¡Hola mis lectores! Como les prometí aquí estoy yo para dejarle este nuevo ffc de nuestro OTP predilecto 7u7 Marichat forever(?)

Esta idea estuvo rondando en mi cabeza por mucho tiempo hasta que por fin pude plasmarla xD

Sin nada mas que decir, espero que les guste :'3

Declaimer:

Nota: Miraculous Ladybug no me pertenece al igual que sus personajes.


Capitulo I

"Angustia Felina"

Ya el cielo se podía ver las brillantes estrellas, y las calles de París estaban siendo iluminadas por la hermosa luz de la luna. Una chica de diecisiete años caminaba con paso apresurado, reprochándose una y otra vez que se le había hecho demasiado tarde en casa de su amiga. Esa noche tenía un compromiso muy importante, pero simplemente el tiempo se le fue volando y cuando vino a darse cuenta; ya iba atrasada como casi siempre.

Marinette suspiro mientras trataba de buscar algún lugar donde esconderse para poder transformarse, pero secretamente le daba un poco de miedo hacerlo aún estando demasiado cerca de la casa de Alya, ya que su amiga se había vuelto implacable en la búsqueda de Ladybug, tenía como un sexto sentido cuando la heroína estaba cerca o a punto de aparecer. A veces sospechaba que conocía su identidad, pero esa idea era descartada rápidamente porque la morena no le había formado la bronca del siglo por no habérselo contado, así que por ahora estaba a salvo.

Saco su celular para verificar la hora, y se mordió el labio percatándose que llevaba casi una hora de atraso. Debía encontrarse con su compañero para patrullar, solo esperaba que le felino no fuera demasiado impaciente como cuando era el que llegaba tarde y ella se la tomaba un poco mal.

Definitivamente no tenía moral.

Sujeto con fuerza y ansiedad el bolso de medio lado donde descansaba su Kwami. Hacia un poco de frió, pero por suerte había decidido salir ese día con una camiseta azul claro y encima de esta una chaqueta de algodón delgada pero muy cómoda de color negro, junto con sus pescadores de azul marino y unas toreritas negras.

Paso por un callejón con la esperanza de que estuviera desolado, pero suspiro con desaliento cuando vio a una pareja que había elegido precisamente ese lugar para dar demostraciones de amor con besos algo ardientes. No pudo evitar fruncir los labios mientras seguía su camino, eso sí que era de lo más romántico.

Cuando se acercó a otro; este era más grande que el ultimo y con muchas posibilidades, hasta que de este salió una mujer con un bebe en brazos, Marinette frunció el ceño al ver como la señora sostenía a su pequeño con fuerza y su cuerpo estaba completamente en tensión. En el momento que iba a preguntarle si algo ocurría a pesar que aún tenía una distancia de por medio; un joven con una gruesa sudadera oscura y con capucha salió de entre las sobras de dicho callejón con una postura amenazante y con el brillo letal de un arma filosa en su mano.

Marinette se quedó de piedra con el aliento atascado en su garganta mientras abría los ojos de par en par, a esa distancia pudo escuchar los lamentos de la joven madre mientras retrocedía atemorizada. La Franco-china observo a ambas direcciones analizando donde podría esconderse, pero no tenía donde, y aunque la calle estaba casi desierta; aun pasaban autos y cualquiera de ellos podría verla con demasiada facilidad. Así que tragando saliva con esfuerzo y con la adrenalina pasando rápidamente por su cuerpo; alzo la barbilla y con rapidez se acercó a la escena con el corazón martillando en su pecho.

Ella era una heroína con o sin el traje.

Cuando se acercó lo suficiente; poso suavemente una mano en el hombro de la mujer para brindarle su apoyo, esta se sobresaltó un poco y la observo con pánico y confusión. Marinette pudo palpar por sí misma la tensión y el horror domando a la pobre madre.

Luego poso sus ojos en el muchacho que la miraba con sus labios fruncidos en una mueca, sus ojos oscuros impregnados de malicia.

—¿Que sucede?—pregunto la Franco-China en un murmullo solo para que ella la escuchara, tratando de moldear el tono de su voz para que no sonara tan nerviosa como realmente se sentía.

La mujer de cabellera rubia platinada miro ansiosa a ambos—Y-Yo le di mi bolso, es todo lo que tengo lo juro—dijo abrazando aún más a su bebe que permanecía dormido.

