Disclaimer: Naruto no me pertenece, es de Masashi Kishimoto. La historia es mía, pero eso no importa :D

Notas: Desvaríos de la autora, gran AU y no AU (?) que espero que se entienda, porque la idea me vino simple pero tuve que sentarme a escribirla. Gracias a las personas que leen :)


UNA VEZ MÁS

Hinata sintió que faltaba algo, lo sintió cuando tenía cinco años de vida.

Las calles eran y no eran suyas. Las casas no eran casas, los objetos eran distintos y todo lo que había alrededor de ella era como si no estarán, como si no existiera. Ella tenía cinco y sentía que algo faltaba en sus manos, en sus brazos, en su vida y alma. La madre que tenía era hermosa, de largo cabello castaño y ojos iguales a los suyos haciendo en ella un sentimiento raro en el pecho cada vez que la veía.

El lugar en dónde vivían era pequeño, un pueblito con hermoso lago dónde los turistas les causaba gran placer sentarse y pescar, o ir a la colina que había, como si fuera algo increíble en sus vidas. Hinata tenía cinco y sentía que los niños no eran niños, que el paisaje era distinto y que aún, algo le faltaba y no podía encontrar.

Hinata, a los cinco, no encontraba nada pero por lo menos ahora sabía que era lo que buscaba.

Por eso las casas no eran casas, las calles no eran calles, los niños no eran niños y ella no era ella. Hinata estaba viviendo, de nuevo, y su cabello era del mismo azul que alguna vez tuvo, sus ojos eran del mismo tono junto con el color de su piel. Sus manos eran pequeñas, y todo estaba más grande. Porque ella tenía cinco años, y estaba viviendo de nuevo.

Se sentía distinta, no encajaba. Porque sus pensamientos eran otros y no podía tener las mismas opiniones que los niños a su edad. ¿Cómo hacerlo? Había muerto a los veinte años, por causa de la guerra, por causa de todo. Y ahora solo veía los enfrentamientos y sangre en un libro de historia, en una película americana, en los niños con armas de juguetes y sus balas falsas.

Se pregunto incluso, si había nacido en otra dimensión y no en la que ella había vivido antes.

Hinata tenía cinco años, con su alma vacía y sus manos sin nada. Porque lo que ella esperaba, lo que ella necesitaba era a la persona que había amado antes de morir, antes de la guerra, antes de todo y antes de nada. Hinata lo buscaba, con desespero y ahínco, con amor y dolor, en el día y la noche. El lugar era pequeño, y ella supo que por lo menos ahí no se encontraba.

Y el mundo era grande, así como se mostraba en los libros de la escuela y ella aún era pequeña sin poder viajar sola.

Pero al final lo encontró, a la persona que hacía su alma algo, sus manos llenas al momento del abrazo y su corazón latir con fuerza junto con el calor amable que eso emanaba. Hinata encontró a Sasuke a los siete, lo encontró el día que había nacido, lo encontró cuando creyó que no lo haría.

Lo encontró ahora siendo su hermano y ella jamás lo sintió tan cerca y lejos a la vez. Aún peor cuando sentía que él faltaba.

Continuará...