen, ella te mostrará el Santuario y te dirá todo lo que necesites saber.
_ E..esta bien..
Llegaron a una gran entrada, donde esperaban dos soldados que hicieron una reverencia ante el patriarca cuando él y Milo llegaron, y los escoltaron adentro. Leenah estaba sentada en la fuente, con los codos apoyados en sus rodillas y su cabeza sostenida por sus manos. Dio un salto cuando los vió aparecer y corrió hacia ellos. Hizo una reverencia frente al patriarca y volteó hacia Milo.
_ Leenah – dijo el patriarca mirando fijo a la muchacha rubia – Quiero que tú le enseñes todo sobre el Santuario a Milo, que le muestres dónde dormirá mientras permanezca aquí y dónde entrenará, en general, todo lo que el debe saber para entrenarse bien.
_ Si su Santidad – dijo Leenah determinada.
_ Bien, me retiro a mis aposentos, hasta mañana.
_ Hasta mañana su Santidad – dijeron ambos al mismo tiempo.
Cuando el patriarca se fué Leenah condujo a Milo hacia la cabaña donde dormiría y le dijo:
_ Aquí es dónde te quedaras mientras permanezcas en el Santuario, mañana te mostraré todo y comenzaremos a entrenar.. buenas noches Milo.
_ Buenas noches Leenah – al poco rato de irse Leenah, Milo se quedó profudamente dormido.