La heroína se le hundió el corazón al oír el tono aterrado de ella, y trato de que esa furia hacia aquel hombre joven no la consumiera.

—¡Mentira! ¡No había nada de valor en el! Debes de tener algo más encima—siseo el chico manejando hábilmente el arma.

La mujer se encogió mientras retrocedía otro paso—¡No tengo nada más!—grito por lo bajo con la voz temblorosa.

Cansada de esa situación; Marinette se posiciono en frente de la joven madre, enfrentando así al ladrón con una mirada implacable aunque por dentro estaba un nerviosa. Veía el filo del arma al mismo tiempo que a los ojos oscuros del atacante. No debía de perder de vista ninguno de los dos si quería tener una oportunidad de ayudar.

—Sera mejor que se vaya y llame a la policía…—murmuro la chica sin mirar a la mujer.

—P-Pero…—balbuceo pero el pequeño llanto del bebe la interrumpió, la madre intento silenciarlo pero era inútil.

Eso parecía irritar a un mas al ladrón.

—No te me escaparas, y tu una niña no me lo vas a impedir—hablo el con veneno dando nuevamente un paso.

—Tiene que irse—murmuro Marinette con advertencia, pero la mujer parecía estar paralizada del pánico.

El muchacho gruño mientras intentaba esquivar a la chica para alcanzar a su presa, pero Marinette se lo impidió bloqueándole el camino de un ágil salto. Ella observo como él era solo un poco mayor y que le propasaba en altura mas de una cabeza, debía de rondar los veintitantos años, estaba cegado por la rabia, la codicia y quizás algo de desesperación que hacía que actuara con crueldad sin medir las consecuencia. Frunció los labios; como Ladybug lidiar con el seria pan comido… pero como civil.

Tenía mucho en contra.

—¡Apártate mocosa!—grito el chico furioso blandiendo el cuchillo hacia ella.

Por suerte podía esquivarlo con facilidad gracias al entrenamiento de esos años como heroína, pero el ladrón desesperado en su arranque de ira; la flanqueo para alcanzar a la madre que aun permanecía congelada con su bebe en llanto. Marinette maldiciendo por lo bajo; se interpuso y sujeto ambas muñecas del sujeto, y así ambos comenzaron a forcejear.

—¡Quítate de mi camino!

—Oblígame…—murmuro seriamente la franco-china. Sabía que provocarlo era un peligro y una pésima idea claramente estando en desventaja, pero por lo menos lo distraía de su objetivo principal.

El torció los labios en una mueca de ira, y ganándole obviamente en fuerza quito de un tirón el agarre de su muñeca, sin preámbulos sostuvo más firmemente la filosa arma, y dio un rápido movimiento hacia ella.

Marinette quedo sin aliento por un momento, como si todo pasara en cámara lenta y rápida a la vez, mientras observaba fijamente aquellos ojos sonrientes en malicia pura. Abrió la boca para decir algo pero de esta solo salió una brusca aspiración tratando desesperadamente de llevar aún más aire en sus pulmones cuando sintió un agudo dolor en el abdomen. Con un verdadero miedo infiltrándose en sus venas no quiso mirar hacia abajo, pero se le escapo un gemido tratando de concentrarse en él, viendo como este retiraba el arma de su cuerpo en un lento y agónico movimiento lo cual ella jadeo de dolor y sentía como empalidecía rápidamente.

Él iba nuevamente atacarla, pero a pesar de su sufrimiento logro enfocarse y dejar el dolor en un segundo plano; sujetando nuevamente su muñeca con más fuerza producida por la adrenalina del momento, el parecía aún más irritado. Por un segundo llevo sus ojos al cuchillo y vio la sangre escurrirse lentamente de la filosa hoja.

Apretó los labios para no emitir otro sonido que delataría su estado, pero en realidad sentía que no duraría mucho más entre esa batalla de voluntades.

Giro su rostro hacia atrás donde la mujer aun la veía con pánico mientras tapaba la boca de su bebe para ahogar su llanto.

—¡Váyase!—grito Marinette con rudeza haciendo reaccionar finalmente a la madre, que con ligero sobresalto parpadeo. Al principio titubeo pero no tardo el darse la vuelta y salir corriendo prometiéndole conseguir ayuda.

—¡No! ¡Se me está escapando!—intento seguirla, pero Marinette aún se lo impedía—¡¿Es que tú no sientes nada niña?!—grito furioso el chico intentando zafarse nuevamente del agarre para descargar su ira contra ella.

