Disclaimer: La historia me pertenece. Los personajes no son míos sino de su respectivo dueño y si son del fandom entonces claramente son de ellos.
Consecuencias buenas y malas
Sabía que no debía ir solo, sabía que aunque la época esté llena de buenos deseos y melosidades era también uno de los meses con más actos vandálicos y accidentes. Pero eso no lo detuvo de ir solo a buscar un simple encargo de comida, quiso que su hermano lo acompañara, pero él estaba ocupado, todos en su casa estaban ocupados.
Ahora estaba ahí, desangrándose en medio de la carretera, los paramédicos no llegaban aún, las personas a su alrededor no podían hacer nada más que verle con lástima. Entonces la persona que le había atropellado estaba sosteniéndole en brazos, llorando y pegando alaridos llenos de culpa y pesar.
—Va-Vas a estar bien, a-así que no te preocupes…
Decía el joven de ojos azules al muchacho agonizando entre sus brazos, este simplemente le miró, esos hermosos ojos verdes que poseía se apagaban lentamente. Sabía a la perfección que no sobreviviría, que ese accidente sería su final.
—Po-por favor perdóname…yo…yo no quise que esto pasara, por favor no te mueras, yo…
—N-No es para…discul-parse…só-lo fu-fue un… accidente…
Respondió apenas audible el joven, regalándole al otro una pequeña sonrisa, este sólo lloró más, arrepentido. Si no hubiera sido tan descuidado, si no hubiera elevado la velocidad más de lo adecuado entonces no estaría sosteniendo en brazos a un jovencito a punto de morir. Pero lo hizo y ahí estaba, sufriendo.
El muchacho sangraba y sangraba, pero a pesar de esto aún quería decirle una última cosa al mayor: —S-Soy Arthur…Quiero que… ¡Cof cof! Ghm
—Yo soy Alfred… ¿Q-Qué quieres? Yo…haré lo que sea, sólo dilo.
—De-Deséale una linda navidad a mi…familia y…considera-te…inocente…Y-Yo no quie-ro que llores por… un desconocido como…yo
— ¿Pero y si…? Oye, Arthur, n-no me hagas esto… yo…si mueres yo...aunque seas un desconocido para mí…esto es muy injusto y…perdóname.
Arthur simplemente movió su cabeza débilmente, su voz se fue haciendo más tenue mientras decía sus últimas palabras: —Me hubiera…gustado…conocerte…
Entonces silencio de su parte, sus ojos ya opacos se entrecerraron. Alfred entró en pánico, gritando, llorando y llamándolo desesperadamente, pero Arthur jamás le respondería, había fallecido en sus brazos y era por su culpa. Aunque el joven le había dicho que no, era así. La culpa le carcomía por dentro, abrazaba el cadáver como si fuera algo muy preciado para él. Ahora jamás lo conocería, ahora jamás podría verse ante la familia de él con alegría y la frente en alto, ahora jamás podría vivir sin sentir la culpa que en este momento sentía. Sin embargo así eran las cosas, frías, duras y muy crueles, no importa en qué época estés, las dediciones que tomes siempre traerán sus consecuencias, buenas o malas, pero las traerán. Además, sabía que debía enfrentar las consecuencias, sabe que toda acción que tomó esa noche traería una consecuencia consigo, buena o mala, y esta, para él, sólo era meramente una de las malas.