Marinette apretó los dientes cuando su forcejeo la hizo casi marearse del dolor, pero se negaba a soltarlo hasta que la mujer y su hijo estuvieran a una buena distancia.

Y sí que sentía… la debilidad comenzó a invadirla, y al mismo tiempo noto como la cálida sangre humedecía su ropa. No respondió mientras tragaba temblorosamente con esfuerzo, con su corazón dando un vuelco porque sabía que cuándo el lograra liberarse… seria su perdición.

—Disfrutare mucho haciéndote sufrir—susurro el hombre con una sonrisa repulsiva a punto de quedar libre.

Marinette jadeo cuando el esfuerzo le estaba costando caro, ya sentía el sudor frió perlando su frente y el dolor comenzaba a dominar sus sentidos.

Cuando comenzó a aflojar el agarre sin poderlo evitar; vio con sorpresa como el muchacho era tomado por la espalda y era jalado hacia atrás con brusquedad, hasta hacerlo caer duramente al suelo de espaldas en un fuerte golpe.

Ella no pudo evitar inclinarse hacia delante agotada observando a su salvador.

Nada más y nada menos que Chat Noir.

A pesar de su estado; se alegró de verlo. El chico había madurado increíblemente, su cambio se notaba a leguas, aunque aún tenía su chispeante personalidad intacta.

Aunque…

Su mirada esmeralda a pesar que seguía siendo brillante; poseía un toque salvaje, su expresión era de total enojo viendo al maleante con su cuerpo en tensión para atacarlo.

Marinette llevo su mano derecha a su herida aun sin verla, sus dedos palparon ligeramente la humedad de su camisa que daba mucho que decir al igual que el horrible dolor que sentía y el cansancio repentino, por lo menos podía ocultarla a simple vista gracias a su abrigo, pero no sabía cuándo tiempo más podría resistir de pie, sus piernas estaban temblorosas.

Parpadeo cuando su vista se volvió borrosa por un segundo antes de que volviera a la normalidad, se negaba a caer aun.

Chat tendría que ayudarla o su vida correría peligro…

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Chat Noir se había estado preguntando desde hacía un buen rato donde se encontraba Ladybug, había estado esperando en el lugar indicado por casi una hora y ella nada que hacia acto de presencia. Lo cual era extraño porque siempre era ella que lo regañaba por llegar tarde algunas veces…

Con un profundo suspiro se puso de pie para observar la ciudad desde el tejado de la casa donde se encontraba. Tomo su bastón preguntándose si debería llamarla para cerciorarse si se encontraba bien, pero debía comenzar a patrullar con o sin ella, sin embargo, quería asegurarse del estado de la mariquita, en esos dos años habían formado una amistad única a pesar que su corazón siempre anhelo algo más…

Pero ya no se preocupaba tanto por eso.

Con una pequeña sonrisa; se dispuso a marcharse para dar la primera vuelta, pero antes de dar un solo paso lo dejo paralizado un potente olor a sangre fresca. Alzo la nariz y aspiro profundamente para rastrear el lugar proveniente, gracias a que en esos años sus sentidos felinos se hicieron mucho más potentes al igual que sus habilidades de lucha.

Ahora con la ruta establecida en su cabeza; se dirigió hacia el lugar en varios saltos, notando que no estaba demasiado lejos de allí.

Sin embargo, cuando se asomó del tejado del edificio no pudo evitar abrir los ojos con sorpresa mientras murmuraba un nombre ante la nueva escena que estaba presenciando.

—Marinette…

La chica estaba reteniendo a un muchacho a pesar que era demasiado menuda y delgada como para siquiera intentarlo, pero sorprendentemente lo hacía eficientemente aunque con esfuerzo mientras le gritaba a una mujer con un infante que huyera. La señora salió corriendo momentos después en dirección contraria aun con su bebe llorando levemente.

Sus felinos ojos se posaron en el brillo del arma que sostenía el sujeto, percatándose de la sangre que manchaba la filosa hoja.

Una furia silenciosa lo hizo gruñir por lo bajo ¿Había logrado herir a la mujer o al bebe antes de que Marinette llegara?

El simple hecho de que se hubiera aprovechado y lastimado a un civil tan vulnerable hacia que sus sentidos saltaran hacia el hombre. Y verlo forcejear con su Princess lo dejaba completamente fuera de base, nadie le ponía un dedo encima a ella.

Nadie…

Con una promesa silenciosa; salto al suelo en una suave caída. Domado por algo letal; lo sujeto por la parte de atrás de la sudadera para alejarlo de un tirón de ella y arrojarlo al suelo sin demasiada delicadeza, viendo con repugnancia al chico algo aturdido por el ataque sorpresa.

—¿Qué crees que estás haciendo bastardo?—gruño por lo bajo el felino sin ni una pizca de su natural buen humor, en esos momentos solo quería hacerle pedazos, el olor a sangre estaba demasiado fresco en sus fosas nasales y le hacía perder un poco el sentido. Alzo lentamente sus manos y se trono los dedos listo para darle una merecida paliza, consciente de que su Princess estaba a sus espalda seguramente sorprendida por su aparición.

—Chat…—murmuro por lo bajo ella con un tono de cansancio en su voz.

El hizo una mueca con los labios sin apartar la vista de su presa, seguramente ella debería estar exhausta por haberse enfrentado a alguien con el doble de su tamaño por quien sabe por cuánto tiempo.

—¿Estas bien Princess?—pregunto agazapándose un poco cuando el muchacho comenzó a levantarse.

—S-Si… estoy bien—respondió ella mientras retrocedía un poco.

Entonces sin pensarlo demasiado; se lanzó hacia el sujeto colocándose encima de el inmovilizandolo con su propio peso, muy atento de su arma para que no lo alcanzara con esta, muy dispuesto a darle una lección antes de que las autoridades llegaran.

—¿Cómo pudiste herir a una madre con su bebe?—dijo con desagrado—Eres una completa escoria—siseo mientras le asestaba un fuerte golpe el la mandíbula a su contrincante, para luego arrancarle de un zarpazo el arma tirándola lejos de su alcance.

El joven ladrón intentaba por todos los medios levantarse y quitarse al héroe enfurecido de encima, pero era inútil, este gruño de dolor con el buen golpe, pero aun así no dejo de luchar en ningún momento para intentar liberarse.

—Ojala hubiera herido a esa perra o a su mocoso—dijo escupiendo las palabras con furia.

Por un momento Chat se quedó quieto ante sus palabras, pero aun reteniéndolo para que no pudiera escaparse.

—¿No la heriste?—pregunto algo confuso estrechando la mirada. No cabía duda, ese olor a sangre era demasiado fresco.

El chico se carcajeo mientras lo miraba con un brillo de malicia—Esa niña me estaba provocando demasiado, así que le di una probadita de lo que soy capaz—dijo con una sonrisa cínica.

Sin aliento; giró el rostro hacia atrás con su corazón paralizado con expectación. Vio a Marinette inclinada hacia delante ligeramente encorvada, con su flequillo ocultando la expresión de su rostro y una mano aferrándose a su costado, veía su pequeño cuerpo temblar mientras se tambaleaba un poco, el olor a sangre que emano de ella lo golpeó duramente.

—Marinette…—susurro por lo bajo ejerciendo presión inconscientemente a los brazos del ladrón, sin importarle que seguramente le estaba clavando las garras.

Ella alzo lentamente la mirada, la veía aun poco pálida y algo jadeante. Ella se mantenía milagrosamente de pie. No sabía dónde sacaba aquella fortaleza.

La furia que había sentido cuando llego; quedo totalmente en ridículo en comparación con la de ahora, que le cegó los sentidos y apretaba los dientes con ira.

Con un gruñido feroz llevo su mano al cuello del chico que aún lo miraba con una asquerosa sonrisa.

—Mal nacido, ¡¿Cómo pudiste hacerle daño a ella?!—grito enfurecido enterrando las garras en su carne.

El sujeto hizo una mueca de dolor, pero eso no borro la estúpida sonrisa de sus labios antes de colocar sus manos en la muñeca del héroe para intentar apartarlo inútilmente.

—Por creerse una heroína que no es…—dijo antes de toser un poco ante la presión se hizo aún más intensa, jadeo intentando llevar aire a sus pulmones.

Chat entrecerró los ojos mientras sentía como la rabia quemaba sus venas, ya no pensaba en entregarlo a la policía… lo único que quería en ese instante era acabar con su patética vida de una vez por todas y librar ese mundo de una peste más.

El rostro del chico comenzó a tonarse muy rojo, mientras sus ojos parecían querer salirse de sus órbitas, el intentaba luchar inútilmente al notar que empezaba asfixiarse. Pero el felino lo observaba con la ira llameando sus ojos…

—Chat… déjalo por favor…

La voz suave de Marinette lo trajo a la realidad, con un parpadeo aflojo el agarre mientras se giraba a mirarla nuevamente.

Ahora ella se encontraba recargada en la pared, se había dejado caer en el suelo aun con su respiración forzada y sus rostro denotando el dolor que sentía. Su corazón se encogió siendo demasiado estúpido para poner primero la vida de aquel desgraciado antes que la de su querida Princess.

Se apartó del chico lentamente, este comenzó a toser desesperado llevándose las manos a su cuello mientras se revolvía en el suelo buscando un poco de oxígeno a sus pulmones. Con un gruñido de asco, saco su bastón, apretándolo con la ira contenida… preparado para encestarle un buen golpe.

—Por favor Chat, no vale… la pena…—murmuro ella jadeando haciendo una mueca de dolor.

El aspiro profundamente mientras le daba un leve porrazo lo suficientemente fuerte en la cabeza para dejarlo inconsciente hasta que la policía llegara, aunque en realidad quiso darle algo más que un solo y simple golpe…

Luego de asegurarse que no respondía; en dos zancadas estuvo al lado de Marinette, se acuclillo en frente de ella con el corazón estrujado y los nervios comiéndole la boca del estómago, ella parecía encogerse en si mima mientras se mordía el labio inferior con algo de fuerza, sus ojos azules lo observaron entre adoloridos y algo aterrados.

—Princess…—murmuro con una opresión en el pecho, su palidez le preocupaba muchísimo y se le veía estremecerse. Busco con ojos ansiosos la herida, con dedos cuidadosos aparto un poco la tela de su abrigo, ella cubría su herida aunque el gran manchón de sangre se extendía por su camisa hasta llegar al borde de sus pantalones—Déjame ver…—dijo con voz suave intentando que la chica apartara su mano pero ella se negó.

—Chat…—dijo con su voz algo ahogada, con miedo de ver realmente la magnitud de su herida.

El volvió a posar sus ojos es sus orbes azules ahora humedecidos por lagrimas contenidas, viendo el miedo y el sufrimiento.

Transmitiéndole seguridad por medio de sus ojos y una sonrisa que realmente no sentía; poso sus dedos enguantados en los suyos y lentamente fue apartando su pequeña y delicada mano manchada de rojo. Sintió como el mismo empalidecía al ver la profundidad de la herida y como de esta seguía emanando sangre.

Verdaderamente sintió pánico por ella.

—Estarás bien…—dijo casi sin aliento y procurando que no le fallara la voz, sencillamente no podía perderla—Tengo que llevarte a un hospital.

Ella asintió con ojos exhaustos. Con delicadeza Chat paso su brazo por debajo de sus rodillas y otra alrededor de su cintura para poder alzarla con cuidado, Marinette gimió por lo bajo a dolorida mientras la sentía temblar.

—Pero primero C-Chat, necesito que me lleves a mi habitación…—murmuro ella posando su mano en su pecho.

El la miro incrédulo—Tienen que atenderte la herida Marinette—comento el con algo de severidad.

La chica se relamió los labios repentinamente secos antes de contestar, sentía que las fuerzas comenzaban a escaparse cada vez más rápido.

—Por favor Chat… —dijo suplicante viendo eso ojos felinos que la miraban con absoluta preocupación.

—No.

—Te lo suplico… confía en mi…

El pareció meditarlo mientras apretaba los labios, teniendo una lucha interna consigo mismo.

Luego el suspiro, realmente Marinette se veía preocupada por algo…—Está bien, pero solo porque queda aún más cerca que el hospital—dijo esperando no arrepentirse, ella le dedico una ligera sonrisa mientras cerraba sus ojos para descansar.

Marinette sintió como el saltaba hacia un tejado, lo hacía con total cuidado guiado por su destreza felina, aun así los movimientos ocasionaba que ondas de dolor pasaran aún más por su cuerpo, pero se obligó apretar los labios para contener cualquier sonido de dolor que pudiera salir de ellos. Agradecía que Chat la complaciera sin hacer demasiadas preguntas por ahora, no podría simplemente decirle que necesitaba dejar a su Kwami en su cuarto, que le daba pánico que algo malo le pasara a Tikki si alguien la encontrase como aquella vez que fue a parar en manos de Chloe. No es que no confiera en el héroe como para dejarle el bolso donde se encontraba su amiga, simplemente no quería arriesgarse, el bienestar de su amiga era lo más primordial en ese momento, no importara el costo…

Chat Noir maldijo por lo bajo su estúpida decisión, no podría creer que de verdad le estuviera obedeciendo sin rechistar a su pedido cuando ella tenía una gran herida que debía atenderse con urgencia.

¿En qué rayos estaba pensando?

Ese era el punto, no lo estaba haciendo al parecer…

Se obligó a tranquilizarse. No sabía si ella temblaba aún más; o era sus propias manos que lo hacían, quería regresar con aquel sujeto y terminar de reventarle la cara por hacerle eso a ella…

Bajo un poco la mirada hacia la joven, aun no comprendía del todo como ella podría mantener los nervios de acero en ese estado. La conocía desde hace dos años y aún le sorprendía ese hecho.

Por eso le atraía tanto…

Apretó los dientes por los fogosos sentimientos que se aferraban en su pecho, por suerte llego a la terraza en unos minutos.

Marinette abrió lentamente los ojos, sintiéndose muy soñolienta.

Sin decir nada; el camino hasta la trampilla, ella dio indicios de querer bajarse pero soltó un fuerte quejido.

Chat se tensó—Maldita sea Princess, sabía que era una mala idea—dijo con un gruñido preocupado comenzando a darse la vuelta para llevarla a un centro médico.

—No, no… yo estoy bien, solo coloca mi bolso a dentro de mi habitación…—dijo con voz baja mientras con cuidado y algo de sufrimiento se quitaba el bolsito.

—¿Todo esto por un bolso?—pregunto sorprendido, alterado y algo enojado.

Marinette solo asintió, y el cómo pudo tomo el bolso sin soltarla; y con la punta del pie alzo la trampilla y lanzo el objeto al interior de la habitación.

—Gracias…—dijo ahora respirando más tranquila, mientras sentía aun los ojos pesados, apoyo su mejilla en su fuerte pecho.

—Marinette… no te duermas por favor—dijo preocupado dejando su enojo de lado, saltando hacia otro tejado, muerto de la preocupación, viendo como sus labios antes rosados; ahora estaban casi blancos.

La chica asintió débilmente.

El llevo sus ojos inquietos hacia su herida, ahora la mitad de su camiseta estaba húmeda por la sangre, maldición, debió de haberla llevado en enseguida, no cumplir con su capricho, no sabía que tan importante había en el interior de aquel bolso pero no valía el coste de su vida.

Después intercambiarían un par de palabras con ella.

El camino al hospital le pareció toda una eternidad, no paro de hablarle, cerciorándose de vez en cuando de que no se durmiera, le aterraba que si lo hiciera…

No despertara de nuevo.

Cuando finalmente llegaron; la joven apenas y respondía, había perdido demasiada sangre…

Con el corazón desbocado y un terror invadiendo su sistema como un veneno; bramo llamando algún doctor, observando vagamente como una solitaria enfermera salía corriendo muy sorprendida en la búsqueda del médico.

Chat se arrodillo en el suelo con ella en su regazo, llevando su mano a su mejilla mortalmente pálida.

—Princess… mírame, estarás bien—murmuro con suavidad sintiéndose impotente.

Marinette abrió un poco los ojos y le sonrió débilmente, subiendo su mano para cubrir la de el en un gesto cariñoso.

—Gracias gatito…—dijo en un susurro apenas audible— Y-Yo quiero decirte algo…—dijo en un hilo de voz con los ojos inundados de lágrimas.

El negó suavemente mientras sonreía, escuchando como otras enfermeras llegaban trayendo consigo a un doctor consigo y se acercaban con una camilla—Shh… podrás decírmelo después Princess—dijo depositando un suave beso en su frente antes de que prácticamente se la arrebataran de los brazos para poder estabilizarla.

No pensaba que iba hacer tan jodidamente difícil verla marcharse por ese pasillo, como sus ojos azules brillaban de tantas emociones contenidas.

Trago hondo para eliminar ese nudo que se había formado en su garganta.

No le quedo más de otra que salir del hospital con el corazón increíblemente pesado. Escalo un edificio y se quedó en el tejado observando a París. Tomo asiento en el borde para tratar de calmar sus emociones y el loco latido de su corazón.

Pero el olor a sangre no se le despegaba de las fosas nasales, observo sus manos, que a pesar del material negro del traje; sabía que allí había sangre fresca de ella. Apretó la mandíbula mientras pensaba en el culpable de todo eso, quería cazarlo, hacerle pagar lo que le había hecho a su dulce Marinette.

Porque en esos años se había dado cuenta del tesoro que ella era, su cariño por Ladybug aún seguía presente, pero simplemente la llama de ese amor comenzó a bajar su intensidad y calor, y había sido sustituida por la hermosa sonrisa de aquella chica risueña que le alteraba los sentidos.

Nunca tuvo el valor de decirle que la quería, que le encantaría ser algo más que amigos… pero le daba terror que ella lo rechazara al igual que lo hizo mil veces Ladybug.

Ahora… solo esperaba que ella saliera bien de esa herida horrible.

Apretó los puños para tranquilizarse un poco.

Y sin darse cuenta no muy lejos de él; revoleteaba una mariposa oscura posándose tranquilamente en el borde del muro contrario donde el felino se encontraba, como si fuese atraída por sus emociones negativas, aunque aún no era suficiente como para incitarle a que se acercara más…

Muy tarde esa noche Adrien ya se encontraba en su habitación, aun con la preocupación comiéndole los pensamientos, con el fresco recuerdo de Marinette pálida y ensangrentada. Él se paseaba por el cuarto sin estar quieto por un minuto, la ansiedad y aun la ira dominaba sus sentidos, si a ella le pasaba algo mas no sabía que sería de él.

Marinette era su mundo y ella ni siquiera era consciente de eso…

Plagg preocupado de las intensas emociones que invadían a su portador; le recordó que debía de calmarse, porque aunque difícil; no era un imposible que se Akumatizara, pero Adrien simplemente asintió a sus palabras pero realmente no prestándole la debida atención.

Al día siguiente el rubio no podía concentrarse en absolutamente en nada, su actitud era demasiado agresiva o distante, cualquiera que se atreviera acercarse el simplemente lo ignoraba o le respondía de mala gana. En clases, Nino y Alya lo observaron preocupados sospechando para sus adentros que era algo relacionado a la joven diseñadora pero no podía tener las cosas claras ya que ellos no se habían acercado demasiado desde que se conocieron así que no sabían que nombre ponerle a la actitud de Adrien.

Todos ellos se habían enterado de lo sucedido con la joven de ojos azules por un comunicado de la madre a sus amigos cercanos.

Nino intento hablar con Adrien, diciéndole que todos estaban igualmente preocupados por Marinette, y que ese día irían al hospital a ver como se encontraba. A lo que el rubio le respondió secamente que no podía ir antes de marcharse con una fría actitud sorprendiendo al moreno, que había intentado averiguar algo sobre la extraña personalidad de su amigo.

Por otro lado Adrien sabía que se estaba comportando como un imbécil con todos, pero no podía evitarlo, esa ansiedad lo tenía completamente consumido. No pego ojo en toda la noche y aun persistían esas ganas incontrolables de perseguir aquel mal nacido que le hizo eso a su Princess, quería justicia por su propia mano. Aunque se repetía una y otra vez que esos pensamientos solo lo iban a hundir más y formarían un gran desastre, pero no podía dejar de hacerlo. Había necesitado urgentemente hablar con otra mano amiga que seguramente lo entendería, pero no tenía ni idea donde se encontraba Ladybug, y eso solo le echaba más sal a la herida.

Esa era la razón por la que rechazo la invitación de su amigo, no quería amargarle el día a nadie con su actitud poco justificada.

Cuando oscureció, ya bien entrada la noche; ignoro las advertencias de Plagg y se transformó para salir y dirigirse directamente al hospital, ya con las ganas increíbles de verla.

Por suerte la habitación donde se encontraba Marinette daba a una ventana en el tercer piso. Para él no fue demasiado difícil escalar el árbol que daba justo al frente para observar lo que ocurría adentro.

Pero se daba cuenta que fue un gran error hacerlo…

Marinette se encontraba acostaba en la camilla claramente inconsciente, con una vía conectada en su brazo, aun tan pálida como la recordaba la última vez que la vio. Sus padres estaban a lado de ella mientras le sostenía la mano con sus expresiones reflejando claramente la preocupación y un profundo amor por su querida hija, los ojos de la madre estaban humedecidos por lagrimas mientras su corpulento marido la tenía cariñosamente abrazado reconfortándola mientras el también observaba a su pequeña.

El aspiro bruscamente ante la escena; sus garras se clavaron inconscientemente en la corteza del árbol con demasiada fuerza.

Con las emociones a flor de piel; aparto la mirada de la ventana, y con un gruñido bajo escalo la cima del árbol para saltar al techo del hospital, mientras se paseaba de un lado a otro y pasaba una mano por su cabello alborotándolo un poco más con frustración, se detuvo para mirar a la ciudad bellamente iluminada.

Apretó los dientes al imaginarse al culpable de todo eso, de la escoria que sin ningún remordimiento intento robar a una madre inocente con su bebe y atacar a una chica espectacular que solo trataba de ayudar.

Del bolsillo de su traje extrajo un pequeño tesoro que guardaba desde hace mucho tiempo.

Dejo salir lentamente el aire cuando observo ese pequeño emblema de buena suerte con piedras coloridas entre verdes y rosados, con aquel cordón rojo. Siempre lo había cargado consigo porque le recordaba a ella, en su sonrisa afectuosa cuando se lo entrego hace dos años...

Ahora su vida estuvo a punto de esfumarse por culpa de alguien sin corazón y maldad liquida por sangre.

Cerró los dedos en el amuleto quizás con demasiada fuerza mientras alzaba la mirada hacia Paris con sus ojos llameando enfurecidos mientras tensaba la mandíbula.

¿Por qué esa clase de escorias andaban aun sueltas por su querida ciudad?

¿Dónde rayos estaba Ladybug cuando más la necesitaba?

Si tuviera un segundo para hacerle saber aquel engendro lo que era realmente capaz de hacer por atreverse a lastimarla…

Sin darse cuenta una mariposa revoleteo a su alrededor, y se posó delicadamente en su mano donde busco un camino hasta su preciado regalo…

No tardo mucho tiempo para que una voz demasiada conocida le nublara los pensamientos, jadeo con sorpresa, luego sintió pánico y culpabilidad por lo que había provocado el mismo.

Una lucha interna se libró a cabo, la voluntad de súper héroe no queriéndose doblegar ante el villano número uno de Paris, aterrado por lo que realmente pudiera hacer si caía en sus manos…

Pero esa sensación no duro mucho más que un par de segundos.

Una sonrisa cínica surco lentamente en sus labios, mientras escuchaba con atención las últimas palabras transmitidas.

Ahora tendría la oportunidad…

Cerro los ojos mientras una ola de poder lo cubría de pies a cabeza. Se sentía extraordinario, como si sus habilidades sobrepasaran el límite.

Cuando volvió abrir sus gatunos ojos; veía todo con más claridad, su cola se movió tranquilamente al igual que sus orejas al captar sutiles sonidos que antes no había podido apreciar.

Ah… y los aromas, podría rastrear ahora con tanta facilidad que ya podía saborear a su presa.

Paso lentamente la punta de su lengua por los colmillos aún más alargados mientras una ronca y suave risa vibraba en su pecho, y sus orbes amarillos parecían resplandecer en la oscuridad.

Observo sus largas y aún más afiliadas garras, ahora blancas como el resto de su traje. Luego las apretó en un puño sin importarle que pincharan su piel a través del cuero.

Ahora su presa no podría escapar de el…

Pero sería un gato paciente, pronto iba amanecer y sus instintos le urgían hacerlo únicamente de noche, donde la oscuridad podría volverse a su favor, donde podría oler el pánico proveniente de el… ocasionando que su víctima sintiera en carne propia lo que hacía sentir a los desafortunados que se toparon en su camino.

Como ella.

Alzo la mirada al cielo lleno de luminosas estrellas mientras sonreía ampliamente y sus blancos colmillos resaltaban.

Como iba a disfrutar destrozarlo…

Continuara...


¿Y que les pareció? Ahora es que empieza la zabrosura jeje

Quiero decirle que este ffc sera un Tree-Shot, no es una historia demasiada larga como naturalmente lo son nuestras historias, pero quizás tenga un capitulo cuatro si el tres se me hace muy largo :'v

Por cierto la portada la hice yo, ese dibujo lo hice especialmente para este ffc, ¿Les gusta?:'3

¡Nos veremos en la próximo capitulo! ¡Dejen sus opiniones!

Próxima actualización: 05/04/2017

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